viernes, 25 de octubre de 2013

ORIFICIO (Recopilación)











 

 

 

 

 

 

ORIFICIO


(Recopilación)




















Jolie Totò Ryzanek Voldan.




Introducción

Una de las tareas más difíciles para cualquier ser humano es escribir de manera coherente y entendible para que quien lea sus pensamientos, deliberaciones y puntos de vista, esté en la capacidad de visualizar lo que el autor quiso.
Aún más difícil es encontrar quien se lance a la empresa de publicar los escritos producidos, por cuanto nadie puede prever el resultado económico de semejante empresa, y menos la opinión que en los lectores provoque. Obteniéndose como producto del quehacer literario y periodístico un producto apreciado por muy pocos y… la mayoría de las veces, una enorme frustración de los productores y financistas de tan quijotescas empresas.
Sin embargo y pese a todo lo descrito, hay personas “que nos fascina escribir y que nos es literalmente imposible permanecer impávidos ante la coyuntura de nuestro acontecer histórico” y, presas de un indescriptible embrujo, nos lanzamos a la tarea de plasmar en papel nuestro pensar y sentir, imbuidos de una tremenda “esperanza y fe” para que nuestros escritos sean conocidos por otros.
Por lo anterior, deseo dejar clara constancia de mi sincero y profundo agradecimiento a quienes hacen posible esta pequeña entrega; ya que de no ser por ellos, las mismas continuarían siendo “otro archivo electrónico desconocido”.
Sinceramente, ¡gracias!
La presente “recopilación” obedece a la inquietud de “hacer llegar a más personas” mis deliberaciones y razonamientos ante diferentes coyunturas de épocas diferentes de mi vida.
Por ello, y para su mejor ubicación se antelará una nota introductoria a cada escrito, para que el lector pueda ubicarse en el contexto de la historia guatemalteca donde surgió el razonamiento o deliberación que se desea compartir.
Anticipadamente ¡gracias! a usted por tomarse el tiempo de leer, y sobre todo mi felicitación por pretender acrecentar su acervo, al enterarse de opiniones y razonamientos enfocados “desde otra óptica”, aunque se refieran a lo mismo que ya está enterado(a) por otras fuentes o como producto de su personal experiencia o raciocinio.



Génesis


La historia del apelativo ORIFICIO se remonta a la manera “picaresca guatemalteca” de referirse al diminutivo sin apego a la regla gramatical de mi nombre (de varón) de pila (Eloy); puesto que es el único que me pusieron mis padres las alternativas para emplear otro nombre se veían reducidas al imposible, por lo cual con carácter jovial me acostumbré a responder a la mencionada forma de llamarme, tomándolo como una forma cariñosa de referirse a mi persona, toda vez que yo era llamado por mi nombre “de manera cariñosa”, generándose así todo tipo de situaciones simpáticas que no viene al caso contar, mas sí fáciles de imaginar…
Con el transcurrir del tiempo me enrolé en el mundo de las ventas y, como era de esperar, llegué a ser compañero de ventas de un ex alumno de mi padre (él fue maestro toda su vida), por lo cual en medio del jolgorio característico de las reuniones de vendedores, hubo uno (Gerber López) quien al momento de mi llegada a una reunión, me llamó con fuerte voz, vociferando: “¡Eloyito!”… escuchándose algunas risas en el salón, mientras las miradas se dirigían mi persona, para observar mi reacción ante tal llamado…
Haciendo uso de todo mi aplomo (puesto que al igual que todos yo era vendedor), respondí con voz estentórea: “¡Orificio con cariño vos!”… provocando una carcajada unánime en los presentes (como 40 entre vendedores y gerentes). Desde aquel momento me “auto-bauticé”: Orificio. Algunos de los presentes aquella mañana aún me llaman cariñosamente: “ORI.
Esa capacidad de escudriñar las mentes de los demás me llevó a escudriñar la mía, buscando otras implicaciones del vocablo Orificio, por lo cual conocí que se aplica a un agujero pequeño en una superficie que permite atisbar lo existente al otro lado de la superficie en que se sitúa… Ello y mi vivencia narrada, me ha llevado a nombrar así mis escritos y los espacios cuando soy publicado. Pretendiendo atisbar mediante un orificio, “aquello que existe al otro lado”… Pretendo que usted “se atreva a atisbar aquello que le muestro”… Deseo en suma, que mi paso por este mundo deje una “huella en su consciencia” y que ella sirva a las nuevas generaciones para demostrar que “existe un sitio diferente hacia el cual podemos atisbar siempre”.
Mi estancia en las aulas de la Universidad de San Carlos de Guatemala (1969-1971) logró que, en compañía de algunos amigos, tuviésemos la quijotesca idea de “dar a conocer nuestro pensar a los demás” mediante la edición de un periódico, llamado El Universitario.
En él se publicaban noticias de la Usac, correspondiéndome ser el corresponsal en la Facultad de Ingeniería, y fue en él donde “hice mi irrupción en el mundo de las letras”, empleando así de manera pública el identificativo de mis escritos: ORIFICIO.



Primer ORIFICIO


En mayo de 1970, publiqué un artículo de opinión titulado: Guatemala se hunde ¿y tú qué haces?, que marcó mi visión al momento de escribir, por cuanto principié a tocar puntos morales en las personas, en el sentido de señalar lo estéril que resultaba el estudio y la preparación académica, si no estaba en función de los demás…
Del artículo me quedó únicamente una copia que transcribiré seguidamente, sin dejar de manifestar que los halagos y críticas que el artículo suscitó los guardo en lo más profundo de mi ser, ya que fueron ellos el acicate que templó mi carácter “para iniciar la función crítica coyuntural referida a las personas y sus valores”, que he mantenido hasta la fecha y que posiblemente me cueste la vida…


ORIFICIO

Guatemala se hunde ¿y tú qué haces?

Pues bien compañero ¿qué has hecho?, estoy plenamente seguro que la gran mayoría contestará que nada; ¿y por qué?, sencillamente porque los profesores de la universidad no lo han exigido; o porque no te ha quedado tiempo para ello, en el mejor de los casos, mientras otros ni siquiera lo han pensado. Sí, compañero, me refiero en estas líneas a lo que has hecho para que tu Guatemala sea un poco mejor de lo es en los aspectos: educativo, cultural, social, etc. en resumen, en todos los ambientes que se desarrolla; y por ende, del que tú también eres integrante.
¿Alguna vez has consultado las estadísticas, que de paso sea dicho, son bastante inexactas, acerca del índice de analfabetismo y desnutrición? Si lo has hecho, te has dado cuenta de los serios males que aquejan a nuestro pueblo, y es justo preguntarte: ¿Por qué no ayudas en algo?, ya que de gota en gota se llena un cántaro, ¿estás esperando que vengan otros y lo hagan por ti?, pues bien, hoy te digo que esos otros pensarán de igual manera que tú, y si seguimos en estos términos, Guatemala nunca saldrá del hoyo en que se halla sumida.
Es tiempo ya que nos dejemos de tonterías, de habladas y de demagogia, pues de ello, largos estudios se han realizado, se ha proyectado, se ha hablado, se ha dicho, en fin de todo tipo de cosas, menos en llevar a una feliz realidad las ideas que los “dizque” universitarios “pioneros de la juventud”, se achacan como si ellos fueran los que con su contribución fueran a cambiar el mundo. Si ello es cierto, ¿qué ha pasado que los frutos no se ven?, le decimos a la gente que con nuestro voto y voz podemos cambiar el mundo… si ello es cierto, empeñémonos en lograr, al menos en parte, lo que tanto predicamos y decimos con toda la boca: forjemos una Guatemala con menos hambre, con menos desnutrición con menos analfabetas; en fin, con todo el potencial con que la deseamos ver, ya que de lo contrario nos seguiremos sumiendo aún más en el sepulcro del subdesarrollo; aunque haya cientos de profesionales que con sus múltiples conocimientos de técnicas o ciencias los acredite como “Sabelotodo” en “X” rama, y son la fuerza motriz del engranaje de la nación se compenetren de su obligación para con el conglomerado donde viven.
Dense cuenta que ya ocupamos un deshonroso segundo lugar en el mundo en índice de analfabetismo con la “gloriosa” marca del 72.2%.
Que los indígenas del occidente de la república poseen un “ingreso anual” menor a los 80.00 quetzales.
Que cada día es mayor el número de personas que sufre de inanición, etc.
Exhorto con este, a que todos los universitarios unidos con la bandera del servicio a nuestra tierra, procuremos remediar la situación.






 

Segundo ORIFICIO


Durante el año de 1986, siendo un joven inquieto y consciente de la realidad en que se desarrollaba la cotidianeidad guatemalteca, habiendo tenido la dicha de poseer (hacía 19 años) como maestro de Sociología al licenciado Santiago López –ex presidente de A.E.U., posteriormente asesinado–; la herencia de mi padre en cuanto al “gusto por las letras” tuve un arranque en mi persona, ya que el país recién nacía a la vida democrática, al final de años de enfrentamiento fratricida, con una guerra fría galopante, pero ¡con mucha fe en sí misma!, surge el presente artículo que fuera publicado por el matutino Prensa Libre, aun cuando el mismo, fuese un escrito de un joven idealista, inmerso dentro del campo laboral.
El siguiente artículo ha sido seleccionado como muestra de los primeros escritos publicados; pero pese al paso de los años, nos cuestiona esencialmente, en cuanto a nuestro proceder ante situaciones de nuestra cotidianeidad.

ORIFICIO

¡Figúrese usted! (Prensa Libre, 01-07-1986)


No pretendo decir cosas que no se conocen, sino “desenredar” un poco la situación que vivimos, de tal manera que todos y cada uno de los que nos desenvolvemos en esta ya caótica situación, la comprendamos mejor; y en función de ello adoptemos el papel que en realidad nos corresponde.
¡Figúrese usted! Que grosería el alto costo de la vida, inflación, baja en la producción ¡y cien cosas más! Lo que en realidad es que a cada día y a cada momento andamos como el cangrejo, hacia atrás. Todo mundo comenta y sufre lo mismo, algunos lo entienden y otros no, pero eso sí, todos lo sufrimos en forma cotidiana. ¿Cómo no quieren que estemos mal?, si todo mundo piensa que democracia y libertad es lo mismo que: “ahora es cuando”. Los sindicatos piden aumentos, los patrones no los otorgan, el Gobierno recibe “la guayaba” en quiebra y con deudas que hasta nuestros bisnietos estarán pagando, no hay dólares con que pagar las mencionadas deudas, ni para importar lo indispensable y, para colmo, como nadie está contento, todo mundo dispone realizar paros y huelgas, ¡hoy si que estamos amolados!
Pensemos pues, para intentar comprender un poco la cosa en un ejemplo sencillo: Un almacén cualquiera (de telas por ejemplo)
Primero: Es el dueño en primer lugar, quien dispone “arriesgar” su dinero en el negocio, con el único fin de percibir ganancias, por lo tanto, los negocios se planifican para eso: ganar dinero no para “salir tablas” ni para perder.
Basado en lo anterior, pensemos en el patrón, no como un monstruo, sino como alguien que para ganar dinero necesita de empleados, y sindicalizados o no, los necesita, porque es obvio que solo él no podría hacer lo necesario para que el negocio funcione, pero debemos dejar bien claro que lo único que él desea es ganar dinero, no enemigos ni problemas, por lo tanto en la medida que le queramos quitar dinero, en esa misma medida se desalentará y en un momento de cólera, podría disponer inclusive el cierre del negocio, y los únicos perjudicados seríamos nosotros, puesto que él invertirá su dinero en otra actividad mejor (además ¿qué necesidad tiene de “meterse” en cosas de política y problemas sindicales? Ninguna).
Segundo: Si vende la yarda de tela a Q8.50 (suponiendo), es porque de yarda en yarda vendida, sacará para pagar local, luz, agua, vitrinero, vigilante, salarios de dependientes, el costo de la tela, etcétera y, además, su ganancia, esto quiere decir que invierte como Q250.00, para cubrir con la diferencia los gastos, toda vez que vendan toda la pieza de tela ¿y si no?, lógicamente pierde. Por lo tanto, no depende del dinero, sino de su astucia para comprar, vender, encontrar personal calificado para vender, Etc. y garantizar que el dinero regrese con ganancia.
Si ello no tiene su mérito y cualquiera lo puede hacer, mañana pongamos todo nuestro almacén y que no haya empleados sino solo patrones.
Tercero: Luego viene el Gobierno, y porque recibe “la guayaba” en quiebra, impone más impuestos, y dispone que dado el alto costo de la vida, se debe otorgar un aumento salarial a todos los empleados, además, gracias a la corrupción (que no es otra cosa que robo) todo el Gobierno y sus empleados generan un gasto HORRIBLE en gasolina, diesel, luz, dinero, viajes inútiles, esfuerzos, burocracia, y lo peor, en tiempo, ¿no lo cree?…
Láncese a montar cualquier negocio, y verá cuán difícil es crearlo legalmente. Pese que es una nueva fuente de trabajo y posible ingreso de dólares al país. Por si ello fuera poco, como buen pobre “intente” conseguir el capital en un banco o financiera, ¡verá cómo le piden hasta la cama donde duerme como garantía, y algo más!, si acaso disponen escucharle, si no, ¡no!
Total, todos quieren, todos desean, algunos actuamos, pero la gran mayoría creen que es fácil… la realidad es otra, son derrotistas que no logran llegar al final por su falta de fe y confianza. Por falta de buscar la manera y porque se dan por vencidos antes de haber principiado, saben que es más fácil pedir y exigir que les den lo que desean, antes que luchar por ello.
Piense así: ¿Cómo le va a aumentar el sueldo su patrón a todos los empleados, sin que aumente el precio de lo que vende?… ¡Y aún hay locos que pretenden “que bajen los precios”! cuando todo está cada día más caro… No se necesita “democracia”, se necesita “magia”, que no es posesión de los patronos, sino de todos, ¡si de todos!… ¿Quieren aumento de sueldo y seguir vendiendo lo mismo?… El patrón querrá dárselos, pero ¿de dónde va a sacar el dinero para pagarlo? Si no de lo que venda el almacén, si no vende más, tampoco ganará más, y por lo tanto no podrá nadie ganar más. ¿Quiere mayor salario? ¡Trabaje por el!, no piense que vendrá el maná del cielo.
¿Qué pasaría si dentro del “paquetazo” hubiera una disposición que rezara que todos ganaran por comisión y se suprimieran todos los salarios fijos, y que se prohibiera la importación de vehículos de lujo, y que solo se importaran los de uso agrícola, los transportes que fuesen movidos por diesel y que no hubiese picops de más de 1,500 c.c. como máximo?
Se generaría lógicamente desempleo para los que venden lujo, pero ganaría Guatemala en consumo de combustible, y como corolario importantísimo, todos trabajaríamos más, puesto que quien no lo haga, tampoco tendrá salario.
El grave problema de Guatemala, no estriba en la crisis, sino que ES EL ÚNICO PAÍS QUE SE COMPORTA COMO SI NO ESTUVIESE EN CRISIS, seguimos comprando y vendiendo lujo “presumiendo con sombrero ajeno” cuando en casa no hay para comer (¡claro la mujer aguanta con todo!)
Si en realidad queremos salir de donde estamos, leamos comprendamos y actuemos como corresponde, vendiendo más, produciendo más, exportando más, y sobre todo ahorrando más (en toda actividad y gasto), por insignificante que parezca, de centavo en centavo se hacen los quetzales.
Le apuesto que cuando principió a leer el presente, ni se imaginó “la jaboneada” que contenía, ¡figúrese usted!


Tercer ORIFICIO

Durante el inicio del primer año del peor Gobierno que recuerda la historia patria (2000-2004), la situación de exclusión generalizada no había mejorado absolutamente nada, lejos de ello, los “ejércitos de hambrientos” habían aumentado, por cuanto nadie había hecho nada al respecto y la población siguió creciendo “desmesuradamente normal”. En este marco, los señores diputados al Congreso de la República, como primera disposición de su mandato, se “auto otorgan” un jugoso aumento de salario, aduciendo que ellos “son funcionarios y que no es posible que haya otros funcionarios (muchos nombrados por ellos) que perciban mejores salarios que ellos”(¿?)…, ante lo cual la sociedad guatemalteca quedó estupefacta y, como cosa fuera de lo común, se unió en una protesta generalizada. Sin embargo, “contra viento y marea” el insultante aumento salarial fue hecho efectivo y “no hubo poder” que lo detuviese… ¡finalmente, así es Guatemala!
Orificio no fue la excepción, al sentirse insultado en su dignidad con la disposición y, retomó su única arma: ¡la pluma!, para hacer un llamado general, en el sentido que si el aumento fue “auto otorgado”, que al menos “se hiciera buen uso de él”, por lo cual publicó el siguiente artículo:

 

ORIFICIO


Camino: (LA HORA, 03-07-2001. Pág. 04)

Pensé durante varios días, respecto de actitudes cotidianas, sus fundamentos y consecuencias. Llegando a la amarga conclusión, que muchas veces ni cuenta nos damos de la magnitud de las consecuencias de nuestras propias decisiones y, posteriormente nos lamentamos de todas ellas, “sin que podamos regresar la película” (es decir, sin poder enmendar la: “metidota de pata” que hemos dado). Debiendo conformarnos, con la aceptación de nuestros propios errores, en algunos casos, y en otros con la ACEPTACIÓN DE LOS ERRORES DE OTROS; con el consiguiente sentido de frustración e impotencia; que cuando se hace de todos es: frustración colectiva.
Es innegable que, a estas alturas, la “colección de metidas de pata” que ha dado la humanidad es incontable. Por lo que sin pretender ser uno más de tantos que se conforman, me puse a pensar que seguramente habría alguna manera, en principio, de “desandar” el mal camino que llevamos, ya que el abismo se encuentra muy cerca de nosotros.
Realmente no creo que alguno vea algún signo que las cosas mejorarán; sino que antes bien, todos ven las cosas cada vez peor. En fin, he llegado a un punto de partida que parece ser el más idóneo y cuerdo que puedo enunciar, y consiste en la premisa, que es precisamente el espíritu emprendedor, el que nos irá marcando el camino de la corrección de los males que nos aquejan, toda vez (no hay medias veces en castellano) que poseamos una gran dosis de servicio y entrega hacia los demás; honestidad con nosotros mismos y con los demás y la hidalguía necesaria para hacer que todos podamos marchar a la búsqueda de un mejor futuro.
El real problema radica en que la sociedad individualista que prevalece, ha llegado al extremo de “individualizarnos tanto” que ha hecho realidad el famoso pensamiento de Napoleón, que reza: “divide y vencerás”, llevándonos a una ruptura tal, en que cada cual “reza para su propio santo” o sea que solo le importa él y nadie más que él. Dándose casos de lo más triste al respecto, y que en realidad a mí en lo personal, no dejan de tocarme en lo más íntimo del ser; tal el caso de las personas cuyo único delito ha sido nacer de padres que son víctimas de la exclusión del sistema y la discriminación de nosotros “los iguales que ellos” (recordemos que todos somos hijos de Dios y con la misma dignidad) ¡cuántas personas mueren de hambre diariamente y ¿cuál es el sueldo que percibe un diputado, entre dietas, salario, viáticos, exoneraciones y gastos?!, y ¿los demás funcionarios?
Realmente, no vale la pena ni principiar a hacer la evaluación planteada, el resultado será aberrante para la raza humana. No hay palabras para describir la vorágine que diariamente acontece ante la mirada desentendida de todos y cada uno de nosotros. Pareciera que el patrón a seguir fuera: MIENTRAS NOS SEAS VOS, ¡QUE TE IMPORTA! Y… ¿la igualdad aludida de ser todos hijos de Dios? Y… ¿la igualdad ante la ley que protege la vida y al ser humano? Y… ¿el “amaos los unos a los otros, como yo os he amado”? Y…. ¿la obligación del Estado de velar por el bienestar de la población? Y…. ¡todos haciéndose de la vista gorda!, mientras no sean ellos a quienes les toque. ¡De verdad que da cólera!, ¡hasta dónde hemos llegado sin darnos cuenta! (en el mejor de los casos; y dándonos cuenta ¡peor!).
La realidad es que a nadie parece importarle el asunto, por cuanto “no es con ellos” o porque no hay fondos para semejante empresa, acaso ¿mañana si los habrá?, ¡lo más seguro es que no habrá mañana si no empezamos a hacerlo hoy!
No podemos permanecer impávidos ante semejante amenaza, ¡basta ya! de argumentaciones y discursos, debemos actuar para evitar que más gente muera por el pecado de haber nacido de padres pobres económicamente. ¡No basta sentir lástima! Debemos por lo menos, organizarnos para exigir siquiera: el derecho fundamental a la vida. ¿Qué tal sería, si cada diputado o funcionario “adoptara económicamente” a una familia de su departamento o distrito electoral y la cuidase, como cuida la propia?
¿Qué tal sería que le buscara empleo al jefe de casa (aunque no fuera del partido)?, que “sostuviera” el hogar cuando el jefe se quedara sin empleo, que velara por el acceso a una buena educación para padres e hijos., ¡Que juntos fundaran una nueva empresa! para poder beneficiar a otras familias en circunstancias similares, y pudieran generar no solo empleo, sino que generarán riqueza nacional, fomentando la solidaridad entre todos.
Parece utópico, pero… Puede funcionar en alguno de los casos, que ya es bastante decir, por cuanto ¡habrá al menos una familia que no muera de hambre, y que esté dispuesta a compartir lo mucho o lo poco que tenga con otra familia, igual o peor que ellos!
¿Qué sucedería si el Gobierno en general estuviera enfocado hacia la solidaridad?
¿Qué sucedería si todos realmente actuáramos como cristianos, siendo solidarios?
¿Qué de malo tiene decir la verdad? Y desenmascararnos de una buena vez. El pecado, sí, el pecado social existe, y consiste en: conocer una realidad social y hacerse: “el (la) desentendido(a)” ante ello. Esto es peor, que robar por hambre propia y de su familia. ¡No concibo a una sola persona que no coincidida conmigo en esto!
Me confieso, como un cristiano comprometido con el evangelio de Jesucristo, y es por ello que, en lo que a mí compete, seguiré diciendo: Que ser cristiano y guatemalteco, obliga a: vivir haciendo realidad el Reino de Dios, ¡aquí y ahora!



