El
21N20 (20201122)
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
Dado que absolutamente nadie posee la
capacidad de retratar en unas cuantas líneas todas las aristas y
acontecimientos ocurridos este 21 de noviembre en la República de Guatemala,
paso a exponer mis observaciones respecto de los acontecimientos desarrollados
en la capital guatemalteca el día de ayer, sin entrar en interioridades o
detalles, sino “intentando”, así entre comillas, desnudar algunas realidades
que nos pueden enseñar mucho para nuestro futuro cercano.
Inicialmente, todo guatemalteco sabe que “todos los gobiernos roban”, pero el
meollo de esto es que con la asunción de cada nuevo gobierno, se ha desarrollado
una mentalidad “más competitiva” (por
llamarla de alguna manera), en cuanto a que lejos de tener como prioridad la
gobernanza de un pueblo, se tiene la meta fija de: “robar más que el anterior, lo antes posible”, con lo que poco a
poco, y dada la pérdida de valores derivada del individualismo y consumismo,
como bases del inmoral e injusto sistema capitalista (devenido actualmente en neoliberalismo)
sustentado por una muy abyecta y retorcida concepción protestante fanática llamada
“cristiana” (ja, ja, ja, ja) de valores, poco a poco han quedado en un vergonzante
o deliberado olvido aquellos postulados de “no
robarás” o “no matarás” y el
resumen de la ley que reza: “amarás a tu
prójimo como a ti mismo”.
Y sí, ciertamente sabíamos que iban a
robar y a matar a uno que otro enemigo político o económico, pero no a toda una
nación mediante el exagerado y descarado saqueo de los fondos nacionales, no
presentar alguna ejecución digna de mencionar, y ¡haber “recompuesto” la estructura funcional del gobierno! mediante la
implementación de un Centro de Gobierno que supervisa a todos los ministerios y
absorbe las funciones específicas de la Vicepresidencia.
Pero el colmo de todo esto es que además
del presupuesto nacional ya asignado, El Congreso autorice uno mayor completamente
desfinanciado en horas de la noche, olvidando que merced de una pandemia y dos
meteoros climáticos que impactaron el territorio nacional, el Organismo
Legislativo dominado por una bancada mayoritaria (comprada en su mayoría) y sus
aliados (comprados también) hayan autorizado sendos préstamos de miles de
millones de quetzales y dólares estadounidenses, que “mágicamente desaparecieron”, cuando mínimamente debieran estar en
el llamado Fondo Común, si no fueron empleados.
Holgada razón tuvo (y tiene) el pueblo de
lanzarse a las calles a manifestar su rechazo a tan descarado latrocinio que
desean continuar, pues la guinda del pastel es que “ningún(a) diputado(a)” conocía el proyecto que votaron
favorablemente y que en un acto de prepotencia máxima, el Presidente se negó abiertamente
a vetar.
Ciertamente hubo destrozos en el
desarrollo de tales protestas ciudadanas, como la destrucción del monumento a
un expresidente y alcalde vitalicio, pero infiltrados o no, la inmensa mayoría
de guatemaltecos solamente lamenta que no estuvieran presentes al momento del
incendiar el edificio del Congreso los diputados que votaron favorablemente el
proyecto de Presupuesto General de Gastos del Gobierno para el año siguiente, y
definitivamente NO aceptarán pusilánimemente que este desastre de gobierno
guatemalteco continúe con su nefasto proceder.
Lo que también es claro es que las
posiciones finalmente, se han polarizado con lo que cualquiera de las facciones
en disputa (pueblo - gobierno) actúe contra la otra.
Creo finalmente que será muy difícil que
este gobierno complete el período para el que fue electo, pues no ha cumplido
ni el primer año gobernando y ya goza de un mayoritario rechazo entre la
población, y obviamente sigue en el poder merced de su falta de valores, y el
apoyo del genocida e “in-glorioso”
Ejército de Guatemala, que veremos cuanto le dura.
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