Compilación de escritos de Jolie Totò Ryzanek Voldan de 1968 a la fecha en que deje de escribir.
martes, 6 de julio de 2021
El amor (20210706)
jueves, 1 de julio de 2021
Balacera en mi vecindad (20210701)
martes, 1 de junio de 2021
Vive en paz (20210601)
domingo, 23 de mayo de 2021
Rugido (20210523)
martes, 18 de mayo de 2021
Suicida (20210518)
Pensamiento (20210518)
lunes, 10 de mayo de 2021
Las "otras" madres (20210510)
sábado, 8 de mayo de 2021
Vacunación "a la Tortrix" (20210508)
Vacunación “a la Tortrix” (20210508)
jueves, 6 de mayo de 2021
Consejo (20210506)
lunes, 3 de mayo de 2021
Incongruencias (20210503)
sábado, 24 de abril de 2021
Pensamiento (20210424)
domingo, 11 de abril de 2021
Enajenados (20210411)
sábado, 3 de abril de 2021
Bien y mal (20210403)
Bien y Mal (20210403)
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
Como teóloga me han consultado respecto
de “las cosas malas de este mundo”, y en un breve resumen de un tema por demás
extenso por su conexión e implicaciones filosóficas, compartiré en el lenguaje
más sencillo que me sea posible mis consideraciones generales, para brindar
así, aquel conocimiento que puedo aportar respecto de un tema por demás
complejo y difícil de tratar, sabiendo que la inmensa mayoría de personas de este
mundo carece de una formación filosófica y teológica cristiana de manera
simultánea, pero de alguna manera –y muy a su manera– posee una percepción de
lo bueno y lo malo, aunque no pueda sustentarlo de ninguna manera y “se niega a
aceptar” todo aquello que considera malo en mayor o menor grado y si tal
aceptación no le perjudica.
¿Qué
es el mal?
Grandes pensadores han dedicado infinidad
de horas para explicar inicialmente, qué es el mal, y para no caer en tener que
hacer un enormísimo listado de hechos y circunstancias en que el mal ocurre. Han
buscado sus orígenes y causas de acuerdo a sus creencias, razonamientos y hasta
empleando diversas teorías médicas, psicológicas y psiquiátricas.
Personalmente veo, que “todas tienen su
grado de certeza y de error”, con lo que aceptar para este artículo la noción del
mal que nadie puede justificar, es de gran beneficio, pues con una pequeña
muestra de ejemplos de la vida diaria, podemos ver su existencia.
Ejemplos:
1- Todo mundo sabe que mentir es malo, pero, con contadísimas
excepciones, todo el mundo miente, como dice el catecismo Católico: “de
pensamiento, palabra y acción” –¿acaso no sea este el origen de la ya famosa “hora
chapina”?, cuando lo lógico es comprometerse a estar presente a la hora que
realmente puede cumplir, sin necesidad de mentir en algo tan elemental, y
llegar una hora después, justificando su falta de cortesía con frases como: “¡Es
la hora chapina!” o “En Guatemala, nadie es puntual, (y apostillan) ¡todo mundo
llega una hora más tarde!”–. Pero volviendo al tema de la mentira, esta toma
dimensiones sociales injustificadas propiciadas por el propio sistema que te “obliga
a ser mejor” –desde luego en términos económicos– y resulta que en tal sentido,
absolutamente TODOS MIENTEN al vivir aparentando lo que realmente no son o, los
obreros y profesionales quienes incumplen los compromisos de entrega o los
abogados que pareciera que tienen toda una formación en retrasar todo para
cobrar más a su cliente, salvo las muy contadas excepciones ya citadas.
Pero quienes tienen EL
PREMIO MAYOR EN MENTIR son, en general, aquellas personas que participan en
política, pues mientras están en campaña, hasta se abrazaban y besaban a
cualquiera –antes de la pandemia, desde luego– y luego, cuando son electos, es
prácticamente imposible acercarse a ellos, aparte que hacen todo tipo de
ofrecimientos, a sabiendas que no cumplirán.
2- Igualmente, todos sabemos que robar es malo e incluso justificamos
a quien roba literalmente por hambre, igualmente razonamos que la corrupción
que agobia al mundo es el origen de muchísimos de los males que nos PERJUDICAN
A TODOS ya no solo a uno, y el único que la justifica es quien la ejecuta y
quienes resultan “beneficiados” con el robo de los fondos nacionales,
precisamente, porque no es que se le robe a una persona, sino que se le roba a
todo un pueblo o país, que al carecer de dinero incumple su función de velar
por el bienestar de sus pobladores y que estos aspiren a la plena realización
humana y personal.
