ORIFICIO
(Recopilación)
Jolie Totò
Ryzanek Voldan.
Introducción
Una de las tareas más difíciles para
cualquier ser humano es escribir de manera coherente y entendible para que
quien lea sus pensamientos, deliberaciones y puntos de vista, esté en la
capacidad de visualizar lo que el autor quiso.
Aún más difícil es encontrar quien
se lance a la empresa de publicar los escritos producidos, por cuanto nadie
puede prever el resultado económico de semejante empresa, y menos la opinión
que en los lectores provoque. Obteniéndose como producto del quehacer literario
y periodístico un producto apreciado por muy pocos y… la mayoría de las veces,
una enorme frustración de los productores y financistas de tan quijotescas
empresas.
Sin embargo y pese a todo lo
descrito, hay personas “que nos fascina escribir y que nos es
literalmente imposible permanecer impávidos ante la coyuntura de nuestro
acontecer histórico” y, presas de un indescriptible embrujo, nos lanzamos a
la tarea de plasmar en papel nuestro pensar y sentir, imbuidos de una tremenda
“esperanza y fe” para que nuestros escritos sean conocidos por otros.
Por lo anterior, deseo dejar clara
constancia de mi sincero y profundo agradecimiento a quienes hacen posible esta
pequeña entrega; ya que de no ser por ellos, las mismas continuarían siendo
“otro archivo electrónico desconocido”.
Sinceramente, ¡gracias!
La presente “recopilación” obedece a
la inquietud de “hacer llegar a más personas” mis deliberaciones y
razonamientos ante diferentes coyunturas de épocas diferentes de mi vida.
Por ello, y para su mejor ubicación
se antelará una nota introductoria a cada escrito, para que el lector pueda
ubicarse en el contexto de la historia guatemalteca donde surgió el
razonamiento o deliberación que se desea compartir.
Anticipadamente ¡gracias! a usted
por tomarse el tiempo de leer, y sobre todo mi felicitación por pretender
acrecentar su acervo, al enterarse de opiniones y razonamientos enfocados “desde
otra óptica”, aunque se refieran a lo mismo que ya está enterado(a) por otras
fuentes o como producto de su personal experiencia o raciocinio.
Génesis
La historia del apelativo ORIFICIO
se remonta a la manera “picaresca guatemalteca” de referirse al
diminutivo sin apego a la regla gramatical de mi nombre (de varón) de pila
(Eloy); puesto que es el único que me pusieron mis padres las alternativas para
emplear otro nombre se veían reducidas al imposible, por lo cual con carácter
jovial me acostumbré a responder a la mencionada forma de llamarme, tomándolo
como una forma cariñosa de referirse a mi persona, toda vez que yo era llamado
por mi nombre “de manera cariñosa”, generándose así todo tipo de situaciones
simpáticas que no viene al caso contar, mas sí fáciles de imaginar…
Con el transcurrir del tiempo me
enrolé en el mundo de las ventas y, como era de esperar, llegué a ser compañero
de ventas de un ex alumno de mi padre (él fue maestro toda su vida), por lo
cual en medio del jolgorio característico de las reuniones de vendedores, hubo
uno (Gerber López) quien al momento de mi llegada a una reunión, me llamó con
fuerte voz, vociferando: “¡Eloyito!”… escuchándose algunas risas en el salón,
mientras las miradas se dirigían mi persona, para observar mi reacción ante tal
llamado…
Haciendo uso de todo mi aplomo
(puesto que al igual que todos yo era vendedor), respondí con voz estentórea:
“¡Orificio con cariño vos!”… provocando una carcajada unánime en
los presentes (como 40 entre vendedores y gerentes). Desde aquel momento me
“auto-bauticé”: Orificio. Algunos de los presentes aquella mañana
aún me llaman cariñosamente: “ORI”.
Esa capacidad de escudriñar las
mentes de los demás me llevó a escudriñar la mía, buscando otras implicaciones
del vocablo Orificio, por lo cual conocí que se aplica a un
agujero pequeño en una superficie que permite atisbar lo existente al otro lado
de la superficie en que se sitúa… Ello y mi vivencia narrada, me ha llevado a
nombrar así mis escritos y los espacios cuando soy publicado. Pretendiendo
atisbar mediante un orificio,
“aquello que existe al otro lado”… Pretendo que usted “se atreva a atisbar
aquello que le muestro”… Deseo en suma, que mi paso por este mundo deje una
“huella en su consciencia” y que ella sirva a las nuevas generaciones para
demostrar que “existe un sitio diferente hacia el cual podemos atisbar
siempre”.
Mi estancia en las aulas de la
Universidad de San Carlos de Guatemala (1969-1971) logró que, en compañía de
algunos amigos, tuviésemos la quijotesca idea de “dar a conocer nuestro pensar
a los demás” mediante la edición de un periódico, llamado El Universitario.
En él se publicaban noticias de la
Usac, correspondiéndome ser el corresponsal en la Facultad de Ingeniería, y fue
en él donde “hice mi irrupción en el mundo de las letras”, empleando así de
manera pública el identificativo de mis escritos: ORIFICIO.
Primer ORIFICIO
En mayo de 1970, publiqué un
artículo de opinión titulado: Guatemala se hunde ¿y tú qué haces?, que marcó mi visión al
momento de escribir, por cuanto principié a tocar puntos morales en las
personas, en el sentido de señalar lo estéril que resultaba el estudio y la
preparación académica, si no estaba en función de los demás…
Del artículo me quedó únicamente una
copia que transcribiré seguidamente, sin dejar de manifestar que los halagos y
críticas que el artículo suscitó los guardo en lo más profundo de mi ser, ya
que fueron ellos el acicate que templó mi carácter “para iniciar la función
crítica coyuntural referida a las personas y sus valores”, que he mantenido
hasta la fecha y que posiblemente me cueste la vida…
ORIFICIO
Guatemala
se hunde ¿y tú qué haces?
Pues bien compañero ¿qué has hecho?,
estoy plenamente seguro que la gran mayoría contestará que nada; ¿y por qué?,
sencillamente porque los profesores de la universidad no lo han exigido; o
porque no te ha quedado tiempo para ello, en el mejor de los casos, mientras
otros ni siquiera lo han pensado. Sí, compañero, me refiero en estas líneas a
lo que has hecho para que tu Guatemala sea un poco mejor de lo es en los
aspectos: educativo, cultural, social, etc. en resumen, en todos los ambientes
que se desarrolla; y por ende, del que tú también eres integrante.
¿Alguna vez has consultado las
estadísticas, que de paso sea dicho, son bastante inexactas, acerca del índice
de analfabetismo y desnutrición? Si lo has hecho, te has dado cuenta de los
serios males que aquejan a nuestro pueblo, y es justo preguntarte: ¿Por qué no
ayudas en algo?, ya que de gota en gota se llena un cántaro, ¿estás esperando
que vengan otros y lo hagan por ti?, pues bien, hoy te digo que esos otros
pensarán de igual manera que tú, y si seguimos en estos términos, Guatemala
nunca saldrá del hoyo en que se halla sumida.
Es tiempo ya que nos dejemos de
tonterías, de habladas y de demagogia, pues de ello, largos estudios se han
realizado, se ha proyectado, se ha hablado, se ha dicho, en fin de todo tipo de
cosas, menos en llevar a una feliz realidad las ideas que los “dizque”
universitarios “pioneros de la juventud”, se achacan como si ellos fueran los
que con su contribución fueran a cambiar el mundo. Si ello es cierto, ¿qué ha
pasado que los frutos no se ven?, le decimos a la gente que con nuestro voto y
voz podemos cambiar el mundo… si ello es cierto, empeñémonos en lograr, al
menos en parte, lo que tanto predicamos y decimos con toda la boca: forjemos
una Guatemala con menos hambre, con menos desnutrición con menos analfabetas;
en fin, con todo el potencial con que la deseamos ver, ya que de lo contrario
nos seguiremos sumiendo aún más en el sepulcro del subdesarrollo; aunque haya
cientos de profesionales que con sus múltiples conocimientos de técnicas o
ciencias los acredite como “Sabelotodo” en “X” rama, y son la fuerza motriz del
engranaje de la nación se compenetren de su obligación para con el conglomerado
donde viven.
