domingo, 15 de noviembre de 2015

Un círculo que debemos romper entre todos (20151115)


ORIFICIO



Un círculo que debemos romper entre todos



Jolie Totò Ryzanek Voldan



Pretendiendo recoger el sentimiento de la humanidad pensante, mas no actuante, el sentimiento y razonamiento resultante es indefectiblemente el mismo: “No más muertes inocentes”.



Pero como decía, al no ser actuante en la coyuntura ¿Cómo detener la barbarie a estas alturas?, ¿Cómo hacer entender a la mayor industria del mundo (la armamentista) que en su afán justificado por el sistema capitalista y la lucha por la posesión de la mayor cantidad de energéticos mundial, que la matanza de seres humanos debe terminar?, ¿Cómo hacer entender que el derecho humano más importante es la vida, porque sin él todos los demás salen sobrando?, ¿Cómo hacer entender que el ideal es que cada quien pueda vivir como mejor le parezca y en un clima mundial de armonía y respeto, sin que nadie intente imponer el propio a los demás?



Son algunas de las interrogantes que nos hacemos y desde luego, las partes interesadas asegurarán que “Será hasta que no quede uno solo que disienta de la manera de pensar del vencedor final” y es precisamente ese el punto medular del asunto, puesto que nuca habrá un vencedor final, puesto que el odio y fanatismo por las ideas de un lado y de otro, está completamente enraizado en la actual generación y ya es sufrido por la siguiente, con lo que en el caso improbable y remotamente real que alguna de las partes conquistara militarmente a la otra, no podrá cambiar el sentimiento de odio en los corazones de los vencidos y más tarde, el asunto resurgirá…



Los ejemplos de cuanto afirmo abundan, incluso en la historia actual, como el caso del movimiento independentista de Cataluña, para separarse de España, luego de 301 años de haber sido conquistada por el “Reino de España”, pero conservando su idioma, costumbres e idiosincrasia, que los castellanos despreciaron por siempre, pero nunca renegaron el soporte económico que tal región brinda al “Reino”, y hoy, el cisma está por concretarse, para bien o para mal, lo que acarreará una auténtica cascada de movimientos independentistas por toda Europa y la desintegración de la “Europa de naciones”, para trocarse en la “Europa de las regiones”, Tales los casos de la antigua Yugoslavia, que hoy es conformada por varios países (cinco o seis) o Checoslovaquia que se fraccionó en dos países, etc.



Mi punto es que aunque la victoria militar sea factible, será inútil, porque los sentimientos y las culturas no desaparecen con las victorias militares, sino se acrecientan y robustecen en el doble sentido de fomento del odio de los vencidos hacia los vencedores y viceversa, sino en la conservación y fomento de una cultura que siempre apuntará hacia la reconquista territorial de aquello que una vez les fue arrebatado.



Mientras tal inútil victoria ocurre, los grandes capitales que se nutren de la principal industria del mundo –insisto, la armamentista-, la humanidad seguirá poniendo los muertos y ellos las armas, para poseer dinero y el control de los energéticos del mundo, con la falaz idea que ambas bienes les garantizarán que su estirpe no muera. ¡Vaya manera tan aberrantemente estúpida de ver las cosas!



Considero que los esfuerzos de la humanidad deben ir encaminados hacia el respeto de las culturas, aunque estas nos sean extrañas y hasta inexplicables e ilógicas, pero, si las respetamos y ellos nos respetan con las nuestras, quizá algún día podamos vivir en paz en el mundo y desechar las armas de la faz de la tierra…

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