Como vemos,
TODOS tenemos nuestra propia visión de lo que es el mal, aunque no podamos
sustentarla y que muchos pensadores ven esta visión como una consecuencia de la
convicción que pretenden defender. Como por ejemplo: “que el hombre es un ser
imperfecto desde su Creación”, porque si fuera perfecto, también sería dios al
igual que su creador, con lo cual “se desbarata” –por decirlo de alguna manera–
la concepción del “Dios único y verdadero”.
Otros lo ven –también–
como una consecuencia del llamado sistema económico que te empuja a tener y
poseer más –aunque ya tengas suficiente–, pues con tal de poseer más bienes
materiales mienten, roban y hasta matan a sus semejantes.
Existen
adicionalmente, estudios de las ciencias médicas que ven al mal también como
una consecuencia de desórdenes glandulares, psicológicos y psiquiátricos que no
estoy –por mi formación– en la capacidad de aceptar, pues no es posible que
TODOS los humanos estemos enfermos de lo mismo, aunque sí acepto que habrá
algunos que realmente necesiten tratamiento para la enfermedad que padecen.
Mi conclusión
Indistintamente
de si es ORIGEN O CONSECUENCIA, me parece que es lo que tenemos y conocemos y
guste o no, tendremos que seguir “manejando” todo aquello que consideremos como
mal de manera aislada y teniendo en consideración los otros males y ventajas
que de ello resulten, pues lo que sí es válido en todo caso es el claridad de
aceptar que “CONOCEMOS EL BIEN, PORQUE EXISTE EL MAL”, pues son conceptos que
se autodefinen de manera inseparable y dependiendo uno del otro. Algo así como
si planteáramos el último razonamiento de manera invertida: “CONOCEMOS EL MAL,
PORQUE EXISTE EL BIEN”.
En palabras
más eruditas, concluyo que los conceptos filosófico-morales de BIEN y MAL no
solamente son antónimos gramaticales, sino que interdependientes y se define
uno en función del otro por mera antonomasia.
martes, 30 de marzo de 2021
Panorama (20210131)
lunes, 22 de marzo de 2021
Consideraciones importantes (20210322)
sábado, 20 de marzo de 2021
Pensamiento (20210320)
jueves, 18 de marzo de 2021
Vecindad (20210318)
Cielo (20210316)
lunes, 15 de marzo de 2021
Pensamiento (20210315)
martes, 9 de marzo de 2021
No es fácil nacer mujer (20210309)
No es fácil nacer mujer (20210309)
lunes, 8 de marzo de 2021
Discurso (20210308)
domingo, 7 de marzo de 2021
El viejo arcabuz (Cuento corto) (20210307)
El viejo arcabuz (20210307)
(Cuento
corto)
Jolie Totò Ryzanek Voldan
Pendiendo de unos ganchos empotrados al
centro de la pared principal de la sala de la casa del abuelo estaba un viejo
arcabuz.
Aquella vieja arma de guerra mostraba aún
las huellas de sangre convertida en óxido en una enorme bayoneta calada en la
punta de su cañón que daban pie a que el abuelo principiara a contar sus ya
conocidas y fantásticas historias de guerras pasadas que eran el embeleso de sus
nietos e hijos del pueblo aquel olvidado en algún remoto paraje de la geografía
del país.
Cierto día que dispuse ir a visitarle con
mis hijos durante las vacaciones, debí instruir previamente a mis hijos para
que cuando el abuelo (mi padre) les contara sus historias de guerra, las dieran
por verídicas, porque era lo que agradaba al abuelo… ¡Vaya!, me dije, ¡un padre
enseñando a sus hijos a mentir!, pero en fin, ¡era para agradar a un viejo
militar de línea (es decir sin estudios y ascendido por antigüedad)! cuyo único
mundo había sido su militancia en un ejército que nunca libró batalla alguna,
pero le proveyó un salario para criar y cuidar de su familia.
Cuando llegamos finalmente a su casa, una
empleada nos esperaba en la puerta y nos ayudó con el acarreo de nuestro
equipaje, hacia la habitación que ocuparíamos durante aquella visita, no sin
antes indicarnos dónde se ubicaba el baño y el servicio sanitario y que
serviría el desayuno a las 0700 horas, el almuerzo a las 1,200, y la cena a las
1700, pero que teniendo en cuenta que “veníamos de lejos”, había avisado en su
casa que ese día volvería tarde… así todas “militarezcas” fueron sus
indicaciones, he de confesar que tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no
reírme de ella en su presencia, mientras que mis hijos se quedaban anonadados
ante semejante lenguaje, pero en cuanto se retiró no me contuve más y solté una
sonora carcajada que me regresó a aquella dulce época de mi niñez en casa de
militar.
El más pequeño de mis hijos dijo: “¡peor
si nos va a poner a marchar de madrugada!” y todos reímos a más no poder.
Con tal antecedente de bienvenida,
apresuré a mis hijos a “hacer solo lo indispensable”, para cumplir con el
horario establecido por la doméstica, que llamamos entre nosotros “La sargento”
desde aquel momento, pudiera marcharse a su casa; por lo que solo acomodamos
las maletas en la estancia y nos fuimos a asear un poco antes de presentarnos a
cenar al comedor.
La cena fue servida por La sargento
puntualmente, y luego del largo viaje desde la capital hasta aquel remoto
paraje, todo mundo estaba cabeceando de sueño al final de ella, por lo que mandé
a los niños a dormir, mientras yo entregaba una ayuda monetaria a mi padre para
sufragar los gastos que nuestra estancia ocasionara. Él se negó inicialmente a
recibirla, pero yo le expliqué que no es lo mismo el gasto de la casa cuando
están presentes más personas, indicándole que si no llegara a ser suficiente,
que me pidiera más, pues yo ya lo había previsto. Él me dijo: “lo recibo,
porque desde hace muchos años no me aumentan la pensión en el ejército y todo
ha subido de precio por acá”, luego, le di las buenas noches y me retiré a
acomodar a los niños en la habitación, pues como buen padre soltero por viudez debía
hacerlo. Él con un gesto raro en la cara me dijo: “eso es oficio de mujeres”, a
lo que repliqué que no se trataba de meter a cualquiera en tu vida ni en la de
tus hijos, pero que lo tendría presente.
Levantarse al día siguiente a las seis de
la mañana fue la consigna que propuse a todos antes de dormir, para no hacer
enojar a La sargento desde la mañana, y desayunar con el horario que ella había
impuesto en la casa, mientras nuestros ojos se cerraban lentamente en aquella oscura
noche sin luna.
II
A las cinco de la mañana La sargento tocó
a nuestra puerta indicando que ya nos podíamos levantar a bañar, porque el
alambique de la estufa de leña ya había calentado y que había agua caliente
para todos… ¡Vaya grata sorpresa! En una casa enclavada en la cima de una
elevada montaña ubicada en un lugar de clima frío por su elevación respecto del
nivel del mar.
Así que uno a uno, fuimos desfilando al
baño y luego a vestirnos, para estar en el comedor a la hora de desayunar.
La sargento, queriendo lucir sus dotes
culinarias había preparado un verdadero banquete para todos, pues nos sirvió un
plato de avena, luego un pedazo de pollo cocido bañado con salsa de tomate y un
poco de arroz, y como postre (¡por dios!) un plato con frijoles parados, crema
de vaca y un plátano frito para cada uno… ¡Ninguno fuimos capaces de comer
tanto en el desayuno!, pero el abuelo y ella sí. Y mientras no encontrábamos
que hacer con tanta comida, el abuelo inició una de sus historias diciendo a
sus nietos que el arcabuz que estaba en la pared de la sala había sido de su
abuelo, es decir del tatarabuelo de mis hijos y que adrede no había limpiado la
sangre de la bayoneta en su cañón, para que todo mundo supiera que esa arma era
una auténtica arma de guerra utilizada muchísimo tiempo atrás durante la guerra
que el país sostuvo contra una ejército que quiso un día invadir el suelo
patrio… Todos dejamos de intentar comer más para poner atención a la historia
que iniciaba, y porque ya ninguno apetecía comer por estar más que satisfechos
con lo ingerido hasta ese momento salvador de inicio de la historia del abuelo.
