El dilema (20200420)
¿Acaso no es tan irresponsable quien por la recesión y escasez de alimentos expone al contagio a una población hambrienta y con muchas necesidades a que "haga lo necesario" para sobrevivir, como aquel que por cuidarse "dispone" no producir y que solo espera que haya alimentos (al menos) para todos?
Es un escenario muy complicado, puesto que si no nos resguardamos habrá más contagios, pero si no salimos, no habrá alimentos y moriremos no de enfermedad, sino de hambre.
Los países tercermundistas, al parecer, somos víctimas de la presencia en nuestro suelo de no uno sino de dos jinetes apocalípticos: El hambre y la enfermedad.
Por lo tanto, nos estrellamos ante la realidad sociológica que dice "Todo cambio social conlleva sangre", con lo que por muy doloroso que nos sea, las palabras del diputado Aldo Dávila, quien con conocimiento de causa dijo que "habrá un muerterío", pueden ser una profecía que se cumplirá.
La realidad es que quienes sobrevivan a esta dura prueba tendrán además de la salud y la recuperación económica, la enorme responsabilidad de construir un mundo más justo, en que el dinero sea solo un medio de cambio y no una herramienta de poder político, porque habremos aprendido que aunque el dinero es necesario, la salud y la propia sobrevivencia deben privar ante él y no al revés, puesto que "de nada sirve tener todo el dinero del mundo, si no hay quien sobreviva para gastarlo".
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario