ORIFICIO
¡Vaya
disyuntiva!
Jolie Totò Ryzanek Voldan
Los procesos electorales llevados a cabo en Guatemala han
tenido en común que, en la segunda ronda de votaciones para elegir entre los
dos candidatos que obtuvieron la mayoría de votos, indefectiblemente hemos de
votar por “el menos malo”.
Y esto tiene como consecuencia que, desde el mismo inicio
del mandato de quien resulte electo, asume el poder sin el apoyo de la mayoría
poblacional y por ende, sin haber principiado su gestión, ya tiene un alto
grado de desaprobación a la gestión no iniciada.
A propósito de historia de elecciones en segunda vuelta, hubo
una sola excepción a lo descrito, y acaeció cuando la población tuvo que
escoger entre Jorge Carpio Nicolle (Q.D.E.P.) y Jorge Serrano Elías, porque en
aquella elección del “menos malo” ganó Jorge Serrano Elías, siendo un perfecto
desconocido y postulado por un partido de reciente creación, pero que fue el
beneficiario del “voto de castigo” contra Jorge Carpio Nicolle.
Pero retomando el análisis de la coyuntura actual, vemos
que hay tres candidatos que se perfilan como ganadores en la primera ronda
electoral realizada ayer, y ellos son Sandra Torres, Manuel Baldizón y Jimmy
Morales, con lo que en segunda vuelta pudiéramos esperar tener que escoger
entre Torres y Baldizón, Torres y Morales o Baldizón y Morales, lo que crea per se una muy difícil decisión, porque
contra los tres candidatos hay serios cuestionamientos que hacen muy difícil la
escogencia de cualquiera de ellos.
Por el lado de Torres, están los señalamientos de
corrupción y malos manejos llevados a cabo por ella cuando manejó los fondos
sociales durante el gobierno presidido por su exesposo, y los escándalos que
han protagonizado integrantes de su familia, quienes aparentemente no han
cesado de hacer uso de la influencia que les otorgaba ser familiares de la
entonces “vicepresidenta de facto” de la UNE.
En cuanto a Baldizón, se tienen demasiadas dudas en
cuanto a las enormes cantidades de dinero invertidas durante ya dos campañas y
que, durante el espacio de tiempo transcurrido entre ambas, no dejó de hacer
campaña proselitista y ello cuesta muchísimos millones de quetzales, cuyo
origen nunca ha sido aclarado, por lo que siendo oriundo de un departamento caracterizado
por el enorme trasiego de drogas y millonario, se le asocie a esta ilícita
actividad y que durante la actual campaña acogió en sus filas a la mayoría de
funcionarios y diputados transfugados del Partido Patriota, y adoptó desde ese
momento una actitud prepotente, al colmo que muchos le apodan “Hitlercito”,
porque ha desobedecido todo tipo de leyes y normativas, al sentirse ganador de
las elecciones, sin serlo realmente.
Con Jimmy Morales, el asunto cobra otros matices, que no
por ello, son de lo más nefasto, puesto que fue puesto en evidencia en un
programa televisivo, en cuanto a que mintió respecto a su preparación
académica, porque realmente no la posee, y para lo único que realmente está
preparado es para seguir siendo el actor y comediante popular que es, además
que el partido que lo postula fue fundado y financiado por militares en
situación de retiro con un nefasto pasado, tanto así que dos de ellos purgan
sendas condenas en las cárceles del país.
¡Vaya disyuntiva para escoger al “menos malo”!
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