III
Contó que durante aquellos años posteriores
a la independencia hubo muchas guerras, pues algunos querían que Centroamérica
permaneciera unida como una nación, pero que no querían que la capital
estuviera en Guatemala, otros que la defendían como estaba y otros tantos que
deseaban que cada país se separara de la unión y en fin unos seguían a unos y
otros a otros y era una guerra casi de “todos contra todos” y, en todas las
batallas que se dieron, su abuelo había participado como buen militar que era,
y que por sus acciones heróicas había sido ascendido hasta el rango de Capitán
de uno de los ejércitos de un tal general Carrera que defendía lo que más tarde
sería lo que hoy conocemos como República de Guatemala.
Todos exclamamos ¡OH!, interrumpiendo su
relato.
Él sabiendo que había capturado nuestra
atención, le dijo a La sargento que podía retirar los platos de comida, porque
ya estaba fría seguramente y que diera de comer a los cerdos los desperdicios,
lo que la doméstica hizo con gran presteza y continuó con el oficio de la casa.
El abuelo retomó su relato diciendo a mis
hijos: “estoy seguro que su papá nunca les ha contado nada de esto, porque yo
lo mandé a estudiar a la capital para que tuviera un grado militar, no de línea
como mi abuelo, mi padre y yo, sino uno de verdad de los que tienen los verdaderos
oficiales estudiados, pero el muy ingrato no quiso estudiar para militar y se
metió a estudiar otra cosa”.
El más inquieto de todos mis hijos le
preguntó entonces ¿Y eso qué tiene de malo?, El abuelo frunció el ceño y
transigió diciendo: “pues nada, solo que por tradición familiar, yo quería que
fuera militar…” y continuó diciendo: “pero déjenme que le cuente que ese
arcabuz que está en la sala fue el que acabó con la vida de un enemigo que se
logró colar en nuestras filas para matar al general Carrera, quien de no ser
por muerto por mi abuelo, ¡hubiera matado a nuestro caudillo!
Hubo un nuevo ¡OH! de todos.
Esta acción de combate fue la que le
llevó a que el propio general Carrera lo nombrara en ese momento Capitán de su
ejército.
Todos hasta aplaudimos el relato del
abuelo, quien ya a sus anchas añadió: “y por eso le regaló el arma con que
había dado muerte al enemigo patrio. Por eso es que es una verdadera reliquia
familiar y tiene su lugar especial en esta casa”.
Hubo nuevos aplausos de mis hijos.
IV
Los días pasaron escuchando sus historias
de guerras y luchas y debimos planificar nuestro regreso antes de la Navidad de
aquel último año que le vi, pero que estoy seguro que él recordará como los
mejores de su vida, pues le permitieron inventar sus cuentos de guerra a sus
nietos, pues los pocos días que nos quedamos en casa eran de sentarnos en torno
al viejo abuelo a escuchar sus historias “sacadas de la manga”, pues yo bien
recuerdo cuando llegó a nuestra puerta un mercader a vender el famoso arcabuz
que el abuelo después dijo que fue de su abuelo, y que fue el arma con que fue
muerto el enemigo y por eso él la presumía ante todos como “reliquia familiar
de guerra”.
martes, 2 de marzo de 2021
Mini cuento (20210302)
domingo, 28 de febrero de 2021
Bicentenario bizarro (20210228)
Bicentenario bizarro (20210228)
miércoles, 24 de febrero de 2021
Sabores del amor (20210224)
lunes, 15 de febrero de 2021
Escrito de fantasía (20210215)
Escrito de fantasía (20210215)
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
Anoche, mientras dormía me soñé
escribiendo un texto que narraba aquello que veía mientras durmiendo soñaba.
Era una narración de cómo sería un mundo “idealmente
fantasioso”, pues se iniciaba en una reserva animal de África, en donde algunas
personas forjaban mediante la domesticación y el entendimiento de la vida
animal “nuevos hábitos alimenticios” en los animales, para lograr de esta forma
que tales cosas se fuesen volviendo una costumbre entre los animales así
criados y, con el paso de los años, tales hábitos alimenticios fueran
transmitidos a sus descendientes… ¡Vaya ideal de locura de tales seres!
Ellos habían criado toda una piara de
jabalíes para que fuesen el alimento “exclusivo” de los leones que eran
alimentados igualmente, solo con carne de jabalíes… la idea era que no
depredaran a toda especie animal herbívora, y con ello lograr que tales
especies como los impalas, elefantes y demás herbívoros fuesen multiplicándose
y sirvieran para recuperar el suelo africano de la aridez y pudieran ser fuente
proteínica de la especie humana, como una intervención humana beneficiosa para
el hábitat y los humanos.
