martes, 29 de octubre de 2013

Los "subdesarrollados" opinamos (20011214)

ORIFICIO


Los “subdesarrollados” opinamos (La Hora 14-12-2001, Pág. 4)


Jolie Totò Ryzanek Voldan.

Ante la “Justicia Infinita” anunciada por los Estados Unidos; una voz no ha sido escuchada ni tomada en cuenta por las “superpotencias” en la reivindicación de su “orgullo” herido. Se han obcecado, so pretexto de la “justicia” en algo que más parece el inicio de la destrucción, si no de todo el mundo, en la aniquilación sistemática de todos los pueblos “subdesarrollados” del mundo. No se han puesto a pensar en el GENOCIDIO que están a punto de provocar con todos los pueblos “tercermundistas”.
De alguna manera, los países se organizan de diferentes maneras y formas, acorde a su propia idiosincrasia; de allí que los hay DEMOCRÁTICOS (del griego: Demos = Pueblo, y Cratos = gobierno) y los hay TEOCRÁTICOS (del griego Teos = Dios, y Cratos = gobierno). En los primeros hay elecciones populares para elegir a sus gobernantes, mientras que en los segundos los gobernantes son electos en función de méritos religiosos o por designio del Consejo de Sacerdotes y/o Ancianos –u otro mecanismo por el estilo-, el caso es que no hay elecciones populares, puesto que el pueblo se organiza basado en sus creencias acerca de la voluntad de Dios, para hombres y mujeres.
Para el caso que nos ocupa, baste acotar que los musulmanes creen al igual que los cristianos en un solo Dios creador y generador de la vida; que no creen en Jesucristo como Hijo de Dios, sino en Mahoma; que reconocen en Jesucristo a “un gran profeta” y “respetan” a María su madre.
Si analizamos los reclamos de los musulmanes hacia la conducta de los Estados Unidos, no están tan alejados de los reclamos nuestros hacia los mismos Estados Unidos, por cuanto ellos, al igual que nosotros ¡son tercermundistas! Pese a tener petróleo, oro y diamantes dentro de sus recursos naturales. Nos une el mismo vínculo de ser víctimas de la esquilmación y exclusión del sistema capitalista. Esto no debe de asustarnos, ni mucho menos, por cuanto así es el sistema imperante: “Tiende a la formación de ricos cada vez más ricos, en detrimento de los pobres que cada vez son más pobres”. Los primeros porque al invertir más, ganan más y los segundos porque ¡cada día les quitan más!
De allí que han realizado toda suerte de triquiñuelas (“mafiosidades”) para la salvaguarda de sus intereses (un listado resumido e interesante lo encuentran el una declaración reciente de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Guatemala). Algunas les han salido “a pedir de boca”, y otras persisten en la lucha, tal el caso de las sectas religiosas implementadas por la “CIA”, para acabar con el dominio de la religión católica, que llama a la solidaridad y a compartir; lo cual es el antónimo de los intereses económicos y por ende políticos de los Estados Unidos.
Los musulmanes no han escapado de tan aberrante ejemplo y dentro de su seno han surgido sectas que tienden a la destrucción de los Estados Unidos como la fuente de todos sus males; llamándoles: “Satanás” (a los Estados Unidos), y empuñan las armas “para matar en el nombre de Dios y de su creación” (Jihad). ¡ésto último es la peor de todas las aberraciones que conozco!
Sin embargo existe la libertad de creencia y de religión y ¡debemos aceptarlos!, porque con todo y todo ¡también son Hijos de Dios y su creación!, esto es bastante difícil de digerir y más el aceptarlo, pero ¡hay que hacerlo!
Entonces sucede que “acorde a su creencia religiosa libre” atacaron con las armas que tuvieron a su mano (aviones secuestrados) a “Satanás” (Estados Unidos), y al lograr “golpear al monstruo”, se hicieron “agradables a los ojos de Dios” (por ello son tan aberrantes los fanatismos).
Pero si los colocamos a la luz de las políticas aplicadas por Estados Unidos, ¡ellos mismos lo provocaron!, al mantener en el olvido y hacerse los desentendidos del resto de la humanidad, con tal de mantener sus intereses económico-políticos de manera hegemónica. Ello es lo que se denomina “PECADO SOCIAL” (lo que tiende a disminuir la dignidad humana y atentan contra el espíritu creador de Dios).
