ORIFICIO
Voz ciudadana
Jolie
Totò Ryzanek Voldan
Hemos
de prepararnos para la muy dura jornada que nos espera al final de este período
gubernamental: RECONSTRUIR NUESTRA PATRIA Y, CON POCOS RECURSOS. Hemos de
volver la vista atrás y no buscar venganzas, pero sí responsables y encauzarlos
judicialmente, no para que devuelvan lo robado, sino para que sepan claramente,
que no somos tontos y que todos los actos de corrupción y saqueo cometidos, son
susceptibles de ser perseguidos penalmente, precisamente, por estar tipificados
como delitos.
Todo
apunta a que deberemos, además, construir cárceles más grandes, para que haya
cabida para todos los funcionarios del actual régimen, puesto que no hay
institución donde no campee la corrupción y el robo.
Realmente,
es penoso y vergonzante que como ciudadanos no poseamos un mecanismo legal y
factible de acceder para destituir a los actuales funcionarios, puesto que es
un mecanismo que debiera existir (para casos como el que actualmente vivimos),
ejercerlo y no tener que esperar estoicamente que finalice el período para que
fueron electos. Pero mientras ese ansiado momento llega, ellos (los ladrones y
corruptos) preparan y fraguan la mejor manera de fugarse del país y/o cómo
librarse de la acción judicial que saben, los perseguirá.
El
meollo del asunto acá, y, en ese sentido es, cómo lograr que realmente no haya
funcionario alguno con derecho a antejuicio y pueda ser procesado como
cualquier ciudadano(a) que transgrede la ley, pero, sin que ello signifique el
rompimiento del orden constitucional y no se genere la concepción de Golpe de
Estado, puesto que ello nos llevaría a aquello que dice: “el remedio resulta
peor que la enfermedad”, y luego, la otra cara de la moneda: ¿Cómo lograr que
la impartición de justicia sea realmente igual para todos y todas?, ¿cómo
evitar que haya abogados marrulleros que hagan y deshagan con la ley cuanto
conviene a sus intereses o los de sus clientes?, ¿cómo garantizar que
absolutamente nadie se venda?
El
asunto pues, no es de orden financiero y jurídico únicamente, puesto que posee
connotaciones morales que afectan la vida y concepciones de una sociedad en su
conjunto, la guatemalteca específicamente, ya que estando a las puertas de una
nueva elección de funcionarios para un nuevo período constitucional, ¿Cómo
saber que no elegiremos a otros iguales o peores corruptos y ladrones?… Por
mera deducción “por reducción al absurdo” (matemáticamente hablando), no
votaremos por los mismos, y votaremos por otros que, en el muy estrecho margen que
tenemos para hacerlo, consideremos mejores o más probos que quienes abandonan
el poder en medio de la ignominia generada por su actuar al frente de los
destinos patrios.
Votaremos
por otros, porque si votamos por los mismos, será porque tenemos intereses
personales (generalmente económicos) con los actuales gobernantes y su rosca de
corruptos y ladrones o porque sencillamente, somos unos perfectos y soberanos
idiotas, que tan solo vemos nuestros intereses y no los intereses de la patria.
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