martes, 29 de octubre de 2013

Una idea de quehacer (20020701)

Una idea de quehacer

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

Hay muchas cosas que andan mal hoy en día. También es cierto que “tenemos mucho quehacer” (es decir, hacer de oficio, sin necesidad de mayores razones ni argumentos.  Diferente de ¿qué hacer?, que es hipotético).  Lo primero, que se me ocurre, en que todos coincidamos, es en la necesidad de subsistir sin mayores pérdidas y en la necesidad de ahorrar, para perder lo menos posible, y en ello hay demasiado que decir; puesto que en ello, todos tenemos más que una palabra ¡tenemos una oportunidad! y ¡una alternativa!  Veamos:

  • Reciclemos de manera comercial, es decir, contribuyamos a la defensa de nuestro medio ambiente, sacando beneficio de ello, reuniendo por separado los metales, los plásticos, el papel, el cartón, y posteriormente, vendámolo al mejor postor, obteniendo así ingresos adicionales y contribuyendo a la preservación del ecosistema.

  • Produzcamos más, cada cual en su medio, y a su manera, que aporte lo suyo en exceso,  a efecto que el producto final sea más abundante y haya más riqueza (habrán seguramente patrones que lo reconocerán de manera cuantitativa, la mayoría quizá no, el Gobierno o la cámara a que pertenezcan podría “premiar” a los que si) y la población tendría más bienes y servicios; que al haberlos en mayor cantidad haría que los precios, si no bajan, al menos se mantengan igual, y que la industria y el comercio “ se reactiven y crezcan”.  ¡Todos queremos que se nos den hechas las cosas por otros, sin que nosotros colaboremos en ello!  No es magia, ¡es simplemente trabajo!

  • Racionalicemos los gastos, es decir, dejemos de ser víctimas del sistema consumista, adoptando posturas racionales respecto de nuestros gastos, tales como: usar solo el agua necesaria; comprar todo aquello que ya se fabrique o produzca en el país (posiblemente resultado del reciclado);  usar el carro o vehículo solo cuando sea indispensable (sé del caso de una persona que sale en carro para ir a la tienda, ¡que está a media cuadra! de su casa); cambiemos nuestros vehículos por otros con menor cilindrada que la actual; que el Gobierno prohiba, ¡sí, prohiba! la importación de vehículos con más de 2,000 centímetros cúbicos de cilindrada, salvo en los casos de los: Jeeps, pick-ups, autobuses colectivos y camiones, que sean empleados para los trabajos específicos, para los que fueron diseñados, ¡no para presumir!...  Realmente nadie necesita un vehículo de gran cilindrada para su locomoción personal.
  • Bajar o suprimir el arancel de importación a las motocicletas y bicicletas, así como a  las demás formas de transporte de bajo o ningún consumo de energéticos fósiles.
  • Evitemos el gasto en el lujo superfluo (ropa de marca por ejemplo, ya que en Guatemala se hacen prendas, no de marca, pero sí de superior, sí, ¡muy superior! calidad a las importadas, lo único que las hace diferentes es la marca; pero igualmente visten ¡y visten muy bien!).
  • De la compra de joyas ni hablar, puesto que dado el clima de inseguridad, es solamente correr el riesgo de ser asaltado, amén de ser un total insulto al hambre de nuestro pueblo; gastemos lo necesario ¡no más! 
  • Abraham Lincoln sentenció: “NO SE PUEDE CONSTRUIR UNA ECONOMÍA SANA, BASADA EN EL CRÉDITO”  Elimine todas las tarjetas de crédito (quedándose con la de menor interés y menor cuota de revalidación)  que solo le provoca mayores gastos, quédese con una o dos -ideal sería ninguna-, para cuando tenga un gasto imprevisto, no para andar gastando lo que no es suyo, por no haberlo pagado.
  • Tórnese más humano y solidario, con los demás, ayude a los que no han tenido la oportunidad que usted ha tenido.  Vea claramente que todos somos guatemaltecos (que residimos en la misma casa grande), que todos somos hijos de Dios, y que al igual que el samaritano (pese a ser discriminado en aquella época) fue el único que ayudó al necesitado.
  • ¡No busque excusas!, ¡acéptelo!, no se trata ni de comunismo; ni de religión; ni cosa semejante, se trata simplemente de: sobrevivir, “de hacer, lo que hemos dejado de hacer, esperando que otros lo hagan por nosotros”.
  • Organícese cívicamente, para reclamar y exigir sus derechos, no es justo que otros decidan por usted, respecto de sus intereses y su persona si todos somos iguales ante Dios y la ley.  Usted y todos los afectados, por medidas impopulares que tienden a esquilmarlo... Tiene derecho a hacer oír su voz  y a ser tomado en consideración por los esquilmadores del patrimonio nacional (y suyo en consecuencia).  En la medida que las voces sean planteadas por mayores sectores, más serán escuchadas; piense que no es lo mismo que usted esté inconforme con algo y que lo “cuchichee”  con alguien, que si se organiza una publicación; o una manifestación; o ¡una campaña cívica!  No se trata de generar más anarquía de la que ya prevalece, se trata de poner el seso en función social, para que ¡socialmente podamos salir de la indefensión en que estamos! 

Me parece fundamentalmente, que he propuesto algo para la construcción de una sociedad más fraterna y más justa, resta tan solo que personas como usted, tomen la decisión de poner el granito de arena que les corresponde dentro de la mencionada construcción. 
Sé que cuesta hacerlo y más aún  aceptarlo, pero... porque cuesta, vale la pena.

¡Esto es nuestro diario quehacer!  (Hacer de oficio) todo aquello que esté enfocado hacia el bien común.

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