Sordidez (20160507)
Realmente quiero escribir algo bonito respecto del cambio que tanto necesitamos, mas no encuentro cómo iniciarlo siquiera...
Por más vueltas que le doy al asunto en mi cabeza, no vislumbro siquiera qué decir primero.
Intento justificar mis ideas inicialmente, y me estrello con que siempre hay una que nos afecta más que la primera o deriva como consecuencia de la anterior...
El análisis se me hace exhaustivo, mi mente se agota y sigo sin escribir nada cuerdo o diferente a lo que ya expuse... ¡Ay Guatemala!, son tantos tus males que tu pueblo semeja la frase aquella de quien dijo ser “la voz que clama en el desierto”. Así de grosera es la realidad que sufrimos, y nos envuelve en una vorágine que parece siempre estar orquestada para que sea incesante y cada vez peor.
Tal parece que todo mundo se hubiese puesto de acuerdo para que nada cambie y que las pocas voces que clamamos por el bien de todos o la sobrevivencia de nuestra especie, estuvieran condenadas a ser ignoradas o acalladas por el ruido que hacen quienes desean que nada cambie.
Es poderosa la captación de medios masivos de difusión por quienes poseen el capital y el poder formal, ese asqueroso dinero que compra voluntades so pretexto de “hacer negocios y ganar dinero”. Es tal la escasez de trabajo y los costes de las empresas que “toman lo que sea, con tal de tener trabajo y sobrevivir un día más... nadie se niega a nada y como finalmente, “son negocios”, se acepta cuanto sea, imbecilidad y falta de moral incluida.
Es terrible existir en un país pobre y subdesarrollado, que nos clasifican, y sin criterios para definir exactamente hacia dónde vamos y aquello que debemos de hacer para tomar el curso correcto que nos lleve hacia el puerto que deseamos llegar...
¡Vamos! ¿A que puerto queremos llegar?... ¡Ni eso sabemos! Es tal la descomposición de la masa social que siempre encontraremos quien discrepe y crea que su planteamiento es lo que conviene más o que decida “no meterse en nada” que, jamás nos podremos poner de acuerdo en algo...
Sí querid@ amig@ lector(a), somos un país tan fragmentado que nos es imposible cambiar, porque somos un país mayoritariamente analfabeta funcional, si no es que formal, que carece de un rumbo para cambiar y que solo sabe aceptar y sufrir resignadamente...
Esa es mi querida Guatemala, un país que tod@s presumen por sus bellezas, pero ninguno habla de la destrucción y contaminación que hace de tales entornos; un país donde se cuentan por millones las cantidades que se defraudan y roban, y los miles que mueren a diario por falta de alimento y servicios de salud.
Un país que es incapaz de cumplir con los requisitos legales en tiempo para aceptar donaciones que nos hacen otros países al reconocer nuestra miseria humana e incapacidad de generar los bienes de capital necesarios para tan solo tener lo básico.
Somos un país de contradicciones tan brutales en que no se encuentra un empleo digno, las personas mueren por falta de alimentos y servicios sanitarios, mientras paga US$4,000.00 mensuales a un conserje y algunas secretarias de su Organismo Legislativo.
Un país que invierte millones en un fútbol que nunca gana nada y ese dinero es malversado, mientras se desprecia el presupuesto destinado a las artes y cultura, lo que nos hace incapaces de siquiera cuidar nuestros bienes ancestrales.
Un país donde se conceden licencias de explotación minera para que se destruya aún más nuestro entorno y se contaminen más nuestros ríos...
Somos en suma, un país que no produce nada para el pueblo y sus empresarios tributan lo que desean y no lo que en justicia corresponde.
Un país con una brecha insalvable entre ricos y pobres y sin posibilidad de revertir o mitigar parcialmente.
Un país que elige “democráticamente” a sus dirigentes solamente entre quienes postulan los verdaderos dueños del capital, las armas y el país completo, con lo cual tenemos a un comediante de Presidente y una enorme rosca de corruptos en todos los niveles funcionales del aparato estatal, siendo todos “protegidos” por un sistema judicial corrupto y desbordado, además de la fuerza de las armas y la impunidad.
Este desastre social es mi país. Se llama Guatemala y está ubicado en la América Central, y por ser independiente, nadie tiene el derecho de cambiarlo más que la masa pusilánime que conformamos, los sobrevivientes de tantos desmanes y apátridas que cobijamos y nos dan las migajas que ellos no desean para sí mismos.
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario