Extraños amores (20171226)
Y es que hay amores extraños, que se extrañan por extraños. Precisamente, porque son extraños aquellos que extrañan esos sentimientos extraños... esos que te llevan a extrañar y a sentirte como extraño.
Pero es extraño que las personas extrañen hoy en día, porque todos viven al día de cuanto sucede y de un mundo extraño que les plantean, para que no extrañen el verdadero mundo extraño que hemos construido en nuestras mentes y nos lleve a sentimientos extraños que, por extraños, extrañamos y muchas veces hasta anhelamos.
Así, cada cual es un extraño para los demás y a veces hasta consigo mismo... como cuando se pregunta respecto de aquello que extraña y adopta la posición de ser extraño en aquella extraña situación que, cuando cae en cuenta, se ve a sí mismo como aquel extraño que extraña...
En suma, cuando anhelamos o recordamos nos convertimos en extraños que extrañan. Es decir, aquellos que muchas veces se sientan y piensan en un pasado que les trae recuerdos, pero les convierte en extraños y ajenos a un mundo consumista que vive y consume la inmediatez que le sirven los tendenciosos masivos medios deformativos, y lo aceptan. Y se conforman idiotamente con ello o asistan a uno que otro evento idiotizante de cuando en vez.
El humano actual es un ser que, salvo honrosas y muy contadas excepciones ya no extraña, que ya no recuerda ni anhela, que se conforma con amar no ser extraño, con ser parte de una masa manejada y acomodada al hoy, en que el aleccionador pasado ya no importa, porque todo es catalogado como desechable y condenado al olvido.
Lejos ha quedado la visión de ser el único animal que ama, de ser el único ser que piensa y racionaliza. Se ha convertido en el ser que consume y en el ser que desecha y vive pendiente de aquello que la tecnología le facilita y pone al alcance de su mano doquiera que esté.
Yo realmente soy una extraña que extraño que las personas ya no extrañen, que ya no anhelen y hayan dejado, muchas veces, de ser humanos.
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
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