Una
idea de quehacer
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
Hay
muchas cosas que andan mal hoy en día. También es cierto que “tenemos mucho
quehacer” (es decir, hacer de oficio, sin necesidad de mayores razones
ni argumentos. Diferente de ¿qué hacer?,
que es hipotético). Lo primero, que se
me ocurre, en que todos coincidamos, es en la necesidad de subsistir sin
mayores pérdidas y en la necesidad
de ahorrar, para perder lo menos posible, y en
ello hay demasiado que decir; puesto que en ello, todos tenemos más que una
palabra ¡tenemos una oportunidad! y ¡una alternativa! Veamos:
- Reciclemos de manera comercial, es decir,
contribuyamos a la defensa de nuestro medio ambiente, sacando
beneficio de ello, reuniendo por separado los metales, los
plásticos, el papel, el cartón, y posteriormente, vendámolo al mejor
postor, obteniendo así ingresos adicionales y contribuyendo a la
preservación del ecosistema.
- Produzcamos
más, cada cual en
su medio, y a su manera, que aporte lo suyo en exceso, a efecto que el producto final sea más
abundante y haya más riqueza (habrán seguramente patrones que lo
reconocerán de manera cuantitativa, la mayoría quizá no, el Gobierno o la
cámara a que pertenezcan podría “premiar” a los que si) y la población
tendría más bienes y servicios; que al haberlos en mayor cantidad haría
que los precios, si no bajan, al menos se mantengan igual, y que la
industria y el comercio “ se reactiven y crezcan”. ¡Todos queremos que se nos den
hechas las cosas por otros, sin que nosotros colaboremos en
ello! No es magia, ¡es
simplemente trabajo!
- Racionalicemos
los gastos, es decir, dejemos
de ser víctimas del sistema consumista, adoptando posturas racionales
respecto de nuestros gastos, tales como: usar solo el agua necesaria;
comprar todo aquello que ya se fabrique o produzca en el país
(posiblemente resultado del reciclado);
usar el carro o vehículo solo cuando
sea indispensable (sé del caso de una persona que sale en carro
para ir a la tienda, ¡que está a media cuadra! de su casa); cambiemos
nuestros vehículos por otros con menor cilindrada que la actual; que
el Gobierno prohiba, ¡sí, prohiba! la importación de vehículos con más de
2,000 centímetros cúbicos de cilindrada, salvo en los casos de
los: Jeeps, pick-ups, autobuses colectivos y camiones, que sean empleados
para los trabajos específicos, para los que fueron
diseñados, ¡no para presumir!...
Realmente nadie necesita un vehículo de gran cilindrada para su
locomoción personal.
- Bajar
o suprimir el arancel de importación a las motocicletas y bicicletas, así como a las demás formas de transporte de bajo o
ningún consumo de energéticos fósiles.
- Evitemos
el gasto en el lujo superfluo
(ropa de marca por ejemplo, ya que en Guatemala se hacen prendas, no de
marca, pero sí de superior, sí, ¡muy superior! calidad a las importadas,
lo único que las hace diferentes es la marca; pero igualmente visten ¡y
visten muy bien!).
- De la compra
de joyas ni hablar, puesto que dado el clima de inseguridad, es solamente
correr el riesgo de ser asaltado, amén de ser un total insulto al hambre
de nuestro pueblo; gastemos lo necesario ¡no más!
- Abraham
Lincoln sentenció: “NO SE PUEDE CONSTRUIR UNA ECONOMÍA SANA, BASADA EN
EL CRÉDITO” Elimine todas
las tarjetas de crédito (quedándose con la de menor interés y menor
cuota de revalidación) que solo le
provoca mayores gastos, quédese con una o dos -ideal sería ninguna-,
para cuando tenga un gasto imprevisto, no para andar gastando lo que no es
suyo, por no haberlo pagado.
- Tórnese
más humano y solidario,
con los demás, ayude a los que no han tenido la oportunidad que
usted ha tenido. Vea claramente que
todos somos guatemaltecos (que residimos en la misma casa grande), que
todos somos hijos de Dios, y que al igual que el samaritano (pese a ser
discriminado en aquella época) fue el único que ayudó al necesitado.
- ¡No
busque excusas!,
¡acéptelo!, no se trata ni de comunismo; ni de religión; ni cosa
semejante, se trata simplemente de: sobrevivir, “de hacer, lo que
hemos dejado de hacer, esperando que otros lo hagan por nosotros”.
- Organícese
cívicamente, para reclamar
y exigir sus derechos, no es justo que otros decidan por usted,
respecto de sus intereses y su persona si todos somos iguales ante Dios y
la ley. Usted y todos los
afectados, por medidas impopulares que tienden a esquilmarlo... Tiene
derecho a hacer oír su voz y a ser
tomado en consideración por los esquilmadores del patrimonio nacional (y
suyo en consecuencia). En la medida
que las voces sean planteadas por mayores sectores, más serán escuchadas;
piense que no es lo mismo que usted esté inconforme con algo y que lo
“cuchichee” con alguien, que si se
organiza una publicación; o una manifestación; o ¡una campaña cívica! No se trata de generar más anarquía de
la que ya prevalece, se trata de poner el seso en función social, para que
¡socialmente podamos salir de la indefensión en que estamos!
Me parece fundamentalmente, que he
propuesto algo para la construcción de una sociedad más fraterna y más justa,
resta tan solo que personas como usted, tomen la decisión de poner el granito
de arena que les corresponde dentro de la mencionada construcción.
Sé que cuesta hacerlo y más aún aceptarlo, pero... porque cuesta, vale la
pena.
¡Esto
es nuestro diario quehacer! (Hacer de oficio) todo aquello que esté
enfocado hacia el bien común.
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