Reencuentro (20160825)
Había sido una semana de mucho trabajo para ambas, y cuando cada una volvió a casa, solamente calentó algo para comer, se desvistió y fue directo a la cama a dormir...
Una de ellas se levantó cuidadosamente de la cama cuando apenas había despuntado el alba del nuevo día y de manera silenciosa dejó a su compañera durmiendo a pierna suelta en aquel que algún día fue su lecho de amor, cerró cuidadosamente la puerta y se dirigió a iniciar el quehacer de la casa, pues ambas tenían horarios de trabajo tan exagerados y brutales que dejaban todo para arreglarlo durante el fin de semana.
Su compañera que había quedado dormida en el dormitorio se sintió descansada y volteó buscando a su pareja para conversar y ser amada, mas no la encontró al voltear hacia su lado de dormir... y, despabilándose un poco de aquella modorra se percató que la puerta de su dormitorio estaba cerrada, y cayó en cuenta que la dueña de sus afectos ya no estaba en la cama, sino había salido dejándole dormida.
Sacudió su cabeza una vez más y sentada en la cama se sintió a sí misma con unas ganas enormes de ser amada y escuchada, mientras recibía y daba caricias a la dueña de su amor. Se incorporó y silenciosamente salió en busca de su amada quien hacendosamente, fregaba aquel enorme promontorio de trastos acumulado en el fregadero, tras una semana de no haberlos limpiado...
Estaba tan embebida en su quehacer que no se percató de la presencia de quien creía dormida a sus espaldas, y no sintió la mirada amorosa de su amada, quien a espaldas suyas le observaba amorosamente y, cuando apartó su cabello de la cara vio la silueta de quien embebida le observaba, volteó para quedar de frente ante su compañera que permaneció hasta ese momento sin moverse y le dijo:
-Buenos días amor, ¿cómo amaneciste hoy?, y bajó sus brazos para que escurriera el agua de ellos, vio que aquella mujer dirigió sus manos a los tirantes de su camisón para correrlos hacia sus hombros y dejar que la prenda cayera al piso, mientras le respondía diciendo:
-He descansado suficiente y ahora quiero hablar contigo, porque quiero que sepas que estoy necesitada de tí, de ser escuchada por esa persona que sigo amando y convive conmigo. me he desnudado para que veas que no te miento y que sepas que deseo ser mimada y escuchada, que necesito tus caricias y besos y que, aunque retornamos a casa muy cansadas del trabajo, hoy quiero saber si tú me sigues amando y deseas seguir compartiendo tu vida conmigo...
La interpelada abrió sus ojos, secó sus manos y repitió la escena de tirar la prenda que vestía al suelo y respondió:
-¡Mi amor!, la estrechó entre sus brazos y mientras la besaba tiernamente le dijo al oído: “acá estoy desnuda contigo, y quiero que sepas que yo también te amo mucho, que también deseo conversar contigo y sentir tus caricias en mi cuerpo mientras compartimos este hermoso sentimiento”.
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
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