sábado, 21 de febrero de 2015

Descanso laboral (20150220)

Luego de llegar tarde a casa atérida de frío y hambrienta, dispuse una vianda sustanciosa, pero no pesada, porque deseaba tirarme a la cama y dormir, dormir y dormir...
Así que calenté un vaso de avena, alcancé la panera y comí para retirarme a descansar sin tener que levantarme por el hambre...
Anoche hubo mucho frío y era tal mi cansancio y frío que me costó decidirme a desvestirme y "disfrazarme de bruja" con calcetas gruesas, sudadero pants, suéter y gorra de lana, además de añadir otra frazada y encomendarme a Dios, me confortó la idea de retirarme a dormir...
La cama fría me recibió, mientras buscaba quedar completamente cubierta por aquel montón de frazadas que uso desde que vivo sola y pensé, pensé y volví a pensar si todo habría valido la pena...
En mi cotidiano bregar que me cansa tanto, a diario me embelezo y gozo, para tornar a casa hambrienta, cansada y con frío, pero plena de satisfacciones y logros profesionales al frente de un maravilloso equipo de personas que colabora mucho más allá de aquello por lo que nos pagan...
Todos amamos nuestro trabajo y, aunque no lo digamos, es mucho más que un amor enfermizo...
Finalmente, concilio el sueño y duermo, duermo y duermo... adrede no fijo el despertador para dormir, dormir y dormir...
Despierto temprano y recuerdo que la vida sigue, sigue, sigue, y me levanto presurosa a alimentar a mi perro y a reunir la basura y sacarla a la calle, lavarme la cara, desayunar y doblar la ropa que tengo pendiente y torno rendida a la cama a dormir, dormir, dormir...
El mediodía ha pasado y, amodorrada despierto pensando cómo organizar lo que resta del día y concluyo que es mejor que almuerce y tome mi ya olvidada siesta...
Ordeno me lleven a casa una deliciosa pizza, y alcanzo un jugo de la alacena para beber... tocan a la puerta, recibo y pago por mi manjar y feliz voy a comer a la mesa, mientras sigo "disfrazada de bruja" y como suficiente para volver a la cama a dormir, dormir, dormir.
Despierto cuando el crepúsculo ha pasado y la oscuridad de la noche me abraza e invita a escribir esta nota... antes de volver a descansar y dormir, dormir, dormir.

Jolie Totò Ryzanek Voldan. 

Sin título (20150221)

Hoy aprendí que la vida es comparable a una moneda, porque siempre hay dos caras para ver las cosas que en ella acontecen. Así, mientras unos ríen, otros lloran; unos nacen, mientras otros mueren... Al final de todo, no sé cómo sentirme, porque pronto vendrá (dice) mi pretendiente a Guatemala (no reside permanentemente acá), para ultimar detalles de mi traslado definitivo a su país de residencia (Inglaterra).
Así que no planeo irme pronto, porque no es fácil terminar mi vida acá, para irme mañana a otro país a iniciar por tercera vez mi vida y a los 64 años que tengo...
Así que ¡Qué alegre que en el otoño de mi vida encuentre con quien compartir el resto de mis días!, pero ¡Qué enorme reto y tristeza que ya no volveré a verles a ustedes cara a cara, para charlar y beber un café!
Tendré que dejar mi querido trabajo que me cansa tanto, pero me provee la preciosa oportunidad de hacer aquello que me apasiona.
Así, exactamente, es la vida, como ¡una moneda!
Jolie.

viernes, 6 de febrero de 2015

Recuerdos de la noche (20150206)

ORIFICIO

RECUERDOS DE LA NOCHE…

Jolie Totò Ryzanek Voldan

Escuché el repique lejano de campanas, pensé que así como están de lejanas andamos lejos de tantas cosas y cercados por otras tantas… estoy cansada y deseo dormir un poco más, y duermo hasta que los gritos de quienes dicen que Dios es todopoderoso, me despiertan y me molesto… ¿Acaso no saben que Dios no es sordo?, ¿por qué gritar, aplaudir, tirarse al suelo y todo ese tipo de farsa si al terminar el culto vuelven a ser los mismos?, que “la carne es pecado y es del maligno” y casan a sus hijos mediante esa fe, para que forniquen “bendecidos por Dios”… Realmente estamos lejos de muchas cosas, de tantos lugares y ¡del conocimiento!

El día fenece y el crepúsculo da paso al frío inclemente que poco a poco lacera nuestra piel y cala hasta los huesos.