Dense cuenta que ya ocupamos un
deshonroso segundo lugar en el mundo en índice de analfabetismo con la
“gloriosa” marca del 72.2%.
Que los indígenas del occidente de
la república poseen un “ingreso anual” menor a los 80.00 quetzales.
Que cada día es mayor el número de
personas que sufre de inanición, etc.
Exhorto con este, a que todos los
universitarios unidos con la bandera del servicio a nuestra tierra, procuremos
remediar la situación.
Segundo ORIFICIO
Durante el año de 1986, siendo un joven
inquieto y consciente de la realidad en que se desarrollaba la cotidianeidad
guatemalteca, habiendo tenido la dicha de poseer (hacía 19 años) como maestro
de Sociología al licenciado Santiago López –ex presidente de A.E.U.,
posteriormente asesinado–; la herencia de mi padre en cuanto al “gusto por las
letras” tuve un arranque en mi persona, ya que el país recién nacía a la vida
democrática, al final de años de enfrentamiento fratricida, con una guerra fría
galopante, pero ¡con mucha fe en sí misma!, surge el presente artículo que fuera
publicado por el matutino Prensa Libre,
aun cuando el mismo, fuese un escrito de un joven idealista, inmerso dentro del
campo laboral.
El siguiente artículo ha sido
seleccionado como muestra de los primeros escritos publicados; pero pese al
paso de los años, nos cuestiona esencialmente, en cuanto a nuestro proceder
ante situaciones de nuestra cotidianeidad.
ORIFICIO
¡Figúrese usted! (Prensa Libre, 01-07-1986)
No
pretendo decir cosas que no se conocen, sino “desenredar” un poco la situación
que vivimos, de tal manera que todos y cada uno de los que nos desenvolvemos en
esta ya caótica situación, la comprendamos mejor; y en función de ello
adoptemos el papel que en realidad nos corresponde.
¡Figúrese usted! Que grosería el
alto costo de la vida, inflación, baja en la producción ¡y cien cosas más! Lo
que en realidad es que a cada día y a cada momento andamos como el cangrejo,
hacia atrás. Todo mundo comenta y sufre lo mismo, algunos lo entienden y otros
no, pero eso sí, todos lo sufrimos en forma cotidiana. ¿Cómo no quieren
que estemos mal?, si todo mundo piensa que democracia y libertad es lo mismo
que: “ahora es cuando”. Los sindicatos piden aumentos, los patrones no los
otorgan, el Gobierno recibe “la guayaba” en quiebra y con deudas que hasta
nuestros bisnietos estarán pagando, no hay dólares con que pagar las
mencionadas deudas, ni para importar lo indispensable y, para colmo, como nadie
está contento, todo mundo dispone realizar paros y huelgas, ¡hoy si que estamos
amolados!
Pensemos pues, para intentar
comprender un poco la cosa en un ejemplo sencillo: Un almacén cualquiera (de
telas por ejemplo)
Primero: Es
el dueño en primer lugar, quien dispone “arriesgar” su dinero en el negocio,
con el único fin de percibir ganancias, por lo tanto, los negocios se
planifican para eso: ganar dinero no para “salir tablas” ni para perder.
Basado en lo anterior, pensemos en
el patrón, no como un monstruo, sino como alguien que para ganar dinero
necesita de empleados, y sindicalizados o no, los necesita, porque es obvio que
solo él no podría hacer lo necesario para que el negocio funcione, pero debemos
dejar bien claro que lo único que él desea es ganar dinero, no enemigos ni
problemas, por lo tanto en la medida que le queramos quitar dinero, en esa
misma medida se desalentará y en un momento de cólera, podría disponer
inclusive el cierre del negocio, y los únicos perjudicados seríamos nosotros,
puesto que él invertirá su dinero en otra actividad mejor (además ¿qué
necesidad tiene de “meterse” en cosas de política y problemas sindicales? Ninguna).
Segundo: Si
vende la yarda de tela a Q8.50 (suponiendo), es porque de yarda en yarda
vendida, sacará para pagar local, luz, agua, vitrinero, vigilante, salarios de
dependientes, el costo de la tela, etcétera y, además, su ganancia, esto
quiere decir que invierte como Q250.00, para cubrir con la diferencia los
gastos, toda vez que vendan toda la pieza de tela ¿y si no?, lógicamente
pierde. Por lo tanto, no depende del dinero, sino de su astucia para comprar,
vender, encontrar personal calificado para vender, Etc. y garantizar que el
dinero regrese con ganancia.
Si ello no tiene su mérito y
cualquiera lo puede hacer, mañana pongamos todo nuestro almacén y que no haya
empleados sino solo patrones.
Tercero: Luego
viene el Gobierno, y porque recibe “la guayaba” en quiebra, impone más
impuestos, y dispone que dado el alto costo de la vida, se debe otorgar un
aumento salarial a todos los empleados, además, gracias a la corrupción
(que no es otra cosa que robo) todo el Gobierno y sus empleados generan un
gasto HORRIBLE en gasolina, diesel, luz, dinero, viajes inútiles, esfuerzos,
burocracia, y lo peor, en tiempo, ¿no lo cree?…
Láncese a montar cualquier negocio,
y verá cuán difícil es crearlo legalmente. Pese que es una nueva fuente de
trabajo y posible ingreso de dólares al país. Por si ello fuera poco, como buen
pobre “intente” conseguir el capital en un banco o financiera, ¡verá cómo le
piden hasta la cama donde duerme como garantía, y algo más!, si acaso disponen
escucharle, si no, ¡no!
Total, todos quieren, todos desean,
algunos actuamos, pero la gran mayoría creen que es fácil… la realidad es otra,
son derrotistas que no logran llegar al final por su falta de fe y confianza.
Por falta de buscar la manera y porque se dan por vencidos antes de haber
principiado, saben que es más fácil pedir y exigir que les den lo que desean,
antes que luchar por ello.
Piense así: ¿Cómo le va a aumentar
el sueldo su patrón a todos los empleados, sin que aumente el precio de lo que
vende?… ¡Y aún hay locos que pretenden “que bajen los precios”! cuando todo
está cada día más caro… No se necesita “democracia”, se necesita “magia”, que
no es posesión de los patronos, sino de todos, ¡si de todos!… ¿Quieren aumento
de sueldo y seguir vendiendo lo mismo?… El patrón querrá dárselos, pero ¿de
dónde va a sacar el dinero para pagarlo? Si no de lo que venda el almacén, si
no vende más, tampoco ganará más, y por lo tanto no podrá nadie ganar más.
¿Quiere mayor salario? ¡Trabaje por el!, no piense que vendrá el maná del
cielo.
¿Qué pasaría si dentro del
“paquetazo” hubiera una disposición que rezara que todos ganaran por
comisión y se suprimieran todos los salarios fijos, y que se prohibiera la
importación de vehículos de lujo, y que solo se importaran los de uso
agrícola, los transportes que fuesen movidos por diesel y que no hubiese picops
de más de 1,500 c.c. como máximo?
Se generaría lógicamente desempleo
para los que venden lujo, pero ganaría Guatemala en consumo de combustible, y
como corolario importantísimo, todos trabajaríamos más, puesto que quien
no lo haga, tampoco tendrá salario.
El grave problema de Guatemala, no
estriba en la crisis, sino que ES EL ÚNICO PAÍS QUE SE COMPORTA COMO SI NO
ESTUVIESE EN CRISIS, seguimos comprando y vendiendo lujo “presumiendo con
sombrero ajeno” cuando en casa no hay para comer (¡claro la mujer aguanta con
todo!)
