ORIFICIO
El
beneficio de la duda
Jolie Totò Ryzanek Voldan
El discurso de toma de posesión de Alejandro Maldonado
Aguirre como presidente nos ha dejado un buen sabor de boca, porque aunque no
dijo todo cuanto desearíamos, tampoco se quedó corto en su exposición, toda vez
que como él mismo afirmó, pretende “dejar huella” de su paso durante estos
cuatro meses en la Presidencia.
Entre lo que dijo y satisfizo a la audiencia que seguimos
su discurso, podemos enumerar que exigió la renuncia de todo el Gabinete de
gobierno, de todos los viceministros, directores y secretarios gubernamentales,
como primer paso de su mandato en el combate a la corrupción.
También fue satisfactorio escuchar que impulsará las
reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, porque como jurista y
constitucionalista es una persona que tiene amplios conocimientos en el tema, y
lo apuntilló al nombrar a tres eminentes académicos para conformar la terna
entre quienes el Congreso nombrará a su sucesor en la Vicepresidencia.
Aparte de la satisfacción de escuchar el mensaje expuesto,
considero que es de suma importancia tener en cuenta lo dicho, porque aunque no
es todo cuanto necesitamos como país, es un buen primer paso en la consecución
de todo aquello que anhelamos los guatemaltecos, y que él ha sabido interpretar
como parte integral de este pueblo, como persona que tiene las capacidades para
aportar sus conocimientos y como ente actuante en la política nacional desde
hace ya muchos años.
Es importante también, porque son propósitos de alguien
que desde su juramentación formal en el Congreso, detenta una buena parte del
poder y posee la capacidad de enviar iniciativas de ley al congreso y de
promulgar decretos gubernativos que, aunque sean solamente “armas parciales”,
surten efectos legales en nuestro ordenamiento jurídico.
Más allá de todo lo expuesto, se ha de tener en cuenta
que con sus palabras ha funcionado como parte de un “escuadrón antibombas”, al
desactivar la espoleta del estallido social que se venía gestando entre la
población por parte de grupos interesados en que ello sucediera de forma
inmediata, para acceder al poder de manera forzosa, puesto que sus
posibilidades en las urnas de han visto ostensiblemente disminuidas, por sus
constantes abusos y “metidas de pata” por mero capricho y carentes de
inteligencia en el manejo de su campaña electoral.
Cae de su peso entonces, otorgarle el derecho de la duda
razonable a nuestro nuevo presidente, porque sería completamente injusto
descalificarle cuando no se le ha dado la oportunidad de demostrar sus
intenciones al conducir los destinos de la nación.
Más aun, si se tiene en cuenta que es una persona mayor
que ya ha vivido y ha hecho su vida como quiera que ella haya sido, por lo que
siendo lo único que le resta perder, como él mismo aseveró entrelineadamente en
su discurso, pretende dejar una buena huella aunque en ello le vaya aquello que
le resta perder.
¡Salud señor presidente! Si cumple lo dicho, realmente
pasará a la historia patria como un buen presidente que en un cortísimo período
logró hacer lo que muchos en años han entrampado y será recordado por su buen desempeño.
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