martes, 13 de diciembre de 2016

Fin de la inocencia (20161213)


ORIFICIO

Fin de la inocencia   (20161213)
(Historia real)

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

Aquella mujer nació en el seno de un hogar “ultra-conservador de ideas protestantes”, jamás tuvo amigas durante su niñez, no era visitada ni podía salir a la calle, a no ser que su madre le enviara a comprar las tortillas, a la tienda o al colegio.

Tal formación (o debemos decir “deformación”) en su formación derivó poco a poco en una inconformidad total con todo y por todo, hasta que de manera audaz dispuso “conocer el mundo”, y conoció el mundo de las drogas, tocando casi, casi fondo en él y el mundo de las maras (pandillas)… sin que nada de ello llenara sus expectativas vivenciales, puesto que ni ella misma se adaptaba a aquel mundo concebido y estructurado de manera tan machista y patriarcal…

Con aquellos ápices de libertad conquistada, conoció a Víctor y se hizo su novia, porque el tipo aquel le llenaba con sus charlas y atenciones y porque sobre todo, tenía fijas en su mente las advertencias maternas que el novio no debía acariciarla, sino respetarla, cosa que el tipo cumplió a cabalidad siempre, pero que jamás quiso esperarla en la puerta del colegio, sino a la vuelta de la esquina y tampoco asistir a su casa a pedir autorización para el noviazgo, porque decía que el hermano de nuestra inocente chica le golpearía… Aquella adolescente enamorada le creía todo, precisamente, porque se había enamorado perdidamente de él…

El tiempo pasó y llegó el momento en que aquella chica debió independizarse de su casa, porque se había dado cuenta que le atraían las mujeres y no los hombres (excepto Víctor) y aquello era completamente inaceptable en el seno de su hogar, por lo cual debió marcharse de él a vivir en otro sitio y manteniéndose ella misma.

La lucha no fue nada fácil, por cuanto tener que mantenerse y estudiar tiene un costo alto en tiempo y en dinero, y más en una sociedad tan heteronormada como la guatemalteca, pero finalmente, coronó exitosamente su carrera universitaria y el tiempo le premió con una opción ejecutiva de alta responsabilidad en una inmensa empresa transnacional y a partir de entonces, las limitaciones económicas desaparecieron de su vida, siendo sustituidas por las llamadas telefónicas, incluso en días y horas de descanso…

Con todo, conoció a otra chica e iniciaron una relación que poco a poco se fue solidificando, hasta el colmo que acordaron vivir juntas y que una de ellas se trasladara a vivir al país de la otra a iniciar su vida…

Tal relación fue dando sus frutos, hasta llegar a consolidarse de tal manera que aquella chica reprimida llevó a casa a su primera “amiga”, cuando ya rozaba los treinta años… y atreviéndose a preguntar por la situación de aquel vecino de barrio que había sido “el novio de su vida” y a quien amó tanto (aunque todo fuera a espaldas de sus padres)… y un tío que estaba de visita en casa con el lenguaje propio de los hogares machistas guatemaltecos respondió así: “-Víctor no es Víctor, su nombre es Lucrecia y es una machorra (provincialismo peyorativo del oriente guatemalteco empleado para designar a las mujeres lesbianas)”…

La chica de mi historia, cayó en cuenta respecto del por qué las actitudes de su exnovio a quien había amado tanto y quien tanto "la respetó"… entendió que cuando ella en un arranque de amor le pidió que él fuera “el primero”, se había negado…

Aquella noche la chica volvió a casa y lloró mientras era consolada por su pareja…

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