miércoles, 6 de enero de 2016

La marca de la vejez (20160106)


ORIFICIO



La marca de la vejez   (20160106)



Jolie Totò Ryzanek Voldan



Era casi el mediodía cuando salí a la puerta de mi casa a fumar un cigarrillo, para despejar mi mente un poco, luego de revisar varias publicaciones en las redes sociales.



Al situarme apenas bajo el umbral de la puerta, me percaté que delante de mí se encontraba aquella sufrida señora, cuyos dos únicos hijos ya había tenido que enterrar y, a falta de socorro en su vejez, sobrelleva muchísimos años e ingratos recuerdos por los ya demasiados años vividos.



Ella, educadamente me dio un saludo que yo correspondí y me preguntó que cómo estaba, a lo que respondí que me encontraba bien y le inquirí respecto de cómo estaba ella… fue la charla casual y cortés de dos vecinas de toda la vida en que no hay algún tema específico a tratar, sino solo la correspondencia de un ligero cambio de saludos e impresiones de situaciones completamente banales, como las variantes recientes del clima y cosas por el estilo.



La verdad es que ella camina ya por trechos y debe descansar al final de cada uno de ellos, porque a mí ya me pasa igual: caminamos y descansamos, luego seguimos y repetimos la historia. ¡Es tan hermoso llegar a vieja –pensé-!



Así que luego de aquella pequeña charla mientras ella de pie descansaba, muy amable como siempre, se despidió e inició la marcha hacia su casa, mientras yo terminaba de fumar mi cigarrillo y volteaba a verla arrastrar sus pies cansados por el pavimento de la calle y noté que donde había estado parada había un pequeño charco de orines que se deslizaba por el declive propio de la calle, puse atención a sus tobillos y vi que sus medias las llevaba mojadas y que ella era la autora inconsciente de aquella marca en la calle…



¡No quiero llegar a ser tan vieja –pensé-!

No hay comentarios:

Publicar un comentario