Así que lanzados a la realización de tan
idealista fin, lo planificaron y ejecutaron con la crianza ya descrita de los
jabalíes y un cachorro de león macho y algunas hembras, para que conforme
crecieran, se garantizara no solo su supervivencia como especie, sino “el
cambio de sus hábitos alimenticios”.
Los problemas iniciales fueron de todo
tipo, pues tales cachorros de león no tenían una madre que les proveyera de
leche, por lo que tuvieron que resolver el problema mediante la crianza de un
pequeño hato de ganado lechero (vacas), además de ser criados cual si fueran “gatos
de casa”, para que no depredaran a sus criadores y los reconocieran como “sus
criadores”, en una especie de intercambio de roles entre humanos y fieras que
convivían en un mismo espacio común.
Los años pasaron y los animales eran
cariñosos con sus criadores, quienes los alimentaron con caricias y les
proveyeron su diario sustento, y quienes además, lograron un equilibrio entre
la producción de carne para los leones y el crecimiento de la piara de jabalíes
con el crecimiento de los leones.
Ante tales logros, no faltaron manos voluntarias
que les ayudaron en sus faenas y creyeron aquella utópica visión de “mundo
ideal” que sustentaba aquel grupo de “científicos locos”.
Cuando faltó uno de aquellos pioneros, sus
labores fueron rápidamente tomadas por alguno de los voluntarios jóvenes
incorporados y todo el proyecto continuó sin mayores contratiempos, mientras
que el león inicial se hacía viejo y sus jóvenes críos crecían, por lo que se
tuvo que tomar la decisión de separar y sacrificar a aquel “adán de los leones”,
mientras los machos hijos se disputaban el derecho de copular a las hembras y
ser el macho alfa de la manada…
Fueron algunos días de incertidumbre para
que el vencedor de los demás surgiera de entre ellos y asumiera su rol instintivo
de matar a las crías de toda la manada, para que los nuevos nacidos fueran
todos hijos de él, y los machos vencidos en tal sucesión natural tuvieran que
correr la misma suerte del “león padre” que les había engendrado.
Fue entonces que aquel grupo de “científicos
locos” cayó en la cuenta que lo único que habían logrado era criar a una manada
de leones cariñosos con los humanos, pero incapaces de cambiar sus instintos
básicos y proveerse a sí mismos sus alimentos, pues “nunca habían cazado”. Así
que tuvieron que aceptar su propio fracaso, desmantelar la reserva construida y
en un último “acto de piedad”, dejar deliberadamente abierta la puerta de
acceso que separaba a los jabalíes de los leones.
Ninguno se quedó a observar el resultado
de aquella decisión y cada uno se marchó a su país llorando su propio fracaso
ante el poder del instinto animal.
miércoles, 27 de enero de 2021
Ya basta de abusos extraterritoriales (20210127)
Ya basta de abusos extraterritoriales (20210127)
viernes, 22 de enero de 2021
Carta a mis amigos de FB (20210122)
Carta a mis amigos de FB (20210123)
jueves, 21 de enero de 2021
No sé (20210121)
sábado, 16 de enero de 2021
La casa de un grande (20210116)
La casa de un grande (20210116)
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
Algunas veces soy contratada como taxista
por personas conocidas que buscan un cobro módico (por mera amistad) y una
piloto con una vasta experiencia como piloto, amiga, y con quien conversar durante
el viaje.
Así que una familia amiga me contrató
para “ir a visitar (ellos todavía tienen esa hermosa costumbre) a un hermano y
su familia, residentes en la aldea Santa Gertrudis, Quesada (así lo escriben
ellos), Jutiapa”.