Ahora vienen pidiendo “justicia”… y yo les pregunto: ¿cuál justicia…?, la de ellos (los Estados Unidos) en la cual los musulmanes no creen, puesto que sólo creen en la “justicia divina”, ya que Dios nos dio este mundo para que viviéramos armónicamente, no beneficiándonos unos en detrimento de otros.
A manera de ejemplo les pregunto a todos los habitantes del mundo occidental: ¿Les gustaría ser juzgados bajo dichos cánones? Si usted destruyera una mezquita en Afganistán (aunque con ello matara al “supuesto responsable” –Osama Bin Laden- , ¿estaría de acuerdo en ser juzgado por las leyes de allá?… La respuesta es obvia; allá usted sería responsable de genocidio (acá también) y alta ofensa a Dios (acá, no); mientras que si es juzgado en Estados Unidos ¡sería condecorado como héroe y hasta premiado en efectivo!…
Vea hasta donde nos ha llevado la soberbia humana, al creer que cada cual tiene la verdad de su parte, y es el dueño de todo, como pudiera derivarse de la interpretación textual de la Biblia que hacen las sectas, ¡cuidado al respecto! Es muy fácil ser víctima de un “engaño” por parte de los “falsos profetas”, ya que no buscan la vida, sino la muerte.
Los estados de corte democrático han aspirado a ser “la mamá de los pollitos” y poseedores de la verdad absoluta, lo cual ¡no es cierto!, tienen cosas y pensamientos loables, pero tienen otras actitudes y pensamientos totalmente equivocados hacia sus congéneres de otras latitudes, ¿por qué no comparten el territorio que poseen?, ¿por qué discriminan a los negros y latinos?, ¿por qué no comparten su bienestar con el resto del mundo?, y para colofón se llaman ¡cristianos!… ¡vaya aberración!
Ahora “con ayuda de sus aliados”, pretenden desatar una guerra en contra de un país “subdesarrollado” que seguramente se convertirá en una “guerra Santa” (Jihad), por cuanto los musulmanes son una (si no la más) numerosa religión del mundo, juntamente con los cristianos. Pero el caso es que cuando las hostilidades se hagan insoportables, el mundo árabe no permanecerá impasible, y entre muchas de las acciones que tomarán, está la suspensión del suministro de petróleo para el mundo occidental y las “superpotencias” ¡no han tomado en cuenta una vez más, a los países empobrecidos!
Ya estamos suficientemente mal, como en algunos municipios y aldeas de Chiquimula y el altiplano, para que una guerra que reivindique “el orgullo ofendido de la superpotencia” y su élite de influencia, nos mate de hambre a todos los habitantes tercermundistas, al subir los precios de los carburantes (sólo observe la reacción de la OPEP, al respecto), ¿cuál es pues el sentido de justicia que pretenden implementar?
Más que una búsqueda del rescate del orgullo de preservación de la hegemonía de sus intereses, ¡y cualquier otro pretexto!, LOS PAÍSES “SUBDESARROLLADOS” TENEMOS DERECHO A SER RESPETADOS… Y A VIVIR DIGNAMENTE, el problema que enfrentan no es de justicia y menos divina (peor si es infinita)…, es un problema que por doloroso que les sea reconocerlo, son incapaces de manejar, ya que ¡no son dueños de la conciencia del mundo! Y es moralmente censurable, el que pretendan serlo, basados en su visión de lo que “creen correcto”.
Entiendan que todos habitamos la misma “casa grande”, que se llama Tierra y que ninguno de sus habitantes, incluidos los estadounidenses, tenemos derecho a sacar provecho del hambre y la ignorancia de otros, por ningún pretexto, y menos aún, de destruirla por pasión al dinero y creencias no comunes.
Da la impresión que el asunto no es ni siquiera religioso, es antes bien, un problema social de moralidad, de principios, de respeto y sobre todo de preservación del único sitio que tenemos para vivir.
Dentro de dicho contexto tendremos que aceptarnos y compartir cuanto tengamos, para vivir lo más plenamente que sea posible, más allá de acuerdos parciales o subjetivos que beneficien intereses específicos y/o individuales. TODOS LOS HUMANOS TENEMOS DERECHO A LA VIDA (VIVIR Y DEJAR VIVIR) -INCLUIDOS: OSAMA BIN LADEN Y SUS SEGUIDORES- SIN DISTINGO DE DENOMINACIONES RELIGIOSAS NI RAZAS.

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