Si en realidad queremos salir de
donde estamos, leamos comprendamos y actuemos como corresponde,
vendiendo más, produciendo más, exportando más, y sobre todo ahorrando más (en
toda actividad y gasto), por insignificante que parezca, de centavo en centavo
se hacen los quetzales.
Le apuesto que cuando principió a
leer el presente, ni se imaginó “la jaboneada” que contenía, ¡figúrese usted!
Tercer ORIFICIO
Durante el inicio del primer año del
peor Gobierno que recuerda la historia patria (2000-2004), la situación de
exclusión generalizada no había mejorado absolutamente nada, lejos de ello, los
“ejércitos de hambrientos” habían aumentado, por cuanto nadie había hecho nada
al respecto y la población siguió creciendo “desmesuradamente normal”. En este
marco, los señores diputados al Congreso de la República, como primera
disposición de su mandato, se “auto otorgan” un jugoso aumento de salario,
aduciendo que ellos “son funcionarios y que no es posible que haya otros
funcionarios (muchos nombrados por ellos) que perciban mejores salarios que
ellos”(¿?)…, ante lo cual la sociedad guatemalteca quedó estupefacta y, como
cosa fuera de lo común, se unió en una protesta generalizada. Sin embargo,
“contra viento y marea” el insultante aumento salarial fue hecho efectivo y “no
hubo poder” que lo detuviese… ¡finalmente, así es Guatemala!
Orificio no fue la excepción, al
sentirse insultado en su dignidad con la disposición y, retomó su única arma: ¡la
pluma!, para hacer un llamado general, en el sentido que si el aumento fue
“auto otorgado”, que al menos “se hiciera buen uso de él”, por lo cual publicó
el siguiente artículo:
ORIFICIO
Camino: (LA HORA, 03-07-2001. Pág. 04)
Pensé durante varios días, respecto
de actitudes cotidianas, sus fundamentos y consecuencias. Llegando a la amarga
conclusión, que muchas veces ni cuenta nos damos de la magnitud de las
consecuencias de nuestras propias decisiones y, posteriormente nos lamentamos
de todas ellas, “sin que podamos regresar la película” (es decir, sin poder
enmendar la: “metidota de pata” que hemos dado). Debiendo conformarnos, con la
aceptación de nuestros propios errores, en algunos casos, y en otros con la
ACEPTACIÓN DE LOS ERRORES DE OTROS; con el consiguiente sentido de frustración
e impotencia; que cuando se hace de todos es: frustración colectiva.
Es innegable que, a estas alturas,
la “colección de metidas de pata” que ha dado la humanidad es incontable. Por
lo que sin pretender ser uno más de tantos que se conforman, me puse a pensar
que seguramente habría alguna manera, en principio, de “desandar” el mal camino
que llevamos, ya que el abismo se encuentra muy cerca de nosotros.
Realmente no creo que alguno vea
algún signo que las cosas mejorarán; sino que antes bien, todos ven las cosas
cada vez peor. En fin, he llegado a un punto de partida que parece ser el más
idóneo y cuerdo que puedo enunciar, y consiste en la premisa, que es
precisamente el espíritu emprendedor, el que nos irá marcando el camino de la
corrección de los males que nos aquejan, toda vez (no hay medias
veces en castellano) que poseamos una gran dosis de servicio y entrega
hacia los demás; honestidad con nosotros mismos y con los demás y la hidalguía
necesaria para hacer que todos podamos marchar a la búsqueda de un mejor
futuro.
El real problema radica en que la
sociedad individualista que prevalece, ha llegado al extremo de
“individualizarnos tanto” que ha hecho realidad el famoso pensamiento de
Napoleón, que reza: “divide y vencerás”, llevándonos a una ruptura tal, en que
cada cual “reza para su propio santo” o sea que solo le importa él y nadie más
que él. Dándose casos de lo más triste al respecto, y que en realidad a mí en
lo personal, no dejan de tocarme en lo más íntimo del ser; tal el caso de
las personas cuyo único delito ha sido nacer de padres que son víctimas de la
exclusión del sistema y la discriminación de nosotros “los iguales que
ellos” (recordemos que todos somos hijos de Dios y con la misma dignidad) ¡cuántas
personas mueren de hambre diariamente y ¿cuál es el sueldo que percibe un
diputado, entre dietas, salario, viáticos, exoneraciones y gastos?!, y ¿los
demás funcionarios?
Realmente, no vale la pena ni
principiar a hacer la evaluación planteada, el resultado será aberrante para la
raza humana. No hay palabras para describir la vorágine que diariamente
acontece ante la mirada desentendida de todos y cada uno de nosotros. Pareciera
que el patrón a seguir fuera: MIENTRAS NOS SEAS VOS, ¡QUE TE IMPORTA! Y… ¿la
igualdad aludida de ser todos hijos de Dios? Y… ¿la igualdad ante la ley que
protege la vida y al ser humano? Y… ¿el “amaos
los unos a los otros, como yo os he amado”? Y…. ¿la obligación del Estado
de velar por el bienestar de la población? Y…. ¡todos haciéndose de la vista
gorda!, mientras no sean ellos a quienes les toque. ¡De verdad que da cólera!,
¡hasta dónde hemos llegado sin darnos cuenta! (en el mejor de los casos; y
dándonos cuenta ¡peor!).
La realidad es que a nadie parece
importarle el asunto, por cuanto “no es con ellos” o porque no hay fondos para
semejante empresa, acaso ¿mañana si los habrá?, ¡lo más seguro es que no
habrá mañana si no empezamos a hacerlo hoy!
No podemos permanecer impávidos ante
semejante amenaza, ¡basta ya! de argumentaciones y discursos, debemos actuar
para evitar que más gente muera por el pecado de haber nacido de padres pobres
económicamente. ¡No basta sentir lástima! Debemos por lo menos, organizarnos
para exigir siquiera: el derecho fundamental a la vida. ¿Qué tal
sería, si cada diputado o funcionario “adoptara económicamente” a una familia
de su departamento o distrito electoral y la cuidase, como cuida la propia?
¿Qué tal sería que le buscara empleo
al jefe de casa (aunque no fuera del partido)?, que “sostuviera” el hogar
cuando el jefe se quedara sin empleo, que velara por el acceso a una buena
educación para padres e hijos., ¡Que juntos fundaran una nueva empresa! para
poder beneficiar a otras familias en circunstancias similares, y pudieran
generar no solo empleo, sino que generarán riqueza nacional, fomentando la
solidaridad entre todos.
Parece utópico, pero… Puede
funcionar en alguno de los casos, que ya es bastante decir, por cuanto
¡habrá al menos una familia que no muera de hambre, y que esté dispuesta a
compartir lo mucho o lo poco que tenga con otra familia, igual o peor que
ellos!
¿Qué sucedería si el Gobierno
en general estuviera enfocado hacia la solidaridad?
¿Qué sucedería si todos
realmente actuáramos como cristianos, siendo solidarios?
¿Qué de malo tiene decir la verdad?
Y desenmascararnos de una buena vez. El pecado, sí, el pecado social existe, y
consiste en: conocer una realidad social y hacerse: “el (la) desentendido(a)”
ante ello. Esto es peor, que robar por hambre propia y de su familia. ¡No
concibo a una sola persona que no coincidida conmigo en esto!
Me confieso, como un cristiano
comprometido con el evangelio de Jesucristo, y es por ello que, en lo que a mí
compete, seguiré diciendo: Que ser cristiano y guatemalteco, obliga a: vivir
haciendo realidad el Reino de Dios, ¡aquí y ahora!
