lunes, 5 de septiembre de 2016

La amistad (20160905)


La amistad    (20160905)

Concuerdo que hablar de amistad es bastante complejo, por cuanto es un sentimiento que sin ser atracción física o amorosa hacia alguien, llega a formar lazos verdaderamente superlativos, y en algunos casos, superiores a lo que se conoce como amor...
Al respecto, se han escrito cantidad de libros, y este pequeño escrito no pretende ser uno más, sino un documento “de mano”, que nos brinde una buena idea mediante el apoyo en mi personal testimonio y lo que he logrado sacar en claro de ese hermoso sentimiento que es la amistad.
Inicialmente considero, que cuando se conoce por vez primera a alguien, no es más que “alguien que conociste”, pero si es lo suficientemente atractivo en su personalidad o su locura, te interesarás por saber más de él o ella, con lo cual inicias una conversación que puede derivar en torno a cualquier tópico que pueda despertar el interés mutuo y, paralelamente en el conocimiento de ambos, en cuanto a aquellas facetas de la otra persona que nos son desconocidas hasta ese momento.
Luego de esa conversación inicial, caemos en la cuenta si aquella persona recién conocida nos parece interesante o no. En caso afirmativo, saltan una serie de inquietudes acerca de las que nos gustaría conversar con aquella persona, y con esto, el deseo de propiciar un nuevo encuentro o hacernos amigos mediante las redes sociales, tan en boga hoy en día.
Y surgen nuevos encuentros para compartir aquello que nos apasiona, en que podemos colaborar, en que podemos compartir, y tantas cosas más, que al final van logrando que las conversaciones se hagan interesantes y apasionantes por su mera argumentación y no por el mero deseo carnal que equivocadamente suele llamarse amor hoy en día.
Exactamente en este punto, es cuando debemos ser completamente sinceros con nuestra contraparte, porque puede suceder que alguno “se enamore” y el otro no, con lo cual jamás habrá una amistad desinteresada entre ambos a futuro.
Estando plenamente sabidos del “terreno que pisan”, es mucho más fácil seguir frecuentándose y compartiendo aquello que ambos desean, con lo cual el conocimiento y la confianza se afirman, en la medida que encuentran tropiezos o intereses mutuos que no habían descubierto con anterioridad, llegándose a colmos tan increíbles como disponer vivir juntos sin ser pareja sexual o romántica, sino por el mero hecho de poder compartir sin tener que estar saliendo de casa o quedarse a dormir en la casa de el(la) amigo(a).
Queda claro pues, que al momento de disponer una convivencia tan cercana, se adquiere intrínsecamente el compromiso de brindarse un apoyo mutuo e incondicional en la medida de las posibilidades de cada quien y respetando la privacía de su contraparte.
Al ver esto detenidamente, vemos que se llega a formar una “relación de pareja sin que realmente lo sea”, pero que trasciende muchas veces porque es mucho más libre, incluso, para que cada cual busque o consiga su personal pareja sentimental, pero sin el condicionante de la parte económica y afectiva que se debe a la pareja sentimental. Es decir, es una relación completamente abierta, en que las partes comparten todo, menos los sentimientos amorosos, y estos son cambiados por un sentimiento afectivo que se fortalece conforme pasa el tiempo y se comparte más.
Vistas así las cosas, caemos en cuenta que la amistad puede llegar a formar un lazo más fuerte que aquel que pueda formar el amor, por cuanto nadie pierde su libertad (incluso para tener pareja sentimental o no) y experimenta la sensación de seguridad que aporta el saber que siempre habrá alguien que se preocupe sinceramente por su bienestar y sin ningún interés diferente al de la procura de su bienestar. Es casi como tener a una buena madre en casa que no tiene ni pretende tener autoridad sobre su persona, sino porque el grado de aprecio mutuo ha alcanzado grados superlativos entre las partes.
Ciertamente habrá mucho más que decir y argumentar en contra y a favor, pero lo importante es, que esta arista de la amistad ha sido observada por pocos y experimentada por un número menor de personas, que por ello, tenemos la dicha de poseer una amistad de tal talante.

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

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