lunes, 2 de enero de 2017

Relato de bruja (20170102)

Relato de bruja    (20170102)

Aquella bruja se levantó temprano para buscar al escobero porque en su último aterrizaje casi pierde la vida, ya que los frenos de su peludo vehículo casi no  respondieron cuando ella lo ordenó.

Afortunadamente, llevaba a mano su varita y recordó perfectamente el conjuro para lograr detener la desbocada carrera que había emprendido, puesto que le fascinaba sentir el aire en su cara y que el ala de su sombrero no cayera sobre sus ojos, por lo cual casi siempre viajaba rápido y en cada curva que tomaba, le encantaba tener que asirse fuerte del cabo para no salir expulsada, mientras escuchaba el ulular que el viento hacía al pasar por las fibras de la parte posterior de su escoba.

Pues bien, prestamente se dirigió a la casa del escobero para requerir sus servicios, ya que era impensable que tuviera que estar lanzando conjuros cada vez que deseaba detener aquel bólido desbocado que montaba y le provocaba tanto placer.

El escobero tomó sus aperos de trabajo y se dirigió en compañía de la bruja para desarmar la escoba y ver personalmente el problema que tenía aquella escoba que, según él era de óptima calidad…

Luego de desenmarañar los nudos y costuras hechas de entre las fibras, pudo constatar que el problema radicaba en el excesivo desgaste de las piezas que conformaban el sistema de frenos y dispuso que la única manera de garantizar que no surgieran nuevos problemas era reemplazándolos por otros nuevos y tener que explicarle a la bruja que la falla no era culpa de una mala manofactura de la escoba, sino que hoy en día esas piezas de origen chino, no tenían el margen de vida que tenían las de antaño.

La bruja desconfiada revisó personalmente las piezas y constató que estaban sumamente gastadas por tantos frenazos dados al efectuar sus aterrizajes y cuando algún pájaro tonto se atravesaba en su camino sin comprender que la bruja era quien llevaba el derecho de vía y no él… por eso eran pájaros tontos o que habían pagado por obtener su licencia de conducción, y sin haber leído siquiera una vez el reglamento de tránsito, donde claramente se establece que “las comitivas presidenciales y los vehículos de auxilio ciudadano (tal el caso de las brujas que viajan a hechizar), tienen derecho de vía”.

La bruja devolvió las piezas desgastadas al escobero y se conformó a pasar un día sin poder movilizarse en su escoba, hasta que retornara el escobero con las piezas de recambio y las volviera a colocar en su sitio.

Por primera vez en su vida la bruja comprendió que viajar a las velocidades que solía hacerlo tenía consecuencias en el desgaste de las piezas de su escoba… y sin más vio como escobero se alejaba con rumbo al pueblo para comprar las piezas y, sin maldecir para no embrujarse ella misma, dispuso hacer el oficio de su casa, mientras el escobero volvía e instalaba las piezas del sistema de frenos de su escoba y volvía a coser y anudar las fibras de su raudo vehículo.

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

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