Cuarto ORIFICIO

Con el devenir del tiempo, logré colocarme en diferentes posiciones y desarrollar diversas actividades que implicaban, paralelamente, mayores responsabilidades y consiguientemente mejores ingresos; lo cual me motivó a “exigirme cada vez más”; al grado que como resultado de dicha “exigencia personal auto-impuesta”, cada vez me movilizaba más de prisa y “olvidé” que conducir un vehículo en Guatemala implica “prevenir la tontería de los demás”. Y sufrí un grave accidente, que según opinión de los médicos asignados a mi caso, necesitaría cuando menos TRES años (que en realidad fueron nueve) para recuperarme y ¡no podían hacer ningún pronóstico del resultado final!… Ello no me arredró y, razoné que ¡era la “oportunidad de oro” para hacer todo aquello que había deseado hacer en mi vida!, por lo cual entendí que personalmente no volvería a ser la misma y que indistintamente del resultado final del proceso médico, yo debería cambiar en todo sentido, dedicándome a ser una autodidacta, a realizar profundas introspecciones, a llevar a cabo análisis exhaustivos de la cotidianeidad, a leer, a estudiar (cuando saliera del hospital y me declaran “paciente externo”), pero más que nada a ¡escribir! (logré publicar mi primer libro, llamado: Sentimientos, –del cual solo me queda la copia del autor–), retornando a mi ímpetu de compartir con los demás, con más elementos de juicio y mejores argumentos; por lo que mi producción se volvió mucho más prolífica. Surgiendo muchos escritos que en la medida que aprendía más, se tornaban cada vez más consistentes y hasta cierto punto irreverentes, por cuanto la valorización social y moral de nuestras sociedades, es igualmente evolutiva.
El grave problema del asunto es que la sociedad guatemalteca en general es sumamente reacia al cambio. Tanto así que es definida por muchos autores como “ultra-conservadora”. Por ello, publiqué el siguiente:

 

 

ORIFICIO


¿Cambio?
(12-11-04)

Constantemente vemos personas que deambulan por el mundo realizando cosas o pensando en ellas, de manera tal que la mayoría de las veces, ¡ni ellos saben para qué, o por qué. Ello nos debe preocupar, por cuanto la principal característica humana, es precisamente su capacidad de raciocinio, de donde colegimos que cuando menos deberíamos saber “el por qué y para qué”, de las diferentes vicisitudes de nuestro diario acontecer.
Es necesario decir entonces, que cada cual deberá dedicar parte de su tiempo para reflexionar en torno al asunto expuesto. No buscando respuestas simplistas, sino que “intentando seriamente” llegar a la raíz del asunto, para que una vez que haya identificado sus orígenes y sus causas, pueda razonar en torno a probables soluciones y enfrentar de dicha manera uno de los mayores conflictos existenciales que poseemos –ciertamente todos– que nos provoca sentimientos de frustración y poca realización personal, y nos impide “ser nosotros mismos”.
Cuando todo “va bien”, hasta nos jactamos de nuestros logros y conquistas, pero cuando la cosa
“va mal”, ocurre que solo unos pocos, realmente muy pocos, –se asombraría de los pocos que son– enfrentan la adversidad con la valentía y el arrojo necesarios, “dispuestos a cambiar dentro de ellos” para poder identificar las causas de aquello que les afecta, y encontrar la determinación suficiente para resolver la situación conflictiva de marras.
Precisamente por lo anterior, es que nos damos cuenta de las personas que deambulan por allí, sin poseer ningún rumbo para sus vidas, desperdiciándolas y desperdiciándose ellos mismos, esperando que pasen los años para obtener una jubilación, que cuando la obtengan, la moneda esté tan depreciada que lo único que habrán conseguido es estar en una situación económica precaria… ¡están esperando tan solo morirse!
Realmente, ello no es ningún tipo de aspiración humana, por cuanto si bien es cierto que moriremos, no debemos “esperar sentados que la muerte nos visite”, antes bien debemos luchar y esforzarnos en nuestro diario existir, por vivir lo mejor posible, sin que para ello utilicemos a nuestros congéneres “de escalera”, es decir, tenemos derecho a una vida plena ¡pero no más que eso!
Lo anterior se resume en aquello que hemos oído decir respecto del hecho de tener aspiraciones y metas… aquello de “fijarse objetivos”, lo cual así dicho es bastante fácil lo realmente difícil es, “estar en plena disposición de cambiar dentro de nosotros mismos”, lo cual de suyo requiere un acondicionamiento interno y serio de nuestra parte, por cuanto estamos tan acostumbrados a mantenernos igual, que hemos perdido la noción y las directrices necesarias para disponernos al cambio.
Ahora bien, debemos recordar a cada instante que absolutamente todo en la vida es cambiante, y si nosotros somos parte integral de esa vida, no existe el menor impedimento para que enfoquemos todos nuestros esfuerzos hacia aquello que nos brinde una mejor valoración humana, por cuanto las valoraciones materiales carecen de trascendencia en el campo netamente humano.


Quinto ORIFICIO

 

El “desastre nacional”, poco apoco se hacía más patente y los guatemaltecos, de manera inconsciente, se fueron “acomodando” al statu-quo que se enseñoreaba en su entorno, y fundamentado por el “desgobierno eferregista” en el poder… todo mundo al darse cuenta del descaro e impunidad prevaleciente en el sistema, optó inconscientemente por aquello que le proporcionaba “una mejor sensación de confort”… se olvidó del pensamiento de solidaridad cristiano heredado de la fe de nuestros conquistadores, buscaron “su acomodo” en “creencias advenedizas”, sin preguntarse siquiera acerca de su origen (la mayoría no sabe a la fecha que profesan una secta –que no poseen teología que la sustente fundada por la CIA norteamericana) y menos por su grado de valoración humano-teológica en general, “aceptaron a un Cristo como su salvador personal” y…¡se olvidaron de todos los demás!, iniciándose así una era de gentes (imposible decir personas) decididas a ser iguales y/o peores que sus gobernantes; al cabo mundo y en el peor de todos los casos ¡ya eran salvos!

La anterior percepción me empujó nuevamente, hacia el cuestionamiento moral de las actitudes de mis lectores en el siguiente artículo que titulé “Uso y abuso”





ORIFICIO

Uso y abuso

Aquella tierra, agua y cielo, luego de la creación, fue poblándose de animales y plantas. ¡Todos vivían felices! Hasta que al “animal racional” se le ocurrió que él podía abusar de otros, y puesto que no simplemente actuaba dentro de la creación, sino que era capaz de modificarla…. ¡Se lanzó a la aventura! Haciendo uso de sus instintos y pensamientos, principió a hacer cuanto creía que le era conveniente y le gustara; en todo caso intuyó que ya que había suficiente de todo, “un errorcito por aquí y otro por allá”, no alteraba en nada su especial gusto por la conquista y el descubrimiento. Se mantenía de todo aquello que deseara y que la tierra proveyera…No conforme con esto, persistía en la búsqueda de nuevas experiencias, buscaba cada día más y más… ¡Nada le era suficiente!… Continuaba buscando e ingeniándoselas, para buscar aquello que ¡ni él mismo sabía que encontraría! Manteniéndose en una búsqueda constante, a falta de algo mejor que hacer… Ya teniendo para sí todo lo de su entorno; paulatinamente se obligaba a ir más lejos cada vez, y retornaba a veces lleno y a veces vacío, de aquello que anhelaba (aunque no supiera que era), aquello que le gustaba por su sabor, o su color, o por lo bonito, Etc. Cuando no encontró más que recolectar, porque ya lo tuvo todo, se dio cuenta que habían otros que tenían algo que él no tenía y se dispuso a conseguirlo, surgiendo el intercambio comercial y la violencia de manera simultánea, puesto que “ya habituado” a tomar cuanto deseara, lo hacía a las buenas o a las malas….ganado y perdiendo, ¡todo dependía de la fortaleza o debilidad del contrincante!….
Si le suena familiar y conocida la historia de la “evolución humana” y la compara con lo que actualmente pasa a nivel mundial, concluirá que: “no hemos cambiado casi nada, desde la creación” (indiferentemente de sus creencias al respecto). Todos sin excepción “usamos” todo aquello que esté a nuestro alcance (frutos, palos, rocas, agua, etc.); en la actualidad la lista de “cosas usables” se ha ampliado ostensiblemente, porque el espíritu conquistador y el espíritu descubridor tienen como compañero al espíritu inventor ¡sí, ese que “buscando progreso” a veces lo logra y otras lo pierde! Dejando inamovible la ecuación inicial de ganar, a veces, y perder, a veces…
El asunto que realmente me ha cuestionado, no es el tan pregonado “progreso”, sino el final que se persigue con él… Pese a todo cuanto se intente incluir en la definición de la palabra en cuestión, siempre habrá quien abuse de ella en su propio beneficio o en beneficio de otros intereses. La mayoría de las veces, usamos las cosas, ¡abusando de los otros! Las usamos en nuestro propio beneficio, y de manera casi inadvertida perjudicamos a los demás. Veamos algunos casos simples: Conocimos que el agua corre por el declive de la pendiente, y que es factible “entubarla” para conducir de ésta manera el cauce. Ahora resulta que las “aguas servidas” (por no decir contaminadas) son entubadas y enviadas a otros cauces para dar paso a nuevas aguas servidas. Todo está bonito hasta allí, el problema surge cuando las personas (que cada vez somos más) necesitamos el agua que corre corriente abajo y que ha sido contaminada río arriba. Debemos “descontaminarla” para que podamos re-utilizarla, y ya “servida” (contaminada nuevamente), se la “enviemos” a otras comunidades y personas que habitan río abajo…
El real problema surge cuando los de río abajo “no pueden” costear la purificación de las aguas así recibidas… Generándose una agudización del problema conforme el río se aleja de las urbes, ya que las condiciones de vida de los pobladores de río abajo son cada vez peores, y el río aumenta su caudal al recibir más afluentes, contaminados igual o peor.
Luego viene a preguntarse todo mundo, el por qué de la emigración de la gente del campo a la ciudad, si allá gozan de ¡toda el agua (contaminada)!, enviada por los pobladores de río arriba. Misma que contamina las siembras y enferma el ganado, ¡igual que a ellos! Y… cuando venden su cosecha les regatean el precio por “la distancia que se debe recorrer para llegar a la urbe”. Por lo que finalmente tienen que vender al “precio del mercado”, sin que el mismo precio tenga mucho que ver con sus costos de producción y una ganancia decorosa que le permita vivir y ¡costear el proceso de descontaminación del agua que la urbe le envió! Resulta que las cosas son así, que todo mundo lo ve como lo más natural del mundo ¡y todo sigue igual!
Peor aún, cuando tomamos en cuenta el ritmo a que se pueblan las ciudades por los que vienen de afuera y los que nacen dentro de ella, ¡cada vez es mayor la cantidad de aguas servidas! Y… por si ello no fuese suficiente, el tal “animal racional” ha ido buscando su propia comodidad, al grado que “todo mundo se hace el loco” de sus primordiales obligaciones para con los demás, tornándose comodón y empleando la cabeza para idear la manera más cómoda de “hacer lo menos posible por los demás y su planeta
Fíjense ustedes que hasta hubo algunos que ante
el pedido de cuidado del planeta (coincidente al de justicia, en este caso), decidieron que “fueran ‘otros’ quienes lo hicieran por ellos”; los “otros”, por su parte, hicieron “lo que se les dio la gana” (lo cual es sinónimo de la misma irresponsabilidad de los primeros). Así ha sido nuestra triste… ¡muy triste historia!
El “animal racional” es el más “irracional” de todos. Ha intentado y logrado hacer todo, menos, conocerse a sí mismo; a medir las consecuencias de sus actos y a ser consecuente con el mundo que heredará a sus hijos, pero eso sí, ¡continúa haciendo hijos! Y… ¡les enseña a ser tan irresponsables como él!, al grado que en su irresponsabilidad dispuso “que fueran otros” los que lidiaran con los problemas que ellos mismos generaban (autoridades y Gobierno, en general)….Sin detenerse a pensar la magnitud de las consecuencias de semejante decisión, ya que las mismas personas encargadas de “hacer algo” ¡son iguales que ellos!, pensaron que ellos no abusarían de los demás y serían consecuentes en la búsqueda de soluciones a los problemas generales. Se han vuelto comodones y… sabedores que “la oportunidad” ¡no se repetirá!, se dedican a los intereses que les son convenientes en su momento (léase: “hacer lo que se les dé la gana”). Si no lo ha percibido aún, evalúe el desempeño general del tristemente recordado Gobierno eferregista, que otros columnistas acertadamente han llamado: “desgobierno”, por cuanto que lejos de paliar las crisis, las han ido agudizando de manera paulatina e inexorable.
No es necesario ser un sabio para detectar que lo que realmente hace falta, no es una campaña insensata de alfabetización (que persigue fines políticos al final), sino una verdadera campaña de ilustración moral, enfocada hacia el cambio de consciencia y de actitudes para consigo mismo y los demás, en la cual se ponderen criterios morales en el interactuar de las personas con su entorno; que sea capaz de hacer el menor daño posible a sus semejantes y a su planeta. ¡No es aprendiendo a “garrapatear” su nombre y firma como se baja la tasa de analfabetismo!, antes bien, es indispensable que el “alfabetizado” ¡conozca sus derechos y sus obligaciones!
Sé finalmente, que lo expuesto “es fuerte” y motivo de preocupación en contados sectores de pensadores; que es una realidad incontrovertible, que nadie ha tomado en cuenta, excepto algunos moralistas y filósofos.
Ahora, deténgase a pensar si hay que esperar a que no haya mundo donde vivir para que tome en serio y responsablemente sus futuras actitudes. El pasado déjelo allí…Ya pasó, usted al igual que todos, fuimos vilmente engañados con el significado de las palabras: “progreso” y “uso”.
Tome una actitud crítica respecto de lo anterior, y…deje de abusar “siendo comodón” y de “hacer lo que se le da la gana”.
El cerebro sirve para buscar la convivencia armoniosa y entender los problemas, que de manera tan irresponsable hemos venido generando.
Aporte ideas a los demás y divúlguelas, escuche y atienda comprendiendo el por qué, piense en las consecuencias para los demás.
En resumen: “use, no abuse”.




Sexto ORIFICIO

El(La) guatemalteco(a) promedio está acostumbrado a que todo se le brinde “masticado y deglutido” para esforzarse lo menos posible… Por ello, y el anterior artículo, dispuse dar alguna “receta fácil de seguir”, para “aterrizar” un poco mi pensamiento.
Así surgió el siguiente artículo incluido en esta selección.

ORIFICIO

Una idea de quehacer

Hay muchas cosas que andan mal hoy en día. También es cierto que “tenemos mucho quehacer” (es decir, hacer de oficio, sin necesidad de mayores razones ni argumentos. Diferente de ¿qué hacer?, que es interrogativo e hipotético). Lo primero, que se me ocurre, para que todos coincidamos, es en la necesidad de subsistir sin mayores pérdidas y en la necesidad de ahorrar, para perder lo menos posible, y en ello hay demasiado que decir; puesto que todos tenemos más que una palabra, ¡tenemos una oportunidad! y una alternativa
Veamos:
·         Reciclemos de manera comercial, es decir, contribuyamos a la defensa de nuestro medio ambiente sacando beneficio de ello, reuniendo por separado los metales, los plásticos, el papel, el cartón, y posteriormente, vendámoslo al mejor postor, obteniendo así ingresos adicionales y contribuyendo a la preservación del ecosistema.

·         Produzcamos más, cada cual en su medio y a su manera, que aporte lo suyo en exceso, a efecto que el producto final sea más abundante y haya más riqueza (habrán seguramente patrones que lo reconocerán de manera cuantitativa, la mayoría quizá no, el Gobierno o la cámara a que pertenezcan podría “premiar” a los que sí) y la población tendría más bienes y servicios; que al haberlos en mayor cantidad haría que los precios, si no bajan, al menos
se mantengan igual, y que la industria y el comercio “se reactiven y crezcan”. ¡Todos queremos que se nos den hechas las cosas por otros, sin que nosotros colaboremos en ello! No es magia, es simplemente: ¡trabajo!

·         Racionalicemos los gastos, dejemos de ser víctimas del sistema consumista, adoptando posturas racionales respecto de nuestros gastos, tales como: usar solo el agua necesaria; comprar todo aquello que ya se fabrique o produzca en el país (posiblemente reciclado);

·         Usemos el carro o vehículo solo cuando sea indispensable (sé del caso de una persona que sale en carro para ir a la tienda, ¡que está a media cuadra de su casa!); cambiemos nuestros vehículos por otros de menor cilindrada que el actual; que el Gobierno prohíba, ¡sí, prohíba! la importación de vehículos con más de 2,000 centímetros cúbicos de cilindrada, salvo en los casos de los: Jeeps, pick-ups, autobuses colectivos y camiones, que sean empleados para los trabajos específicos, para los que fueron diseñados, ¡no para “echar chile”!Realmente nadie necesita un vehículo de gran cilindrada para su locomoción personal.

·         Bajar o suprimir el arancel de importación a las motocicletas y bicicletas, así como las demás formas de transporte de bajo o ningún consumo de energéticos fósiles.

·         Evitemos gastar en lujo superfluo (ropa de marca por ejemplo, ya que en Guatemala se fabrican prendas, no de marca, pero sí de superior, sí, ¡muy superior calidad! a las importadas, lo único que las hace diferentes es la marca; pero igualmente visten ¡y visten muy bien!). De la compra de joyas ni hablar, puesto que dado el clima de inseguridad, es solamente correr el riesgo de ser asaltado, amén de ser un total insulto al hambre de nuestro pueblo; gastemos lo necesario ¡no más!
·         Elimine todas las tarjetas de crédito, Abraham Lincoln sentenció: “NO SE PUEDE CONSTRUIR UNA ECONOMÍA SANA, BASADA EN EL CRÉDITO” (quédese con la que le cobre menor interés y menor cuota de revalidación) que finalmente, le provoca mayores gastos, quédese con una o dos –ideal sería ninguna–, para cuando tenga un gasto imprevisto, no para gastar lo que no es suyo, por no haberlo pagado.

·         Tórnese más humano y solidario, con los demás, ayude a los que no han tenido la oportunidad que usted ha tenido. Vea claramente que todos somos guatemaltecos (que residimos en la misma casa grande), que todos somos hijos de Dios, y que al igual que el samaritano (pese a ser discriminado en aquella época) fue el único que ayudó al necesitado.


·         ¡No busque excusas!, ¡acéptelo!, no se trata de comunismo, religión; o cosa semejante, se trata simplemente de: sobrevivir, “de hacer, lo que hemos dejado de hacer, esperando que otros lo hagan por nosotros”.

·         Organícese cívicamente para reclamar y exigir sus derechos, no es justo que otros decidan por usted respecto de sus intereses y persona, si todos somos iguales ante Dios y la ley. Usted y todos los afectados por medidas impopulares que tienden a esquilmarlo… Tienen derecho a hacer oír su voz y a ser tomados en consideración por los esquilmadores del patrimonio nacional (y suyo en consecuencia). En la medida que las voces sean planteadas por mayores sectores, más serán escuchadas; piense que no es lo mismo que usted esté inconforme con algo y que lo “cuchichee” con alguien, que si se organiza una publicación, una manifestación o ¡una campaña cívica! No se trata de generar más anarquía de la que ya prevalece, se trata de poner el seso en función social, para que ¡socialmente podamos salir de la indefensión en que estamos!

Me parece que he propuesto algo para la construcción de una sociedad fraterna y más justa, resta tan solo que personas como usted, tomen la decisión de poner “el granito de arena” que les corresponde dentro de la mencionada construcción.
Sé que cuesta hacerlo y más aceptarlo, pero… porque cuesta, vale la pena. ¡Este es nuestro diario quehacer! hacer (de oficio) todo aquello que esté enfocado al bien común.



Séptimo ORIFICIO

La vorágine guatemalteca no daba visos (ni en lo mínimo) de finalizar. Era una coyuntura tan especial por cuanto la presión interna y externa se encontró en la disyuntiva de volver al pasado oprobioso mediante los conocidos “Golpes de Estado o cuartelazos” o plantarse como una especie de: “ejemplo mundial de aguante” (sinónimo de tolerar) aquello que había votado. Eran pocas las instituciones de verdadera oposición que lograban sobrevivir la persecución proveniente de cualquier sector de poder (formal e informal), mas ello no obstó para que algunas sobrevivieran al vórtice de aquel huracán de impunidad y abuso…
Escribí el siguiente cuento corto, me despedí de mis seres queridos, y lo di para que fuese publicado en la revista El Candil, que lo hizo en tres entregas bimensuales.

ORIFICIO

Aquel gallinero…

Hace muchos años, quizá más de los que me atreva a contar, había un granjero que todo lo podía y poseía todo...
Viendo que no era justa aquella situación, en un inmenso arranque de amor se dispuso hacer algo para remediarlo, lanzándose a la creación de medios que le permitieran “compartir” todo cuanto poseía. Creando entonces una serie de grandes parcelas llamadas planetas; y que para efecto de mi narración, me centraré en una de tantas llamada: “Tierra”. En ella había de todo cuanto se le pudo ocurrir a aquel granjero: montañas, planicies, barrancos, selvas, ríos, lagos, árboles, mares y ¡hasta océanos!... ¡Aquel campesino quedó extasiado al ver todo cuanto había hecho!
Retomó entonces a su deseo de compartir toda aquella creación y creó a los animales, para que poblaran el paraíso así erigido. Mas no contento con ello, dispuso repartir a los animales en diferentes regiones de la inmensa parcela, para asegurar de esa manera que no hubiera exterminio ni depredación entre los que por sus apetitos podían terminar con otros de la misma creación, colocó a los más grandes en los lugares más grandes, a las ballenas en los océanos; a los tigres en la región terrestre más grande; reservando a los leones y a los elefantes otro lugar grande para su desarrollo; pero de tal manera que no se juntara con el tigre. Fue así que se le ocurrió también poblar el cielo y creó los pájaros…, ocurriósele que podía haber una ave que habitara en tierra y que eventualmente (para su resguardo), pudiese volar pequeños tramos, surgiendo así los: “gallináceos”, nombre que recibieron por el factor común ya dicho y porque fueron creadas para huir de sus depredadores, antes que atacarlos.
En fin, eran muy sociables y trabajadoras, por lo que siempre andaban buscando lombrices y granos por doquier, puesto que les gustaba mantenerse gorditas y sanas. Pero siempre llegaban a dormir temprano, ínterin que otros animales depredadores esperaban para poder caer sobre ellas y darse un buen banquete...
El granjero que las creó se dio cuenta de la aflictiva situación que vivían las pobres gallinitas y dispuso dotarlas de inteligencia y libertad propias, dándoles además, como aliciente especial el que cada una eligiera el color de su plumaje, para poder “camuflajearse” del ojo avizor de sus depredadores.
Muy contentas las gallinas por la concesión obtenida, dejaron de sentirse perseguidas implacablemente, cayendo en cuenta (por propia inteligencia) de los alcances de la misma y que la libertad sirve para más, que para ser proclamada en sus discursos “cacaraqueados” entre comadres y compadres. ¡Se dieron cuenta que: “juntos todo es posible”! (Inventando así el eslogan)... Tomaron valentía y todas emperifolladas (léase “emperipolladas”) dispusieron delimitar su hogar, al cual dieron el ilustre nombre de: “gallinero”, puesto que hacía honor al nombre de sus pobladores; mismos que volvieron a caer en la cuenta que la anterior acción ¡era hecha por ellos y no por el granjero creador!… Sintiéndose entonces como: “LA MAMÁ DE LOS POLLITOS”; hubo algunas, que en un arranque impulsivo se llegaron a sentir hasta superiores y se creyeron capaces de poder controlar todo cuanto existe, llegando a establecer un férreo sistema de orden dentro del gallinero. Fijaron inicialmente sus límites, a su mejor entender, y sin contar con la opinión del granjero creador, y menos con la de sus vecinos colindantes, quienes al ver lo que hacían sus vecinos, los imitaron, más que por una cuestión de orden, como: ¡una medida de protección!, puesto que si no lo hacían ¡se quedarían sin territorio para la búsqueda de lombrices y granos!...
Hubo inclusive, ¡además!, algunos gallos que se las dieron de “libertadores” y “arriesgando el plumaje”, se fueron a convencer a otros para que se les unieran, y poder compartir mejor el territorio y protegerse de los enemigos comunes, de los cuales recuerdo uno que llamaban: “Wash in Town”; (“Lavado en el pueblo”), ignorando el por qué de tan peculiar nombre; quizá no tenía ninguna posesión el pobrecito, por ello buscaba el de los demás.
A otro que llamado: “Ésta-lin”, (entre dientes: “Ésta línea”), siendo éste nombre aún más peculiar, por cuanto él era tan solo un gallo avorazado que blandía una hoz y un martillo entrecruzados, por lo cual era un martirio soportarlo.
El caso es que así como estos “gallos de pelea”, había más y los habrá siempre... Pero lo que deseo es narrarles la experiencia resultante de las peleas de “los gallos de pelea”, ya que nunca se conformaron con aquello que el granjero creador les había dado, y siempre usando la excusa de la protección mutua, formaron los primeros gallineros: “plurilingües, multiétnicos y pluriculturales”, creando diferentes visiones entre los gallineros de adentro y los de afuera. Algunas gallinas se salieron del gallinero y otras les tomaron la palabra, ¡al grado de comparase con las águilas!, surgiendo en el gallinero grande del gallo de pelea “lavado en el pueblo”, un emblema en la cual se dejaba clara constancia que “se creían: Águilas”.
Sus vecinos, más al sur, no se quisieron quedar atrás, por lo que “al águila de ellos” le agregaron un componente de poder, al mostrarla con una inmensa lombriz atrapada, demostrando así que “ellos” sí aspiraban a ser: “la mamá de los pollitos”, cubriéndose las cabezas con sombreros de ala muy ancha, para ocultar sus rostros del granjero creador y no tener que entregar cuentas por ser imitadores y afirmar lo contrario. El colmo del anterior proceso, se tuvo más al sur del gallinero anterior, cuando el gallo de pelea que habitaba allí se nombró: “Gaby Gallina”, denotando desde el principio su sometimiento a las “gallinas-águilas”. Ello de por sí no era del todo malo, puesto que en el emblema que distinguía su ilustre gallinero, colocaron un gorrito francés a manera de cresta de gallo… ¡Vaya que estaban locos!
Las gallinas-águilas haciendo uso de su inteligencia y no conformes con lo que el granjero creador les había dado, se decidieron a conquistar “a las buenas o a las malas” los gallineros de afuera, puesto que si no estaban con ellos, ¡estaban en contra de ellos!, sin darles la oportunidad de expresar sus deseos, inquietudes u opiniones al respecto. En fin, tomaron el reto de ser “gallinas-águilas” y hubo extremistas que hasta se reeducaron a sí mismos y a los demás, especialmente en las tácticas traidoras empleadas por los asesinos que admiraban. Fue tal su extremismo que aprendieron y mejoraron las técnicas asesinas, creando su propia “bolsa de valores”, en la cual no se conjuga ningún aspecto personal ni moral de las gallinas, sino que el “valor de mercado” de los huevos que conseguían “a puro huevo”. Ello les permitió agenciarse de los fondos necesarios para la alimentación de su propio egoísmo, arruinando a los gallineros que no poseían su propia “bolsa de valores”.
Aparece así un conflicto en el asunto, ya que el mencionado suceso, les permitió “manosear” cualquier asunto que tuviera o no, que ver con ellos, que por propia disposición o capricho les interesara, real o falsamente, en su egoísta manera de ser, pensar y actuar. Por lo cual, para defenderse de cualquier tipo de agresión organizaron, equiparon y entrenaron al más formidable ejército de la historia, el cual era capaz de destruir en “un pío” a cualquiera que no estuviera “en la línea de asesinatos” instaurada.
Si lo anterior le parece exagerado, sepa que de igual manera lo hicieron con un “equipo seleccionado” de gallinas-águilas denominado: “la Compañía” (CIA, ya abreviado), a la cual le “encomendaron” la planificación y ejecución de todos los “‘trabajitos’ (sucios a la postre) que fueran necesarios” para el sostenimiento en el poder de las gallinas-águilas. Dichos miembros del selecto grupo fueron diseminados por todos los gallineros creados y su círculo de influencias y artimañas ha servido para corromper la conciencia de todos los gallineros, inculcándoles su especial manera de ver las cosas, en las cuales, las gallinas-águilas son antes, primero, durante y después que cualquier cosa; que lo que en realidad cuenta es: “CUÁNTO TIENES... CUÁNTO VALES” que los derechos que tienes por ser de la misma especie, familia y género, ¡no cuentan para nada!…
Hubo y habrá, lamentablemente, gallinitas que no se atrevieron a usar su inteligencia y no dijeron “ni pío” al asunto y cayeron doblegadas o engañadas por el sueño de las gallinas-águilas, las cuales de esa manera ganaron muchos adeptos que les creyeron lo del “Sueño Americano” (puesto que a su gallinero de gallinas-águilas lo llamaron: América). Logrando vender muy efectivamente la idea de la “competencia” en “el mercado de valores”... Olvidaron sin embargo, los valores que les había dado el granjero creador, y al darse cuenta de ello ¡dispusieron uniformar el color de sus plumas! (Para hacer real el regalo no empleado hasta ese día) reconociéndose mejor, para que todos vieran que los pobladores de ese gallinero eran “los pollitos de la película”.
Se pusieron el cuerpo blanco con franjas rojas (como la camisola empleada por el equipo: Atlético de Madrid.) Y unas preciosas alas azules, que al extenderse denotaban una serie de estrellitas (50 aproximadamente), lo cual es una clara señal de: “No te metas conmigo porque te estrellas”, puesto que por ser “animalas” (como dicen allá “por onde yo”) terrestres, solo vuelan en caso de sentirse amenazadas, y entonces funciona el aparato represor del formidable ejército o el de la “Compañía”.
Vieron entonces las gallinas-águilas, que muy a su pesar, en los gallineros que les quedaban hacia el sur, “había gallinas pensantes”, que no estaban de acuerdo con semejante discriminación generada en la “bolsa de valores”; ¡Que se resistían a ser robadas! Y a “ser manoseadas en su inteligencia” y que como resultante de tanto abuso “se rebelaban” ante tal cantidad de mentiras y retorcimientos de la verdad... ¡Que se sentían todas hermanas! Y que no claudicarían ¡ante nada ni nadie!
¡Desde luego!, el chisme llegó a toda velocidad al gallinero de las gallinas-águilas, para ser estudiado y analizado, “apareciendo instantáneamente” Diez mil o más “iluminados o profetas” que explicaron que el real problema consistía en el tal sentimiento de “comunidad” (sin preguntarse el por qué o, a causa de quienes); que la única manera de atacar dicha “conciencia de unidad” era creando otra diferente a la propuesta por el granjero creador, de tal manera que fuera: más atractiva, sin tanto compromiso personal para con los demás, que fuera “acomodable” a sus propios intereses y sobre todo “que ganara dinero” para no tener que estarla “manteniendo”.
En suma, se trataba de desvirtuar la idea inicial del granjero creador de “compartir todo”; de decir todo tipo de cosas tendientes para lograrlo, ¡que hasta podían “manosear” sus palabras! Para dar un mensaje “a conveniencia” y que de paso, pudieran obtenerse unas cuantas “ganancias” con tan solo “cacaraquear” la ideología de la conveniencia terrenal (lo que es mío, es mío y lo tuyo, es tuyo) disfrazada de “salvación personal”(según la definición inventada por las gallinas-águilas), al final, lo que se trata es de “engañar de manera diferente” a las gallinitas que por su miedo natural habían decidido no “estrenar” ni la inteligencia ni la libertad, siquiera, para defenderse de tan monstruoso “engaño mental”.
Permitiéndoles de paso a “sus salvadores” agenciarse unos cuantos huevos más, ¡sin que ellos tuviesen que producirlos! Y que vivan gratis en el mundo regido por la “bolsa de valores”. Viviendo solamente con la preocupación de conseguir “la aceptación” de más gallinas incautas, dispuestas a “diezmar” sus huevos a cambio de un “cacaraqueo salvador”.
Esta confrontación tiene visos de no terminar nunca, por cuanto cada vez que consiguen gallinitas incautas, también las otras gallinas pensantes no se han quedado de brazos cruzados ante el engaño comenzado por las gallinas-águilas y siguen y seguirán diciendo la verdad: el granjero creador las creó a su imagen y semejanza; todos somos iguales ante sus ojos; fuimos creados para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia y finalmente, fueron creadas libres (hasta para ser inconformes con ideologías extranjeras y engañosas), inteligentes y críticas. No fueron creadas para ser esclavas de nadie, ni para que “vieran quietecitas” que otros dispongan de su pensamiento, basándose en “sus” creencias… teniendo como seguro que “entre más alto se sube, más duro es el porrazo” (por eso fueron creadas gallinas y no águilas) y que todo delirio de superioridad, explotación y aprovechamiento de otros miembros de la misma clase, en perjuicio de sus hermanos y del lugar donde se vive, constituye una negación de los propósitos del granjero creador.
Así las cosas y los eventos, las consecuencias para el gallinero de don “Gaby-Gallina” el panorama se torna un poco oscuro y de difícil comprensión, por cuanto a su fallecimiento, le han sucedido en el mando “un montón” de nefastos gallos, que no vale la pena ni mencionar; ya que se trata de estudiar las consecuencias de las políticas de conquista y convencimiento de las gallinas-águilas para con el planeta (aunque a la fecha ya hacen experimentos para la conquista y colonización de otros).
En el año denominado: 2002, el gallinero del difunto: Gaby-Gallina, es gobernado oficialmente por un “pollito que habla bonito, pero ronco”, el cual pinta en el exterior que todo marcha de maravillas en su gallinero (para él y sus lacayos ¡claro!), ¡Sin ver el desastre que hay en el interior! Por lo cual ya ninguno le cree lo que dice, aunque tenga las mejores intenciones, puesto que “de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”. El otro gobernante “extraoficial” del mismo gallinero es llamado: “Chaín-Pavo” (cacareo de las gallinas-águilas que significa cadena, y lo de pavo, ¡por la cara de chumpipe que tiene el pobrecito!); en fin, ¡él es en realidad “el poder tras el trono”!, lo cual no estaría tan malo si no fuera porque es un gallináceo “convencido por las ideologías de las gallinas-águilas”, en cuanto a la exclusión, dominación y explotación, que le caracterizan como el “gallináceo especial” que es (con una ansia de poder y dominación inmedibles y la necedad de que todos hagan lo que él dice y actúen como él quiere).
Finalmente, “Aquel gallinero...” Está empobrecido en extremo; ocupa lugares vergonzosos en las estadísticas planetarias; se ha dividido en razas, religiones, pensamientos, intereses; carece de valores, no tiene hacia donde ir; ni siquiera visión de hacia dónde va y por si ello fuera poco, ¡carece de gobernantes reales!
“Aquel gallinero...” Es el paraíso de la delincuencia, de la miseria material y espiritual; en el cual ya nadie se une para creer y luchar por algo que valga la pena y solo ve el derecho de su pico; a muy pocas gallinas les importan las otras y, si les importan es por lo que puedan “sacar” de ellas… cada gallina hace su camino a su propia conveniencia SIN IMPORTARLES EN LO MÁS MÍNIMO LAS OTRAS, esperando solamente: sobrevivir dentro de “Aquel gallinero…”
Éstas son las reales consecuencias de los engaños de las gallinas-águilas, que mejoraron las técnicas del asesinato y el engaño. Despreciando el vuelo alto que tanto admiran del águila, para llevar su “libertad” e inteligencia a un lugar diferente del que realmente, les corresponde...
Aquel gallinero, aquel gallinero, aquel gallinero...




Octavo ORIFICIO

En posteriores observaciones de campo pude notar que era solo yo quien podía ver la realidad y que el grado de deformación social había llegado al extremo de “insensibilizar” al conglomerado guatemalteco… me di cuenta que era una especie de “voz que clama en el desierto”, pero me convencí ¡que tenía razón en cuanto a lo expuesto en mis escritos! Ello me motivó a efectuar otra entrega a mis congéneres, no solo de índole moral, sino que también de modo práctico para su cotidianeidad.

ORIFICIO

Soluciones, no problemas


Dado que la situación socioeconómica de los guatemaltecos, se ha visto desmejorada de manera tal en los últimos tiempos, me he impulsado a escribir a mis congéneres. Impulso, repito, que por diversas situaciones mantuve aletargado por espacio de casi dos años. Por ello, le invito a leerlos, en el entendido que los mismos servirán para que cuestione el futuro devenir que, como parte de un hogar y un pueblo, medite en torno a las situaciones cotidianas que le mantienen literalmente “robotizado”. Razonamientos que a la mayoría solo se le ocurren cuando pretenden enmendar algún entuerto que el sistema económico imperante les ha obligado a arrastrar.
El caso ideal sería cuando, el personaje ficticio del razonamiento que nos ocupa demostrara fehacientemente la eficacia de sus prevenciones, denotando de esa manera que ha sabido razonar durante su actuar pasado, para mejorar su presente y su futuro, de forma que garantice su propia sobrevivencia y la de cuantos dependen de él o ella.
Lo anterior nos conduce a un cuestionamiento personal, en el sentido de brindar una mirada más crítica a nuestro presente actuar, para encontrar la manera de proyectar un futuro más halagüeño para nosotros mismos y los nuestros…
¡No se trata de encontrar causas o responsables!, tratemos de ver fríamente la situación en que nos encontremos, para hallar soluciones y no las causas que nos han llevado a ella.
Por una vez en la vida, dejemos el derrotismo y la apatía, para llenarnos de un positivismo que nos impela hacia la búsqueda denodada de soluciones prácticas para nuestra mejoría, con lo cual estaremos “contagiando entusiasmo” a cuantos nos rodean, y podamos sentirnos orgullosos de cuanto somos y cuanto hacemos.
Algunas ideas tomadas de la experiencia sugieren algunas actitudes que cualquiera puede llevar a la práctica de manera sencilla, tal el caso de:

·         Saludar a las personas que conozcamos por su propio nombre y no de otra manera, logrando con ello revivir normas elementales de educación y respeto, que habíamos mantenido en el olvido, “al creernos la basura de pensamiento y actuación individualista” impuesta por el sistema. (¡pronto verá los resultados!)
·         NO GASTE NUNCA, en algo que no pueda pagar y que no le sea absolutamente indispensable (en palabras de Abraham Lincoln: “No se puede construir una sociedad económicamente sana, fundamentada en el crédito.”), haga un verdadero y total esfuerzo para bajar su crédito (si es que realmente lo necesita) para que el dinero que gasta en beneficio de terceros (intereses bancarios, etc.) esté en función suya. (si a usted le cuesta ganarlo, lo mínimo a que puede aspirar es a gastárselo en su propio beneficio y no en el de otros)
·         Deshágase de cuanta cosa no le sea útil, vendiéndola para reciclado en alguno de los casos, vendiéndola al costo, en otro, ya que el espacio que ocupa puede serle de mayor rentabilidad, si lo anterior no fuera posible, regálela a quien la desee, para poder darle un mejor uso al espacio desocupado.
·         Optimice el uso del carro. (No realice varios viajes para “encaminar” a la familia a sus diferentes destinos, realice uno de manera tal, que beneficie a la mayoría y no perjudique su presupuesto por displicencia. (recuerde que nadie ha muerto por llegar temprano a sus labores)
·         Cambie su vehículo por el de menor cilindrada que le sea posible pagar, con ello beneficiará sus finanzas y ayudará al país en el pago de la factura petrolera, sobre todo ahora que se ha elevado tanto.
·         Utilice el transporte público siempre que sea posible, ya que si se maneja en su propio vehículo gastará más.
·         Ayude a otros a ahorrar, compartiendo sus propios logros.
·         Dele un premio a cuantos le ayudan en sus planes, con el dinero que haya logrado ahorrar, sin olvidar gastar solo lo necesario.
·         Enseñe a cuantos lo tilden de “tacaño(a)” el resultado de sus esfuerzos, para que ellos también empiecen a romper el círculo “consumista” que nos impone el sistema.
·         Comparta todo cuanto pueda con los demás para fomentar la solidaridad entre todos, ya que todos estamos inmersos dentro de la misma situación.
·         Sea “un sembrador de esperanza” para todos, para que todos mejoremos nuestro actuar.




Noveno ORIFICIO

Más terca que necia es mi voluntad por llevar a cabo aquello que me propongo por la justa razón de buscar el bien común; en ese sentido seguía (y sigo) viendo que la situación no mejora en la realidad vivencial de mi muy querido país, toda vez que la mentalidad del grueso de la población sigue “adormecida” o “deliberadamente desentendida” de cuanto sucede en derredor propio.
Por lo cual tuve la idea de apelar a ideas que fuesen “más hirientes” para la conciencia de aquel conglomerado que me leyese… Surgiendo la siguiente entrega:

ORIFICIO

Buscando justicia


Cavilando en torno del actuar inherente de la mayoría de la población, fui llamado a la reflexión…
Pese a que el sistema comunista “desapareció”, ha dejado al mundo la concepción de: negar la existencia de Dios; aunando lo anterior a la corriente de pensamiento capitalista –en la cual lo preponderante son los bienes de capital y las posesiones materiales– nos hemos situado en un actuar colectivo, que con el paso los años, ha generado una serie de deformaciones mentales colectivas.
Hoy en día la vida se concibe en términos de una “carrera frenética por obtener bienes de capital”.
El caso es que, como quiera que se analice el asunto, se ha perdido parcial o totalmente el original “espíritu de sobrevivencia colectiva”, siendo sustituido por el “espíritu de sobrevivencia individual”. Al estilo de la “ley del mejor dotado” que impera en la jungla y, consecuentemente, los “animales civilizados” nos hemos ido olvidando cada vez más de la sobrevivencia colectiva; porque lo que se persigue es: adquirir la mayor cantidad de bienes de capital ¡sin importar a costa de qué, ni de cuántos! (Con la consecuente lucha entre congéneres, pomposamente denominada:
“competencia”). Obteniéndose como producto algunas personas exitosas, que cegadas por su posición económica, “pretenden comprar la voluntad” del Dios que se han formado para sí, y no la del que realmente existe y que fuera enviado hacia los pobres y excluidos de la “batalla por el capital” (recuerde la parábola en la que “el joven rico debía vender toda su herencia y repartirla entre los pobres, tomar su cruz y seguir a Cristo”)… ¡Todavía están esperando que regrese!
Fíjese detenidamente en la aseveración que dice: “ninguna fortuna se ha construido sobre una base de justicia y equidad, para todos”. Puesto que en caso contrario, ¡no habrían pobres!…
Otros arguyen: “que Dios los ha bendecido abundantemente porque son exitosos en términos propios”… Pero no confiesan los medios injustos por los que adquirieron sus bienes de capital, los cuales incluyen, más tarde o más temprano, el robo, explotación, apropiación indebida, engaño, retorcimiento de leyes, prebendas recibidas del poder de turno, etc. Todo lo cual obviamente, no es bendición de Dios.
En los años sesenta, los jóvenes involucrados en el movimiento “hippie”, dimos una lección interesante al detectar la descomposición del sistema y rebelarnos en su contra; por cuanto de manera pacífica y pregonando “paz y amor”, simplemente “dispusimos no hacer nada que obedeciera al mencionado orden de cosas”… Optando por vivir en “comunidades” que se organizaron rudimentariamente –algo así como una especie de “monacato moderno”–. Perversamente (ya que hubo más de un aprovechado), al detectar que “no hacían nada”, buscó su propio beneficio, haciendo “negocios” con drogas, amén de razonamientos materialistas y capitalistas en una conjunción tal, que finalmente acabaron por destruir tan admirable movimiento, sociológicamente hablando.
Fue aquella hermosa generación la que heredó entre otras cosas: buscar la paz y no la guerra (por la que existía en Vietnam); dar amor a nuestros semejantes; una expresión musical inmortal, con un giro en la expresión de la “trova romántica”, hacia la “trova protesta” y un gigantesco torrente de sangre derramado por el delito “de actuar acorde a sus ideales”.
En suma, buscaban hacer “un mundo de paz y amor”, lo cual necesariamente implica la preponderancia del amor, dado por la creación divina al hombre y a la mujer. Ello acrecentó el sentimiento de solidaridad entre la humanidad, constituyéndose en una auténtica “piedra en el zapato” para el capitalismo individualista, concebido en términos de acumulación de bienes de capital a cualquier precio… Poco a poco (con la implementación por la C.I.A. de las sectas neo pentecostales) construyeron: “el dios dinero”. Un dios, que podían tocar en su materialidad y en los bienes de capital que les proporcionan la anhelada (y aberrada) sensación humana de “felicidad y éxito”, misma que fácilmente se trastoca en sinónimo de lujo, placer y excentricidades (hay una “persona” –si se puede llamar así a alguien tan aberrado– que posee hasta ¡un inodoro de oro!), mientras otras personas –estas sí, por carecer de aberraciones– ¡mueren por carecer de lo indispensable!
Al final, cada cual ha construido un dios del que se puede servir a conveniencia (si es que alberga una concepción divina) o simplemente “lo tiene muy sin cuidado” el asunto de Dios, por cuanto “está muy ocupado” en sus propios asuntos, obteniendo bienes de capital, que le garanticen un “mejor confort”, sin que para ello intervenga en lo absoluto el verdadero Dios.
Concepción materialista, señalada ya desde el inicio y que fuera desarrollada por Marx y Engels, aplicada así, a un sistema económico descrito por ellos mismos como: injusto… Y por nosotros, que hemos analizado el asunto como pecaminoso, toda vez que sabemos que hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.


Décimo ORIFICIO


Posterior al artículo anterior, y no contento con la realidad que me circundaba, continué buscando respuestas en cuanto “a la terquedad” de los demás hacia el deseable cambio de pensamientos y actitudes y quise “demostrarles”, que más allá de mi caso particular de superación (que obviamente desconoce la mayoría) Dios no ha creado seres inútiles y que los ejemplos abundan hasta en las cosas mínimas del mundo que habitamos… me lancé a un nuevo esfuerzo de cambiar las mentalidades de mis congéneres guatemaltecos con la siguiente ejemplificación narrativa que he seleccionado de mis escritos.

