ORIFICIO
La pusilanimidad del TSE
Jolie Totò Ryzanek Voldan
En entregas anteriores me he referido a los pulsos
sociales que acaecen en la sociedad guatemalteca con motivo de la proximidad
del proceso electoral, porque es claro que aparte de la pugna por los votos de
los ciudadanos, también hay una serie de pugnas entre los partidos en contienda
y con las autoridades, además de la ciudadanía contra todos ellos en su
conjunto.
Pues bien, resulta que uno de esos pulsos ya se ha
resuelto parcialmente con la renuncia al cargo de presidente por Otto Pérez
Molina. Y digo parcialmente, porque todavía está por verse la reacción popular
cuando Alejandro Maldonado Aguirre tome posesión del cargo, para terminar
(supuestamente) el período del dimitente Pérez Molina, y que el desarrollo del
proceso contra el hoy exmandatario no sea motivo de nuevas protestas…
sinceramente espero que no sea así.
Pero hay otros pulsos de poder pendientes de resolver y
muy urgentes de atender: Quizá el más importante de ellos sea el existente
entre el partido político LIDER y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por
cuanto el partido ha continuado en abierta y descarada campaña electoral,
cuando legalmente está impedido de llevarlo a cabo, lo cual es cuando menos, un
desacato a la normativa vigente.
Lo que hace aún más interesante y explosivo el caso de
marras, es que todas las encuestas de intención de voto dan como ganador a
LIDER en los próximos comicios, pero el candidato a la Vicepresidencia tiene
problemas con la justicia ordinaria y ha agotado todos los recursos legales
para lograr participar en la contienda electoral, sin que el TSE se haya
pronunciado respecto de alguno de los dos casos.
Peor aún resulta cuando se considera que los partidos
punteros en las encuestas de intención de voto, han cometido la misma falta que
el favorito (LIDER). Es decir, NINGUNO DE ELLOS DEBIERA ESTAR HACIENDO CAMPAÑA
ELECTORAL, PORQUE TODOS HAN SOBREPASADO EL TECHO FINANCIERO ELECTORAL y, en
consecuencia, deben ser suspendidos, mientras que el puntero (LIDER) cancelado,
porque continuó en campaña, pese a estar suspendido.
El panorama es verdaderamente desalentador desde el punto
de vista legal y formal, toda vez que siendo instituciones organizadas, y que
saben lo que hacen, sigan transgrediendo una normativa que debieran de cumplir
sin dilación, so pena de perder todo cuanto han invertido en la causa que dicen
promocionar “cívicamente”… ¡Por Dios!
Considero que es más que saludable que el TSE se tome un
poco de su preciado tiempo para hacer algo más que preparativos para las
elecciones, porque entre sus atribuciones está la aplicación de la Ley
Electoral y de Partidos Políticos vigente, y es claro que hay demasiadas
transgresiones a ella de los partidos políticos.
Si constitucionalmente nadie es superior a la ley, ¿Será
que eso no aplica a los partidos políticos?
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