martes, 29 de octubre de 2013

¡¡Figúrese usted!! (19860701)


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(Prensa Libre 01-07-1986, Pág. 11)

¡¡Figúrese usted!!

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

Orificio


No pretendo decir cosas que no se conocen, sino “desenredar” un poco la situación en que vivimos, de tal manera que todos y cada uno de los que nos desenvolvemos en esta ya caótica situación la comprendamos mejor; y en función de ello adoptemos el papel que en realidad nos corresponde.
¡Figúrese usted! Que grosería el alto costo de la vida, inflación, baja en la producción ¡y cien cosas más! Lo que sí es real es que cada día y a cada momento estamos como el cangrejo, para atrás. Todo mundo comenta y sufre lo mismo; algunos lo entienden y otros no, pero eso sí, todos lo sufrimos en forma cotidiana.
Cómo no quieren que estemos mal si todo mundo piensa: “Ahora es cuando”. Los sindicatos piden aumentos, los patronos no los otorgan, el gobierno recibe “la guayaba” en quiebra, y con deudas que hasta nuestros bisnietos estarán pagando; no hay dólares con que pagar las deudas, ni para pagar medicinas, y, para colmo, como nadie está contento, todo mundo dispone paros y huelgas. ¡hoy sí que estamos amolados!
Pensemos pues, para intentar comprender un poco la cosa, en un ejemplo sencillo: Un almacén cualquiera (de telas por ejemplo).

·         Primero: Es el dueño, en primer lugar, quien dispone “arriesgar” su dinero en el negocio con el único fin de percibir ganancias; por lo tanto, los negocios se planifican para eso: ganar dinero no para “salir tablas” ni para perder.
Basados en lo anterior, pensemos en el patrón, no como un monstruo, sino como alguien que para ganarse la vida necesita empleados y, sindicalizados o no, los necesita porque es obvio que sólo él no podría hacer todo lo necesario para que su negocio funcione. Pero debemos dejar bien claro que lo único que él desea con su trabajo es ganar dinero, no enemigos ni problemas; por lo tanto, en la medida que le queramos quitar dinero, en esa misma medida se desalentará y es posible que en un momento de cólera disponga, inclusive, el cierre del negocio, y los únicos perjudicados seríamos nosotros, puesto que él invertirá su dinero en otra actividad rentable. Además, ¿qué necesidad tiene de meterse cosas de política y problemas sindicales?, ninguna.

·         Segundo: Él vende la yarda de tela a Q8.50 (suponiendo), porque de yarda en yarda que venda, sacará para pagar local, luz, agua, vitrinero, vigilante, salarios de dependientes, el costo de la tela, etc., y además su ganancia. Esto quiere decir que invierte como Q250.00, para que con la diferencia cubra los gastos toda vez que venda la pieza de tela. ¿Y si no?, lógicamente pierde. Por lo tanto, no depende del dinero, sino de su astucia para comprar, vender, encontrar personal calificado para vender, etc., el garantizar que su dinero regrese y con ganancia. Si ésto no tiene su mérito y cualquiera lo puede hacer, mañana pongamos nuestro almacén todos, y ¡que no haya empleados sino sólo patrones!

·         Tercero: Luego viene el gobierno, y porque recibe “la guayaba” en quiebra, impone más impuestos y dispone que dado el alto costo de la vida, debe otorgar aumento salarial a todos sus empleados. Además, gracias a la corrupción (que no es otra cosa que robo), todo el gobierno y sus empleados generan un gasto horrible en gasolina, diesel, luz, dinero, viajes inútiles, esfuerzos, burocracia y lo peor, en tiempo. ¿no lo cree? Láncese a montar cualquier negocio y verá cuán difícil es sólo crearlo legalmente. Y esto que es una nueva fuente de trabajo y de posible ingreso de dólares al país. Por si ello fuera poco, como buen pobre “intente” conseguir el capital en un banco o financiera; le pedirán en garantía hasta la cama donde duerme o algo más, si es que se disponen a escucharlo, si no, no.

Total, todos quieren, todos desean, algunos actuamos, pero la gran mayoría cree que es fácil; la realidad es otra. Son unos derrotistas que no logran llegar hasta el final por falta de fe y de confianza, por falta de buscar la manera y, sobre todo, porque se dan por vencidos antes de haber principiado. Es más fácil pedir y exigir que le den lo que uno desea, antes que luchar por ello.
Piense así: ¿Cómo le va aumentar el sueldo su patrón sin que aumente el precio de lo que vende? Y aún hay locos que pretenden que bajen los precios cuando todo está cada día más caro; no se necesita democracia, para ésto se necesita magia, misma que no es de posesión de los patrones sino de todos, ¡sí, de todos! ¿Quiere mayor salario?, ¡Trabaje por él! No piense que siempre vendrá el “maná” del cielo. ¿Qué pasaría si dentro del “paquetazo” hubiera una disposición que rezara que todos ganaran por comisión y que se suprimieran todos los sueldos fijos?
El grave problema de Guatemala no estriba en la crisis, sino que es el único país que no se comporta cono que estuviera en crisis; seguimos vendiendo y comprando lujo y “presumiendo con sombrero ajeno” cuando en casa no hay ni fijoles para comer (claro que la mujer aguanta con todo).
Si en realidad queremos salir de donde estamos, leamos, comprendamos y actuemos como corresponde; vendiendo más, produciendo más, exportando más y sobre todo, ahorrando más (en toda actividad y gasto) por insignificante que parezca, de centavo en centavo, se hacen los Quetzales.

¡¡Figúrese usted!! 

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