ORIFICIO
Otra confesión (20151231)
Jolie Totò Ryzanek
Voldan
No cabe duda que
quienes escribimos somos personas raras o, cuando menos, un tanto diferentes de
las demás...
Quizá por ello, es
que llevo algunos días con unas ganas enormes de escribir algo bonito,
literariamente hablando, pero, lamentablemente simplemente: "no me
sale".
He pensado algunos
relatos cortos, pero no me convencen por ser muy prosaicos unos y prolijos los
otros... Realmente debo confesar mi ineficacia para decir aquello que llevo
dentro, aquella música que me hace vibrar los sentimientos y me arrebola en ese
limbo místico que suena hasta onírico, y que tan solo yo he sentido, puesto que
soy incapaz de decirlo de alguna manera entendible.
Realmente este
escrito mismo llevaba una intencionalidad y nuevamente las ideas y pensamientos
se agolpan en mi mente... y finalmente, ni yo sé dónde detenerme ni hacia donde
enfocar mis ideas...
Creo sí que cada
vez estoy más cerca de lograr algo bueno de todo, pero cuando inicio su
estructuración, se torna poco a poco nebuloso, y surgen en mi mente
abstracciones de todo tipo y finalmente quedo en nada.
Es frustrante ser
una escritora que no puede plasmar todo aquello que piensa y le incomoda, pero
que le provoca el placer inmenso de escribir, con la vana ilusión de ser leída
por muchos y comentada por más, mas no por la fama que ello conlleva y atrae,
sino por el placer de encontrarse con alguien desconocido por la calle y se
detenga para decirte algo tan simple como: "me gusta como escribes"… Ello
me llena tanto el alma y me hace volar hacia mis adentros con una enorme
satisfacción que no hay palabras para decirlo.
Hoy finaliza una
año más en la historia de este planeta y en la vida de quienes lo veremos.
Todos poseemos un inmenso sentimiento mezclado de nostalgia por aquello que
hemos vivido, y, con una enorme esperanza nos lanzamos a enfrentar el nuevo
ciclo que inicia.
Tales sentimientos
encontrados se hacen presentes en nuestras mentes raras de escritores de tal
manera que: o escribimos tonterías o decimos hermosas cosas de un efímero
valor.
Por ello, he
querido dejar constancia de la rareza de mi pensar y sentir, de mi
inconformidad con tanto mal que aqueja a mis congéneres y de mi asco por cuanto
hacen en contra de todos, quienes debieran velar por el bien de ellos.
De esa mezcla de
emociones, conocimientos encontrados y sentimientos vengo de manera impotente a
confesar que, pese a todo, conservo la esperanza de seguir siendo leída el año
que iniciará en unas horas, para encontrarme con ese alguien algún día que me
dirá: "Me gusta lo que escribes".
Feliz año nuevo
para todos.