jueves, 20 de marzo de 2014

Pecados cuaresmales (20140320)

Pecados cuaresmales (20140320)


De manera muy sucinta, para no hacer de este escrito un tamagás, pero no por ello menos analítica, he observado el entramado sui generis que deviene con el inicio y desarrollo de la Cuaresma y Semana Santa en Guatemala, derivado de las creencias religiosas y las manifestaciones provocadas u organizadas durante tal época.
Por un lado, es de conocimiento mundial que durante este período temporal se organizan los cortejos procesionales de mayor afluencia y recorrido que se conocen y que se conservan como tradición desde el siglo XVII, ¡Estando en pleno siglo XXI!
Los monstruosos embotellamientos vehiculares y atrasos en los horarios de cada persona están a la orden del día en ciudades "no construidas" para poseer vías alternas y, teniendo en consideración que se elaboran alfombras de serrín, corozo, flores y demás, que son consideradas como verdaderas obras de arte popular, pese a poseer una existencia completamente efímera, pero con el enorme contenido social de conjuntar a los vecinos y familias en un mismo propósito, a costa de provocar el descontento de todos los demás que se ven impedidos de llegar a su destino, por el bloqueo prepotente que se hace de calles y avenidas so pretexto de elaborar tales "obras de arte".
Hasta acá uno de los “pecados más visibles”, en cuanto a la parte final de aquella cita bíblica que reza: ”Amarás al Señor, tu Dios con todo tu ser, con toda tu alma y con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo”. Pero esto, algún día finalizará cuando sean regulados o prohibidos por la autoridad competente tales cortejos procesionales.
Pero lo verdaderamente preocupante son los “pecados invisibles” que acarrean, individual o colectivamente tales cotejos procesionales, vistos con ojos teológicos, de los cuales cito algunos (no todos) a continuación:

Ø  Por su obviedad, el más notorio es el fomento de un egoísmo personal o colectivo que predispone a que unos hermanos luchen contra los otros por la banalidad de “demostrar públicamente sus creencias”, aunque para lograrlo deban enfrentarse en una lucha fratricida de consecuencias insospechadas y funestas, ya que terminarán “odiando unos a los otros”... cosa que dista mucho del amor de los unos por los otros predicado por Jesucristo.

Ø  Otro gravísimo pecado es que muchos devotos cargadores (sobre todo quienes pertenecen a las hermandades) asumen per se que la imagen de su devoción es Dios mismo, lo cual es una completa apostasía, ya que sustituyen a Dios por una imagen de Él, de forma obcecada y por demás irreflexiva.

Ø  Pecado también lo constituye el hecho colectivo de tener y cargar en hombros una pesadísima carga, sin entender y dimensionar que “pecado es, por definición, todo aquello que atenta o destruye la Creación divina” (ver Catecismo de la Iglesia Católica) y creer que con “su sufrimiento, les quedarán perdonados sus pecados”, cuando realmente, están agregando uno más a su cuenta al golpear sus hombros cargando semejante peso.

Ø  Pero hay muchísimos devotos cargadores que aducen hacerlo por conservar “la tradición” que incluso, hasta consignan en sus testamentos la herencia del turno en que cargan y se han asegurado de transmitir la tradición de generación en generación… ciertamente hay que ser agradecido con Dios por todo cuanto nos da, pero no por “conservar una tradición”, porque entonces se asiste a un evento religioso sin fe y ello es contradictorio a la esencia misma de la religión que promueve la fe en Dios.

Ø  Pero no son solamente los católicos quienes pecan a ojos de Dios, porque los protestantes y de otras denominaciones no cristianas, “no desperdician la oportunidad para fomentar el odio hacia sus hermanos” y no vacilan en vociferar cualquier improperio y expresar cualquier razonamiento estúpido para, según ellos “acercar más almas a la salvación” ¡Propuesta por ellos y no por Dios!

Ø  “La guinda del pastel” es la conducta irresponsable e irreflexiva del guatemalteco promedio, porque, aparte de todo lo expuesto, generalmente “se toma su ‘traguito’ para agarrar fuerzas” o “para agradecer la gracia de haber cargado un año más”… Acá sobran los comentarios que cualquiera pudiera hacer.

Fiel a mi propuesta de no escribir extensamente en torno a esta temática, considero que con lo expuesto podrán los lectores tener mejores elementos de juicio para hacer sus propias valoraciones en cuanto a las implicaciones de La Cuaresma pecaminosa que se vive, fomenta y ataca en Guatemala.

Jolie Totò Ryzanek Voldan

Teóloga.

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