ORIFICIO

Sueños utópicos


Hace algún tiempo en la programación de la televisión por cable, tuve la oportunidad de observar la narración de una autobiografía maravillosa, por cuanto describía una vida dedicada al trabajo y a la felicidad propia y ajena.
Su autora narraba un sueño recurrente, donde la mujer protagonista, se encontraba en un desierto asiático, cuando fue avistada por un tigre de bengala (el mayor depredador de humanos conocido)… La mujer pensó para sí, que lo mejor que podía hacer era echarse a correr, en un desesperado intento por salvar su vida… Mientras la despiadada bestia “ya corría” en pos de ella, para devorarla… La mujer en su desesperación, no reparó en cuanto a la dirección de su alocada carrera… ¡Simplemente huía!… Hasta que se encontró al borde de un precipicio… Pensó entonces que era mejor morir estrellada en el fondo de la sima, que ser devorada viva… ¡Y se lanzó al vacío!
La suerte le acompañó, puesto que algunos metros abajo del borde del abismo, se encontró con la rama de un árbol, de la cual ¡se sujetó con todas sus fuerzas!…
Cuando se hubo calmado un poco, reparó que en el fondo ¡había otro tigre de bengala, esperando que cayese!… Mientras que su inicial perseguidor aguardaba en el borde superior, esperando que intentara salir… Ante tal situación la mujer dispuso ver hacia otros lados y reparó que el árbol del cual estaba sujeta, era suficientemente fuerte para pasar un buen tiempo en él, y por si ello fuera poco, tenía frutos en forma de fresas gigantes que se veían de lo más apetitoso y nutritivo, por lo cual se acomodó en el árbol y comió de sus frutos.
La auto biografiada persona del filme en cuestión, narró después en forma consciente que, como derivado del tal sueño, aprendió a admirar la capacidad de adaptación del ser humano ante las adversidades de la vida. Por lo cual ella, dedicó su vida a hacer pasar “un buen rato a las personas por medio de la risa”; llegando a consolidarse como una de las más famosas comediantes de su época…
Falleció a los 42 años víctima de cáncer, logrando fundar varios centros de apoyo y ayuda, para cuantos lo padecen, en los cuales lo primordial es la buena comunicación y el buen humor que haga olvidar, momentáneamente al menos el padecimiento fatal, que a cualquiera mantendría sumido en la depresión y el negativismo.
El asunto por el cual les he compartido lo anterior; es porque creo que muchas de las situaciones narradas nos quedan “como anillo al dedo” para la situación de nuestro país…
En esta Guatemala, donde “todo mundo ve tempestades y oscuridades y nadie dimensiona que después de la tormenta viene la calma” y… ¡luego de la oscuridad siempre habrá un pletórico amanecer!
Es hora que dejemos que la Policía y los tribunales realicen su trabajo y encarcelen a los malvados; es hora que dejemos de obsesionarnos para que nos devuelvan lo saqueado; es hora que dejemos de buscar culpables de nuestras desgracias, porque en última instancia si lograron hacerlo fue porque lo permitimos…
Dejemos ya de buscar rehacer el pasado, es tiempo de hacer nuestro presente y principiar a construir un mejor futuro… ¡El futuro que heredaremos a nuestro hijos!
Estamos tan acostumbrados a vivir en la oscuridad (del pasado), que somos incapaces de vislumbrar el pletórico amanecer que tenemos por delante, que debemos construir ¡aquí y ahora!
Problemas siempre habrán, indistintamente del lugar donde nos situemos. ¿Acaso no es eso lo que nos impele a superarlos?
En la medida que comprendamos que el problema fundamental de todo ser humano consiste en adaptarse a las adversidades, con una actitud mental diferente y por propio esfuerzo. Entonces, entenderemos que la vida es bella y vale la pena vivirla a plenitud, teniendo como parámetros tan solo el no abuso de la libertad con que fuimos dotados desde nuestra propia concepción… Y la búsqueda denodada del bien común, antes que el propio; de manera que siempre prepondere el humanismo ante lo económico… Por ello es importante saber:
Que el sistema económico en que crecimos nos enseña, que todo puede cuantificarse, y… ¡de manera automática –cual máquinas– olvidamos el inmenso acervo que tenemos de todo lo demás!… “que no tengo tiempo”; “que no tengo dinero”; “que a mí no me interesa”; “que a mí eso no me beneficia”, etc. (¿Por qué cree usted que nadie responde: “que yo no puedo pensar?).
Llevándonos a encontrar excusas para todo y por todo y que sirven tan solo para justificar nuestra ¡invalidez mental!…
Realmente no concibo un solo hombre que no se haya percatado que nació libre y además, que nunca se le haya ocurrido meditar en torno a las implicaciones que conlleva ello (el nacer libre).
A manera de ejemplo cito:
·         Que desde muy niños, aprendemos a decir: “no”, antes que: “si” (¿acaso me equivoco?).
·         Peor aún, se nos enseña que: “no toquemos la plancha porque quema”… ¿habrá alguien que no se haya quemado con la plancha?
·         Estamos “criados y educados” (por no decir “domesticados”) dentro de una cultura de: “no”, a grado tal que cumplimos a cabalidad la regla lógico-matemática que reza: “LA NEGACIÓN DE UNA NEGACIÓN, ES UNA AFIRMACIÓN”… ¿Cuántas veces nos dijeron u ordenaron que no hiciésemos aquello o lo otro?… Mientras que nosotros dijimos y eventualmente hasta prometimos que “no” lo haríamos; sin embargo dijimos para nuestros adentros “no” al anterior “no”, convirtiéndolo en un “si”…
Retomando entonces al asunto de la “adaptabilidad humana ante situaciones adversas”, concluyo que es un asunto meramente de condicionamiento mental el que preponderemos el “no” sobre el “si”. Coligiendo que “la conducta de negación nos ha sido impuesta y no es inherente al ser humano”…
¡Obtenemos así lo positivo de una negación!, lo cual nos afirma é invita a vivir pletóricos; puesto que tenemos el objetivo de cambiar nuestras vidas, ¡buscar nuevas metas!… Invitar a que se busque al cambio hacia lo positivo ante cualquier circunstancia, adaptándonos a cualquier situación adversa en que nos encontremos… A sonreírle a la vida… y a hacer de esta patria, al menos, un lugar decente para nuestros hijos y nosotros mismos.
Dicho cambio es un asunto de virilidad (para los hombres) y de feminidad (para las mujeres). Es un acto que cualquiera puede realizar para poner su muy personal aporte en la construcción de la patria que todos inconscientemente soñamos heredar a nuestros hijos.

 

Décimo primer ORIFICIO


El tiempo había transcurrido (tres años después del terrible accidente que sufriera el 4 de abril de 1997) y mi rehabilitación física también, al grado que mi personal movilización llegó a ser eficiente, con ayuda de un par de muletas y un automóvil; por lo cual había iniciado estudios formales de Teología en enero del año 2000, para “cimentar” los pensamientos e ideas que “intentaba” transmitir a todos mediante mis escritos (ahora colige el por qué la gran carga de enseñanza bíblica contenida en ellos). Siéndome encomendada la tarea de hacer una “tesina” (pequeña tesis) respecto de alguno de los grandes temas desarrollados durante tres años completos de estudios teológicos, y ¿adivine qué tema escogí?…
Le dejo con el cuerpo (ya que omití los detalles de presentación y la bibliografía consultada) del trabajo de marras.

ORIFICIO

 

La comunidad que reflexiona

(Tesina)


Introducción.
Una de las características que diferencian al ser humano de los animales irracionales, es precisamente su capacidad de pensar; misma que se manifiesta de diferentes maneras –y que a su vez genera diferentes actitudes –a manera de ejemplo– citaremos algunas de utilidad en el desarrollo del tema que nos ocupa:
-Memoria (es el único ser que “recuerda lo sucedido a sí mismo y a los demás”).
-Racionaliza (es el único ser que “sistematiza las experiencias vividas y/o aprendidas”).
-Proyecta (es el único ser que “programa” el futuro, en base a necesidades, experiencias y deseos).
Haciendo acopio de las características mencionadas pretendemos en el presente razonamiento, esbozar la situación pasada al pueblo judío (porque habitaban en la región de Judea; Palestina de hoy en día) y que sirve como parámetro para que surja la racionalización colectiva de aquel pueblo que quiso dejar por escrito su acontecer para las futuras generaciones; con la clara intención que las mismas pudieran ser un recuento de la experiencia vivida… Mismas que al proyectarse en el futuro, han determinado: “pensamientos similares ante situaciones similares”.
La anterior idea, es precisamente el motor que impulsa a presentar a su consideración este razonamiento, para que nuestra fe ilumine realmente nuestra vida. (Parafraseando a Juan Pablo II: “No más divorcio entre fe y vida” ).

 

“La Comunidad Que Reflexiona”

Hacia el año 587 a.C. El rey: Nabucodonosor, de Persia, conquista el reino judío, derrotando al ejército defensor; destruyendo el templo construido en tiempos del rey Salomón, (considerado por los judíos de la época como “el único lugar donde habitaba Dios y el único lugar donde escuchaba los ruegos y recibía sus sacrificios”).
Para evitar que se organizasen nuevamente, conduce a Babilonia (capital del reino Persa) a “los principales”, dejando al pueblo judío “acéfalo e inútil” de tal manera que pudiesen ser gobernados por los conquistadores persas.
A dicho período de tiempo se le denominó “exilio” –puesto que como se dijo, los integrantes “pensantes y actuantes” de la sociedad judía fueron conducidos como exiliados a Babilonia–.
A consecuencia de ese suceso, la población judía monoteísta (que creía en un solo Dios) de la época se vio influenciada por las creencias politeístas (creencia en muchos dioses) de los persas y cananeos de la época, y muchos de ellos derivaron hacia cultos politeístas, abandonando sus creencias monoteístas, por carecer de una orientación; ya que la clase sacerdotal se encontraba en el exilio en Babilonia.
Surgen acá una serie de “profetas de la esperanza” que en esencia profetizaron “tiempos mejores” para la comunidad conquistada, y aseveraron que la dominación y esclavitud que sufrían, llegaría a su fin, por medio de un “Mesías” (enviado) de Dios… Esto sumado a la memoria del “envío” de Moisés a Egipto, les hizo concebir y creer en un Mesías tal, que sería una especie de “nuevo Moisés” o una especie de “súper-rey” que conduciría a la conquista de Babilonia por los judíos…
Citamos como ejemplos de dichos profetas a: Isaías, Miqueas, Sofonías, Jeremías Ezequiel, (en el reino del sur); Elías, Eliseo y Oseas (en el reino del norte).
Concluimos así que “el plan de salvación”, a los ojos de aquella cultura, consistía en una mera expresión militar, muy alejada del dimensionamiento correcto que hoy en día tenemos. Y como corolario consecuente de lo anterior, mencionamos que el sistema de valores eminentemente teocrático –prevaleciente hasta antes del suceso en mención– se había resquebrajado de manera ostensible.
Teniendo en cuenta lo anterior, colegimos espontáneamente el “auge” que tomó la idea politeísta en aquella sociedad inicialmente monoteísta.
En cuanto al cuestionamiento constante que sufrían los judíos en el destierro cuando “les echaban en cara” que ellos (los babilonios) veían a sus dioses todos los días, al padre durante el día (el sol) y a la madre durante la noche (la luna) y aseveraban que de la “unión” de ambos ellos eran los descendientes. Mientras que ellos (los judíos) decían que eran hijos de un solo dios, al cual nunca veían, y que era imposible que fuera hembra y macho a la vez, ya que para la reproducción es necesaria la “unión” de ambos géneros.
Los cananeos (de Canaán) por su parte tenían, a su vez más dioses, sobresaliendo entre ellos: “Baal” que era el dios “macho” y la diosa: “Yah” que bendecía la fertilidad, y a la cual todas las doncellas se consagraban, por cuanto la descendencia era muy bien vista en aquellas sociedades, puesto que aseguraba la sucesión del linaje de la familia, y ante la abundancia de posesiones, era deseable tener hijos varones para que cuidasen el patrimonio familiar y que continuaran siendo ellos los propietarios, ya que la sociedad estaba organizada de manera patriarcal, en una especie de sociedad feudal (políticamente hablando).
La suma de los anteriores eventos, no pasó desapercibida para la clase sacerdotal judía, y ante tales cuestionamientos, (y puesto que tenían el tiempo suficiente para ello) PRINCIPIARON A ESCRIBIR SU PROPIA HISTORIA –hacia el año 1850 a.C. según historiadores bíblicos– “ANTES QUE LA OLVIDASEN”; y a partir de aquel presente hacia el pasado; surgió entonces, el primer relato llamado: “Éxodo”. Como una mera historia de lo vivido por el pueblo judío del entonces.
De tal manera que la suma de esas experiencias fuese “una fuente esperanzadora” que les recordase un pasado no muy lejano, por oprobioso que fuere, en el cual Dios cumplió al “liberarles” de aquel cautiverio de los egipcios y les condujo a la tierra prometida, que ya estaba habitada por los cananeos, jebuseos, Etc.
Posteriormente, y como resultado de las consultas y quejas de aquel pueblo judío; la clase sacerdotal se da a la tarea de “explicar sus orígenes” de mejor manera, y así surge el libro: GÉNESIS (origen), en el cual, se explica mediante figuras y símbolos el hecho que: “Dios es el creador de todo cuanto existe”. Con lo cual aquel pueblo judío tuvo el “argumento idóneo” para decir que su dios “era el creador de todo cuanto existe, ¡inclusive el sol y la luna de los babilónicos!”, “liberándoles” nuevamente de las críticas hirientes a su fe, proferidas por los babilonios, cananeos, etc., y de paso, brindarles una poderosa arma para emplearla en contra de sus conquistadores babilónicos, al enterarles del hecho que sus dioses, “eran producto de la creación del Dios único de ellos” (el de los judíos).
Habría muchas cosas más que argumentar y decir, sin embargo, y dada las limitaciones impuestas para el presente trabajo, parece ser que las expuestas ya marcan “un caminar reflexivo” de aquella comunidad, que pese a estar sometida a la condición de la época, supo PROYECTARSE, de aquel momento en adelante… Que tuvieron parámetros para aferrarse y defenderse, no como una mera defensa, sino con la proclamación sustentada de una incipiente “Teología Liberadora”.
Ya que “más que defenderse de los ataques verbales e ideológicos, supo enfrentarlos con una nueva visión real, entendible y novedosa” para la época y, desde luego para la posteridad, puesto que la misma no ha perdido vigencia con el devenir del tiempo.


Conclusiones
·         La historia de la humanidad no fue escrita desde sus inicios, por cuanto la escritura, aparece muchos años después que la especie humana sobre la faz de la tierra.

·         La historia del pueblo judío, relatada en la Biblia, no es meramente estrictamente de orden histórico, es, antes bien, un relato que nos deja una “enseñanza entrelineada” del “cómo aquel pueblo descifró la existencia de Dios en aquella época y lo interculturizó” y lo más importante es: la proyección que se ha realizado de ello, hacia las futuras generaciones.

·         Aplicando criterios analíticos en los relatos bíblicos y con “ubicación mental” en la época y cultura del entonces, se pueden colegir situaciones y coyunturas existentes de utilidad para todo tiempo y lugar.

·         De la anterior conclusión obtenemos la mejor de ellas: que es la que ha motivado el presente “mini-estudio” en cuanto a que el hombre (como especie) tiende a ser condicionado por el medio que le rodea (lo cual también es demostrado por otras ramas del saber humano), y por ello se puede decir que el hombre en general, hace uso inequívocamente de la función que Dios designó al cerebro de cada cual: “reflexionar de manera inevitable”. Que al ser visto en su conjunto, nos lleva a concluir que el ser humano, reflexiona comunitariamente.




Décimo segundo ORIFICIO

El final del período de “desgobierno” llegó, y con él una nueva esperanza para la patria, luego de cuatro años de total y absoluto desastre. Ello me sugirió que era “la hora de cambiar” en lo personal, ya que el ansia de cambio era evidente y que todo mundo estaba literalmente “harto” de tanto descaro e impunidad. Precisamente por ello tuve a bien escribir un artículo con el cual pretendía “cambiar” aquellas formas obsoletas de pensamiento, que en mi personal punto de vista únicamente nos sirven para mantenernos “atados” a pensamientos y situaciones esclavizantes, que nos han sido heredadas de un pasado que es tan solo parte de la historia y, de suyo, nos impide “mirar hacia delante”.

ORIFICIO

Razonamientos cuaresmales

Con la asunción del nuevo Gobierno, el primer acontecimiento nacional durante la gestión, es la llegada de la cuaresma católica, durante la cual se renueva de manera insistente “el llamado a la conversión; hacia el cambio de la situación de pecado y hacia el cambio de actitud”; lo cual es loable de parte de la jerarquía de la Iglesia católica, teniendo en cuenta el padecimiento crónico guatemalteco de “olvidar fácilmente”… Olvidamos tan fácilmente, que a la salida de la prédica dominical, la inmensa mayoría, dispone que va a cambiar, que va a mejorar aquello que le impide ser cada día mejor, etcétera.
El grave problema del asunto es que las prédicas son hechas en general, y la gran mayoría toma los conceptos y las sugerencias “como mejor le conviene”, con lo cual “se retuerce” la mayoría de las veces, el sentido que el expositor (sacerdote o pastor) enfocó.
Algunos ejemplos que todos hemos visto de la anterior situación, se dan en el sentido de “mortificarse más”, sin razonar que el pueblo guatemalteco ya tuvo 36 años de mortificación por la guerra; que la inmensa mayoría de la población asalariada, apenas consigue lo mínimo para sobrevivir cada día; que el índice de desempleo es tan alto, que genera unos índices de pobreza y pobreza extrema, que son de lo más vergonzoso a nivel mundial; aunado a un índice de violencia que es aún más vergonzoso, también a nivel mundial… ¿Qué sentido tiene entonces, mortificarse más?…
Hay “católicos” (entre comillas, porque realmente no lo son) que tienen la creencia, devoción ó tradición de cargar las fastuosas andas procesionales que recorren las calles de nuestras ciudades, con el fin de “expiar por mortificación” los pecados cometidos durante el año, y… ¡Quedar listos para otro año de pecados!… ¿Cuántos no nos han enseñado de manera orgullosa sus hombros amoratados como prueba fehaciente de lo que sufrieron al llevar sobre sí tanto peso?…
Otra inmensa mayoría de “católicos”, no come carne roja todos los viernes de Cuaresma, porque aún conservan la “abstinencia ordenada” en una época de abundancia, poca población y precios bajos; enterados o no, que ¡la abstinencia cuaresmal ya fue abolida!
A los niños en medio de su inocencia, se les ordena tajantemente que no hagan ruido, que no jueguen, que no corran, ¡que se mantengan “quietecitos” y en silencio!… En suma, ¡que no sean lo que son! Para que aprendan a “ser buenos católicos”…
Reconozco que los ejemplos descritos son exagerados, pero reales y todos podemos dar fe de ellos, si no es que estamos en ellos… Entonces, ¿en qué consiste el llamado al cambio?…
Inicialmente el llamado es a actualizar nuestro conocimiento y nuestro entender de la enseñanza (Evangelio) que aquel hombre-Dios nos heredara, en nuestro contexto íntimo y en el que nos rodea. Ello implica “sacar tiempo” para estudiar de manera sistemática (no antojadiza) nuestra religión católica, para poder dimensionar correctamente todos y cada uno de nuestros actos futuros. ¡Ésta es la razón de estudiar teología!
Seguidamente, y con una mejor consciencia, llevar a la práctica lo aprendido. Cada cual en la tarea que le corresponda y que tenga a su alcance realizar… ¡Así de sencillo y fácil!
Cierto es que las oraciones son un bálsamo para el espíritu y están bien. El problema teológico de fondo surge, cuando se reúnen sistemáticamente solo para rezar… Aquí cabe recordar aquella famosa cita contenida en la Carta de Santiago que dice: “Muéstrame tu fe y yo te mostraré mis obras”. Ciertamente rezar es una obra y reunirse para ello otra, pero ¿acaso no sería mejor ir a visitar un enfermo(a) y brindarle apoyo?… Recordemos que el cristianismo, ha prevalecido durante épocas de persecución declarada y solapada; pero sigue vigente hasta la fecha, gracias a que todos creemos que hay un mundo mejor allende la muerte, y esperamos llegar a él, para seguir el camino que nos enseñara Jesucristo. ¿O estoy equivocado?…
¿Cómo entonces es que la mayoría de los “dizque” cristianos ven la muerte como una tragedia y se niegan a aceptar que hubo quien se les adelantara en el camino?… Hay quienes llegan al extremo de recriminar a Dios por el suceso y otros peores cuestionan el por qué a ellos, y no a otros… Dogmáticamente, las anteriores situaciones dejan demasiado que desear de quien las profiere… ¿Dónde está la fe que exhibía devotamente en sus rezos y en la calle cuando cargaba procesiones?… ¿Dónde quedan los mandatos de: “Amar y respetar a Dios sobre todas las cosas” y el de “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”?…
Ciertamente hay quienes “entienden nuestra imperfección”, pero ello ¡no es excusa para ser blasfemo!, si fuimos hechos “a imagen y semejanza” de Dios, significa que poseemos un alma que siente (igual que siente Dios). Cosa diferente es “dejar de utilizar el raciocinio” con que Dios nos dotó y los conocimientos adquiridos, abandonándonos en la pasión y sentimiento, profiriendo incoherencias y estupideces –esto es fuerte, pero cierto–.
Descubrimos así, “algo que efectivamente debemos cambiar en nosotros mismos”. (Conforme aprenda más, seguramente encontrará muchas cosas más que debe cambiar personalmente).
En cuanto al contexto que nos rodea, simplemente debemos influir en él, para buscar mejores oportunidades para quienes no las poseen en la actualidad. En este sentido nuestros esfuerzos y luchas deberán ser llenas de paz, efectivas, reales y sinceras, buscando el bien común y no el personal, desprendiéndonos de situaciones y cosas en beneficio de otros, etc. En suma, siendo solidarios con la paz, la verdad, la justicia y el amor… “Acordándonos de todo y no olvidándolo todo”… No dejándolo para después, ni para que otro lo haga, menos para “que sea otro el que arree” con aquello que yo puedo hacer aquí y ahora.
Debemos entender que, ser católico es más que rezar; más que ir a misa los domingos; más que cargar procesiones en Semana Santa… Es el conocimiento y cumplimiento de lo que Dios, por medio de Jesucristo, nos ha encomendado al escribir las palabras que dicen: “Yo he venido a este mundo para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10,10)…
Vemos que hay algunos que teniendo sobreabundancia ¡quieren más!, mientras que hay otros que no poseen lo necesario para vivir, generándose una situación por demás injusta e impuesta por el mercantilismo individual que nos rige… ¡Y todos lo vemos como si nada!…
Por ello muchos temen expresar su fe y su criterio ya que “saben que tendrán que ir contra de la corriente e inclusive poner en juego la vida misma” e inventan todo tipo de pretextos o excusas para evadir su influencia en el medio que les circunda ¡para seguir sin hacer nada!…
Como expuse inicialmente, no se trata de “buscarle tres pies al gato”, ¡es aún más simple!… Haga obras por los demás y busque el bienestar de ellos antes que el propio; si está en sus posibilidades busque una mejoría general del grupo de su influencia y sobre todo, piense ¿qué hubiera hecho Cristo ante una situación similar?… Solo así podrá tener respuestas que sean valederas para situaciones verdaderas. No se deje llevar por fanatismos ni pensamientos que le sean impuestos por sectas sin otra teología más que el sometimiento del ser humano a los intereses económicos de la metrópoli que pretende arrebatarnos el don divino de pensar, y descubrirá que ellos solo buscan su beneficio personal y no el de los demás hijos de Dios.



Décimo tercer ORIFICIO

 

Cierto día, como que “me remordió un tanto la conciencia”, ya que caí en la cuenta que casi todos mis escritos llevaban mucha carga ideológica que, quise brindarles a mis lectores un “pequeño respiro” y patentizarles mi fe en ellos y el mundo. Para ello me senté a pensar de manera entusiasta en todos, a manera que pudiese transmitirles todo aquello que yo pensaba de mí mismo.

De esa manera surgió el siguiente:

 

ORIFICIO


Credo para ti

Hoy he querido apartarme de los temas escritos en los espacios de opinión de los diferentes rotativos… He pensado que ante tantos males, propios y heredados, ¡ya tenemos suficiente!, que no hay razón para que sigamos horadando en un terreno que de suyo ya posee demasiados agujeros y hasta barrancos… Hasta el más perdido en la realidad que le circunde sabe o siente en carne propia, la tremenda vorágine que le rodea; aquella que le aplasta de manera inmisericorde todos los días y que yo, ¡me niego a aceptar de manera impávida!
Por lo anterior buscaré contigo, salidas acordes a nuestra irreflexiva manera de vivir y compartiré contigo el pensamiento que reza: “PERMITA DIOS QUE SEA PARTE DE LA SOLUCIÓN, Y NO PARTE DEL PROBLEMA”.
Siempre he creído que la parte más valiosa del ser humano es su capacidad de pensar; y como resultado tangible de sus razonamientos observamos actitudes que, si el razonamiento es correcto, son de beneficio individual y colectivo… Algo así como lo que aquella sabia sentencia bíblica dice: “POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS”.
Por ello quiero decirte que:
Creo en tu voluntad de cambio, para encontrar un mejor futuro para todos…
Creo que empleas tu intelecto para identificar las soluciones y olvidar los problemas que nos afligen.
Creo que el resultado de tus pensamientos va encaminado hacia acciones de beneficio colectivo…
Creo que entiendes que el pasado está muerto, y como tal es objeto de la historia, que tan solo ha servido para que el actual presente, –que muere a cada segundo– se incorpore al pasado muerto.
Creo que estás ante un futuro incierto porque hoy mismo no has concretado tus pensamientos en acciones que nos auguren “algo mejor”.
Creo en ti, porque en medio de realidades desastrosas, eres capaz de luchar ¡sin darte por vencido!
Creo en ti, porque eres quien hoy definirá las pautas de “aquel futuro mejor” para todos.
En secreto y sinceramente, te confieso que te admiro por ello; por tu diaria lucha contigo mismo… y ¡contra los demás!
Por esa terquedad y ese amor fraterno del que siempre busca la superación colectiva… ¡También te admiro!
Creo en ti, finalmente, porque ¡somos iguales!
Amén.



Décimo cuarto ORIFICIO

Luego de “repartir” algunas copias del Credo para ti entre conocidos, los comentarios no se hicieron esperar, todos se mostraron satisfechos ¡por su contenido!, brindándome aquel “espaldarazo” que toda persona que escribe necesita. Por ello, dispuse “re-hacerlo de forma condensada” y el resultado es incluido a continuación:

Credo para tí

Creo en tu voluntad de cambio, para encontrar un mejor futuro para todos…

Creo que empleas tu intelecto para identificar las soluciones y olvidar los problemas que nos afligen.

Creo que el resultado de tus pensamientos va encaminado hacia acciones de beneficio colectivo…

Creo que entiendes que el pasado está muerto y que como tal, es objeto de la historia, que tan solo ha servido para que el actual presente, –-que muere a cada segundo– se incorpore al pasado muerto.

Creo que estás ante un futuro incierto porque hoy mismo no has concretado tus pensamientos en acciones que nos auguren “algo mejor”.

Creo en ti, porque en medio de realidades desastrosas, eres capaz de luchar ¡sin darte por vencido!

Creo en ti, porque eres quien hoy definirá las pautas de “aquel futuro mejor” para todos.

En secreto y sinceramente, te confieso que te admiro por ello; por tu diaria lucha contigo mismo… y ¡contra los demás!
Por esa terquedad y ese amor fraterno del que siempre busca la superación colectiva… ¡También te admiro!…

Creo en ti, finalmente, porque ¡somos iguales!

Amén.


  
Décimo quinto ORIFICIO

A consecuencia del saqueo (porque es el calificativo correcto) del erario nacional, realizado por el “desgobierno eferregista”, las finanzas públicas recibieron “un tiro de gracia” cuando la Corte de Constitucionalidad declaró improcedente la prórroga de la vigencia del IEMA, y se encontró con un enorme programa de Gobierno por ejecutar ¡sin fondos suficientes para llevarlo a cabo!, suscitándose así, una gran polémica nacional en torno al futuro de Guatemala como país. En tal virtud, se dijo y se hablaba de todo tipo de soluciones ante la gravedad de la situación y la apremiante necesidad de “pagar los sueldos de los empleados de Gobierno, cuando menos”, realmente la situación amenazaba con un estallido social de incalculables consecuencias, incluso a nivel internacional.
Haciendo acopio de mis conocimientos económicos y de mi facilidad para plantear con palabras sencillas, situaciones de suyo “difíciles”, surge esta Décimo quinta selección:


ORIFICIO

Hablemos de impuestos

He querido compartir algunos criterios “en lenguaje entendible para todos”, para que aunque no seamos profesionales en economía, entendamos de mejor manera el entramado económico en que vivimos. Entregando así, un pequeño aporte que pudiera darnos “algunas luces” en cuanto al asunto de los impuestos; ya que se escuchan todo tipo de comentarios, que van desde lo descabellado e irracional, hasta verdaderas propuestas de vanguardia económica.
Inicialmente, debemos entender que LOS GOBIERNOS NO PRODUCEN RIQUEZA, sino son quienes la administran, para que puedan subsistir sus habitantes, y consecuentemente el Estado como tal. Es por ello que el aumento de los impuestos, no es culpa del Gobierno, sino antes bien, es de todos; ya que el Gobierno tendrá que tomar las medidas necesarias para garantizar que sus habitantes gocen de un ambiente propicio para su propio e individual desarrollo… Pero sucede que ¡NADIE HA DEJADO DE HACER HIJOS! y ello hace que hayan más necesidades cada día, aumentando inexorablemente los problemas de todos los estados, ya que cada vez habrá más bocas que alimentar, más vivienda que proporcionar, más necesidad de agua entubada, y un larguísimo etcétera.
El otro concepto que debemos fijarnos en la mente es que LA RIQUEZA LA PRODUCEN LOS EMPRESARIOS, buscando su propio beneficio. Es por ello que bien o mal habido el capital con que inician sus negocios, toman el riesgo de “poner a trabajar el dinero”, para que el mismo se vea incrementado por medio del trabajo personal y la inversión en los negocios de otros, obteniéndose un beneficio económico mutuo.
Por simple lógica, quienes no somos ni Gobierno ni empresarios, somos asalariados de cualquiera de los descritos o estamos desempleados… ¡Pero vivimos dentro del Estado!
Ya que los empresarios velan por sus personales intereses (económicos desde luego), queda claro que es el Gobierno el que se obliga a velar por todos (empresarios o asalariados), puesto que todos somos ciudadanos. Por lo cual debe hacer frente a problemas mayores cada vez, y de ahí la necesidad de recursos económicos cada vez mayores… Lo cual es una realidad dolorosa pero igualmente certera.
Por extensión se colige que si el Gobierno necesita mayores ingresos, nosotros también los necesitamos para hacer frente a mayores compromisos económicos. Acá es cuando saltan las soluciones simplistas en las cuales los asalariados claman por un mejor salario o sueldo… Pero nadie se pregunta de donde saldrá el dinero necesario, para cumplir la demandada mejora (salarial). Creen que el empresario por el mero hecho de serlo, “tiene para dar y repartir”… ¿hasta quedarse sin nada?
El asunto no es tan simple, puesto que si el empresario tomó el riesgo de trabajar su dinero, fue precisamente para tener más, ¡nunca menos!
En todo caso, ponderará el hecho de cerrar la fuente de trabajo e invertir en otro negocio que le sea rentable, antes que repartir sus bienes de capital; ¡con todas las secuelas que ello conlleve!.. De las cuales, las que cualquiera entiende son: el desempleo y, en el caso del Gobierno, la pérdida de los impuestos que el empresario aporta al fisco.
Precisamente por lo anterior, es que un Gobierno lucha por bajar el índice de desempleo, puesto que es un indicador indirecto del hambre que pasan los ciudadanos del estado que gobierna y, entiende que el Gobierno por sí mismo, no produce riqueza, sino que por el contrario, gasta la riqueza que otros han producido. El Gobierno pues, deberá controlar en primera instancia, la producción de riqueza de los empresarios, pues en la medida que los empresarios produzcan más, ganarán más. Para tal efecto existe un índice que se llama: PIB (iniciales de Producto Interno Bruto), en el cual se encuentra la suma cuantificada en dinero de las ventas realizadas por todos los empresarios del Estado; y se obtiene de las respectivas declaraciones juradas de los contadores al final del año fiscal, además mediante la contabilización de las licencias de exportación, generándose así el parámetro por el cual los empresarios pagan sus impuestos.
Conocedores que las demandas crecen cada año (porque crece la población mundial y los empresarios cada vez desean ganar más), es que se proyecta un crecimiento del PIB cada año, con lo cual el Gobierno presupuesta sus ingresos y desde luego sus gastos.
En cuanto al dinero, en una situación ideal (que no es la nuestra), es emitido, tan solo por la cantidad que haya reflejado el PIB más las reservas que el Estado posea, (es decir, los billetes “representan” lo que vale la producción, más el oro que se tenga depositado y las reservas –dólares, puesto que es la única moneda convertible a oro– que se posean).
Pero sucede que en países como el nuestro, tercermundistas o subdesarrollados, las necesidades de la población son infinitamente mayores que el valor de su producción y reservas, y se recurre al “endeudamiento” (interno y/o externo), con lo cual el Gobierno completa su presupuesto, prestando dinero a interés a quienes sí lo poseen y desean invertir con seguridad, ya que es improbable que un Estado deje de pagar.
Paralelamente a los planteamientos anteriores, en Guatemala está vigente una ley que data del tiempo del extinto presidente Ramiro De León Carpio, donde se prohíbe la emisión de billetes sin respaldo”, puesto que ello genera inflación, (porque aumenta la cantidad de dinero circulante, lo cual conlleva que el valor –de la producción y la reserva de oro depositada- representado por cada billete, sea menor), “obligando” al Gobierno a cubrir sus necesidades financieras por medio de préstamos a la banca privada (en caso de ser endeudamiento interno); con lo cual ¡el Gobierno estará siempre a expensas de la banca privada y de los intereses que deseen devengar!
Para el caso del endeudamiento externo, el Gobierno suple sus necesidades prestando dinero en fuentes (bancos) fuera del país, con lo cual se “hipoteca” la soberanía del país, ya que en más de una ocasión los mencionados entes financieros (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Etc.) vienen a “fiscalizar” (a evaluar nuestra economía, conforme sus intereses) y nosotros los guatemaltecos, deberemos cumplir “las sugerencias” de sus representantes, lo cual obviamente es inmoral, puesto que nos veda el derecho de decidir, en cuanto a nuestro futuro económico.
Luego de la anterior (y muy escueta) exposición, caemos en la cuenta que no es tan sencillo hablar de impuestos, sobre todo cuando estamos inmersos en una economía tan maltrecha como la nuestra. Hay otros factores no económicos para considerar, como los políticos, sociales, internacionales, etcétera, los cuales no analizaremos, por razones de espacio, pero que los conocemos de manera empírica o por experiencia… Baste decir que “a ninguno nos agradan sus implicaciones”.
Lo que si queda claro para todos, son tres puntos esenciales:
1.    El Gobierno subsiste con mayores ingresos, únicamente en la medida que los empresarios que rige, son capaces de producir más riqueza.

2.    Nuestra economía ha estado y está completamente desequilibrada. Puesto que, las necesidades son mayores que los ingresos.

3.    Las únicas fuentes de ingresos que posee el Gobierno son los impuestos y el endeudamiento.

Para el caso de los impuestos, los paga el pueblo sacrificando su propio bienestar, para que otros menos favorecidos, logren subsistir (en teoría, al menos).
En el caso de recurrir al endeudamiento, éste también lo paga el pueblo, solo que a largo plazo más los respectivos intereses; amén de “hipotecar” el futuro y la capacidad de decisión de las futuras generaciones, al “heredarles” una deuda cada vez más difícil de manejar. Consiguientemente, queda claro que la mejor manera de “salir” de la crisis en que nos encontramos, radica precisamente en el estímulo de la producción, lo cual no se logra aumentando los impuestos, puesto que ello posee la grave complicación de desmotivar los esfuerzos empresariales y, producir resultados a ¡un año plazo!, consiguientemente no resuelve nuestros problemas económicos de hoy… Lo cual me lleva a pensar en una solución integral, mediante la adopción de tres acciones concretas:



·         Que se plantee un impuesto único que contemple el aporte de los guatemaltecos para el rescate de nuestra economía, y con duración de un ejercicio fiscal (un año) solamente.
·         Que paralelamente a lo anterior se “desgrave paulatinamente la producción” (que se vayan rebajando los impuestos a la producción), y se establezca un plan de incentivación fiscal, basado en el incremento de las ventas. (Es decir, a mayor crecimiento de ventas, menor tasa de impuestos a pagar).
·         Invitar a la comunidad internacional a que invierta en Guatemala a largo plazo y pueda participar en el plan de desgravación fiscal, basándose en su propia competitividad; a condición que emplee mano de obra guatemalteca en el 90% de sus plazas como mínimo.

Con la fe y esperanza puesta en nuestro país, y aportando cada cual lo mejor de sí, estoy seguro que saldremos adelante.



Décimo sexto ORIFICIO

De la anterior exposición (“Hablemos de impuestos”), una vez más hice circular algunas copias de ella entre mis allegados, rogándoles las hicieran del conocimiento público, a fin que más personas pudiesen “entender lo suficiente”, como para poder formarse un mejor criterio de aquella coyuntura específica. Así que a manera de “compás de espera”, quise comunicarme con mis lectores para compartirles “algo” de mi acervo personal; para lo cual escribí la siguiente “Carta”:

ORIFICIO

 

Carta

 

A quien me lea

Presente.

La sabiduría se adquiere de forma teórica y vivencial y, con el devenir del tiempo, aumenta nuestro acervo.
Por ello he deseado compartir algo del bagaje que he acumulado durante mi presencia consciente en el mundo teórico y vivencial que me ha tocado coexistir con usted, que tan amablemente me lee.
Hago pues, una pequeña entrega teórica de vivencias aprendidas de mi padre, de pensadores varios y de mi propia creación, esperando le sean útiles para vivir mejor.

Sinceramente, Eloy Herrera Monteagudo.
·         Solamente hay dos tipos de personas: las que aman y construyen, y las que odian y destruyen. (José Martí)

·         Hay que apuntar a las estrellas, para acertarle a la Luna. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Andando se hace el camino. (Otto René Castillo)

·         Despacio, porque precisa. (Napoleón Bonaparte)

·         No desees a nadie, lo que no desees para ti. (Paráfrasis de la Biblia)

·         El haragán y mezquino, recorren dos veces el mismo camino. (Anónimo)

·         Quiera Dios que sea parte de la solución, y no parte del problema. (Anónimo)

·         No se puede construir una economía sana, si está fundamentada en el crédito. (Abraham Lincoln)

·         Siembra vientos, y cosecharás tempestades. (Anónimo)

·         Luego de la noche… siempre habrá ¡un pletórico amanecer! (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Pienso, luego existo. (Renato Descartes)

·         Yo solo sé, que no sé nada. (Sócrates)

·         Los ojos son, las ventanas del alma. (Paul Nietzsche)

·         Aprendo más de mis errores, que de mis propios aciertos. (Anónimo)

·         Quererse, no es “joderse”. (Josefina Estrada)

·         El hombre no es lo que aparenta, sino lo que demuestra. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Es fácil odiar, lo difícil es perdonar. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Solo hay dos maneras de hacer las cosas: “La correcta y la incorrecta”. (Eloy Amado Herrera López)

·         Es más lo que desconocemos, que todo aquello cuanto conocemos. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Nacer es, empezar a morir. (Anónimo)
·         Dime lo que piensas, y te diré quién eres. (Anónimo)

·         El camino al infierno está empedrado de “buenas intenciones”. (Anónimo)

·         Podrás condenarte por muchas causas, mas no por amar y perdonar. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Podrás engañar a todo el mundo, menos a Dios y a tí mismo. (Anónimo)

·         La mentira luce, mientras la verdad no aparece. (Anónimo)

·         Muéstrame tu fe, yo te mostraré mis obras. (La Biblia)

·         La estatura de un hombre está dada, solamente por lo que piensa. (Eloy Amado Herrera López)

·         Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja, que un rico entre al Reino de los Cielos. (La Biblia)

·         Los hombres fingen amor, por sexo; las mujeres fingen sexo, por amor. (Anónimo)

·         Es más valiente quien perdona, que quien se siente valiente cuando ataca. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Más allá de todo, estará siempre “el más allá”. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         El hombre es la única especie animal que tropieza, con la misma piedra, en el mismo camino y en el mismo lugar. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         La distancia más corta entre dos puntos del plano, está determinada por la línea recta que los une. (axioma geométrico)

·         Es fácil ser popular, pero no es popular ser “fácil”. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Es más difícil ser popular, que ser popularmente “difícil”. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Amar es dar, antes que recibir. (Anónimo)

·         La carga de los años pesa, mas no el bagaje que llevamos a cuestas. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Perderás la batalla, cuando “pierdas los estribos”. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         Cuanto más demuestres tu fuerza física, más fuerte demostrarás tu estupidez. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         La única medida de fuerza que existe es: la voluntad de perseverar hasta el final. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         La única expresión que no existe dentro de mi léxico es: “no puedo”; la he sustituido por: “aprenderé”. (Eloy Herrera Monteagudo)

·         ¡Nunca! diga: “nunca”. (Abdón Rodríguez Zea.)



 Décimo séptimo ORIFICIO

El transcurrir del tiempo es inexorable y con él las diversas coyunturas se van modificando de manera constante. En este contexto la coyuntura internacional conocida como “globalización”, principió a tener sus efectos en nuestro país. Que como siempre veía venir las situaciones, solapadamente antes y de manera más “descarada” después y, ¡una vez más confirmó su total falta de criticidad!, de manera increíble su falta de visión ante la problemática que enfrentaba, por cuanto los medios noticiosos daban cuenta de la situación envolvente a nivel mundial, realmente muy pocos (posiblemente los dedos de una mano eran suficientes para contarnos) buscamos la información que pudiésemos encontrar respecto al asunto, y como siempre me surgió el impulso de escribir a mis coterráneos, para “tocarles un poco la conciencia” en cuanto al “real motivo” de la globalización; surgiendo así “el nuevo llamado a la moral” que adjunto.


ORIFICIO


¿Ya se dio cuenta?

Dada la escasez de información “entendible” en cuanto a la cotidianidad, he dispuesto escribir algo que lo lleve a reflexionar acerca de las gestiones del Gobierno norteamericano, encabezado por el “republicano” George W. Bush.
Uno de mis sobrinos manifestaba que, pese a su corta edad (comparada con la mía, por supuesto), se había “dado cuenta” que los países que “prosperan” son aquellos con espíritu guerrerista y que gustan conquistar a otros. Entendiendo por conquista la exportación o imposición de su pensamiento hacia los conquistados.
Obviando por razones de espacio, todas las consideraciones pertinentes deseo compartir con ustedes el contenido esencial de aquella cálida conversación en cuanto a los “pros y contras” de la aseveración… los tópicos surgían a torrentes de ambas partes. Y llegamos a “darnos cuenta” que la reelección de George W. Bush, ha sido lo peor que le haya podido pasar al mundo y a Latinoamérica en especial, toda vez que la conquista económica y bélica de EE.UU. no se detendrá, al menos en el futuro cercano… Nos “dimos cuenta” que la exportación del estilo de vida norteamericano (American Way of Life, en inglés) seguirá impactándonos brutalmente y que si nos atrevemos a presentar una lucha frontal (suponiendo que lográsemos concienciar del problema a los países) en contra de la situación, lo más seguro es que fuésemos invadidos (como cuando lo hicieron -o financiaron en casi cualquier parte del mundo), desde que resultaron triunfantes en la primera guerra mundial.
En aquella plática, resumimos muy brevemente el acontecer histórico y recordamos la existencia de DOCUMENTOS “DESCLASIFICADOS” prueban la certeza de nuestras aseveraciones y concluimos que el tan aclamado Tratado de Libre Comercio (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés) y el no menos famoso Plan Puebla Panamá (P.P.P.) son la más clara muestra de la conquista frontal que pretenden hacer de nuestros pueblos, ¡eso sí disfrazada de “progreso y oportunidades para todos”!… ¿Ya se dio cuenta que la “punta de lanza” de la globalización (que no es otra cosa al final que la “aceptación” de su estilo de vida –The American Way of Life-) es el Plan Puebla Panamá?, ¿acaso no ha caído en la cuenta que el CAFTA-DR finalmente solo logrará que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres en cantidad y calidad?…
Vea qué sucedió en el pasado reciente de Irak: Un país con un único recurso natural exportable, llamado petróleo, que ¡tenían que vender por alimentos, al precio que les imponía EE.UU!. Por si ello fuera poco, inventaron los estadounidenses – porque no han demostrado lo contrario– que fabricaban armas bacteriológicas ¡destinadas a la destrucción del género humano!… los iraquíes de manera humillante “aceptaron las inspecciones” ordenadas por una O.N.U. –títere de su mayor deudor de cuotas, pero con el mayor ejército del mundo– dentro de su territorio y palacios y… ¡no apareció nada!; luego siguieron los estadounidenses con el argumento necio, que las armas estaban escondidas y ¡bajó el precio del petróleo!, ya que el pueblo iraquí ¡estaba muriendo de hambre!, viéndose forzado a vender más de lo que el mercado era capaz de consumir, con lo cual los “buenos samaritanos estadounidenses”, obtuvieron una cifra récord en su historia de reservas petroleras ¡en tiempos de alta demanda por prevención del invierno!… Ahora, saque usted sus propias conclusiones respecto de los atentados “terroristas” de aquel fatídico once de septiembre, y evalúe los daños causados –por querer imponer su “American Way of Life” – a todo el mundo… en vidas humanas, precios del barril de petróleo, amén de la manipulación o “ignorancia deliberada” y menos justificada de la soberanía de varios países.
Aclarando que no estoy en contra de los norteamericanos y su libre determinación, sino censurando las consecuencias que sufrimos en todo el mundo a causa de la pretenciosa afirmación “republicana”, de incentivar el enriquecimiento basados en “dejar hacer” y el privilegiar el enriquecimiento de los norteamericanos ante la vida… ¡no estoy en contra de ellos!, ¡estoy en contra del pensamiento que sustenta su proceder, a todas luces injusto, egoísta y si caben los vocablos para toda la sociedad norteamericana, ególatras y narcisistas!
Veamos lo que debe preocuparnos como guatemaltecos:
La mayoría de las fábricas de los EE.UU. se encuentran cerca de la costa atlántica, y el principal mercado de ellos (EE.UU.) está en Asia. Por lo tanto deben atravesar su propio territorio para embarcar en la costa del Pacífico. Ello conlleva necesariamente, enfrentar a “su” industria contra los poderosos sindicatos de pilotos del transporte (recuerde cómo la mafia, por medio del recordado “Hoffa”, controló a EE.UU. en el pasado) para llevar “sus” productos a los puertos situados al otro extremo de “su” país; y embarcarlos hacia su destino asiático.
Precisamente en ese momento, aparece una mente ultra-recalcitrante (republicana) y ¡nace la idea del P.P.P!, presentada por un presidente mexicano “muy agradecido” por la firma de un TLC con su país –cuyos primeros resultados empezamos a conocer, y van de desastre social en adelante–.
El Plan Puebla Panamá contempla entre otras cosas, la construcción de una súper-carretera (de propiedad y usufructo norteamericano, ¡por supuesto!) que literalmente “partirá” Guatemala (o al país “que se deje”) en dos partes: del océano Atlántico al océano Pacífico. Ya que para los industriales norteamericanos es más barato embarcar en Florida o Nueva York, con destino a Guatemala, para luego transportar vía terrestre al océano Pacífico y de allí, a su destino final en Asia, sin “tener que lidiar” con los poderosos sindicatos de transportistas norteamericanos y, de paso abastecer de mejor manera al Estado de Hawai, que está ubicado a medio camino; ¡¡¡Verdaderamente genial!!!
Para sostener semejante infraestructura, los guatemaltecos deberemos adicionalmente, construir una hidroeléctrica que brinde energía a “sus” dos puertos e ilumine “su” súper-carretera ya que todo funcionará día y noche… Ello implica que deberemos inundar “adicionalmente”, parte de nuestro territorio con el embalse necesario para que los norteamericanos conserven su “American Way of Life” y su progreso (capítulo aparte merece esta palabra), fundamentado en “su” productividad ¡jamás la nuestra!, (aunque algunos, una minoría tan insignificante que en términos estadísticos no representaría ni siquiera el 0.01%, se beneficiaría con uno que otro uso de las obras en cuestión y ¡solo Dios sabe a qué precios y en qué condiciones!).
¿Ya se dio cuenta? Que adicionalmente se pretende que Guatemala ¿“acepte” que haya permanentemente una porción de propiedad norteamericana sobre, debajo o dentro de nuestro país?; que deberemos igualmente, ¿“aceptar” que se beneficien con la electricidad que produzca la hipotética hidroeléctrica (que inundará una buena parte de nuestro territorio y ¿sabrá Dios a que precios “nos venderán” el remanente de energía que no utilicen?); y de premio “deberemos lidiar” con todos los emigrantes que no retornen después de finalizada la faraónica (para nosotros, desde luego) construcción, a sus países que vendrán desde Puebla, hasta Colombia por la “obra norteamericana”?
Saque ahora sus propias conclusiones en torno a lo que es éticamente valedero del American Way of Life…
En cuanto a las razones que tiene Osama Bin Laden para estar en contra del Estilo Norteamericano de Vida; la razón que tiene el pueblo iraquí, al resistir la invasión de su territorio; las implicaciones que tiene el “American Way of Life” para el mundo; la posición “republicana” (guerrerista y conquistadora) de su líder: George W. Bush; y nuestro futuro si nos negamos a ser parte de semejante monstruosidad. ¿Ya se dio cuenta?



Décimo octavo ORIFICIO

Intentando tocar “el punto más sensible de los guatemaltecos” (nuestra “cultura de maíz”), enfoqué mis esfuerzos para cuestionar el punto más nefasto del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, Estados Unidos, y la República Dominicana (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés), buscando la tan ansiada toma de conciencia de ellos y, eventualmente, algún tipo de reacción, por cuanto el Acuerdo de marras, tiende a vulnerar de manera paulatina e inexorable la fuente de subsistencia de la gran mayoría de guatemaltecos.
Surge así el décimo octavo ORIFICIO seleccionado:

ORIFICIO

 

R. I. P. “Hombres de Maíz”


Acertadamente nuestro Premio Nobel Miguel Ángel Asturias, nos definió con el título de la obra que le otorgara el máximo galardón de las letras, puesto que somos dependientes del maíz; con el agravante que cuanto mayor es la pobreza de las personas el fenómeno se acentúa, hasta límites dramáticos; tal como lo demuestran los últimos resultados publicados por el Banco Mundial (BM), que nos colocan en el último lugar de Latinoamérica en cuanto a la brecha entre ricos y pobres; siendo las cifras más vergonzosas que conozco y transcribo a continuación: “El 15% de la población guatemalteca es ‘propietaria’ del 83% de la riqueza del país; mientras que el 85% de la población es ‘propietaria’ del 17% de la riqueza del país”, con lo cual hemos aventajado a Brasil, que poseía el anterior récord (¡Bravo por Lula da Silva!).
Ahora reflexionemos respecto de nuestro futuro con el TLC, ya que en voces del empresariado y del Gobierno, es algo así como “la tabla de salida” de la crisis, ya que podremos exportar más, “si somos eficientes y productivos”. Lo cual nos lleva a otro cuestionamiento, por cuanto las desigualdades para el caso del maíz son abismales, veamos algunas dignas de consideración:

·         En Estados Unidos se siembra con tractor, mientras que en Guatemala se siembra con “estaca”, en unos casos y con “azadón”, en otros.
·         En Estados Unidos el agricultor es propietario en la mayoría de los casos, mientras que en Guatemala la inmensa mayoría arrenda (alquila) el terreno que siembra (puesto que se “abortó” la Reforma Agraria de 1944, gracias a “la ayuda” de Estados Unidos en 1954).
·         En Estados Unidos, cada milpa produce generalmente 3 mazorcas grandes y de grano regularmente distribuido, mientras que en Guatemala cada milpa produce en el mejor de los casos (en un porcentaje ínfimo) 2 mazorcas pequeñas y con una distribución irregular de los granos, pese a los esfuerzos de los agricultores y del ICTA.
·         En Estados Unidos, el Gobierno garantiza el precio de venta de la cosecha y subsidia a los agricultores, al momento de la siembra y otorga préstamos blandos cuando lo requieren para insumos de producción, el caso de “baja en el precio del grano” NO EXISTE para los agricultores, pues el Gobierno ¡compra la totalidad de la cosecha al precio pactado al inicio de la siembra!, sin importar el déficit fiscal que ello provoque. Mientras en Guatemala, cada cual (incluido el Gobierno) ve “de que manera se las espanta”, y “ahí vea cómo le va”, ¡eso sí!, que el déficit fiscal no sobrepase el límite que algunos “técnicos de Gobierno” fijaron respecto del Producto Interno Bruto (PIB) que aquel 15% propietario del 83% de la riqueza nacional haya declarado (porque nunca declaran todo) el año anterior, más un leve incremento para que “los pobrecitos” burócratas que lo hicieron (además de sus allegados), “no sufran en su peculio el impacto de la inflación generada”.

Pero lo que finalmente es hilarante de todo el asunto son dos cosas:
1.    Que tenemos “TODO UN AÑO” para “prepararnos y competir”, luego que ¡no lo hemos hecho en más de 500!
2.    Que “ahora ya podremos exportar” más arveja china, ejotes, bróculi y “berries” (cerezas, frambuesas, etcétera) hacia “el mercado más grande del mundo”, y con ello “compensaremos” la inundación de nuestro mercado con maíz transgénico (“Cruce” vegetal y animal) norteamericano.

Veremos qué hacen nuestros campesinos para “ser productivos y eficientes” sin ninguna tecnología, sin subsidios ni créditos, con la fabulosa “productividad” de una mazorca por milpa y sujetos “al valor de mercado” el día de la cosecha; que a su vez es: el medio de pago del arrendamiento, subsistencia y semilla (puesto que la transgénica no se reproduce y habrá que comprarla a “ya saben quienes”).
Igualmente veremos el paulatino descendimiento del arancel, que ha logrado que nuestros pequeños productores de maíz “no transgénico”, hayan subsistido hasta la fecha y, ¡bajarán los precios! (mientras acá haya campesinos sembrando maíz), logrando que haya en Guatemala un genocidio porque nuestros campesinos ¡morirán literalmente de hambre!
Finalmente viviremos felices en un mundo “globalizado”, (si es que hay alguien que no pertenezca al actual Gobierno y/o empresariado que avale otra estupidez).
¡Ojalá que en 10 o 20 años no se descubra que el maíz transgénico produce alguna enfermedad terminal (cáncer por ejemplo)!
¡Tiene hasta enero del 2007 para saciar su antojo de maíz!, después puede “ser productivo y eficiente” solamente si logra las dos condiciones siguientes:

·         No comiendo NADA que contenga maíz (para asegurar quedar vivo).
·         “colarse” dentro del 15% propietario del 83% de la riqueza nacional siendo “propietario” de una parcela anteriormente sembrada de maíz, para ¡convertirla en cementerio!

¡Descansen en paz “Hombres de Maíz”!




Décimo noveno ORIFICIO


Luego de tener a la vista que la población ¡una vez más!, no hizo nada y permaneció tan impávida como siempre, esperando que fuesen otros quienes determinaran su destino, quise hacer un correcto dimensionamiento de lo que ocurría por la aprobación y posterior ratificación del mentado CAFTA-DR, por nuestro país y Estados Unidos, ya que ante mis ojos, estaba ocurriendo una verdadera “montuosidad económica” que incidiría en todo nuestro ámbito social.

Por ello, me sentí impelido a hacer una nueva entrega a los guatemaltecos mediante un artículo, con la intención clara de “abrirles los ojos” en cuanto a la gravedad de cuanto estaba ocurriendo realmente, a consecuencia del mencionado acuerdo. Así surge el siguiente artículo:

ORIFICIO


La apuesta

Escribo con la intención de aclarar un poco de la incertidumbre que, como guatemaltecos, tenemos ante la inminencia de la ratificación del Tratado de Libre Comercio (CAFTA- RD, por sus siglas en inglés) entre nuestros países y EE.UU.
Inicialmente podemos decir que al igual que todo cuanto ha hecho el hombre, no es perfecto (perfecto solo Dios), consecuentemente, dicho TLC posee ventajas y desventajas para las partes suscribientes (para el caso Guatemala y EE.UU.).
Igualmente, hemos de reconocer que el TLC es el resultado de una serie de negociaciones entre las partes (países) que, aunque hayan “cedido algo de sus respectivos intereses comerciales”, también es cierto que “han recibido compensadores en otros reglones económicos”, lo cual visto desde la perspectiva de la macroeconomía, es aceptable.
Visto desde los intereses de los micro, pequeños y medianos productores es muy, muy diferente, ya que quienes participaron en las negociaciones han apostado con la producción del grueso de la población que es considerada en términos económicos como “productores de subsistencia”, misma que por su misma situación, no está controlada en nuestro régimen fiscal y estadístico. De allí que su producción no puede cuantificarse con una mediana certeza por la carencia de datos, puesto que el problema real es que NINGUNO DE ELLOS TRIBUTA DIRECTAMENTE, y quienes lo hacen, lo efectúan de manera indirecta, cuando eventualmente compran semillas para la siembra (generalmente son ellos mismos quienes “guardan” semillas para la nueva siembra) y, como todos son “consumidores finales”, quien les vende las semillas podrá declarar “lo que le convenga y no la realidad de la venta”. Sin embargo, esta práctica permite que un grueso de nuestra población sobreviva tan solo, muchas veces en condiciones de pobreza y miseria, lo cual de suyo es deplorable, como producto final del sistema económico.
Pero la parte medular de este enfoque no está
dirigido hacia dicha cuestión en particular, antes bien, quise traerla a colación, por cuanto “la producción no cuantificable del grueso de la población” ha sido precisamente lo que se ha apostado en el CAFTA- RD, a cambio que “haya más competencia” (y en teoría mejores precios) en otros rubros de la macroeconomía guatemalteca…
Quizá lo mejor en este punto sea citar el ejemplo de lo que pudiera darse para el caso de aquel parcelario que actualmente se dedica a la siembra de maíz y frijol:
·         Siembra y cosecha sus granos.
·         Se “apera” de ellos para el tiempo que necesite subsistir con su familia hasta que obtenga una nueva cosecha.
·         Guarda semilla para la próxima siembra.
·         Vende el resto para pagar el arrendamiento de la parcela que sembró (ya que existe una pésima distribución de la tierra) y satisface otro tipo de necesidades (ropa, si acaso), aunque generalmente lo gasta en licor. ¡Esta es la cruda realidad guatemalteca!
Con la entrada en vigencia del TLC, nuestro mercado (es decir donde el parcelario tiene que vender su cosecha) se verá inundado de maíz norteamericano más barato y “de mejor calidad” y el parcelario del ejemplo, con buena suerte recuperará sus costos de producción, acaso el primer año, ya que la “desgravación arancelaria” del maíz norteamericano será paulatinamente descendiente, año con año.
Ante tal situación, el parcelario tiene dos alternativas a saber:
·         Diversificar (cambiar) su cultivo de subsistencia hacia verduras y “berries” (cerezas, moras, fresas, etcétera), que sí mejorarán sus precios en el mercado.
·         Dejar de ser parcelario “independiente” para pasar a engrosar las filas de los “asalariados” (dependientes económicamente de un empresario) que sí estará exportando hacia el mayor mercado del mundo (EE.UU.) sus productos en mejores condiciones (azúcar, por ejemplo).

Éste es el valor de la apuesta: ¡todo cuanto conocemos, por todo aquello que aún desconocemos!, en términos de todos los productores agrícolas menores, por supuesto.
Implica todo un proceso “re-educativo” de nuestra población agrícola… algo como aquello que dijera nuestro ex presidente Miguel Ydígoras Fuentes, cuando promulgó la Ley de General de Amnistía de su época: “borrón y cuenta nueva”.
Hemos (porque seguramente, no habrá vuelta atrás) apostado “hacia la esperanza de exportar muchísimo más”, generando con ello la perspectiva de un cambio fuerte (el más fuerte del que tengo conocimiento) en la economía de subsistencia de los guatemaltecos.
Implica también una inmensa oportunidad de financiamiento para el sistema bancario nacional, hacia los micro, pequeños y medianos productores que tomen el reto de “ser independientes”.
En suma, el CAFTA- RD es tan solo el nombre de un acuerdo comercial, que para los grandes empresarios es beneficioso, pero es “temido” por la inmensa mayoría de guatemaltecos, precisamente por su misma ignorancia (general y del acuerdo) y por su temor al cambio.
La apuesta está hecha hacia el logro del control fiscal de “toda la producción guatemalteca”. Hacia el logro de una conciencia de trabajo como país y en beneficio individual, al arrancarnos toda una cultura heredada de nuestros ancestros, en cuanto a la preponderancia de lo conocido en agricultura, frente a todo aquello que la mayoría desconoce, como es el mercado internacional y sus vericuetos, que finalmente es el que determina la macroeconomía de los países.
Como dijera el recordado Abdón Rodríguez Zea: “¡Ánimo!”




Vigésimo ORIFICIO


Luego de las dos anteriores entregas, tuve que aceptar que nuestra sociedad es ininteligible, por cuanto hace valedero el refrán popular que reza: “no se arrodillan ante la tormenta, aunque el rancho les caiga encima” en toda la extensión de su contenido…
Razoné que está tan acostumbrada a ser lo que es, que le es literalmente imposible cambiar, que está tan aberrada y desorientada que, sin ánimo de compararme a Juan El Bautista, soy “una voz que clama en el desierto”, y obviamente el desierto no solo lo es, sino que ¡está vacío!, por cuanto absolutamente nadie denota mínimamente la intención de preocuparse por todo aquello que a mí sí (el devenir futuro de nuestra paria y de nuestra población).
Lanzándome al análisis de la conducta social guatemalteca y sus inquietudes. De la anterior inquietud surge el siguiente análisis:

ORIFICIO

 

La incertidumbre


ENTRADILLA

Actualmente, el problema de liderazgo mundial se ha tornado en una lucha desenfrenada, parecida en mucho a la antigua guerra fría que creíamos extinta.

Para la mente suspicaz de la mayoría, no pasa desapercibida “la sensación de incertidumbre” que nos envuelve de manera vertiginosa por “los primeros síntomas inherentes al proceso globalizador mundial”; lo cual es comprensible porque el pensamiento relativista que impera en el ordenamiento actual se va trastocando hacia una visión que la inmensa mayoría predice, pero que ninguno define con exactitud; creándose de esta manera cierto temor “hacia lo desconocido”, que en términos de lucha de razonamientos lógicos, no podemos “prevenir” en la manera que estamos habituados a hacerlo…
Realmente entendemos que habrá y sucederá “algo”, mas no así su dimensionamiento, ni sus consecuencias futuras y menos aún, el impacto que deberemos aceptar en nuestras propias vidas.
Muchos hacen “previsiones dentro de lo posible”, ahorrando dinero, otros invirtiéndolo para gozar de un mejor futuro, otros más pesimistas “anuncian el cumplimiento de antiguas profecías”.
En suma, todo aquel que escudriña el asunto proclama tener la verdad, cimentando su proceder en razonamientos de todo tipo, que pretenden de una u otra forma, “hacer verdades creíbles y demostrables a los ojos de los demás”.
Por la anterior observación, y dadas las limitaciones de espacio imperantes, no pretendo ser uno más que “proclame su propia verdad” respecto de los efectos que tendrá en cada uno de los habitantes del planeta la ya manoseada idea del proceso globalizador mundial, ni me atrevo a mencionar criterio alguno, respecto a los frutos que se cosechen (valga la metáfora empleada).
Consecuentemente escribo este pequeño, realmente muy pequeño aporte, con la intención sincera de “iluminar en algo” la incertidumbre reinante en sus mentes, en sus corazones, en sus más íntimas esencias como seres pensantes…
Insisto de antemano que no pretendo ni de broma, ser un “iluminado” más… de “esos” (sobre todo neo pentecostales), ¡ya hay muchos!
Lo que primero debemos razonar en cuanto a la mentada globalización, es que ella no es más que otra “corriente de pensamiento mundial”, que derivada de las inmensas posibilidades de comunicación de hoy en día, nos llega, nos envuelve y nos absorbe inexorablemente. Algo como lo sucedido en su época con las corrientes: barroca, renacentista, neoclásica, contemporánea, etcétera.
Las únicas diferencias dignas de mencionarse son dos:
1.    Hoy, las comunicaciones hacen posible que: “todos lo sepamos todo” y gracias a la tecnología (internet), ¡casi inmediatamente!
2.    El sistema económico imperante reduce todo a un valor monetario.

De la primera, hay que comentar que la pretensión de “saberlo todo” está referida tan solo a la información, mas no así al aspecto “formativo” de todos los seres humanos, teniendo como principal logro el traslado de todo tipo de conocimientos entre los humanos; pero, posee el gran defecto de “dar a conocer” a todos, cualquier otro tipo de información deformativa, alienante o aberrada de la realidad.
Consecuentemente el espíritu crítico-formativo, está sujeto al personal sistema de valoración, en cuanto a la información obtenida.
Para que tenga una idea centrada de lo que trato de explicar, me valdré del ejemplo del valor de la información en cuanto a los beneficios de “la meditación” para un budista; el que tenga usted, habitante “no delincuente” del mundo cristiano; y el que pudiera (acaso) tener algún “degenerado mental y/o delincuente”. Aunque se trate de la misma información, es más que obvio que de la misma información tendremos tres diferentes conceptualizaciones y valoraciones, y… la misma información podrá ser útil a estas tres personas, de tres maneras muy diferentes.
En cuanto a la segunda diferencia (que a mi criterio motiva la presente entrega), hemos de reconocer que llegamos al tema aquel que se tocó en la película titulada “La propuesta indecente”, en la cual se cuestiona muy seriamente la validez moral, (no monetaria) de ese gran invento llamado “dinero” que rige y sustenta el sistema capitalista en que estamos inmersos y que unos fanáticos llamados acertadamente por muchos “los policías mundiales” intentan imponer en el mundo “a las buenas o a las malas”, arguyendo todo tipo de argumentos deformados, basándose para ello en verdades a medias y, para colmo, apoyados por el ejército más formidable del que tenga conocimiento la historia humana.
Su líder (y muchos más) de una manera obcecada defienden una muy aberrada definición de “democracia”, que etimológicamente significa “gobierno del pueblo”, muy distante de: “imperio del dinero”, que es lo que ellos (los obcecados) entienden…
El grave problema del asunto radica en que ¡no hay más opciones!, o somos blancos o somos negros, no caben los tonos grises dentro de esta conceptualización. Lo toman, como una guerra: “si no eres amigo, entonces ¡eres el enemigo!”, peor aún ¡creen ser los poseedores de la verdad absoluta!
Todo lo cual nos lleva a polarizaciones que desde un punto de vista razonable son contradictorias, por cuanto (y de acuerdo al pensamiento reinante en el Partido Republicano), la única manera de lograr la prosperidad está en “dejar hacer a los individuos”, pero luego ¡aparecen ellos mismos “imponiendo a sangre y fuego” su sistema político y económico!, “porque es el mejor”, y en boca de ellos: el único que garantiza “la superación del género humano…”, bueno, habrá que preguntarse qué es la superación para ellos, porque la superación no está dada en términos monetarios, sino en términos de sabiduría y calidad humana, aunque tan solo sobrevivan en situaciones de pobreza y extrema pobreza, con sus muy contadas excepciones, desde luego.
Vemos que los razonamientos planteados en cuanto a las diferencias de la corriente de pensamiento globalizadora con sus precedentes, ciertamente no resuelve la situación de fondo en cuanto a la incertidumbre actual; pero sí nos sirve de marco conceptual para visualizar con mejores criterios el acontecer, en términos que nos conduzcan a realizar una valoración mucho más crítica de la información con que “somos bombardeados diariamente” y, por ello caemos finalmente en cuenta que en la actualidad, “la manipulación de la información” nos ha ido alejando cada vez más de nuestra propia naturaleza pensante y crítica, misma que es nuestra característica diferencial del resto de animales irracionales de la creación.
Vemos que el asunto va más allá de los términos económicos y cae en términos filosóficos, lo cual trae como consecuencia un proceso de valoración moral que nos sitúa en planos propios de la Ontología, que dicho sea de paso, no es precisamente del dominio de las grandes mayorías involucradas en el proceso resultante de la mencionada corriente de pensamiento… venimos a darnos cuenta de la manera burda en que nos pretenden vender “un cambio en las relaciones económicas mundiales”, cuando lo que nos venden es algo con implicaciones morales, filosóficas y hasta espirituales.
Realmente entendemos que todos estamos inmersos dentro del mundo y por lo tanto nos duele y hasta insulta en la inteligencia, que seamos tratados como “objetos”, cuando realmente somos “sujetos” del mismo devenir histórico.
Con palabras mucho más simples y fuertes diremos que realmente “nos molesta que haya otros que dispongan de nuestras vidas”, de nuestro ordenamiento social, económico y se critique nuestra valoración moral de la vida, tan solo porque, para ellos, es más importante el dinero que lo humano y, encima de todo, “pretendan” que estamos contra ellos, únicamente porque estamos convencidos que el ser humano es muchísimo más importante, que su aberrado concepto de superación y progreso fundamentado en el dinero.
Entendemos que el dinero es importante y hasta
necesario, pero que no es el fin último que debemos perseguir; antes bien entendemos que el verdadero último fin que se pretende es que, al menos la raza humana adquiera un nivel de conocimientos tal, que le ponga en posición de poder disponer de su propio destino, antes que “aceptar” que otros lo hagan por ellos.
¡Entendamos bien que no estamos en contra del dinero!, ¡estamos en contra de que por hacer dinero, se deje hacer cualquier cosa a cualquiera! (hasta llenar de basura religiosa –si cabe el término– las mentes y el corazón de “sus hermanos”).
Ciertamente no podemos conocer el futuro, pero debemos construirlo en función de un mejor conocimiento, de un mejor raciocinio y de un mejor beneficio para todos, lo cual no se logrará si tan solo y de manera miope nos enfocamos en el dinero.
Concluimos pues, que la incertidumbre que nos agobia respecto del proceso globalizador, no es más que una imposición que para bien o para mal debemos aceptar (puesto que no es posible revertirla), lo cual no es ni desgracia, ni bendición.
Debemos tomar el proceso globalizador, consecuente de la corriente de pensamiento, como una inmensa oportunidad para poner nuestros mejores esfuerzos y conocimientos en función de la superación humana de la sociedad globalizada y no como la “oportunidad de hacer dinero”.
Solamente pensando y actuando de esta manera, podremos hacer valedero el pensamiento sabio que reza: “El hombre es el arquitecto de su propio destino”.
Trocamos pues, la incertidumbre actual ante el proceso globalizador por un ideal. Obteniendo así, un quehacer que nos aparte de la pregunta personal en torno a ¿qué hacer?, que nos mantiene en la actual incertidumbre.

 

 

                                                 Vigésimo primer ORIFICIO

Posteriormente insistí en el fortalecimiento del conocimiento teológico de mis lectores, con la intención de brindarles “algunas herramientas”, para que entendieran mejor sus “temores” y su cotidiano vivir, pudiendo entender desde la perspectiva de la fe católica que profesamos la mayoría no aberrada (aunque hay algunos a quienes denomino: “católicos recalcitrantes”).


ORIFICIO


Nacer es empezar a morir
(29-01-05)

Conforme avanza el tiempo y nuestra vida, vamos dimensionando de diferentes maneras la aseveración que titula el presente, y nos surgen inquietudes existenciales en cuanto a que la hora del fin de nuestra existencia, se acerca inexorablemente.
Lo anterior desata muchas posiciones y los más disímiles puntos de vista que, para efectos del presente, dividiremos en dos grandes grupos para describir su contenido esencial, y nos adentremos “un poco” en su conocimiento y en las consecuencias existenciales que generan, pretendiendo con lo anterior, ayudar de mejor manera –en el mejor de los casos– a otros o sostener y fomentar un crítico y sano razonamiento de altura.
Inicialmente pensaremos en aquellos que afirman –con bases o sin ellas– (los ateos y los seguidores de algunas religiones orientales) que no existe algo o nada más allá de la existencia terrena.
Estas personas –al igual que todos en el mundo– poseen con su manera de pensar: ventajas y desventajas, que describiremos a continuación:
Puesto que poseen la concepción que no hay nada o algo después de la muerte, se ocupan solamente de las cosas de este mundo, consecuentemente se dan dos maneras de enfrentar la vida, –aunque generalmente una mezcla de ambas–.
Hay quienes toman la vida que poseen para “hacer el bien a su mejor entender”, y hay otros que toman la vida para hacer “cuanto les venga en gana”, ya que después de ella no hay nada… generándose así, un inmenso vacío existencial.
Pero también hay otros que creemos que hay “algo y/o alguien” después de la muerte, que nos censurará y/o nos premiará por nuestro actuar en esta vida.
Derivando en “un temor de Dios” (por decirlo de alguna manera) que intento compartir, siempre con la premisa que debe ser visto como resultado de profundas deliberaciones existenciales y que, finalmente, sirven para moldear pensamientos y acciones de la vida terrena.
Ciertamente los americanos que heredamos de los conquistadores españoles una herencia católica y, por desinformación, negligencia o una mezcla de ambas, no nos hemos actualizado en cuanto a nuestras creencias, tomamos una posición displicente en cuanto a que “ya ha sido dicho todo y no hay nada que cambiar”. Lo cual es una verdad a medias, por cuanto si todo en este mundo –creado por Dios evoluciona, la religión no es la excepción, por situarse dentro del mismo contexto evolutivo en que Dios nos situó.
“Los conservadores religiosos” afirman que, deberíamos “conservar la fe y las costumbres”, tal y como nos fueron transmitidas por nuestros ancestros de siglos pasados… ¿en qué época nos desean situar?, para que de esa forma, nos conduzcamos como individuos y como sociedad, ¿acaso no es cierto que la mayoría de las sectas protestantes nos desearían situar en el contexto de la sociedad judía descrita en el Antiguo Testamento de la Biblia?… ¿Acaso no es cierto también, que para la mayoría de creyentes católicos “conservadores”, deberíamos retornar a la época del monacato y vivir en monasterios “alejados de las tentaciones del mundo y de ‘la carne’”, saliendo tan solo a “mezclarnos con la muchedumbre” cuando saquemos alguna imagen en procesión como “penitencia”, “para demostrar nuestra fe” y que somos más numerosos que los “infieles”?… ¡vaya, vaya, como que las creencias aprendidas tienen algo malo!, ¿o no?
Lo que es real, es que la mayoría de americanos, nos confesamos “cristianos” y por ende “decimos” creer en Cristo y su Evangelio (Buena Nueva)… y ¿qué Buena Nueva es esa de vivir en otro tipo de época y sociedad que nos impide acercarnos cada vez más a Dios? ¿Cómo es posible que haya quienes deseen vivir torturados o alejados de sus congéneres y las necesidades de ellos, para “demostrarle” a Dios que son pecadores e imperfectos?… ¿Se equivocaría Dios al habernos hecho pecadores e imperfectos?, o ¿seremos nosotros quienes no hemos terminado de “entender” el significado correcto de “Creación, misericordia y Resurrección”?
Por lo anterior, hemos de concluir que ciertamente Dios “no se equivocó” al hacernos imperfectos, antes bien, nos hizo de esa manera con el objetivo claro de otorgarnos la libertad de que gozamos y en beneficio de nuestra propia superación, ¡como grupo y no solamente como individuos aislados los unos de los otros!
Por ello nos dotó de un cerebro con la capacidad de pensar en los demás antes que en nosotros mismos, por cuanto en caso contrario, es más que seguro que la creación de Dios ya no existiría, precisamente cuando hubiese muerto el último que hubiese sobrevivido, individualmente, ¡por anteponerse a los demás!
Adicionalmente, “el temor de Dios” no consiste en “tenerle miedo”, antes bien es respeto amoroso –porque Él nos ha amado siempre–, tanto así que “envió a su hijo unigénito a nosotros para nuestra salvación”; porque ese mismo Hijo unigénito “no vino a abolir la ley, sino a perfeccionarla y llevarla a su plenitud”, porque nos enseñó que “vino a este mundo para que tuviésemos vida y vida en abundancia”, porque prometió “estar con nosotros hasta la consumación de los tiempos”, porque “no es a nosotros quienes nos corresponde conocer los tiempos del Padre” y porque finalmente, seremos juzgados “por nuestras obras y no por nuestra fe”.
Todo lo cual nos brinda una cátedra de amor y esperanza para esta vida y para cuando estemos en el siguiente eslabón de la cadena que Él concibió para todos y cada uno de nosotros. Consecuentemente, NO DEBEMOS temerle a la muerte, ya que sabemos que estaremos en ese instante, “un poco más cerca” de Dios, que donde estamos ahora.
Lo único que debemos hacer mientras tanto es ser sembradores de esa esperanza, mediante el amor, hecho obras, “a nuestros prójimos como a nosotros mismos”… Después estaremos en la eternidad, ¡Cerca de Dios!



Vigésimo segundo ORIFICIO (Tesina)

 

El pecado

 

Presentación


El presente trabajo fue escogido, luego de reflexionar acerca de “la pregunta más frecuente” que me han hecho las personas pertenecientes a la escuela de teología y por parte de todos aquellos que conocen mi condición de “estudiante de teología”.
Todos(as) ellos(as), me han manifestado en algún momento su inquietud acerca de la conceptualización del pecado -propio y ajeno- habiéndome expresando diferentes criterios, unos cercanos a la verdad y otros alejados totalmente de ella.
Por ello, “de manera audaz de mi parte”, y creyendo firmemente en los conocimientos adquiridos y de forma autodidacta, he decidido abordar el tema del “pecado”, para hacer en un espacio reducido, una seria reflexión sobre su origen, concepción y consecuencias dentro de la creación. Con la finalidad única, de legar un material, que pudiera brindar “algunas luces” para los cristianos que lo lean. En el entendido que serán ellos mismos quienes con “su testimonio de vida” cualifiquen de manera práctica el valor del presente esfuerzo.
A todos, mi agradecimiento por tomar en cuenta este trabajo… Y mis oraciones, para que el Espíritu Santo les guíe en su andar, brindándoles la fortaleza que seguramente necesitarán para enfrentar las diferentes coyunturas que enfrentarán en sus vidas.
Con amor filial:
 Jolie Totò Ryzanek Voldan.

ORIGEN:
Previamente, deberemos concordar en uno de los tres dogmas de nuestra iglesia, en el cual aceptamos que Dios existe, que es creador de todo cuanto existe y que es todopoderoso.
Lo anterior, para ubicarnos en un contexto y, a pesar que lo repetimos en el Credo, derivaremos nuestros razonamientos desde ese punto; en función de las limitaciones de extensión autoimpuestas, en la presente tesina.
En cuanto a la primera parte del dogma (Dios existe), no entraremos en mayores detalles, por cuanto no es el objeto de la presente debatir la existencia de Dios mismo. Y consecuentemente, lo aceptamos sin ninguna restricción.
En cuanto a la segunda parte (creador de todo cuanto existe), debemos aclarar de manera categórica que LA IGLESIA ACEPTA LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES, por cuanto es el resultado de minuciosas observaciones científicas, que NO CONTRADICEN EN NADA, EL MENSAJE QUE LEEMOS “ENTRELINEADO” EN EL LIBRO DEL GÉNESIS, ya que el nombre “Adán”, deriva de la palabra hebrea “Adama”, que significa: origen, (primero), aunque ello implique que fuera un “mono humanoide”. Lo que sí es importante, de la “lectura entrelineada” del Génesis es que: Dios es el creador de todo; no que sea: anestesista, cirujano, reconstructor, escultor de costillas, alfarero, inflador (porque “sopló” el Espíritu de Vida), o como se le quiera denominar. Simplemente es todo… ¡Y mucho más! para no entrar en detalles que nos desviarían del tema que se pretende abordar.
En cuanto a la tercera parte (es todopoderoso), posee intrínsecamente, la aseveración que “lo tiene y lo puede todo”, lo cual nos lleva a colegir que:
·         La creación completa es un gigantesco acto de amor, por cuanto Él se compartió con toda la creación concebida (entendiendo por concebida lo relativo a: “razonamiento”, en tiempo pasado hipotético). Todo cuanto sucedió, sucede o sucederá, es porque Dios lo permite; en palabras bíblicas: “No se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios”.
Los dos razonamientos nos llevan, a escudriñar un poco más allá nuestras concepciones y conocimientos anteriores, llegando a buscar “otras maneras” de conceptualizarnos a nosotros mismos como especie creada por Dios.
De allí, y por difícil que sea de aceptar, la única respuesta valedera que logramos obtener, ante las implicaciones de los razonamientos anteriores, es que “así nos creó Dios”; entendiendo ahora, aquellas palabras bíblicas que rezan: “Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios los creó. Macho y hembra los creó.” (Génesis 1, 27) en su verdadera dimensión.
Acá es pertinente el señalar que una “imagen” es una reproducción tangible o visible de algo, que quien la hace, la crea en su interior y lo expresa de manera tal, que los demás y él mismo pueden visualizar y palpar dicha creación.
En otras palabras, las imágenes que vemos en templos, son solo eso: “imágenes”, no son dios, ni la virgen, ni ningún santo; son tan solo REPRODUCCIONES VISIBLES Y TANGIBLES de ellos; al igual que nosotros lo somos de Dios; lo único realmente diferente, es quien las crea y las hace realidad; para nuestro caso fuimos creados por Dios porque Él así lo quiso (para decirlo de una manera “entendible” para todos).

Entonces, el pecado ¿cómo surge?
Para no equivocarnos, razonaremos con lo que ya expusimos de la siguiente manera: Inicialmente, cuando Dios nos creó, nos creó a su imagen y semejanza, esto es que somos “parecidos” a Dios, pero NO somos Dios. Ya que lo sabemos y creemos: Dios único, desde todos los tiempos. Y “ser semejante” es diferente que “ser igual”.
Dicho “parecimiento” (de parecerse), es entender claramente que somos iguales a Dios, “menos algo” que nos hace imperfectos (si fuésemos perfectos, seríamos iguales). Dicha “imperfección” pues, nos fue otorgada desde la concepción (razonamiento) que tuvo Dios, acerca de compartirse, y realizar la creación entera. Acá es donde queda claro que la imperfección a que hemos estado aludiendo, es parte de nuestra propia naturaleza, porque de esa manera nos concibió Dios, y nos creó así: “imperfectos”
–teniendo como parámetro de perfección a Dios, y que seamos un todo “perfecto” (en términos humanos)-.
El porqué de dicha imperfección, lo entendemos como un “don y no como una desgracia”, o error de la creación, ya que Dios es perfecto… Si nos hizo de esta manera, fue precisamente, para otorgarnos el bien precioso de la libertad… Libertad (libre albedrío llamado por algunos) para que pudiésemos escoger entre el bien y el mal. Entendiendo por bien todo aquello que coadyuva a la consecución del Reino de Dios; y por mal todo aquello que se opone al mismo, que es lo que realmente debe llamarse: “pecado”.

 

El pecado:

Hemos concluido por oposición, que el pecado es todo aquello que se opone al Reino de Dios y ello nos hace caer en la cuenta que dicho razonamiento va muchísimo más allá de cuanto entendíamos por pecado. Que es infinitamente más que cumplir el puñado de reglas y preceptos contenidos en los mandamientos, sacramentos y disposiciones de la Iglesia Católica.
Vislumbramos claramente que hay muchas situaciones en la actualidad, que son pecado y no son vistas como tales; como la injusticia, la miseria, la explotación, la corrupción, el odio, la represión, el pago de salarios injustos, la evasión de impuestos, la imposición de impuestos injustos, el consumismo, el despilfarro, el latifundio, la pasividad ante el sufrimiento, el “hacerse el tonto” ante situaciones que demandan nuestra acción, la pornografía, las drogas y “un larguísimo etcétera”, que por limitaciones de espacio se omiten.
Afortunadamente, nuestros pastores, obispos, –incluido el Papa- nos han señalado el camino con voz fuerte, en las Cartas Pastorales y en los Documentos del Concilio Vaticano II, Documentos de: Medellín, Puebla y Santo Domingo.
Nosotros sin embargo, ¡nos hemos tornado súbitamente sordos ante dichos mensajes! hemos buscado excusas y todo tipo de pretextos… algunos peor, ni siquiera se han dado por enterados de la existencia de tales documentos y llamamientos de nuestros pastores, y hemos establecido un divorcio total y absoluto entre nuestra vida y nuestra fe (Juan Pablo II).
-Reconozco que son palabras muy duras de manejar y más de asimilar, pero igualmente sé que con la iluminación del Espíritu Santo y una fe inquebrantable, ¡lo hará!-

Clasificación del Pecado:
En función de preparar un material útil y práctico para las futuras generaciones de estudiantes de teología, y de todo aquel que lea esta tesina, haré uso de una expresión empleada por nuestras abuelitas para educarnos de niños, que reza: “PECADO ES PECADO”, con ella denotaban que no hay pecados pequeños y grandes, lo mismo es un pecado “venial” que un pecado “mortal” (acorde a la instrucción del siglo XVII que recibieron).
Desde luego que en aquella época de sojuzgamiento y algunas formas de vida que rayaban en la esclavitud, se les impedía hacer razonamientos públicos como el presente, pero gracias a Dios, sus consejos y sabiduría siguen “iluminándonos” hasta a la fecha. Por ello tomaré algunos párrafos iluminadores y concisos que serán de gran valor para todo aquel que desee conocer “lo novedoso dentro de nuestra religión”.
·         PECADO ORIGINAL: “Es aquella tendencia inherente al hombre que le inclina a hacer el mal. Posee una doctrina de cuatro enunciados que son: 1) El corazón del ser humano está moralmente enfermo. Se trata de una enfermedad, sobre todo, de la voluntad (como núcleo de la persona) y solo por eso la voluntad enferma alista la sensualidad en el egoísmo. 2) Esta enfermedad es obra del ser humano mismo. 3) Y comienza en el origen de la historia humana. 4) Esta enfermedad contradice la voluntad de Dios sobre el ser humano”. (Cartilla de Antropología teológica “Mujer nueva, hombre nuevo”. Escuela de Teología Pastoral, Centro Monseñor Romero, UCA 1999. página 23). Si observa lo anterior, no existe ni la menor alusión a la existencia de situación pecaminosa respecto de la relación sexo-genital entre Adán y Eva, que es la razón por la cual se creía que todo aquello que tuviese algo que ver, aunque sea remotamente con sexo, es pecado.
Es por ello que en la Biblia dice: “Dios los bendijo, diciéndoles: “sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.” (Génesis 1, 28)”.

·         PECADO SOCIAL O ESTRUCTURAL:
“Es el pecado que está arraigado en las estructuras de la sociedad. Es el “pecado del mundo” que nos describe el evangelista en Juan 1,29 y que lo define por oposición al Reino de Dios. Es la humanidad organizada en un orden social y religioso enemigo de Dios, un sistema opresor basado en el dinero y en el poder de unos pocos. Dicho pecado del mundo, imposibilita que el ser humano conozca la verdad que Dios es Padre y Justo y, que por lo tanto, todos somos hijas e hijos de Dios, hermanos y hermanas… El pecado es como lanzar una piedra al estanque. La piedra cae en un punto, pero esa caída inmediatamente causa ondas que agitan todo el estanque. El pecado se origina en el corazón humano (pecado personal) pero tiene consecuencias sociales, crea unas “ondas” que afectan a todas las demás personas y se enquista y “entroniza” en la red de relaciones económicas, políticas, sociales, culturales y religiosas de tal forma que el pecado “contamina” toda la sociedad (pecado estructural).” (Cartilla de Antropología teológica “Mujer nueva, hombre nuevo”. Escuela de Teología Pastoral, Centro Monseñor Romero, UCA 1999. Páginas 18 y 19).
Si a la exposición anterior le agregamos las exposiciones de los obispos contenidas en los acuerdos del Concilio Vaticano II, las conclusiones de los obispos en Medellín, en Puebla, en Santo Domingo y las Cartas Pastorales de la Conferencia Episcopal Guatemalteca, tendremos una panorámica del pecado social o estructural; que nos obligará a entender la interdependencia que existe entre nuestros “pecados personales”, que unidos a los pecados de todos, generan una situación social o estructural de pecado.
En aras de una mejor comprensión de lo expuesto, retomaré el ejemplo de la situación de pecado con que se tilda de manera injustificada todo aquello que tenga que ver, aunque sea remotamente con sexo.
Hubo alguien, que ante su carencia de formación teológica y de la manera más irreflexiva explicó a su hijo(a): que todos nos “originamos” de una relación sexo-genital de nuestros padres, y que ello constituye el pecado original, de allí que todos nacemos pecadores porque somos el fruto del pecado cometido por nuestros padres. Conforme pasa el tiempo, se le “educa” con este criterio errado, y finalmente resulta que todos hacen lo mismo (porque todos los seres humanos nos comunicamos e imitamos), teniendo como consecuencia final la condena de pecado generalizada que todos sabemos hacia el sexo y todo cuanto tenga “algo que ver” con ello… Ahora reflexione respecto de algunas preguntas, porque hay muchas más, que conlleva la unión entre un hombre y una mujer:
¿Acaso Dios se equivocó al dotarnos de un “aparato continuador de su creación”?, ¿Dónde encaja entonces la bendición de Dios para que nos multiplicáramos y llenásemos toda la tierra?, ¿Por qué el ministro de la Iglesia bendice, en nombre de Dios, la unión de un hombre y una mujer que van a pecar?, ¿Por qué nos alegramos cuando una pareja se une en matrimonio, si sabemos que van a pecar?, etcétera… Es claro que el resultado nos marcará el error desde su propio origen (cuando alguno “explicó” a su hijo(a) lo que era el “Pecado Original”) , toda vez que como está escrito en la Biblia, la unión de un hombre y una mujer, es bendita de Dios y su resultado (los hijos) se bautizan para que sean parte del Pueblo de Dios (Iglesia). Para que reciban como tales el Espíritu Santo y puedan luchar por sí mismos, contra todos los males de este mundo “injusto”.
El Pecado Social o Estructural, es la consecuencia de los pecados personales del ser humano, pero lo que es verdaderamente grave de tal situación, es que todos estamos inmersos en una estructura de pecado y ¡no nos damos cuenta de ello!, peor aún, ¡hay quienes continúan fomentándola! Debido a su falta de formación teológica o empecinamiento en no cambiar su pensamiento y permitir “que entren vientos nuevos a la Iglesia, abriendo puertas y ventanas”. (Juan XXIII).

Epílogo:
Deseo dejar en todo aquel que haya perseverado en el estudio de estas consideraciones hasta acá, la inquietud de estudiar teología, por cualquier medio calificado a su alcance, ya que es la única manera en que obtendrá una visión clara del mundo en que habita, para entenderlo de una forma integral. Consiguiendo con ello un mejor nivel de vida consigo mismo y con cuantos le rodeen, de manera que, la tan ansiada armonía social, pueda tener un futuro más cercano del que ahora posee, gracias a la “liberación personal” de tantas cosas y situaciones que hoy nos estorban y esclavizan.
Finalizo esta tesina con una oración inspirativa acerca de mi mismo:

Quiera Dios que sea este el carisma de profeta que adquirí cuando fui bautizado.
Quiera Dios que escribir esto sea mi destino, vocación y el plan que trazó para mí.
Quiera Dios que sea útil a mis prójimos, para que descubran el plan que Dios tiene para ellos.
Amén.

