Un inicio,
quizá un final
Preámbulo
Eran dos almas
solitarias en este mundo, que entablaron una conversación casual mientras
aspiraban el humo de sus cigarrillos en una calle del Centro Histórico de
Guatemala… poco a poco, aquella conversación casual tomó matices de decir cosas
serias en tono de broma, casi como quien desea compartirse con su interlocutor
en un sano intercambio de experiencias y conocimientos y sin que mediara ningún
tipo de interés sexual del uno por la otra y viceversa…
Hasta aquel
momento solamente sabían que uno provenía de una cultura europea, diferente en
muchos aspectos de la cultura guatemalteca, pero con el común conector de hablar
el mismo idioma.
Poco a poco, y en
un tono cordial, la conversación fomentó el deseo de adentrarse más el uno en
la otra y viceversa, puesto que aunque ninguno lo reconoció abiertamente, era
obvio que ambas personas habían encontrado el interlocutor perfecto para sus
puntos de vista y sus locuras, pero que dentro de esas locuras el sexo entre
ambos quedaba completamente excluido, puesto que él se definía como un
heterosexual empedernido y ella como una transgénero femenina bisexual, con el
agravante que no le atraían sexualmente las personas peludas, tal cual era el
caso de su interlocutor. Pero ahí estaban embebidos “platicando de todo y de
nada”.
Al consumirse los
respectivos cigarrillos encendieron uno más, con la condición de fomentar
aquella naciente amistad, e intercambiaron correos electrónicos y teléfonos para
lograr tal efecto en un futuro aún no determinado, pero atrayente en grado sumo
para ambos seres.
Con el devenir
del tiempo, las comunicaciones entre ellos se fomentaron y pasaron a las
visitas en sus respectivas viviendas y el compartimiento de conocimientos
culinarios con sus respectivas demostraciones, lo que a la postre hizo que la
afinidad de intereses se fomentara, pero la parte conversativa y el intercambio
de puntos de vista y criterios de las cosas y acontecimientos de la vida, se
acrecentó en grado sumo, al colmo que cierta noche la conversación inició a eso
de las 20:00 horas de un día y se prolongó sin que ambos lo sintieran hasta las
03:00 horas del naciente día, cuando se despidió el visitante, para ir a dormir
a su casa, distante de aquel punto, como 30 kilómetros.
En un punto de
esta historia, sus caminos se volvieron a juntar y terminaron compartiendo una
vivienda, uno como Room-mate (inquilino que comparte los servicios de toda la
casa, menos el dormitorio), y la otra como propietaria del inmueble.
Fue así como el
compartimiento de experiencias creció exponencialmente entre ellos, al
compartirlas en la mesa durante cualquier tiempo de comida y, finalmente,
terminaron compartiendo coloquialmente, todo tipo de experiencias vividas y
comenzaron a compartir experiencias comunes fuera de casa, en el claro
entendido que si a alguna de las partes le surgiera alguna propuesta más
atractiva, cada cual tomaría su camino y se reencontrarían en la casa al final
de tal jornada, puesto que cada cual duerme en su propia habitación y respeta
la intimidad de su contraparte.
Este Inicio, quizá un final pretende recoger
muchas de esas experiencias vividas juntos o separadamente, de estas dos almas
solitarias que comparten una vida en un mundo no acostumbrado a visualizar a dos
personas que se aprecian y respetan, pero comparten todo, menos la cama y la
atracción sexual mutua.
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
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