Vacunación “a la Tortrix” (20210508)
Jolie Totò Ryzanek Voldan
Entre “la buena intención” o el miedo a demandas y reclamos serios o escases de vacunas, en Guatemala hay un muy notable cambio en el modo de vacunar a la población contra el covid-19 por los servidores del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), pues han implementado “a la guatemalteca” (léase a la Tortrix) un sistema de primer mundo en nuestras depauperadas latitudes que siempre hemos carecido de toda información y registros fiables de todo y por todo.
Así pues, resulta que “encaramados en las facilidades que provee la informática”, han hecho público un enlace (link, en inglés) para que las personas puedan “inscribirse previo a ser llamadas con fecha, hora y lugar específico para ser vacunadas”… ¿Y QUIENES NI SE ENTERAN DE LAS NOTICIAS POR LO LEJOS QUE VIVEN O NO TENER ACCESO A INTERNET, SON ANALFABETAS O HABLAN SOLAMENTE ALGUNO DE LOS OTROS 23 IDIOMAS DEL PAÍS, QUÉ PASA CON ELLOS?
En fin, siendo una de las personas privilegiadas asistí a la cita para vacunarme el día vienes 07 de mayo a una escuela (no hospital, clínica o Centro de Salud) situada a inmediaciones del parque central del municipio que habito y que para no hacer muy larga esta descripción resumiré todo lo posible:
• Fui citada “a la hora del almuerzo” (13:00 horas), con lo que me desordenaron hasta mis tiempos de comida del día y obviamente el día completo.
• En la ubicación el parqueo más cercano dista como 300 metros, con lo que mi llegada se retrasó bastante, puesto que me agito mucho al caminar más de 50 metros, pues debí hacer varias paradas para calmarme previo a continuar mi marcha.
En una de estas paradas fui alcanzada por una vecina que conoce mi condición y labora en el MSPAS, quien dejó de almorzar para acompañarme y ayudarme a llegar.
• Al llegar, me ingresaron a una improvisada “sala de espera (un patio con sillas y cubierto con toldos) y comprobación de datos, donde además me tomaron la tensión arterial (por una persona que no respetó el orden de la fila de sillas y perdí el puesto que ya tenía asignado) y me localizaron manualmente en un listado impreso de “personas citadas”.
• Seguidamente, fuimos conducidas a un aula donde nos pidieron observar un vídeo en que se explicaba “la voluntariedad” de la vacunación y nos pasaron para firmar (con firma y huella dactilar) un formulario donde expresábamos por escrito nuestra voluntariedad de ser vacunadas… (así que todos usamos “sin desinfección” la misma almohadilla de sellos)
• Luego nos condujeron a otra aula donde una sola persona nos atendió solicitando nuestro DPI para tomarle datos, en un proceso por demás lento y extendernos dos papeles para ser entregados en la sala de vacunación y tener acceso a la segunda dosis en el futuro… (¿acaso no tenían ya todos los datos desde el formulario de preinscripción?)
• Seguidamente, fuimos trasladados a las afueras de otra aula, para finalmente ser vacunadas, previa entrega del formulario de primera dosis, y fui vacunada con una inyección insertada transversalmente en mi hombro derecho y sin ningún tipo de consideraciones ni técnica, como cuando se vacuna ganado.
• Luego me colocaron en una silla bajo un toldo en el patio “para observación” de alguna posible reacción secundaria y/o alérgica, mientras escuchábamos música de marimba pura (confieso que me dieron ganas de volver a mis tiempos mozos y bailar), mientras una estudiante de la Universidad Da Vinci y una médico observaban que todo discurriese con normalidad.
• Media hora después me dieron de alta e inicié el retorno hacia mi auto, con las paradas necesarias a cada 50 metros para calmarme y continuar, mientras buscaba infructuosamente un lugar para comprar algo y comer.
• Cuando llegué esperé a mi vecina amiga, para llevarla de vuelta a la colonia que habitamos.
• RESUMEN FINAL: Salí de casa a las 12:30 y volví cansadísima a las 17:00 horas, habiendo dejado a mi vecina en su casa y pasado a comprar un pedazo de pollo a una carreta, me tiré en la cama y desperté a las 22:00 horas con mucho dolor en el brazo, tomé un analgésico y vestí la pijama para despertar hasta el día siguiente.
En realidad, el proceso merece una alta calificación en cuanto al recabamiento de datos de las personas, pero es sumamente lento y definitivamente completamente ineficiente y nada funcional, pues a ese ritmo de vacunación necesitaremos (como país) unos cinco o más años para ser vacunados quienes tenemos el “privilegio” de poseer acceso a la tecnología, estar informados y asistir a ser vacunados… ¿Y quienes no tienen esos privilegios?
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