 

 


Vigésimo tercer ORIFICIO

 

Prolijocidades


El español es un “lenguaje vivo”, consecuentemente cambiante y evolutivo, según la Real Academia de la Lengua Española.
Debido a ello el título del presente le sonará “rebuscado” o como un “retorcimiento forzado” del idioma, sin embargo mi exposición no girará en torno a situaciones lingüísticas, sino a las situaciones “enredadas” (prolijas) del acontecer coyuntural guatemalteco.
Y es que creo que ningún guatemalteco logra “desenredar” la situación económico-político-social del país, puesto que cuando se adopta una medida económica, se debe basar en decisiones políticas, las cuales a su vez están condicionadas o presionadas por aspectos sociales…
Sin ánimo de ser prolijos y “en buen chapín”, todos vemos que en Guatemala “se viste un santo, desnudando a otro”.
Veamos nuestro pasado reciente como ejemplo vivencial y recordemos que: La tasa de natalidad en nuestro país es una de las más altas del mundo, y lejos de bajar ostensiblemente, como se deseara, se mantiene y ¡eventualmente aumenta!, con lo cual cada día hay más guatemaltecos que demandan cuando menos, alimentos, cobijo y servicios básicos.
El Gobierno anterior (FRG), de corte populista, “hizo cuanto quiso”, ya que fue el primero en la historia electoral guatemalteca en contabilizar más de un millón de sufragios a su favor, y por ello se sintieron “con derecho y mandato” para hacer cuanto desearan…
Como no poseían un Plan de Gobierno definido, asumieron el poder, no porque fuesen populares, sino porque los votaron con la creencia errada que “acabarían” con la espiral delincuencial del entonces, ya que el precedente sentado por su dirigente máximo en el pasado, hacía creer en una “esperanza” por parte de la gente que los votó, en el sentido que se creía que “terminaría con la delincuencia”, cosa que lejos de suceder, encontró en ellos (con muy contadas excepciones) a sus mejores aliados y como dice la sabiduría popular, “el alumno siempre supera al maestro”.
Logrando con la anterior situación, la peor de las gestiones gubernamentales guatemaltecas de nuestra incipiente historia democrática.
Los votantes haciendo uso de su verdadero poder y hastiados hasta el hartazgo de ellos, los cambiaron en su tiempo (dando toda una cátedra de estoicismo), por otros que habían sido consuetudinariamente su oposición política, cual niño que se le pone a escoger entre blanco y negro únicamente, lo cual acarrea ipso-facto, la exclusión de todos los demás colores y todas las tonalidades de grises posibles…
El resultado de la anterior decisión popular, ha sido “irse al otro extremo”, votando a la oposición ¡olvidándose de todo lo demás!, como cuando el niño del ejemplo si posee blanco lo cambia por negro o viceversa… ¿y el resto de tonalidades y colores?, ¡bien, muchas gracias!
En fin, el Gobierno electo NO es de corte populista como el anterior, es un Gobierno (GANA) conformado por empresarios que, como tales, están “habituados a ver tan solo el derecho propio y de ‘sus’ inversiones”… ¿cómo es posible que el guatemalteco los votara?, ¿en qué estaban pensando?, ¿qué esperaban que hicieran?
Los resultados están a la vista: La delincuencia y violencia lejos de disminuir, ha aumentado. Como no son “ellos” los encargados de “impartir justicia”, ¡que sean “los expertos”!; como hay en la cárcel algunos sentenciados que se les han comprobado sus delitos hasta la saciedad, resultando siempre culpables, invocan religiosamente el postulado que “el derecho de vida o de muerte es solo de Dios” y peor aún, “recortan” el presupuesto de los encargados de impartir justicia, arguyendo que deben invertir más en la obligación (olvidada) de brindar educación al pueblo, contenida en la Constitución… y, ¡sorpresa! Se dan cuenta que para realizarlo deben mejorar los pensum de estudios de las materias, porque luego de décadas de atraso están completamente obsoletos; nuevamente ¡sorpresa!, se dan cuenta que no cuentan con personas idóneas y menos las capacitadas para llevar a feliz término la “reestructuración” aludida y, como colofón hilarante del asunto, ¡no poseen los fondos para realizarlo!, por lo cual recurren al endeudamiento interno y externo, “manteniendo una macroeconomía sana”, endeudándonos a todos y, ¡son felicitados por ello!
Realmente la situación tercermundista es sumamente prolija, ya que para el caso no se puede hacer uso de lo dicho por aquel ex presidente guatemalteco (Miguel Ydígoras Fuentes): “Borrón y cuenta nueva”, y debemos realizar los cambios necesarios para cosechar una vida más digna para todos, lo cual es casi
imposible de lograr con una población generadora de una gigantesca explosión demográfica, donde la situación de atraso e incultura, ha sido igualmente generada por la exclusión y los prejuicios ¡desde la época de la conquista española!; dentro de una sociedad gobernada por personas “educadas” (condicionadas) para velar tan solo por “sus” derechos; donde cada cual es víctima del individualismo e igualmente vela tan solo por su muy miope visión del entorno que le conviene, económicamente hablando; en una Latinoamérica sin sentimiento de pertenencia, como conglomerado, a nada, pero que se confiesa “hija de Dios”, permitiéndose el lujo de “aceptar” otros credos foráneos “que aseguren su individual salvación y de acuerdo a su personal ‘libre albedrío’”, ¿los demás?, ¡bien, muchas gracias!, ya que excluyentemente proclaman de ellos ¡que son los condenados de Dios!
Si les preguntamos a unos y a otros ¿qué hacemos? Nos contestan alguna puerilidad, si no una estupidez utópica, aunque lo normal es que respondan con una evasiva en la cual se “ensalcen” (porque realmente se untan) de sus propios y personales logros y conquistas, mismas que al analizarlas han sido de beneficio individual y no para la colectividad social, ¡menos para el país o la región, ya no digamos el continente o el mundo!
En tanto, avanza “la globalización” y nadie puede detenerla, por cuanto es un fenómeno de carácter mundial con un bello disfraz de “cambio económico”, mientras que todo mundo dice entender la íntima correlación existente entre lo político, lo económico y lo social, como ya se ha ejemplificado anteriormente y concluido en su prolijocidad, ¡nadie dice, ni hace nada!, mientras que el reto real estriba precisamente en entender este tipo de prolijocidades que, no por ser prolijas, deban ser desechadas de nuestro pensar y de nuestro quehacer cotidiano.
Es más que deseable que las personas despertemos del “letargo inactivo pensante” para el que fuimos condicionados y en el que crecimos… que dimensionemos (como me enseñó sabiamente mi padre) que “la estatura de una persona está dada, no por su tamaño, sino tan solo por lo que piensa”, por ello pensemos y realicemos acciones que se encaminen hacia “lo prolijo”, hacia aquello que “normalmente” dejamos resolver a “los expertos y técnicos”.
Jamás tendremos la mínima noción de pertenencia con nada, si desde ya no nos culturizamos y principiamos a ver y analizar las situaciones en su conjunto, desechando el pensamiento individualista con que fuimos “educados” (por no decir domesticados).
No podemos ver tan solo una flor, ¡debemos ver el campo!; dejemos de vernos a nosotros mismos y veamos nuestras familias; dejemos de ver tan solo nuestras familias y veamos nuestras sociedades; dejemos de ver finalmente a las sociedades y veamos cuando menos la interdependencia propia del planeta y lo prolijo de las relaciones interplanetarias, entonces y solo entonces, estaremos en la búsqueda real de las soluciones integrales que necesitamos.

 

 

 

Vigésimo cuarto ORIFICIO

¿Existe Satanás o no?

Introducción
Inicialmente, manifiesto mi personal y ferviente deseo de no ser soberbia al exponer de esta manera mi pensamiento y deliberaciones en torno a la pregunta formulada, por cuanto entiendo y acepto no ser la poseedora de la verdad absoluta, como producto último de mi propia e intrínseca condición humana.
Antes bien deseo de manera humilde, pero firme, exponer una posición en torno a la interrogante planteada, en el entendido que su fin no es convencer a ninguno de cambiar su fe, ni sus creencias particulares y, como prueba de lo dicho, me sujeto a las personales observaciones, sugerencias, descalificaciones o correcciones que esta entrega pudiese suscitar.
Pretendo tan solo y de manera escrita (ya que es la manera en que me expreso mejor), dejar constancia de mis personales observaciones y razonamientos, para que ellos no sean tergiversados o mal entendidos, pretendiendo eso sí, “aportar alguna luz” en cuanto al tema que nos ocupa.

La autora.

Consideraciones teológicas iniciales:
·         La Biblia NO es un libro histórico ni científico, sino un libro de fe, en el cual se narra lo acontecido al pueblo judío (porque habitaban la región de Judea –región conocida como Palestina actualmente-)
·         La escritura de la Biblia se inició hacia el año 1850 a.C. (según los historiadores bíblicos más reconocidos y aceptados por TODOS los cristianos), es decir cuando la historia de aquel pueblo judío se situaba en el destierro en Babilonia, luego de ser conquistados por Babilonia (Persia). Quienes por orden del rey Nabucodonosor, capturaron y condujeron a “los principales” al destierro en Babilonia, para que el resto del “vulgo judío” no tuviera líderes que organizaran su propia liberación, siendo sometidos a la esclavitud.
·         La Biblia ciertamente fue escrita por hombres inspirados por Dios, por lo cual es denominada (por los hombres) “Palabra de Dios”.
·         El pueblo judío de aquel entonces –en rasgos generales- no era muy diferente a cualquiera de los pueblos de hoy en día, en su ordenamiento social, ya que poseía clases sociales (clase sacerdotal, clase real y el vulgo –constituido por artesanos, pastores y agricultores-), un ordenamiento social teocrático y patriarcal (en el cual la clase sacerdotal se concebía generalmente como “La voz de Dios” y todos los miembros de una familia estaban sometidos a las decisiones de su patriarca), siendo el único pueblo de la antigüedad monoteísta (que creían en un solo Dios).
·         Aquellos judíos DESCONOCÍAN la escritura (la aprendieron en Babilonia), y guardaban celosamente sus creencias y conocimientos mediante la tradición oral, de generación en generación.
·         Al ser esclavizados, fueron objeto de toda clase de burlas (sobre todo en su creencia monoteísta) por parte de sus conquistadores babilónicos. Por lo cual y ante la separación forzada, de líderes y pueblo, APRENDIERON a escribir su propio lenguaje, de manera tal que sus conocimientos, creencias e historia no se perdieran, ya que poseían la experiencia de cerca de 500 años de esclavitud en Egipto. Iniciándose así la escritura del libro: Éxodo (como núcleo de su fe -y de la Biblia-) por parte de la clase sacerdotal en el exilio babilónico. El siguiente libro escrito por la clase sacerdotal en el exilio fue: Génesis, para transmitir de manera organizada el origen de todo (ellos incluidos), para desvirtuar los “ataques burlescos” de los babilónicos hacia los judíos, aseverándose en su contenido el mensaje central que perdura hasta la fecha: “DIOS ES EL CREADOR DE TODO CUANTO EXISTE”, (ello incluye al sol y la luna –dioses supremos de los babilónicos-).
·         Aceptamos axiomáticamente que Dios es perfecto, consecuentemente “no se equivocó” al dotarnos de un cerebro con la capacidad de aprender y razonar, sino que ordenó que lo empleáramos para dicho fin (Gen. 1, 26-28).

Argumentación Filosófica y Teológica de la existencia o inexistencia de Satanás:
Como consecuencia lógica de las “Consideraciones iniciales” de la presente entrega, nos entendemos –al igual que todo- como creaciones de Dios (Gen. 1,1-ss); reconociendo y entendiendo la creación en su totalidad como el mayor “acto de amor” del que se tenga conocimiento, ya que el mismo Dios se “compartió”, y creó para ello el universo entero y cuanto existe; habiendo escogido al pueblo judío (Ex. 3, 6) para manifestar toda su grandeza, puesto que conociendo la imperfección humana (Gen. 1, 27) y las limitaciones (desconocimiento de la lectura y escritura por parte del “pueblo elegido”) que condicionaban el conocimiento –tal como lo concebimos hoy-, concluimos que la clase sacerdotal del entonces recibió la “iluminación divina” de escribir los relatos, transmitidos anteriormente en forma oral, EMPLEANDO SÍMBOLOS (puesto que estaban esclavizados) que representasen o ejemplificaran el conocimiento que ellos transmitían, ya no meramente como historia –tal cual es definida hoy en día-, sino pretendiendo TRANSMITIR LA SABIDURÍA ADQUIRIDA A POSTERIORI, EN FORMA DE CONOCIMIENTO A PRIORI, PARA LAS FUTURAS GENERACIONES, en cuanto a los conceptos que manejamos en nuestros días, del “bien” y del “mal”.
La anterior exposición es corroborada –siglos más tarde- por Jesucristo -verdadero Dios y verdadero hombre (Jn. 10, 30-33)- al emplear parábolas (ejemplos simbólicos expresados con palabras) para trasladar sus enseñanzas a la humanidad del entonces, de nuestro presente y del futuro.
Todo lo expuesto anteriormente nos sirve de base para pensar de una manera más amplia en cuanto a la lectura de la Biblia, por cuanto si ciertamente “es palabra de Dios”, también es cierto que su “intencionalidad es la de transmitir sabiduría”, lo cual no se cumple si la leemos de manera literal, es decir, si no hacemos un serio intento de descubrir en qué marco histórico de aquel entonces se desarrollaban los hechos; bajo qué circunstancias los diversos autores tuvieron que profetizar al pueblo; pero más importante aún es que descubramos qué quisieron “enseñar para la posteridad” sus autores mientras estaban siendo “iluminados por Dios”; de otra manera o forma de pensar y analizar los acontecimientos narrados en la Biblia, no nos servían más que cualquier escrito motivador en el mejor de los casos. Precisamente por lo anterior es que la Biblia es un libro de fe, una fe que nos lleva a ser cada día más próximos a Dios, a ser más hijos suyos, mediante la práctica de las tres virtudes cristianas que conocemos: “Fe, Esperanza y Amor (Caridad)”.
Así pues, con visión de Fe, Esperanza y Amor, no podemos creer en un Dios “castigador”. Antes bien debemos de creer en un Dios “liberador” (el mismo que liberó a los judíos de la esclavitud de Egipto y todos los acontecimientos narrados en la Biblia), porque nos libera Amorosamente, mediante la Fe y de manera Esperanzadora siempre.
Lo anterior nos conduce entonces a planos éticos que de suyo ya fueron conocidos desde siempre por la humanidad… a la visión intangible resultante de la libertad (libre albedrío, llamado por algunos) inherente e intrínseco de la humanidad misma, es decir al enfrentamiento ético entre el bien y el mal, por una especie de “ley de contrarios”.
Dicho asunto (la ley de contrarios) ciertamente es aplicable a muchas cosas y situaciones, pero lo que vale la pena señalar acá es que los mismos autores de la Biblia, “iluminados por Dios”, HICIERON USO DE DICHA HERRAMIENTA SIMBÓLICA PARA DAR A CONOCER LA VISIÓN DEL BIEN Y DEL MAL a aquel iletrado pueblo judío que se debían y generalmente en situaciones o condicionantes propias de profetas (Los(as) profetas(profetizas), son quienes
“anuncian y denuncian”).
A esta altura del razonamiento, cabe plantearnos las preguntas éticas grandes: ¿somos hijos de Dios o hijos de Satanás?, ¿quién es el creador de todo cuanto existe?…
De sus respuestas le surgirán las preguntas más grandes de todas: ¿Satanás es también creación de Dios?, ¿cómo explicamos entonces dicha creación?
Realmente el dilema se torna prolijo y poco manejable si no se posee una verdadera “visión liberadora” y por ello a continuación expondré la visión liberadora resultante de estudios, meditaciones, investigaciones y esfuerzos efectuados para “racionalizar” esta situación que nos (cuando menos a algunos) cuestiona de manera existencial:
Cuando Dios llevó a cabo la creación (Gen. 1,
1- 31), y nos creó a su imagen y semejanza (Gen. 1, 27) nos otorgó “la imperfección” (teniendo como parámetro de perfección a Dios) de ser semejantes a Él (no iguales, para conservar la concepción monoteísta); en el versículo siguiente (Gen. 1, 28) nos otorgó “la Libertad”; en los siguientes dos versículos (Gen. 1, 29-30) dónde ejercerla y finalmente vio que “todo cuanto había hecho era muy bueno” (Gen. 1, 31). Todo lo cual viene a confirmar nuestros propios sentimientos de pertenencia, origen y destino (o que creemos tuvo Dios).
Consideremos pues y de manera rápida y somera algunos aspectos e implicaciones de estos 5 versículos tan importantes y poco dimensionados por la generalidad:

-          Axiomáticamente somos imperfectos, porque si fuésemos perfectos ya no sería uno nuestro Dios, sino que por reducción al absurdo todos poseeríamos dicha condición y no existiría la condición humana, sino solo la de dioses.
-          Axiomáticamente somos libres, porque al no ser perfectos DEBEREMOS ESCOGER SIEMPRE ENTRE EL BIEN Y EL MAL (lo cual está demostrado, no es tan sencillo como llevar a la práctica -en cualquier época y/o contexto- lo escrito en la Biblia de manera textual)
-          Axiomáticamente ejercemos la libertad doquiera que nos encontremos, ya que siempre estaremos inmersos dentro de la realidad en que nos encontremos.
-          Igualmente somos axiomáticamente “buenos” tan solo en la medida que ejercitamos “ordenadamente” la libertad determinada, para compensar nuestra imperfección. Acá descubrimos el origen el resabio popular que reza: “ORDEN ES LA PRIMERA LEY DEL UNIVERSO” y deducimos que pueda tener su origen el concepto del mal, concebido como el “desorden para hacer las cosas” (es decir, mal es todo aquello que atenta contra la creación divina –en términos teológicos-).

Fue entonces necesario que el mismo Dios mantuviese un “orden” para la creación misma, para que ella tuviese cuando menos, la oportunidad de ser calificada como “buena”, ya que de otra manera no existiría tal como la conocemos y, consecuentemente no podríamos calificarla. Tal vez y con ojos de fe no tendríamos las cualidades físicas que poseemos, por cuanto en un principio posiblemente hubiésemos tenido que “esperar” que Dios creara el sistema Solar o la Tierra, por ejemplo, etcétera.
Un ejemplo real y conocido por todos de lo anterior lo constituye la “Misión Apolo”, en la cual tres astronautas norteamericanos (de apellidos: Armstrong, Collins y Aldrin) viajaron a la Luna y retornaron exitosamente, acorde a lo planeado y ordenado… ¿ya se pusieron a pensar en el tipo de “tentaciones” que pudieron haber experimentado en su momento cada uno de ellos?, ¿qué tal si Collins hubiese sido “tentado” (¡y quién sabe si no fue así!) a bajar él también a la luna?; ¿qué tal si Aldrin hubiese querido ser el primero en pisar el suelo lunar (para ser él, el “Cristóbal Colón Lunar”)?; ¿qué hubiera pasado si Armstrong hubiese plantado la bandera de Estados Unidos de cabeza? (el movimiento hippie del entonces lo hubiera justificado); ¿qué tal si Aldrin o Armstrong se hubiesen disgustado por cualquier causa mientras estaban en la Luna?, ¿qué tal si como resultado de dicha situación y a falta de armas se hubiesen apedreado?… Suena hasta hilarante mencionarlo, pero sirve para ejemplificar y dimensionar lo que significa el orden en todo cuanto se realiza.
La exposición anterior nos lleva así, a un conocimiento a priori de los conceptos contrapuestos de bien y de mal. De los cuales y en vista de lo escrito en la Biblia (Gen. 1, 31) automáticamente “asociamos” el concepto del bien con Dios (Dios es todo cuanto podamos imaginar, no simplemente el bien)
¿Acaso la opción por el mal no es también el resultado de la “libertad inherente” a la creación?, entonces ¿qué razón de ser tienen “los malos” en la creación divina?… Respuesta simple por contraposición, ¿conoceríamos el bien, si no conociéramos el mal?… Analice la situación del mismo Dios al entregar las Tablas de la Ley a Moisés (Éxodo 20) ¿para qué incluir un mandamiento de “no matarás” si nadie hubiese matado antes? (se contradiría lo descrito anteriormente cuando Caín mató a Abel) y así sucesivamente con lo demás… ¡El mal y el bien, existen desde la mismísima creación!; “contraponiéndole sin mayor razonamiento” el concepto del mal por simple antonomasia (simplemente porque sí).
Pero el asunto no finaliza allí, por cuanto reconocemos que Dios existe y dentro del mismo relato del Génesis más adelante, se nos presenta al mal simbolizado por “la serpiente” (Gen. 3, 1) y, a lo largo de la Biblia recibe muchos nombres como: Satanás, Belcebú, Diablo, Maligno, Tentador, etcétera, todos los cuales sirven solo para referirse a “aquello” conceptualizado como el mal, tal el caso de malas decisiones, tentaciones impropias, preferencia por las cosas superfluas (mundanas), espíritu de rebelión contra Dios (Job. 2, 1) y muchas más que sería largo enumerar.
Pero observemos que es aquí cuando, ¡NOS DAMOS CUENTA QUE EL MAL ES UN CONCEPTO, NO UNA PERSONA! Y por ello es denominado con nombre(s), pero ello no significa que posea una presencia existencial y personal como la de los demás protagonistas de la Biblia, tal el caso de
Moisés, Abraham, Jesucristo, etcétera.
Conclusiones:
1.    La libertad de nuestra existencialidad, obedece a nuestra “imperfección”. (teniendo como parámetro de perfección a Dios)
2.    Existen como concepto el bien y el mal de manera contrapuesta por el hombre, no por Dios.
3.    El valor existencial y personal es otorgado únicamente a personas tangibles y a Dios (Yahvé), no a conceptos.
4.    El valor simbólico es empleado para referirse a todo lo intangible de manera existencial, consecuentemente para Satanás en cualquiera de sus denominaciones. Aseveración confirmada con la manifestación existencial del mismo Dios, mediante Jesucristo.
5.    El lenguaje de parábolas empleado en la Biblia tuvo en su tiempo el sentido de “decir cosas censurables”, situación que logró que “La Voz de Dios” siguiera transmitiendo sabiduría a la posteridad.
6.    La Biblia fue escrita para enviar un mensaje de “sabiduría divina”, no para narrar de manera histórica lo acontecido a un pueblo de la antigüedad y los personajes que lo conformaban. Consecuentemente nunca debe ser leída y tomada de manera literal, si es que se desea “absorber” la sabiduría que transmite y teniendo en cuenta el contexto coyuntural del pueblo protagonista.
7.    Consecuencia de las conclusiones 2,3 & 4, Satanás (o cualquiera de sus nombres) existe como símbolo (representación parabólica –de parábola-) del concepto filosófico del mal, nunca como persona, por cuanto NUNCA se ha manifestado de manera personal y existencial, como sí lo ha hecho Dios y las personas, en su misma existencialidad física.

Apéndice para la lectura del libro de Job: (COPIA TEXTUAL)
“El poema de Job encabeza los libros de la sabiduría de la Biblia. Es mucho más que una “historia”, pues ahí se ponderan los grandes interrogantes de la condición humana. Las desventuras de Job, que, después de colmado por la existencia, se ve reducido a la más extrema miseria, no son más que un pretexto para llevarnos a reflexionar sobre lo insatisfactoria que es la vida del hombre en la tierra. El sufrimiento y la muerte no serían tan escandalosos si no hubiera el escándalo de la ausencia de Dios: él huye de nuestra mirada, y también se niega a hacer justicia en nuestro mundo.
No por casualidad Job es presentado como un hombre del país de Us, que no pertenece al pueblo de Dios. Job no conoce a Moisés ni a los profetas, así que puede hablar a nombre de la humanidad entera, y no solamente de los creyentes.
Job no necesita más que contemplar la creación para creer en Dios y su providencia, pero no ha visto a Dios, el que tampoco le ha hablado. Y por más que se reconozca a sí mismo como la obra de Dios, sus percances le dan para pensar. Se da cuenta que solamente una explicación con su Creador le permitiría ubicarse en el lugar que le corresponde y, por más que busque esa apertura, no la encuentra.
Las denuncias de Job son una manera de clamar a Dios con toda la fuerza de una esperanza insatisfecha y, al final, Dios tendrá que manifestarse.

El libro de Job

El punto de partida del libro de Job es un relato popular que encontramos en las primeras páginas y en las últimas (1, 1-2,13 y 42, 10-17): la historia del santo hombre Job. Yahvé lo había puesto a prueba, quitándole todo, y a pesar de eso se había mantenido fiel. Al final, Dios le devolvía todos los bienes con creces.
Esta moraleja podía parecer demasiado simple. Entonces el autor del que no conocemos el nombre volvió sobre el tema en los diálogos que ocupan los capítulos 3-41. Allí otro Job muy diferente al primero denuncia la condición humana, y sus tres amigos le oponen las respuestas de la sabiduría tradicional.” (FIN DE LA COPIA TEXTUAL)

Consideración específica:
En (Job. 2,1) leemos: “Otro día en que vinieron los hijos de Dios a presentarse ante Yahvé, se presentó con ellos Satán.”
Con la luz de lo expuesto con anterioridad, interpreto que se presentaron ante Dios sus hijos, tal cual son de imperfectos por su misma condición humana, es decir, con todo lo bueno y todo lo malo que son (como lo que sucederá “al final de los tiempos”).

Personalmente creo que el texto es un anuncio que el ciclo de la creación divina es “Cíclico” y se anuncia la llegada de los hijos al Reino de Dios proclamado posteriormente (en la Biblia) por Jesucristo. Lo cual obviamente será motivo de otra consideración y con una óptica esperanzadora (nunca “castigadora”) y en términos de una auténtica Teología Liberadora. 

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