Cuarto ORIFICIO
Con el devenir del tiempo, logré
colocarme en diferentes posiciones y desarrollar diversas actividades que
implicaban, paralelamente, mayores responsabilidades y consiguientemente
mejores ingresos; lo cual me motivó a “exigirme cada vez más”; al grado que como
resultado de dicha “exigencia personal auto-impuesta”, cada vez me movilizaba
más de prisa y “olvidé” que conducir un vehículo en Guatemala implica “prevenir
la tontería de los demás”. Y sufrí un grave accidente, que según opinión de los
médicos asignados a mi caso, necesitaría cuando menos TRES años (que en
realidad fueron nueve) para recuperarme y ¡no podían hacer ningún pronóstico
del resultado final!… Ello no me arredró y, razoné que ¡era la “oportunidad de
oro” para hacer todo aquello que había deseado hacer en mi vida!, por lo cual
entendí que personalmente no volvería a ser la misma y que indistintamente del
resultado final del proceso médico, yo debería cambiar en todo sentido,
dedicándome a ser una autodidacta, a realizar profundas introspecciones, a
llevar a cabo análisis exhaustivos de la cotidianeidad, a leer, a estudiar
(cuando saliera del hospital y me declaran “paciente externo”), pero más que
nada a ¡escribir! (logré publicar mi primer libro, llamado: Sentimientos, –del cual solo me queda la
copia del autor–), retornando a mi ímpetu de compartir con los demás, con más
elementos de juicio y mejores argumentos; por lo que mi producción se volvió
mucho más prolífica. Surgiendo muchos escritos que en la medida que aprendía
más, se tornaban cada vez más consistentes y hasta cierto punto irreverentes,
por cuanto la valorización social y moral de nuestras sociedades, es igualmente
evolutiva.
El grave problema del asunto es que
la sociedad guatemalteca en general es sumamente reacia al cambio. Tanto así
que es definida por muchos autores como “ultra-conservadora”. Por ello,
publiqué el siguiente:
ORIFICIO
¿Cambio?
(12-11-04)
Constantemente vemos personas que
deambulan por el mundo realizando cosas o pensando en ellas, de manera tal que
la mayoría de las veces, ¡ni ellos saben para qué, o por qué. Ello nos debe
preocupar, por cuanto la principal característica humana, es precisamente su
capacidad de raciocinio, de donde colegimos que cuando menos deberíamos saber
“el por qué y para qué”, de las diferentes vicisitudes de nuestro diario
acontecer.
Es necesario decir entonces, que
cada cual deberá dedicar parte de su tiempo para reflexionar en torno al asunto
expuesto. No buscando respuestas simplistas, sino que “intentando seriamente”
llegar a la raíz del asunto, para que una vez que haya identificado sus
orígenes y sus causas, pueda razonar en torno a probables soluciones y enfrentar
de dicha manera uno de los mayores conflictos existenciales que poseemos
–ciertamente todos– que nos provoca sentimientos de frustración y poca
realización personal, y nos impide “ser nosotros mismos”.
Cuando todo “va bien”, hasta nos
jactamos de nuestros logros y conquistas, pero cuando la cosa
“va mal”, ocurre que solo unos
pocos, realmente muy pocos, –se asombraría de los pocos que son– enfrentan la
adversidad con la valentía y el arrojo necesarios, “dispuestos a cambiar
dentro de ellos” para poder identificar las causas de aquello que les
afecta, y encontrar la determinación suficiente para resolver la situación
conflictiva de marras.
Precisamente por lo anterior, es que
nos damos cuenta de las personas que deambulan por allí, sin poseer ningún rumbo
para sus vidas, desperdiciándolas y desperdiciándose ellos mismos, esperando
que pasen los años para obtener una jubilación, que cuando la obtengan, la
moneda esté tan depreciada que lo único que habrán conseguido es estar en una
situación económica precaria… ¡están esperando tan solo morirse!
Realmente, ello no es ningún tipo de
aspiración humana, por cuanto si bien es cierto que moriremos, no debemos
“esperar sentados que la muerte nos visite”, antes bien debemos luchar y
esforzarnos en nuestro diario existir, por vivir lo mejor posible, sin que para
ello utilicemos a nuestros congéneres “de escalera”, es decir, tenemos derecho
a una vida plena ¡pero no más que eso!
Lo anterior se resume en aquello que
hemos oído decir respecto del hecho de tener aspiraciones y metas… aquello de
“fijarse objetivos”, lo cual así dicho es bastante fácil lo realmente difícil
es, “estar en plena disposición de cambiar dentro de nosotros mismos”,
lo cual de suyo requiere un acondicionamiento interno y serio de nuestra parte,
por cuanto estamos tan acostumbrados a mantenernos igual, que hemos perdido la
noción y las directrices necesarias para disponernos al cambio.
Ahora bien, debemos recordar a cada
instante que absolutamente todo en la vida es cambiante, y si nosotros somos parte
integral de esa vida, no existe el menor impedimento para que enfoquemos todos
nuestros esfuerzos hacia aquello que nos brinde una mejor valoración humana,
por cuanto las valoraciones materiales carecen de trascendencia en el campo
netamente humano.
Quinto ORIFICIO
El “desastre nacional”, poco apoco
se hacía más patente y los guatemaltecos, de manera inconsciente, se fueron
“acomodando” al statu-quo que se
enseñoreaba en su entorno, y fundamentado por el “desgobierno eferregista” en
el poder… todo mundo al darse cuenta del descaro e impunidad prevaleciente en
el sistema, optó inconscientemente por aquello que le proporcionaba “una mejor
sensación de confort”… se olvidó del pensamiento de solidaridad cristiano
heredado de la fe de nuestros conquistadores, buscaron “su acomodo” en
“creencias advenedizas”, sin preguntarse siquiera acerca de su origen (la
mayoría no sabe a la fecha que profesan una secta –que no poseen teología que
la sustente– fundada por la CIA norteamericana) y menos por su grado de valoración
humano-teológica en general, “aceptaron a un Cristo como su salvador personal”
y…¡se olvidaron de todos los demás!, iniciándose así una era de gentes
(imposible decir personas) decididas a ser iguales y/o peores que sus
gobernantes; al cabo mundo y en el peor de todos los casos ¡ya eran salvos!
La anterior percepción me empujó
nuevamente, hacia el cuestionamiento moral de las actitudes de mis lectores en
el siguiente artículo que titulé “Uso y abuso”
ORIFICIO
Uso y abuso
Aquella tierra, agua y cielo, luego de la creación, fue poblándose de
animales y plantas. ¡Todos vivían felices! Hasta que al “animal racional” se le ocurrió que él podía abusar de otros, y puesto que no
simplemente actuaba dentro de la creación, sino que era capaz de modificarla….
¡Se lanzó a la aventura! Haciendo uso de sus instintos y pensamientos,
principió a hacer cuanto creía que le era conveniente y le gustara; en todo
caso intuyó que ya que había suficiente de todo, “un errorcito por aquí y otro
por allá”, no alteraba en nada su especial gusto por la conquista y el
descubrimiento. Se mantenía de todo aquello que deseara y que la tierra
proveyera…No conforme con esto, persistía en la búsqueda de nuevas
experiencias, buscaba cada día más y más… ¡Nada le era
suficiente!… Continuaba buscando e ingeniándoselas, para buscar aquello
que ¡ni él mismo sabía que encontraría! Manteniéndose en una búsqueda
constante, a falta de algo mejor que hacer… Ya teniendo para sí todo lo de su
entorno; paulatinamente se obligaba a ir más lejos cada vez, y retornaba a
veces lleno y a veces vacío, de aquello que anhelaba (aunque no supiera que
era), aquello que le gustaba por su sabor, o su color, o por lo bonito, Etc. Cuando
no encontró más que recolectar, porque ya lo tuvo todo, se dio cuenta que
habían otros que tenían algo que él no tenía y se dispuso a conseguirlo,
surgiendo el intercambio comercial y la violencia de manera simultánea, puesto
que “ya
habituado” a tomar cuanto deseara, lo hacía a las buenas o a las
malas….ganado y perdiendo, ¡todo dependía de la fortaleza o debilidad del
contrincante!….
