D.E.P. Verónica Lemus (20201216)
Jolie Totò Ryzanek Voldan
A inicios del siglo XXI, éramos dos almas
sedientas de ternura y cariño que habíamos perdido cada una al ser aquel en
quien creímos, y sufríamos de aquel raro vacío generado por la costumbre de vivir
con quien pensamos nos acompañaría hasta la hora de nuestra muerte.
Nos conocimos “muy a lo moderno”,
mediante un sitio de personas solteras que deseaban conocer a otras, y
proporcionaban el número de teléfono de las partes. Realmente creo que fuimos las
dos únicas personas maduras que usaron tal servicio, yo en los cuarenta y
tantos y tú en los treinta y tantos, ambos sin riquezas y con apenas lo
necesario para seguir viviendo y ver crecer a los hijos de nuestra primera
relación, que ya tenían sus propios hogares… ¡éramos un par de abuelos jóvenes
solitarios! en busca de compañía para los muchos años que, en teoría, nos
faltaban por vivir…
Iniciamos una serie de largas charlas que
nos llevaron a entender nuestra realidad de “necesitados de cariño y ternura”:
¡Éramos dos personas pobres en un mundo cada vez más consumista y con demandas
crecientes cada día!, pero con un inmenso corazón dispuesto a darse completo a
los demás, pero falto de amor para sí.
Tú me llevaste a involucrarme a aquel
grupo llamado “Corazones en acción”, cuyo objetivo era brindar acompañamiento a
personas más necesitadas de apoyo y amor que nosotras mismas. Por ese medio
conocí a “Rode”, un gay seropositivo a quien tú brindabas apoyo y con quien
surgió otra amistad del tipo comunicativo, hasta que muchos años después nos
encontramos en un sitio gay, ya como miembros de la comunidad diversa de
Guatemala y quien antier por la noche me contó que “ya no estabas más entre
nosotros desde el mes de junio”, y lloré mucho por ti y por tan hermosos recuerdos
que atesoro en mi corazón por tu nobleza y comprensión, por tu apoyo y entrega
incondicionales, y por qué no decirlo: por tu amor hacia mí como mujer.
Hoy, ya tarde escribo estas líneas
pensando en todas estas vivencias plenas de amor que compartimos y viene a mi
mente la razón de mi distanciamiento de ti, pues realmente, me dolía sentir y
saber tu entrega total conmigo y yo no poder corresponder… así que por puro amor
del bueno, opté por alejarme de ti para no estorbar tu vida, pero siempre
tragando aquel amor maduro que por ti siempre sentí.
Pienso que las limitaciones impuestas por
la pandemia que vivimos este año hayan sido las culpables de que no supiera
antes la noticia de tu deceso y por ello no haber podido hacerme presente en
tus exequias, si es que hubo alguna.
Hoy, no me quedan más que los recuerdos
dulces de tu existencia y de aquel amor que un día compartimos y hoy llevo sola
dentro de mí.
Descansa en paz mi muy querida Verónica
Lemus, a tus hijas, a “Rode” y mí nos sigue doliendo tu partida, estoy segura
que donde quiera que estés seguirás brindando tu amor a todos, mismo que esperamos
compartir cuando nos encontremos nuevamente en ese nuevo estadio de vida que
hoy solo tú conoces.
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