domingo, 29 de marzo de 2020

"Algo nuevo está brotando" (20200329)


“Algo nuevo está brotando”

Jolie Totò Ryzanek Voldan.


Luego de algún tiempo ausente, retorno al hábito de escribir un poco para ustedes, aun en medio de esta crisis mundial producida por el aparecimiento de la pandemia del Covid-19.

He titulado esta pequeña entrega, Algo nuevo está brotando, título del libro uno de mis más apreciados maestros, Teodoro Nieto, porque me pareció muy acorde a lo que deseo exponer.

Ciertamente, las disposiciones gubernamentales guatemaltecas para el resguardo de la población han estado dirigidas sobre todo a la protección de los grandes empresarios y no así para el mejor resguardo de la seguridad y salud del grueso de la población. Baste para ejemplificar lo descrito con citar que con el dinero prestado por el Estado, se empleó para EXONERAR DE PAGO a los grandes productores, OLVIDÁNDOSE DEL EQUIPAMIENTO Y ABASTECIMIENTO DE LA RED HOSPITALARIA DEL PAÍS, y un pequeño remanente, fue dado al sistema bancario para que este LO OTORGARA EN CRÉDITOS A LOS MEDIANOS Y PEQUEÑOS EMPRESARIOS Y COMERCIANTES con el consiguiente pago de intereses.

Ante este tipo de disposiciones, la población sojuzgada por el Estado de Excepción decretado previamente, no ha tenido otra alternativa distinta a “agachar la cabeza” con mucha inconformidad y reconociendo sus limitaciones para manifestarse de manera pública y masiva.

En este contexto y muy acorde a su tradición de solidaridad entre hermanos que caracteriza al guatemalteco promedio, empezaron a surgir acciones de solidaridad a nivel individual hacia los menos favorecidos por la sociedad, hacia las personas pobres, extremadamente pobres y en situación de exclusión social, pero hermanos al fin, quienes por su misma situación de exclusión recurrieron a la única alternativa que les dejaron y, empezaron a practicar la mendicidad en forma abierta y creativa: Tal el caso de quienes hacen malabares en una esquina mientras el rojo del semáforo detiene el tránsito vehicular, para luego recolectar entre los conductores algunas monedas y, en otros casos, simplemente solicitando caridad abiertamente a las personas o vendiéndose a sí mismos…

Todas estas actitudes impulsadas por la actual coyuntura, logró que muchos corazones se conmovieran y “empezaran a dar un poco de sí hacia los demás” en y de las formas más variadas y de manera específica, logrando en su conjunto paliar de alguna manera el sufrimiento de algunos de sus prójimos.

Tal sentimiento personal, a su vez, ha logrado que algunos gremios organizados para otras causas, situaciones y fines hicieran eco de la solidaridad a nivel institucional, tal el caso que POR PRIMERA VEZ, organizaciones dedicadas al control de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y combate del sida recolectaran y/o compraran alimentos para compartir con l@s trabajador@s sexuales de áreas menos favorecidas e integrantes de su gremio.

Otras personas por su parte, se empiezan a organizar particularmente para ayudar a las personas pobres y excluidas por su condición de personas de edad avanzada y/o discapacidad, y otras, a los diversos segmentos poblacionales que en función de la calamidad nacional viven la exclusión y carecen de los medios necesarios para procurar sus alimentos como resultado de la enorme brecha social prevalente en Guatemala.

Tengo la esperanza que tales manifestaciones logren alcanzar los objetivos que se proponen, para paliar en lo posible el hambre de un pueblo marginado y excluido del bienestar que debiera proveerse a toda la población sin ningún distingo y en consonancia con nuestro texto constitucional.

Igualmente, tengo la esperanza que esta situación haga pensar social y políticamente a estas buenas personas que ayudan a l@s excluid@s del sistema, para que algún día luchen por el cambio social necesario para revertir tal estado de cosas y ha sido postergado ya muchos años.

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