ORIFICIO
RE-TOR-CI-DOS (pero sinfónicos)
Jolie Totò Ryzanek Voldan (Gestora cultural)
El miércoles pasado fui invitada a la PENÚLTIMA PRESENTACIÓN de una ópera del género “Queer” (Término en inglés para designar a quienes no son heterosexuales, heteronormados o de género binario. –tomado de wikipedia–) que posee el enorme mérito de ser la PRIMERA OBRA DE ESTE GÉNERO brillantemente montada, actuada, cantada, ejecutada y dirigida por guatemaltecos(as), quienes además, han añadido un componente didáctico a su creación, al montar una pantalla donde se proyecta las letras de lo que cantan los intérpretes, ya traducidas al español (dado que la inmensa mayoría no hablamos fluidamente el italiano, francés y alemán), con lo que el espectáculo es completo y muy enriquecedor auditiva y visualmente.
Teniendo en cuenta que resta tan solo una fecha (el día 29 de junio de 2016) para presenciarla, es más que recomendable su asistencia a “La Majo” (3ª. avenida y 12 calle zona 1) para no perderse este magnífico espectáculo, puesto que el aforo del lugar es reducido.
De la obra Desde luego, y ya que el pensamiento y género “queer” son prácticamente desconocidos en el medio guatemalteco, es más que recomendable documentarse previamente, siguiendo este enlace https://es.wikipedia.org/wiki/Queer.
Es una obra que rompe con casi todos los parámetros heteronormados a que estamos acostumbrados y vivimos. Así, el público es invitado por los propios intérpretes de la obra, mediante un diálogo corto y sutil a abandonar el área de mesas y dirigirse a presenciar la obra desde las ventanas y puerta de la habitación donde se desarrolla la audición, en que dos tenores y una soprano interpretan diferentes partes de conocidas óperas cantando “con género cambiado”, es decir, la soprano canta partes correspondientes a los tenores y los tenores algunas partes propias de la soprano, con lo que crean un contexto muy singular de un “enfrentamiento con nuestros propios demonios mentales” que llama a los espectadores a serias reflexiones, respecto de sí mismos, la sociedad que hemos construido y el mundo que habitamos…
En cuanto al vestuario de los intérpretes hemos de apuntar que es igualmente “queer”, ya que la soprano canta la mayor parte de la ópera subida en una silla y vistiendo completamente de luto y es cubierta por lienzos de distintos colores por los propios tenores, mientras que las letras operáticas que canta denotan un “enfrentamiento total” de ella con sus propios demonios espirituales.
Los tenores, por su parte, poseen grandes dotes operáticos: uno posee una muy bien cuidada barba y un corte de cabello completamente andrógino (que no se sabe si es del género masculino o femenino), se presenta vistiendo un corsé muy sexy color rojo y encaje color negro, a momentos calza zapatos de tacón alto y en otros momentos zapatillas de ballet, mientras baila como toda una diva y canta con su viril y potente voz.
El otro tenor, se presenta con una vestimenta completamente andrógina y un maquillaje teatral igualmente andrógino, mientras baila canta y actúa, al igual que su compañero de escena de lo mejor. El suma, no es simplemente una ópera prima en sí misma, aparte que lo es, sino es una obra que por todo su contexto, le invitará a re-pensar muchas de sus actitudes para consigo mismo(a), la sociedad y el mundo en general.
¡NO SE LA PIERDA!
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