Querido Dios:
Tú que jamás me has abandonado y conoces mi
diario vivir mejor que yo misma, porque Tú lo escogiste para que yo pudiera
hacer Tu voluntad: Acoge bondadoso mi agradecimiento por todo cuanto me has
dado en la vida, por todo lo bueno y malo que he debido enfrentar para sentirme
merecedora de poder charlar contigo como mi hermano, y gozar de tu grata
compañía en mi caminar por este mundo.
Mira piadoso, pues, a esta hija agradecida
contigo y, por tu infinita misericordia, sigue llenándome de sabiduría y
conocimientos, para que así pueda dar más a mis hermanos cada día.
Amén.
Jolie
Totò Ryzanek Voldan
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