Antes de la pandemia uno que otro te saludaba con "bendiciones".
Hoy con la peste en pleno auge, ¡es raro quien no te bendice y hasta "el presi" bendice en general!
Como teóloga me indigna el tal "saludo" (bendiciones), porque con muy contadas excepciones, muy poques lo dicen "de corazón", y se nota.
Sé que no debo juzgar, y por ello hago un serio llamado a la reflexión al respecto, pues quien no bendice de corazón, simplemente: ¡MIENTE!
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
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