Si le suena familiar y conocida la historia de la “evolución humana” y
la compara con lo que actualmente pasa a nivel mundial, concluirá que: “no hemos
cambiado casi nada, desde la creación” (indiferentemente de sus creencias al respecto). Todos sin excepción
“usamos” todo aquello que esté a nuestro alcance (frutos, palos, rocas, agua,
etc.); en la actualidad la lista de “cosas usables”
se ha ampliado ostensiblemente, porque el espíritu conquistador y el espíritu
descubridor tienen como compañero al espíritu inventor ¡sí, ese que “buscando
progreso” a veces lo logra y otras lo pierde! Dejando inamovible la
ecuación inicial de ganar, a veces, y perder, a veces…
El asunto
que realmente me ha cuestionado, no es el tan pregonado “progreso”, sino el
final que se persigue con él… Pese a todo cuanto se
intente incluir en la definición de la palabra en cuestión, siempre habrá
quien abuse de ella en su propio beneficio o en beneficio de otros
intereses. La mayoría de las veces, usamos las cosas, ¡abusando de los otros! Las usamos en nuestro propio beneficio, y de manera casi inadvertida
perjudicamos a los demás. Veamos algunos casos simples: Conocimos que el agua
corre por el declive de la pendiente, y que es factible “entubarla” para
conducir de ésta manera el cauce. Ahora resulta que las “aguas servidas” (por
no decir contaminadas) son entubadas y enviadas a otros cauces para dar paso a
nuevas aguas servidas. Todo está bonito hasta allí, el problema surge cuando
las personas (que cada vez somos más) necesitamos el agua que corre corriente
abajo y que ha sido contaminada río arriba. Debemos “descontaminarla” para que
podamos re-utilizarla, y ya “servida” (contaminada nuevamente), se la “enviemos”
a otras comunidades y personas que habitan río abajo…
El real problema surge cuando los de río abajo “no pueden” costear la
purificación de las aguas así recibidas… Generándose una agudización del
problema conforme el río se aleja de las urbes, ya que las condiciones de vida
de los pobladores de río abajo son cada vez peores, y el río aumenta su caudal
al recibir más afluentes, contaminados igual o peor.
Luego viene a preguntarse todo mundo, el por qué de la emigración de la
gente del campo a la ciudad, si allá gozan de ¡toda el agua (contaminada)!,
enviada por los pobladores de río arriba. Misma que contamina las siembras y
enferma el ganado, ¡igual que a ellos! Y… cuando venden su cosecha les regatean
el precio por “la distancia que se debe recorrer para llegar a la urbe”. Por lo
que finalmente tienen que vender al “precio del mercado”, sin que el
mismo precio tenga mucho que ver con sus costos de producción y una ganancia
decorosa que le permita vivir y ¡costear el proceso de descontaminación del agua
que la urbe le envió! Resulta que las cosas son así, que todo mundo lo ve
como lo más natural del mundo ¡y todo sigue igual!
Peor aún, cuando tomamos en cuenta el ritmo a que se pueblan las
ciudades por los que vienen de afuera y los que nacen dentro de ella, ¡cada vez
es mayor la cantidad de aguas servidas! Y… por si ello no fuese suficiente, el
tal “animal
racional” ha ido buscando su propia comodidad, al grado que “todo
mundo se hace el loco” de sus primordiales obligaciones para con los demás, tornándose
comodón y empleando la cabeza para idear la manera más cómoda de “hacer lo
menos posible por los demás y su planeta
Fíjense ustedes que hasta hubo algunos que ante
el pedido de cuidado del planeta (coincidente al de justicia, en este
caso), decidieron que “fueran ‘otros’ quienes lo hicieran por ellos”;
los “otros”, por su parte, hicieron “lo que se les dio
la gana” (lo cual es sinónimo de la misma irresponsabilidad de los
primeros). Así ha sido nuestra triste… ¡muy triste historia!
El “animal
racional” es el más “irracional” de todos. Ha
intentado y logrado hacer todo, menos, conocerse a sí mismo; a medir las
consecuencias de sus actos y a ser consecuente con el mundo que heredará a sus
hijos, pero eso sí, ¡continúa haciendo hijos! Y… ¡les enseña a ser tan
irresponsables como él!, al grado que en su
irresponsabilidad dispuso “que fueran otros” los que lidiaran con los problemas
que ellos mismos generaban (autoridades y Gobierno, en general)….Sin
detenerse a pensar la magnitud de las consecuencias de semejante decisión, ya que las mismas personas encargadas de “hacer algo” ¡son iguales
que ellos!, pensaron que ellos no abusarían de los demás y serían consecuentes
en la búsqueda de soluciones a los problemas generales. Se han vuelto comodones
y… sabedores que “la oportunidad” ¡no se repetirá!, se dedican a los intereses
que les son convenientes en su momento (léase: “hacer lo que se les dé la
gana”). Si no lo ha percibido aún, evalúe el desempeño general del tristemente
recordado Gobierno eferregista, que otros columnistas acertadamente han
llamado: “desgobierno”, por cuanto que lejos de paliar las crisis, las han ido
agudizando de manera paulatina e inexorable.
No es necesario ser un sabio para detectar que lo que realmente hace
falta, no es una campaña insensata de alfabetización (que persigue fines
políticos al final), sino una verdadera campaña de ilustración moral, enfocada
hacia el cambio de consciencia y de actitudes para consigo mismo y los demás,
en la cual se ponderen criterios morales en el interactuar de las personas con
su entorno; que sea capaz de hacer el menor daño posible a sus semejantes y a
su planeta. ¡No es aprendiendo a “garrapatear” su nombre y firma como se baja
la tasa de analfabetismo!, antes bien, es indispensable que el “alfabetizado”
¡conozca sus derechos y sus obligaciones!
Sé finalmente, que lo expuesto “es fuerte” y motivo de preocupación en contados sectores de pensadores; que es una
realidad incontrovertible, que nadie ha tomado en cuenta, excepto algunos
moralistas y filósofos.
Ahora,
deténgase a pensar si hay que esperar a que no haya mundo donde vivir para que
tome en serio y responsablemente sus futuras actitudes.
El pasado déjelo allí…Ya pasó, usted al igual que todos, fuimos vilmente
engañados con el significado de las palabras: “progreso” y “uso”.
Tome una actitud crítica respecto de lo anterior, y…deje de abusar
“siendo comodón” y de “hacer lo que se le da la gana”.
El cerebro sirve para buscar la convivencia armoniosa y entender los
problemas, que de manera tan irresponsable hemos venido generando.
Aporte ideas a los demás y divúlguelas, escuche y atienda comprendiendo
el por qué, piense en las consecuencias para los demás.
En resumen: “use, no abuse”.
Sexto ORIFICIO
El(La) guatemalteco(a) promedio está acostumbrado a que todo se le
brinde “masticado y deglutido” para esforzarse lo menos posible… Por ello, y el
anterior artículo, dispuse dar alguna “receta fácil de seguir”, para
“aterrizar” un poco mi pensamiento.
Así surgió el siguiente artículo incluido en esta selección.
ORIFICIO
Una idea de
quehacer
Hay muchas cosas que andan mal hoy
en día. También es cierto que “tenemos mucho quehacer” (es decir, hacer de
oficio, sin necesidad de mayores razones ni argumentos. Diferente de ¿qué
hacer?, que es interrogativo e hipotético). Lo primero, que se me ocurre, para
que todos coincidamos, es en la necesidad de subsistir sin mayores
pérdidas y en la necesidad de
ahorrar, para perder lo menos posible, y en ello hay
demasiado que decir; puesto que todos tenemos más que una palabra, ¡tenemos una
oportunidad! y una alternativa
Veamos:
·
Reciclemos de manera
comercial, es decir, contribuyamos a la defensa de nuestro medio ambiente sacando
beneficio de ello, reuniendo por separado los metales, los plásticos,
el papel, el cartón, y posteriormente, vendámoslo al mejor postor, obteniendo
así ingresos adicionales y contribuyendo a la preservación del ecosistema.
·
Produzcamos más, cada cual en su
medio y a su manera, que aporte lo suyo en exceso, a efecto que el producto
final sea más abundante y haya más riqueza (habrán seguramente patrones que lo
reconocerán de manera cuantitativa, la mayoría quizá no, el Gobierno o la
cámara a que pertenezcan podría “premiar” a los que sí) y la población tendría más
bienes y servicios; que al haberlos en mayor cantidad haría que los precios, si
no bajan, al menos
se mantengan igual, y que la
industria y el comercio “se reactiven y crezcan”. ¡Todos queremos que se
nos den hechas las cosas por otros, sin que nosotros colaboremos
en ello! No es magia, es simplemente: ¡trabajo!
·
Racionalicemos los gastos, dejemos
de ser víctimas del sistema consumista, adoptando posturas racionales
respecto de nuestros gastos, tales como: usar solo el agua necesaria; comprar
todo aquello que ya se fabrique o produzca en el país (posiblemente reciclado);
·
Usemos el carro o vehículo solo
cuando sea indispensable (sé del caso de una
persona que sale en carro para ir a la tienda, ¡que está a media cuadra de su
casa!); cambiemos nuestros vehículos por otros de menor cilindrada que el
actual; que el Gobierno prohíba, ¡sí, prohíba! la importación de
vehículos con más de 2,000
centímetros cúbicos de cilindrada, salvo en los
casos de los: Jeeps, pick-ups, autobuses colectivos y camiones, que sean
empleados para los trabajos específicos, para los que fueron
diseñados, ¡no para “echar chile”!… Realmente nadie necesita un
vehículo de gran cilindrada para su locomoción personal.
·
Bajar o suprimir el arancel de importación
a las motocicletas y bicicletas, así como las demás formas de transporte de
bajo o ningún consumo de energéticos fósiles.
·
Evitemos gastar en lujo superfluo (ropa de
marca por ejemplo, ya que en Guatemala se fabrican prendas, no de marca, pero
sí de superior, sí, ¡muy superior calidad! a las importadas, lo único que las
hace diferentes es la marca; pero igualmente visten ¡y visten muy bien!).
De la compra de joyas ni hablar, puesto que dado el clima de inseguridad,
es solamente correr el riesgo de ser asaltado, amén de ser un total insulto al
hambre de nuestro pueblo; gastemos lo necesario ¡no más!
·
Elimine todas las tarjetas de crédito,
Abraham Lincoln sentenció: “NO SE PUEDE CONSTRUIR UNA ECONOMÍA SANA, BASADA
EN EL CRÉDITO” (quédese con la que le cobre menor interés y menor cuota de
revalidación) que finalmente, le provoca mayores gastos, quédese con una o dos –ideal sería ninguna–,
para cuando tenga un gasto imprevisto, no para gastar lo que no es suyo, por no
haberlo pagado.
·
Tórnese más humano y solidario, con los
demás, ayude a los que no han tenido la oportunidad que usted ha tenido. Vea
claramente que todos somos guatemaltecos (que residimos en la misma casa
grande), que todos somos hijos de Dios, y que al igual que el samaritano (pese
a ser discriminado en aquella época) fue el único que ayudó al necesitado.
·
¡No busque excusas!,
¡acéptelo!, no se trata de comunismo, religión; o cosa semejante, se trata
simplemente de: sobrevivir, “de hacer, lo que hemos dejado de hacer,
esperando que otros lo hagan por nosotros”.
·
Organícese cívicamente para
reclamar y exigir sus derechos, no es justo que otros decidan por usted
respecto de sus intereses y persona, si todos somos iguales ante Dios y la ley.
Usted y todos los afectados por medidas impopulares que tienden a esquilmarlo…
Tienen derecho a hacer oír su voz y a ser tomados en consideración por los
esquilmadores del patrimonio nacional (y suyo en consecuencia). En la medida
que las voces sean planteadas por mayores sectores, más serán escuchadas;
piense que no es lo mismo que usted esté inconforme con algo y que lo
“cuchichee” con alguien, que si se organiza una publicación, una manifestación
o ¡una campaña cívica! No se trata de generar más anarquía de la que ya
prevalece, se trata de poner el seso en función social, para que ¡socialmente
podamos salir de la indefensión en que estamos!
Me parece
que he propuesto algo para la construcción de una sociedad fraterna y más
justa, resta tan solo que personas como usted, tomen la decisión de poner “el
granito de arena” que les corresponde dentro de la mencionada construcción.
Sé que
cuesta hacerlo y más aceptarlo, pero… porque cuesta, vale la pena. ¡Este es
nuestro diario quehacer! hacer (de oficio) todo aquello que esté enfocado
al bien común.
Séptimo ORIFICIO
La vorágine guatemalteca no daba visos (ni en lo mínimo) de finalizar.
Era una coyuntura tan especial por cuanto la presión interna y externa se
encontró en la disyuntiva de volver al pasado oprobioso mediante los conocidos
“Golpes de Estado o cuartelazos” o plantarse como una especie de: “ejemplo
mundial de aguante” (sinónimo de tolerar) aquello que había votado. Eran pocas
las instituciones de verdadera oposición que lograban sobrevivir la persecución
proveniente de cualquier sector de poder (formal e informal), mas ello no obstó
para que algunas sobrevivieran al vórtice de aquel huracán de impunidad y
abuso…
Escribí el siguiente cuento corto, me despedí de mis seres queridos, y
lo di para que fuese publicado en la revista El Candil, que lo hizo en tres entregas bimensuales.
ORIFICIO
Aquel gallinero…
Hace muchos años, quizá más de los que me
atreva a contar, había un granjero que todo lo podía y poseía todo...
Viendo que no era justa aquella situación,
en un inmenso arranque de amor se dispuso hacer algo para remediarlo,
lanzándose a la creación de medios que
le permitieran “compartir” todo cuanto poseía. Creando entonces una serie
de grandes parcelas llamadas planetas; y que para efecto de mi narración, me
centraré en una de tantas llamada: “Tierra”. En ella había de todo cuanto se le
pudo ocurrir a aquel granjero: montañas, planicies, barrancos, selvas, ríos,
lagos, árboles, mares y ¡hasta océanos!... ¡Aquel campesino quedó extasiado al
ver todo cuanto había hecho!
Retomó entonces a su deseo de compartir
toda aquella creación y creó a los animales, para que poblaran el paraíso así
erigido. Mas no contento con ello, dispuso repartir a los animales en
diferentes regiones de la inmensa parcela, para asegurar de esa manera que no
hubiera exterminio ni depredación entre los que por sus apetitos podían
terminar con otros de la misma creación, colocó a los más grandes en los
lugares más grandes, a las ballenas en los océanos; a los tigres en la región
terrestre más grande; reservando a los leones y a los elefantes otro lugar
grande para su desarrollo; pero de tal manera que no se juntara con el tigre.
Fue así que se le ocurrió también poblar el cielo y creó los pájaros…,
ocurriósele que podía haber una ave que habitara en tierra y que eventualmente
(para su resguardo), pudiese volar pequeños tramos, surgiendo así los:
“gallináceos”, nombre que recibieron por el factor común ya dicho y porque
fueron creadas para huir de sus depredadores, antes que atacarlos.
En fin, eran muy sociables y trabajadoras,
por lo que siempre andaban buscando lombrices y granos por doquier, puesto que
les gustaba mantenerse gorditas y sanas. Pero siempre llegaban a dormir
temprano, ínterin que otros animales depredadores esperaban para poder caer
sobre ellas y darse un buen banquete...
El granjero que las creó se dio cuenta de
la aflictiva situación que vivían las pobres gallinitas y dispuso dotarlas de
inteligencia y libertad propias, dándoles además, como aliciente especial el
que cada una eligiera el color de su plumaje, para poder “camuflajearse” del
ojo avizor de sus depredadores.
Muy contentas las gallinas por la concesión
obtenida, dejaron de sentirse perseguidas implacablemente, cayendo en cuenta
(por propia inteligencia) de los alcances de la misma y que la libertad sirve
para más, que para ser proclamada en sus discursos “cacaraqueados” entre
comadres y compadres. ¡Se dieron cuenta que: “juntos todo es posible”!
(Inventando así el eslogan)... Tomaron valentía y todas emperifolladas (léase
“emperipolladas”) dispusieron delimitar su hogar, al cual dieron el ilustre
nombre de: “gallinero”, puesto que hacía honor al nombre de sus pobladores;
mismos que volvieron a caer en la cuenta que la anterior acción ¡era hecha por
ellos y no por el granjero creador!… Sintiéndose entonces como: “LA MAMÁ DE LOS
POLLITOS”; hubo algunas, que en un arranque impulsivo se llegaron a sentir
hasta superiores y se creyeron capaces de poder controlar todo cuanto existe,
llegando a establecer un férreo sistema de orden dentro del gallinero. Fijaron
inicialmente sus límites, a su mejor entender, y sin contar con la opinión del
granjero creador, y menos con la de sus vecinos colindantes, quienes al ver lo
que hacían sus vecinos, los imitaron, más que por una cuestión de orden, como:
¡una medida de protección!, puesto que si no lo hacían ¡se quedarían sin
territorio para la búsqueda de lombrices y granos!...
Hubo inclusive, ¡además!, algunos gallos
que se las dieron de “libertadores” y “arriesgando el plumaje”, se fueron a
convencer a otros para que se les unieran, y poder compartir mejor el
territorio y protegerse de los enemigos comunes, de los cuales recuerdo uno que
llamaban: “Wash in Town”; (“Lavado en el pueblo”), ignorando el por qué de tan
peculiar nombre; quizá no tenía ninguna posesión el pobrecito, por ello buscaba
el de los demás.
A otro que llamado: “Ésta-lin”, (entre
dientes: “Ésta línea”), siendo éste nombre aún más peculiar, por cuanto él era
tan solo un gallo avorazado que blandía una hoz y un martillo entrecruzados,
por lo cual era un martirio soportarlo.
El caso es que así como estos “gallos de
pelea”, había más y los habrá siempre... Pero lo que deseo es narrarles la
experiencia resultante de las peleas de “los gallos de pelea”, ya que nunca se
conformaron con aquello que el granjero creador les había dado, y siempre
usando la excusa de la protección mutua, formaron los primeros gallineros: “plurilingües, multiétnicos y
pluriculturales”, creando diferentes visiones entre los gallineros de
adentro y los de afuera. Algunas gallinas se salieron del gallinero y otras les
tomaron la palabra, ¡al grado de comparase con las águilas!, surgiendo en el
gallinero grande del gallo de pelea “lavado en el pueblo”, un emblema en la
cual se dejaba clara constancia que “se creían: Águilas”.
Sus vecinos, más al sur, no se quisieron
quedar atrás, por lo que “al águila de ellos” le agregaron un componente de
poder, al mostrarla con una inmensa lombriz atrapada, demostrando así que
“ellos” sí aspiraban a ser: “la mamá de los pollitos”, cubriéndose las cabezas
con sombreros de ala muy ancha, para ocultar sus rostros del granjero creador y
no tener que entregar cuentas por ser imitadores y afirmar lo contrario. El
colmo del anterior proceso, se tuvo más al sur del gallinero anterior, cuando
el gallo de pelea que habitaba allí se nombró: “Gaby Gallina”, denotando desde
el principio su sometimiento a las “gallinas-águilas”. Ello de por sí no era
del todo malo, puesto que en el emblema que distinguía su ilustre gallinero,
colocaron un gorrito francés a manera de cresta de gallo… ¡Vaya que estaban
locos!
Las gallinas-águilas haciendo uso de su
inteligencia y no conformes con lo que el granjero creador les había dado, se
decidieron a conquistar “a las buenas o a las malas” los gallineros de afuera,
puesto que si no estaban con ellos, ¡estaban en contra de ellos!, sin darles la
oportunidad de expresar sus deseos, inquietudes u opiniones al respecto. En
fin, tomaron el reto de ser “gallinas-águilas” y hubo extremistas que hasta se
reeducaron a sí mismos y a los demás, especialmente en las tácticas traidoras
empleadas por los asesinos que admiraban. Fue tal su extremismo que aprendieron
y mejoraron las técnicas asesinas, creando su propia “bolsa de valores”,
en la cual no se conjuga ningún aspecto personal ni moral de las gallinas, sino
que el “valor de mercado” de los huevos que conseguían “a puro huevo”. Ello les
permitió agenciarse de los fondos necesarios para la alimentación de su propio
egoísmo, arruinando a los gallineros que no poseían su propia “bolsa de
valores”.
Aparece así un conflicto en el asunto, ya
que el mencionado suceso, les permitió “manosear” cualquier asunto que
tuviera o no, que ver con ellos, que por propia disposición o capricho les
interesara, real o falsamente, en su egoísta manera de ser, pensar y actuar.
Por lo cual, para defenderse de cualquier tipo de agresión organizaron,
equiparon y entrenaron al más formidable ejército de la historia, el cual era
capaz de destruir en “un pío” a cualquiera que no estuviera “en la línea de
asesinatos” instaurada.
Si lo anterior le parece exagerado, sepa
que de igual manera lo hicieron con un “equipo seleccionado” de
gallinas-águilas denominado: “la Compañía” (CIA, ya abreviado), a la cual le
“encomendaron” la planificación y ejecución de todos los “‘trabajitos’ (sucios
a la postre) que fueran necesarios” para el sostenimiento en el poder de las
gallinas-águilas. Dichos miembros del selecto grupo fueron diseminados por
todos los gallineros creados y su círculo de influencias y artimañas ha servido
para corromper la conciencia de todos los gallineros, inculcándoles su especial
manera de ver las cosas, en las cuales, las gallinas-águilas son antes,
primero, durante y después que cualquier cosa; que lo que en realidad
cuenta es: “CUÁNTO TIENES... CUÁNTO VALES” que los derechos que tienes por ser
de la misma especie, familia y género, ¡no cuentan para nada!…
Hubo y habrá, lamentablemente, gallinitas que no se atrevieron a usar su
inteligencia y no dijeron “ni pío” al asunto y cayeron doblegadas o
engañadas por el sueño de las gallinas-águilas, las cuales de esa manera
ganaron muchos adeptos que les creyeron lo del “Sueño Americano” (puesto que a
su gallinero de gallinas-águilas lo llamaron: América). Logrando vender muy
efectivamente la idea de la “competencia” en “el mercado de valores”...
Olvidaron sin embargo, los valores que les había dado el granjero creador, y al
darse cuenta de ello ¡dispusieron uniformar el color de sus plumas! (Para hacer
real el regalo no empleado hasta ese día) reconociéndose mejor, para que todos
vieran que los pobladores de ese gallinero eran “los pollitos de la película”.
Se pusieron el cuerpo blanco con franjas
rojas (como la camisola empleada por el equipo: Atlético de Madrid.) Y unas
preciosas alas azules, que al extenderse denotaban una serie de estrellitas (50
aproximadamente), lo cual es una clara señal de: “No te metas conmigo porque
te estrellas”, puesto que por ser “animalas” (como dicen allá “por onde
yo”) terrestres, solo vuelan en caso de sentirse amenazadas, y entonces
funciona el aparato represor del formidable ejército o el de la “Compañía”.
