lunes, 6 de marzo de 2017

Feminismo y trans (20170301)


Feminismo y trans      (20170301)

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

Muchas personas encuentran contradictorio que las personas no heterosexuales hagan causa común con las feministas, tal el caso de algunos gais y las personas trans, entre quienes se incluye a seres transgénero, transexuales y travestidos (impropiamente llamados “travestis”), puesto que para ellos (quienes enfrentan tal contradicción), somos simplemente homosexuales que nacimos con un sexo biológico que no aceptamos, y nos comportamos y vivimos como que fuésemos biológicamente del otro sexo.

Tal es el caso específico de las personas transgénero femeninas, quienes aparte de lo ya descrito, también pensamos, sentimos y reaccionamos como mujeres, sin que biológicamente lo seamos en el estricto (y heteronormativo) concepto aceptado en ámbitos médicos.

Esta circunstancia agrava la situación, puesto que inicialmente provoca una reacción de rechazo en el hogar mismo y tiene su origen en el desconocimiento de nuestra problemática por las personas que nos atienden, y seguidamente en la no aceptación de una situación que simplistamente califican y categorizan como “anormal”, cuando realmente no es así.

Este conflicto de ignorancia y falta de información se traslada (antes o después) a los ámbitos legales con consecuencias nefastas para todas las afectadas, al colmo que al estar inmersos dentro de un esquema heteronormado y patriarcal, se llegue a “desaparecernos jurídicamente”, con lo que todos los derechos legales son conculcados.

La mayoría de las veces, somos tratadas de acuerdo al capricho de nuestros juzgadores, quienes a falta de mejores argumentos, se ciñen a lo que dicen nuestros documentos legales y consecuentemente, somos doblemente victimizadas, merced del capricho (por ignorancia) de quienes están, contradictoriamente, para “velar por el bien común” de la ciudadanía.

De igual manera podríamos analizar los otros ámbitos del vivir humano en la sociedades patriarcalmente reguladas, mas no es el caso ni el objetivo de este escrito, por lo que nos enfocaremos en la necesidad de romper este esquema tan disfuncional de nuestras sociedades contemporáneas, porque es la única manera de lograr el doble objetivo de justicia e igualdad para las mujeres biológicas, y la aceptación social de las personas sexualmente diversas, específicamente, las personas trans.

Ante tan somero análisis (hecho así por razones de espacio), podemos afirmar sin temor a equivocarnos que no es que las personas trans necesitemos del feminismo, como tampoco el feminismo necesita de nosotras, sino que, tanto las mujeres biológicas como las personas trans necesitan un trato igualitario, en todos los ámbitos sociales.


Tal articulación no ha sido una acción de alguna de las partes para dar cabida a la otra, sino antes bien, ha sido el surgimiento de una comunidad de intereses ante la necesidad mutua de ser escuchadas, una necesidad de construir una sociedad no patriarcal ni heteronormada en favor de los hombres que excluye todo aquello que no lo sea. 

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