martes, 25 de febrero de 2014

Mi contradicción (20140225)


En el otoño de mi existir he decidido "hacer un alto en el camino" para resumir mi propia existencialidad:

Por un lado veo que ya no soy ninguna jovencita (tengo 63 años cumplidos); ni hombre ni mujer (tal cual se conceptualiza erróneamente por los médicos en nuestros países tercermundistas), porque soy una persona transgénero femenina.

No tengo jubilación o pensión alguna y, aunque debiera estar jubilada, he de "ver qué hago" todos los días para lograr subsistir en esta sociedad tan obcecadamente aferrada a conceptualizaciones que en otros países civilizados han quedado fuera de uso y contexto.

Por si lo anterior no fuera suficiente para complicarme la vida, poseo vocaciones claramente marcadas en mi vida:

1- Procurar ser una auténtica cristiana que se brinde a los demás con todo cuanto sabe y posee.

2- Ejercer la profesión de escritora, que no reditúa beneficios económicos en el corto plazo y quizá nunca.

3- Me encanta editar y corregir textos de otras personas que escriben, para que sean leídos por unos cuantos privilegiados que aún valoran la lectura en un país mayoritariamente pobre y analfabeta.

4- Defender los Derechos Humanos de las personas de la diversidad sexual, porque somos nosotras, precisamente, quienes hemos avanzado al siguiente escalón de la evolución del género humano planteada por Charles Darwin en su momento y, porque hemos existido desde que la humanidad posee memoria histórica y hemos sido discriminadas y estigmatizadas de la manera más cruel y despiadada que el género humano conoce, a sabiendas que ello no es "amar a tu prójimo como a tí mismo", además de injusto e ilegal en muchos países del mundo actual.

Lo anterior logra que mi situación económica sea un verdadero caos, aunque en círculos literarios y de derechos humanos goce de gran renombre y hasta soliciten mi autógrafo...

Finalmente, y hasta este momento, sé que poseo muchos conocimientos de muchas disciplinas que he aprendido o la vida me ha enseñado a fuerza de intentos fallidos y una denodada búsqueda de la verdad, sea cual fuere que sea.

Considero haber tenido una existencia que ha valido la pena tener y vivirla en cada uno de sus instantes.

Igualmente sé, que habré de morir y no podré escribir todo cuanto deseo, mas sí en paz, porque sé que nadie diferente a mí hubiese escogido para sí este existir que me hace sentir tan plena, satisfecha y con tantas expectativas para el futuro que me toque vivir.

Sí, esta persona soy yo actualmente:

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

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