Rara (20170901)
Me han dicho que soy rara, porque aunque procuro ser como
las demás personas, siempre sobresalgo por mi correcta forma de vestir, por mi
manera de hablar y hasta por el vocabulario que empleo…
Ciertamente, creo que soy rara porque soy correcta y me
gusta respetar a los demás, precisamente, para ser respetada.
Incluso, cuando por hambre tuve que trabajar en las calles,
me dijeron que era rara y distinta a las demás, mas no me contrataron.
Estoy llegando al convencimiento que soy rara, porque me
gusta escribir y vivo en una sociedad que no lee y casi dos terceras partes de
sus integrantes son analfabetas formales y/o funcionales.
Definitivamente soy rara, porque pese que la mayoría de
personas tienen un horario para dormir, yo soy capaz de dormir casi en cualquier
parte y a cualquier hora si así lo dispongo.
También soy rara, porque he de dormir no menos de ocho horas
diarias para sentirme descansada y sin sueño durante el día.
Y soy rara también, porque me acuesto temprano y he de
levantarme rutinariamente dos veces para ir al sanitario y, muchas de esas
veces, me da hambre y como antes de volver a la cama a dormir.
Una de las cosas que me hace más rara es que me encanta
consentirme, y ello logra que deba planificar no menos de tres horas diarias
para mi arreglo personal diariamente.
Algo que me hace rara es que soy extremadamente delicada con
la escogencia de la ropa que he de vestir cada día, porque aunque sé que voy a
vestir y no pierdo el tiempo en andar escogiendo prenda por prenda haciendo un
tremendo alboroto, busco cada prenda, para sentirme cómoda con ella y verifico
que combine o contraste, según para qué ocasión me esté vistiendo, con todo lo
demás.
A veces me sé más rara, porque paso todo el día en pijama y
otras, completamente desnuda si no hace mucho frío.
Reconozco que soy bastante rara como cosmetóloga, puesto que
todo mi maquillaje se reduce a crema de rostro y el uso de lápiz labial en la
boca.
Otra cosa que me hace rara es que no me gustan los vellos ni
los pelos en parte alguna del cuerpo, a menos que sea la cabeza, las cejas y
las pestañas.
Lo que realmente me hace muy rara es que no tolero que
alguien se propase conmigo y crea que por mi condición de mujer transgénero,
amistad o sumisión de la mujer ante el macho, yo deba de soportar tales
comportamientos.
Sí soy exacerbadamente rara porque me choca sobremanera cuando
para expresar alegría o por mero gusto escuchan –y por ende, ponerme a
escuchar- lo que llaman música ranchera o de banda. Cuando me he topado con
tales situaciones, y sin importar dónde me encuentre o el clima que impere, me
despido cortésmente y me retiro lo más lejos que pueda de ese sitio y de esas
personas.
Soy muy rara también, porque aprecio sobremanera las
expresiones artísticas contemporáneas y me fascina el surrealismo de las
expresiones plásticas, además de los efectos que se logran en fotografía artística
y los mensajes plasmados mediante el arte urbano.
Me hace ser una persona bastante rara el aprecio especial
que experimento con la poesía y el absoluto desprecio por aquella que llaman
poesía, sin serlo.
Quizá lo que me hace más rara entre todo es el hecho de
pensar y ser muy crítica con todo y por todo, porque me gusta entender
completamente todo, para hilar algunas veces, largas y sesudas conversaciones
en torno al hecho observado.
Otra característica propia que me hace ser rara es, que siempre
busco el bien común en la sociedad individualista que conformamos, que siempre
busco denodadamente la verdad, la justicia, la equidad y el menor de todos los
males para todos y no solo para mí.
Finalmente, sé que soy rara en una sociedad rara en que
somos raras las personas que meditamos antes que intentar dejar de ser raras.
Jolie Totò Ryzanek Voldan.