Aparte de las incidencias normales del
viaje, que incluyeron cruzar donde no era el camino, y tener que retornar como
cinco kilómetros ya recorridos, enfilamos hacia el poblado de Quesada, donde
nos detuvimos para pedir instrucciones acerca de “cómo llegar” sin lograr una
buena respuesta de nuestros interlocutores, pues increíblemente, solo indicaban
“que siguiéramos recto”, en un camino por demás lleno de curvas y ¿“recto”,
hacia dónde?... así que recurrí a la ayuda de un trabajador de un camión
repartidor de gaseosas, quien me dio una indicación coherente de la ubicación
de la tal aldea Santa Gertrudis, ja, ja, ja, ja, ja, las personas con quienes hablé son un verdadero caso clínico de despiste y pésimas observadoras
de señales para orientar a los demás, así que siguiendo las indicaciones del
empleado del camión repartidor de gaseosas, nos dirigimos inicialmente hacia el
camino que conduce a la aldea “La Brea” (que sí posee rótulo visible en el
camino) y luego, seguimos preguntando de manera simple a una o dos personas, ¡LOGRAMOS
LLEGAR A NUESTRO DESTINO!, donde comimos un delicioso pollo en amarillo con
tortillas calientitas y refresco.
Durante el trayecto, pasamos por un
bellísimo lugar en jurisdicción de la aldea La Brea (que advertí que al
retornar me detendría para tomar algunas fotos), donde existen unas ruinas
coloniales visibles desde la carretera, pues están a la vera de la misma, y para
dar paso al viaducto sobre el que transitábamos, tuvieron que ROMPER UN
ACUEDUCTO COLONIAL… “muy a su manera de hacer las cosas”: ¡SIN PENSAR
EN EL ENORME DAÑO QUE PROVOCABAN AL PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN!
Al visitar el sitio “colonial” en ruinas,
me encontré con la enorme y muy grata sorpresa que correspondía a la ubicación
de la antigua hacienda habitada por el insigne escritor ¡JOSÉ MILLA Y VIDAURRE...!
¡Wou!, me dije para mis adentros, e inicié a capturar una serie de fotografías
de algunos de los detalles del hermoso lugar, pues precisamente, por su estado “ruinoso”,
muestran detalles de construcción y algunas estructuras erguidas en aquellos
tiempos para el resguardo de la existencia de quienes las habitaban, como el acueducto
para que siempre estuviera abastecida de agua, un cisterna o baño de tina (la
verdad no lo sé), para guardar agua o disfrutar de un delicioso baño en artesa.
En cuanto a las estructuras aún en pie,
puedo decir que poseen las mismas características arquitectónicas de las estructuras
coloniales que perviven en La Antigua Guatemala, Sacatepéquez, pues utilizan el
arco romano (con todas sus características, pues mezclan en su construcción
ladrillos cocidos, mezcla (el cemento no era conocido en esa época) y piedra de
río para brindar solidez estructural (tampoco se conocía el uso de las varillas
de hierro en esas construcciones) , traído a nuestras latitudes por los
conquistadores españoles y el sistema de transportación de agua mediante acueductos
de sólida construcción.
Los ambientes interiores eran sumamente amplios
y poseían enormes puertas y ventanas, para el confort de sus habitantes
(recordemos acá que Jutiapa posee un clima caluroso por excelencia).
Les dejo pues con las vistas de este
hermosísimo lugar, ya acomodado actualmente como sitio turístico por una
Asociación de vecinos con botes para el desecho de basura, cocinas al aire
libre, una guardianía y piscinas, según me contaron algunos lugareños, dada la
premura del viaje y mi discapacidad para caminar no visité.
Cuando puedan visiten este precioso lugar
ingresando al Quesada por la entrada ubicada en el kilómetro 102 de la
carretera a Jutiapa, al pasar el primer puente, crucen a la derecha (hay una
iglesia Católica en ese cruce) y sigan por el asfalto hasta encontrar el cruce
hacia La Brea a la izquierda y llegarán. TODO EL CAMINO ES ASFALTADO Y DISTA DE
LA CARRETERA PRINCIPAL COMO CINCO KILÓMETROS.
miércoles, 13 de enero de 2021
Humanidad (20210113)
martes, 12 de enero de 2021
Greguería (20210112)
lunes, 11 de enero de 2021
Tus ojos (20210111)
sábado, 2 de enero de 2021
Pregunta en FB (20210102)
Pregunta en FB (20210102)
Mi amiga preguntó:
- Los besos dados ¿a dónde van?
Le respondí:
- Esos besos van al onírico espacio de los recuerdos queridos, de los sueños sin cristalizar, y de la esperanza de poder darse a quienes los hicieron brotar en nuestro ser.
viernes, 1 de enero de 2021
Pensamiento (20210101)
Pensamiento (20210101)
"Por el hombre es el hambre".
Jolie Totò Ryzanek Voldan.