El momento de la ducha fría ha llegado, para que “aclimatada” y muy bien acicalada, la ménade semidesnuda salga en pos del sustento de mañana… ese ser medio vestido que ha de hacer aquello que todos se niegan a reconocer como trabajo, cuando realmente lo es y hasta cumple una función social… que no es “digno”, dicen, sin reconocer que la sociedad excluyente le ha lanzado a ello al negar toda superación.

Estará sola en su sitio de trabajo y cualquiera comprará sus “amores” y se sentirá favorecido al haber comprado a la más bonita, voluptuosa y que todos quieren e hipócritamente ocultan…

Las menos agraciadas, tomarán a aquellos que no pueden pagar tales “amores”, pero desean sentirse queridos y deseados aunque sea por un momento. Otros, se relamerán con la vista de la bella y solicitarán un descuento, que ella no otorgará y negociarán aunque sea un favor menor.

La noche es larga, los delincuentes y drogadictos están al acecho, ¡hay que mantenerse alerta!, mientras el frío horada tu ser corporal: Estar atenta y sonriente pero ¡Lista para todo!, incluso morir…

En tanto, el hambre te apura el ser y comprendes que has de conseguir al menos un cliente que te compre, para vivir un día más, y coqueteas hasta con cualquiera que se cerca un poco, mientras los vehículos pasan raudos para que sus acompañantes no te vean, o despacio para gritarte cualquier grosería mientras tú contestas otra grosería peor…

Con el discurso del tiempo inicia el frecuente desfile de borrachos y drogados que hacen intentos de comprarte “al mejor precio”, porque el dinero que tenían lo tienen dentro de sus cuerpos, en drogas o alcohol…

Las noches de la ménade son duras, muy duras, porque además de todo lo dicho, te duelen los pies por estar tanto tiempo de pie, esperando salvar tu “día de trabajo” e irte a descansar, aunque sea con el estómago vacío y la incertidumbre de lograr “algo” al día siguiente.


El repique de campanas anunciando el nuevo día ha iniciado, mientras los desposados siguen fornicando ya bendecidos y las trabajadoras de la noche retornan a sus casas a dormir.

martes, 3 de febrero de 2015

El ferrocarril -Parte final- (20150203)

yoli
De aquella hermosa época de promisión hacia el progreso mediante la maquinización y el surgimiento de la industria, quedan en Guatemala: los rieles oxidados de un ferrocarril que ya no circula… los durmientes plantados en su suelo que dibujan una cicatriz en el suelo patrio que, cual mudos testigos del circular de un ferrocarril que traería progreso a la nación, y que, constitucionalmente, era el transporte más barato para el pueblo…
Esas viejas estaciones de madera regadas a lo largo de las vías férreas que se han convertido en refugio de vagos, delincuentes y letrinas públicas con el devenir de los años, y que paradójicamente fueron construidas artesanalmente, viven como las luces que recuerdan el mejor intento de un pueblo que intentó ser parte del mundo industrial de ayer y hoy es informatizado…
Esa ofensa proferida a la patria por sus hijos traidores so pretexto de cuidar sus bienes de capital, es lo que nunca les perdonaremos quienes todavía poseemos la capacidad de pensar y proyectar los beneficios que hoy tuviéramos como país, amén del bienestar colectivo que gozaríamos a nivel social y cultural, si tan solo esos grandes dueños del capital no nos hubiesen arrancado el derecho al progreso industrial y agrícola a que toda persona honesta aspira.
Poseemos como nación, un escandaloso índice de delincuencia y violencia que nos sitúa casi en el viejo oeste norteamericano, solo que hoy sin duelos callejeros, sin honor y, con una profunda indiferencia hacia el valor de la vida de todas las personas.
Mientras, las ya vetustas e inservibles vías férreas señalan cual cicatrices, la herida profunda propinada al suelo patrio, a su gente y a sus hijos… El pito del tren ya no se escucha más, los pedazos de riel han ido a parar a un sinfín de talleres y a la chatarra, para ser reciclados, a cambio de una pingue suma de dinero, en este caso: “mal habida”.
Chucututuco, chucututuco: El tren del progreso histórico nos ha dejado varados en el oprobioso pasado de un sistema feudal, impropiamente llamado capitalista. Lo peor es que cada vez se aleja más de nosotros, mientras tus hijos, Guatemala, permanecen pusilánimes ante la barbarie de sus malos hijos que prefirieron su dinero ante el valor de una patria insertada dignamente en el concierto de las naciones civilizadas.
Chucututuco, chucututuco: El tren de la vida de quienes vivimos aquella hermosa visión nacionalista y patriótica está próximo a su última estación, en la paz de un cementerio.