Cuando no alcanzan los descalificativos
Realmente
es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar la indignación,
vergüenza, cólera, repudio y todo lo malo que se siente cuando se hilan las
noticias recientes del acontecer nacional que hablan del deplorable desempeño
de nuestras autoridades y el desastre generalizado de todos los ministerios
gubernamentales.
Desde
luego, no se trata de descubrir la receta del agua azucarada o hacer una
tormenta en un vaso de agua, sino de intentar decir en pocas palabras toda la
serie de implicaciones que posee tal actuar del gobierno y sus funcionarios
para la población guatemalteca en su conjunto.
En tal
virtud, tenemos que ser claros en cuanto a que el principal derecho de todos
los seres humanos es EL DERECHO A LA VIDA, porque cuando esta no se preserva o
no se cuida se pierde y el ser humano mismo deja de existir.
Pero, es
que realmente llora sangre observar lo que pasa con la aludida “preservación de
la vida” a nivel de las esferas gubernamentales… por un lado, el Ministerio de
Finanzas no logra endémicamente la meta de recaudación y obliga a todo el
aparato estatal a recurrir al endeudamiento de la nación, llevando tal índice a
cifras históricas cuando apenas se ha rebasado la mitad del mandato para que
fueron electos, y analizamos lo que acontece en la red hospitalaria nacional,
donde apenas ayer se supo que la emergencia del Hospital General San Juan de
Dios había colapsado y, hace algunos días en el pacto de condiciones de trabajo
de tan controvertido ministerio “legalizaban” el gasto en viáticos de manera
insultante para el hambre de todo un país, la situación general adquiere
dimensiones que rebasan lo creíble.
¿Cómo es
posible que un servicio hospitalario de emergencia de un Estado colapse por
carecer de lo básico, mientras el responsable de la cartera dispone de más de
Q1,000.00 diarios en concepto de viáticos?
¿Aprobaría
usted que una persona con un sueldo tan exorbitante, como el de los ministros
necesite para vivir tal cantidad de viáticos diariamente, a cambio que las
personas que llegan a la emergencia mueran por falta de todo?
Si
consideramos que poner en riesgo la vida de las personas es causa del delito
tipificado como “homicidio culposo” y que hay otros delitos que pudieran
conectarse como incumplimiento de deberes, abuso de autoridad, negligencia
médica, corrupción, etc. Realmente, empiezan a faltar los descalificativos para
los responsables de tal proceder en todo el aparato estatal.
Como quiera
que se juzge la situación enfocada tan someramente en este corto espacio, todos
coincidiremos en que el desempeño gubernamental ha llegado poco a poco,
inconsciente o conscientemente a crear “con mano dura” un Estado de Derecho
fallido en apenas dos años y algo de gobierno.
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