La
historia del campesino (17-11-2012)
Cierto día, aquel agricultor topó con algo muy
sólido mientras removía la tierra, creyendo que era una piedra, empezó a
escarbar a los lados para extraerla con el azadón, lo cual finalmente logró.
Le dio curiosidad que al tenerla en sus manos,
que aquella piedra fuera tan pesada, por lo que dispuso retirar toda la tierra
que la cubría, para ir a tirarla lejos de su parcela.
Sobándola estaba cuando súbitamente le
apareció un genio que le dijo: “Hace muchos siglos que mi dueño me trajo hasta
aquí y me abandonó. Tú que me has encontrado ahora, eres mi dueño. Yo soy el
genio de los deseos imperfectos –dijo–, porque al igual que los humanos: soy
creación divina y por ello imperfecto, pero concedo a mi dueño todo cuanto pida
menos “algo”. Así que pide lo que desees que yo lo concederé imperfectamente”.
El campesino pensó para sí mismo: “¡Ya la
hice!” y le dijo: Quiero ser dueño de toda la tierra de este planeta. El genio
respondió: ¡Hecho! Y todos los títulos de propiedad mundiales pasaron a tener
como propietario al campesino.
El genio dijo entonces: “Lo imperfecto de tu
deseo es que como los desiertos no tienen dueño, esos no están a tu nombre”. El
campesino dando saltos de alegría dijo: “ta gueno, ¡al cabo mundo ni los quería!”.
… Poco duró la alegría, porque sus vecinos
llegaron furibundos a reclamar lo acontecido y los grandes latifundistas se
reunieron para estudiar las medidas a tomar ante el despojo de sus propiedades.
El asustado campesino frotó nuevamente el pedrusco
en sus manos y solicitó al genio que calmara los ánimos de quienes pensaban
agredirlo y el genio nuevamente le dijo: ¡Hecho!, ninguno te agredirá, pero, lo
imperfecto es que a nuestro Creador no lo puedo mandar.
El campesino tornó nuevamente a dar saltos de
alegría, mientras sus “presuntos agresores” se calmaban y retornaban a sus
respectivos lugares de origen…
… Poco duró la alegría, porque empezaron a
llegar cientos de personas a solicitar sus instrucciones para la siembra, para
los fertilizantes, para el riego, para el pago del préstamo, para el arado,
para la fumigación, para la siega, para la compra de semilla, para el secado,
para los herbicidas, para el pago de planillas, etc.
Los detuvo a todos y ordenó que se formaran
para atenderlos uno a uno, mientras un centenar de helicópteros buscaban
infructuosamente aterrizar en el reducido espacio de su parcela. Sobó
nuevamente la piedra y pidió al genio la sabiduría y conocimientos que
necesitaba para lograr su empeño. El genio dijo: ¡Hecho!, lo imperfecto es que
todo te lo concederé, menos para saber qué hacer con lo tuyo. El campesino dijo
“Ta gueno, al cabo mundo un pedacito menos no me afectará…”
… poco duró la alegría, porque como era el
dueño de todo: ¡Enloqueció!
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario