Sí, pero… (20140909)
Es el momento de inspiración, cuando las ideas se agolpan y las emociones se trasladan de un sitio a otro de tu pensar. Por un lado, me siento ilusionada por la vida que Dios me ha dado y las maravillosas personas que me rodean, que me apoyan y, sobre todo: siento que me quieren. Por otro lado, me invade la cólera de saberme ciudadana de un país que con todo lo bello que es y la inmensa riqueza que posee, tenga tantos males y ciudadanos tan irresponsables, tan ladrones y tan conformistas con aquello que poseen, ya sea mucho o poco, y sean tan buenos para nada con todo y por todo, toda vez que no les afecte en su peculio.
Realmente estoy colérica por observar nuestras falencias en casi todos los ámbitos del hacer humano y nuestro retraso en tantas cosas que, aunque nos golpean a todos por igual, solamente las sufrimos estoicamente, nos conformamos y seguimos adelante con la resignación de saber que nadie hará nada, y nosotros menos…
Esta última coyuntura descrita tan sucintamente, es lo que más triste me torna, porque realmente llama a la tristeza y hasta la melancolía saberse parte de un país de pusilánimes, que se conforman con serlo…
Me consuela, sí, saber y reconocer la valía del gremio artístico de Guatemala que pese a todo y con todo, sigue produciendo verdaderas obras de arte y composiciones estéticas de verdadera vanguardia cultural, en un país mayoritariamente analfabeta…
¡Vaya que en mi país hay enormes contradicciones!
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