Aires de revolución (20160408)
Creo que en la sociedad feudal con disfraz de capitalista de Guatemala no queda absolutamente nada bueno, excepto las pocas personas que aún tenemos arrestos para pensar un poco en las cosas sociales.
En tan descompuesta sociedad encontramos toda una institucionalidad completamente colapsada que puede resumirse así:
1- Iglesias plagadas de todo tipo de vicios y delincuentes, entre pedófilos, comerciantes de la fe, ladrones y sobre todo: ultra conservadores y charlatanes.
2- Un Organismo Ejecutivo carente de acciones, liderazgo e incapaz de brindar la mínima atención a los reales problemas de la sociedad guatemalteca que, así entre comillas, "le eligió".
3- Un Organismo Legislativo que para decirlo sencillo es peor que la cueva de los 40 ladrones de Alí Babá, puesto que no promulga las leyes que nos son urgentes, trafica influencias, coacciona a funcionarios, se cubre a sí mismo, y, además, tiene un costo oneroso para las finanzas públicas, puesto que son sus integrantes quienes disponen a gusto y por ley, el monto de sus honorarios, dietas, gastos, viáticos, etc. Amén de la existencia de un sindicato de empleados que incluyó en su pacto colectivo de trabajo aumentos periódicos a los salarios, sin ningún tipo de techo, lo que ha devenido en que muchos empleados perciban más ingresos reales que muchos funcionarios y, no se comparan en lo absoluto, con los ingresos de la real clase trabajadora del país.
4- Un organismo Judicial completamente desbordado y a punto de colapsar por corrupto, de no ser por algunos funcionarios honestos que luchan por rescatar su imagen en medio de un ordenamiento jurídico que se presta literalmente "a todo".
5- Un sistema bancario que por poseer legalmente “Secreto Bancario”, es capaz de encubrir casi todo tipo de acciones económicas punibles legalmente, y esconde la cuantía de fortunas que no tributan como corresponde, blanquea millonarias cantidades de dinero sucio, y esconde toda una serie de delitos económicos.
Con tan desalentador panorama, es fácil imaginar la magnitud de la Brecha Económica entre la población guatemalteca, puesto que los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres, ya que poseemos una explosiva Tasa de Natalidad y un sistema educativo completamente colapsado desde hace muchos años, con lo cual la diferencia entre ricos y pobres tiende a crecer, consiguiéndose finalmente el clima ideal para el “caldo de cultivo” de una revolución, mismo que lleva ya varios años de fermento a lo interno de nuestra sociedad.
En cuanto al grueso de la población, esta se mantiene en un estado permanente de inconformidad social y, los pocos líderes que aún defienden algún derecho son, generalmente, abandonados por sus correligionarios por el mero apremio de subsistir en una sociedad tan desigual y descompuesta como la guatemalteca.
Es de esperar pues, que cuando surja un(a) verdadero(a) líder(esa) y sobreviva a los atentados que perpetre la oligarquía reinante en Guatemala en su contra, la revolución se desate, no por la capacidad de convocatoria de este hipotético liderazgo, sino porque poco a poco estamos llegando a la situación insostenible que experimentó el siglo pasado la Rusia zarista y desembocó en el fenómeno social conocido históricamente como Revolución Bolchevique: cuando el pueblo en su conjunto tuvo que escoger entre morir de hambre o de un balazo, al luchar por los derechos conculcados por una clase dominante minúscula, en desmedro de las grandes mayorías sociales.
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
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