--------------------------------------2,198
caracteres----------------------------
Orificio
Tradición y teología
Jolie Totò Ryzanek Voldan
SUBTÍTULO
El llamado al “recogimiento espiritual” de la
Cuaresma en Guatemala ha generado todo tipo de aberraciones.
ENTRADILLA
Para la gran mayoría (católicos y no-católicos) la
Semana Santa no es muy diferente a la Natividad del Señor (Navidad).
El llamado al “recogimiento espiritual” de la
Cuaresma en Guatemala ha generado todo tipo de aberraciones, por cuanto la
inmensa mayoría so pretexto de “mantener la tradición”, hemos cerrado nuestros
ojos y nuestro corazón a la visión teológica aprobada por la Iglesia Católica
de “encontrarnos con el Dios vivo”.
Nos hemos quedado con la imagen que representa a
aquel “Dios de las Tres Potencias” que cayó otras tantas veces por el peso de
la Cruz, aquel “Dios del Amor” que es una imagen cuyo rostro denota un inmenso
dolor, aquella imagen de “Jesús del Consuelo” que con su mirada “dice” que el
único consuelo que existe es el dolor y así podría seguir describiendo los
contrasentidos que con todo respeto y a modo de ejemplo he traído a colación
para llamar a una real reflexión teológica acerca del significado que realmente
conlleva el llamado al “recogimiento espiritual”.
Para la gran mayoría (católicos y no-católicos) la
Semana Santa no es muy diferente a la Natividad del Señor (Navidad); una fiesta
religiosa por excelencia que es sinónimo de ¡asueto o descanso!, una
oportunidad de visitar a la familia lejana o simplemente veranear¼ mientras que para el grueso de la población autodenominada
“católica” es la oportunidad de presenciar los fastuosos cortejos
“tradicionales”, que a la luz de lo que Cristo vivió y predicó, nada que ver
(para emplear el lenguaje coloquial en boga ).
En fin, lo que sí es claro del asunto es que la
concepción de nuestras “tradiciones” está completamente aberrada, ya que
cualquiera de “los creyentes” jura y perjura que a quien llevan en hombros es
al mismísimo Jesucristo y no su imagen, y peor aún, ante el deseo de muchos
“creyentes” de expiar los pecados cometidos mediante “la mortificación de la
creación de Dios” (el hombre como especie), nuestra jerarquía ha tomando
decisiones encaminadas a dañar físicamente (si no psicológicamente también) la
obra que el mismo hijo de Dios vino a redimir del pecado.
Por doloroso que sea reconocerlo, hemos estado muy
equivocados al conservar nuestras “tradiciones”, ya que nuestras costumbres nos
impelen a “conservar lo mismo todos los años”.
Realmente el “recogimiento espiritual” debe
encaminarse hacia un encuentro con el DIOS-VIVO, para darnos cuenta de nuestra
“inacción” con nosotros mismos y con los demás¼ caer en la cuenta que hemos hecho poco o nada por
nosotros mismos, espiritualmente hablando, y ya no digamos por nuestro prójimo.
El mejor consejo que puedo ofrecer es aquella
respuesta dada por Cristo cuando le preguntaron “¿Cuál es el mandamiento más
importante?, y El respondió: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario