miércoles, 7 de enero de 2015

Un Nefasto Episodio (20150106)

Exceptuando la llamada “Primavera Democrática”, la historia de Guatemala se ha escrito indefectiblemente por una serie de traiciones, bochornos, desaciertos y componendas políticas que al final, solamente han servido para perpetuar en el poder a aquellos que funcionan a favor de los intereses de los verdaderos gobernantes “tras el trono”.
Tal esquema histórico se ha repetido una y otra vez, puesto que no cualquiera puede acceder al poder, merced que no cualquiera dispone de una cantidad millonaria para la campaña proselitista previa indispensable, y deba “obligatoriamente” que hacer pactos con quien o quienes le financian la campaña.
Hasta ahí, todo “suena” medianamente aceptable para cualquier ingenuo que desconozca los intereses oscuros que existen detrás de los grandes capitales, puesto que en este orden de pensamiento, lo primero que a cualquiera se le ocurre actualmente es, que quienes manejan los mayores bienes de capital son de tres tipos: Los grandes empresarios que desean aumentar sus bienes de capital a cualquier precio, los banqueros y los involucrados en el crimen organizado y narcotráfico.
Pues bien, hubo un partido que saltó a la palestra nacional “casi” como una alternativa viable que no fuera “tan izquierdista ni tan derechista”, luego de la firma de los Acuerdos de Paz y que con un discurso coherente que esencialmente propugnaba por el “uso de la inteligencia” para la resolución de los conflictos más apremiantes de la Nación.
Tal discurso rindió los frutos esperados al segundo de sus intentos por alcanzar el poder. Y aquella visión de actuar “usando la inteligencia” empezó a implementarse con una serie de acciones “nuevas” que ciertamente llevaban algún alivio del corte populista a una parte de la población desposeída, mediante programas llamados De Cohesión Social, que se caracterizaron esencialmente por ser muy difíciles de fiscalizar, por estar en la tutela directa de la legalmente Primera Dama (que por tradición ejecuta labores sociales) y con el apoyo de todos los ministerios en cualquier sentido (financieros, sobre todo), pero, con una enorme simpatía entre la población beneficiada,y entre quienes veían con buenos ojos el accionar en favor de los menos favorecidos.
Luego de la previsible “etapa de gloria” y que empezaran a salir a luz los oscuros negocios detrás de la pregonada “beneficencia” y que quedara al descubierto la clara intención de la entonces Primera Dama de lograr un segundo mandato, vedado legalmente a su consorte y a ella por la misma razón, se desencadenó una serie de acciones legales y “aparentemente” legales para lograr tal objetivo, entre las que se cuenta la búsqueda de una separación legal de la pareja “por amor al país”…
En final previsible del episodio fue el mismo de todas las novelas: concluyó, pero la aspiración de la consorte por volver a las mieles del poder no ha cesado, y actualmente es un secreto a voces que es capaz hasta de hacer hasta “un pacto con el diablo”, para alcanzar la meta trazada.
Luego de conocerse las traiciones y componendas hechas, la pregunta obligada es ¿por qué es tan perseverante?

No hay comentarios:

Publicar un comentario