Vieron entonces las gallinas-águilas, que
muy a su pesar, en los gallineros que les quedaban hacia el sur, “había
gallinas pensantes”, que no estaban de acuerdo con semejante discriminación
generada en la “bolsa de valores”; ¡Que se resistían a ser robadas! Y a “ser
manoseadas en su inteligencia” y que como resultante de tanto abuso “se
rebelaban” ante tal cantidad de mentiras y retorcimientos de la verdad... ¡Que
se sentían todas hermanas! Y que no claudicarían ¡ante nada ni nadie!
¡Desde luego!, el chisme llegó a toda
velocidad al gallinero de las gallinas-águilas, para ser estudiado y analizado,
“apareciendo instantáneamente” Diez mil o más “iluminados o profetas” que
explicaron que el real problema consistía en el tal sentimiento de “comunidad”
(sin preguntarse el por qué o, a causa de quienes); que la única manera de
atacar dicha “conciencia de unidad” era creando otra diferente a la propuesta
por el granjero creador, de tal manera que fuera: más atractiva, sin tanto compromiso personal para con los demás, que
fuera “acomodable” a sus propios intereses y sobre todo “que ganara dinero”
para no tener que estarla “manteniendo”.
En suma, se trataba de desvirtuar la idea
inicial del granjero creador de “compartir
todo”; de decir todo tipo de cosas tendientes para lograrlo, ¡que hasta
podían “manosear” sus palabras! Para dar un mensaje “a conveniencia” y que de
paso, pudieran obtenerse unas cuantas “ganancias” con tan solo “cacaraquear” la
ideología de la conveniencia terrenal (lo que es mío, es mío y lo tuyo, es
tuyo) disfrazada de “salvación personal”(según la definición inventada por las
gallinas-águilas), al final, lo que se trata es de “engañar de manera diferente” a las gallinitas que por su miedo
natural habían decidido no “estrenar” ni la inteligencia ni la libertad,
siquiera, para defenderse de tan monstruoso “engaño mental”.
Permitiéndoles de paso a “sus salvadores”
agenciarse unos cuantos huevos más, ¡sin que ellos tuviesen que producirlos! Y
que vivan gratis en el mundo regido por la “bolsa de valores”. Viviendo
solamente con la preocupación de conseguir “la
aceptación” de más gallinas incautas, dispuestas a “diezmar” sus huevos a
cambio de un “cacaraqueo salvador”.
Esta confrontación tiene visos de no
terminar nunca, por cuanto cada vez que consiguen gallinitas incautas, también
las otras gallinas pensantes no se han quedado de brazos cruzados ante el
engaño comenzado por las gallinas-águilas y siguen y seguirán diciendo la
verdad: el granjero creador las creó a su imagen y semejanza; todos somos
iguales ante sus ojos; fuimos creados para que tuviéramos vida y la tuviéramos
en abundancia y finalmente, fueron creadas libres (hasta para ser inconformes
con ideologías extranjeras y engañosas), inteligentes y críticas. No fueron
creadas para ser esclavas de nadie, ni para que “vieran quietecitas” que otros
dispongan de su pensamiento, basándose en “sus” creencias… teniendo como seguro
que “entre más alto se sube, más duro es el porrazo” (por eso fueron creadas
gallinas y no águilas) y que todo delirio de superioridad, explotación y
aprovechamiento de otros miembros de la misma clase, en perjuicio de sus
hermanos y del lugar donde se vive, constituye una negación de los propósitos
del granjero creador.
Así las cosas y los eventos, las
consecuencias para el gallinero de don “Gaby-Gallina” el panorama se torna un
poco oscuro y de difícil comprensión, por cuanto a su fallecimiento, le han
sucedido en el mando “un montón” de nefastos gallos, que no vale la pena ni
mencionar; ya que se trata de estudiar las consecuencias de las políticas de
conquista y convencimiento de las gallinas-águilas para con el planeta (aunque
a la fecha ya hacen experimentos para la conquista y colonización de otros).
En el año denominado: 2002, el gallinero
del difunto: Gaby-Gallina, es gobernado oficialmente por un “pollito que habla
bonito, pero ronco”, el cual pinta en el exterior que todo marcha de maravillas
en su gallinero (para él y sus lacayos ¡claro!), ¡Sin ver el desastre que hay
en el interior! Por lo cual ya ninguno le cree lo que dice, aunque tenga las
mejores intenciones, puesto que “de buenas intenciones está empedrado el camino
al infierno”. El otro gobernante “extraoficial” del mismo gallinero es llamado:
“Chaín-Pavo” (cacareo de las gallinas-águilas que significa cadena, y lo de
pavo, ¡por la cara de chumpipe que tiene el pobrecito!); en fin, ¡él es en
realidad “el poder tras el trono”!, lo cual no estaría tan malo si no fuera
porque es un gallináceo “convencido por las ideologías de las
gallinas-águilas”, en cuanto a la exclusión, dominación y explotación, que le
caracterizan como el “gallináceo especial” que es (con una ansia de poder y
dominación inmedibles y la necedad de que todos hagan lo que él dice y actúen
como él quiere).
Finalmente, “Aquel gallinero...” Está empobrecido en extremo; ocupa lugares
vergonzosos en las estadísticas planetarias; se ha dividido en razas,
religiones, pensamientos, intereses; carece de valores, no tiene hacia donde
ir; ni siquiera visión de hacia dónde va y por si ello fuera poco, ¡carece de
gobernantes reales!
“Aquel
gallinero...”
Es el paraíso de la delincuencia, de la miseria material y espiritual; en el
cual ya nadie se une para creer y luchar por algo que valga la pena y
solo ve el derecho de su pico; a muy pocas gallinas les importan las otras y,
si les importan es por lo que puedan “sacar” de ellas… cada gallina hace su
camino a su propia conveniencia SIN IMPORTARLES EN LO MÁS MÍNIMO LAS OTRAS,
esperando solamente: sobrevivir dentro de “Aquel
gallinero…”
Éstas son las reales consecuencias de los
engaños de las gallinas-águilas, que mejoraron las técnicas del asesinato y el
engaño. Despreciando el vuelo alto que tanto admiran del águila, para llevar su
“libertad” e inteligencia a un lugar diferente del que realmente, les
corresponde...
Aquel gallinero, aquel gallinero, aquel
gallinero...
Octavo ORIFICIO
En posteriores observaciones de
campo pude notar que era solo yo quien podía ver la realidad y que el grado de
deformación social había llegado al extremo de “insensibilizar” al conglomerado
guatemalteco… me di cuenta que era una especie de “voz que clama en el
desierto”, pero me convencí ¡que tenía razón en cuanto a lo expuesto en mis
escritos! Ello me motivó a efectuar otra entrega a mis congéneres, no solo de
índole moral, sino que también de modo práctico para su cotidianeidad.
ORIFICIO
Soluciones, no
problemas
Dado que la
situación socioeconómica de los guatemaltecos, se ha visto desmejorada de
manera tal en los últimos tiempos, me he impulsado a escribir a mis congéneres.
Impulso, repito, que por diversas situaciones mantuve aletargado por espacio de
casi dos años. Por ello, le invito a leerlos, en el entendido que los mismos
servirán para que cuestione el futuro devenir que, como parte de un hogar y un
pueblo, medite en torno a las situaciones cotidianas que le mantienen
literalmente “robotizado”. Razonamientos que a la mayoría solo se le ocurren
cuando pretenden enmendar algún entuerto que el sistema económico imperante les
ha obligado a arrastrar.
El caso ideal sería cuando, el
personaje ficticio del razonamiento que nos ocupa demostrara fehacientemente la
eficacia de sus prevenciones, denotando de esa manera que ha sabido razonar
durante su actuar pasado, para mejorar su presente y su futuro, de forma que
garantice su propia sobrevivencia y la de cuantos dependen de él o ella.
Lo anterior nos conduce a un cuestionamiento
personal, en el sentido de brindar una mirada más crítica a nuestro presente
actuar, para encontrar la manera de proyectar un futuro más halagüeño para
nosotros mismos y los nuestros…
¡No se trata de encontrar causas
o responsables!, tratemos de ver fríamente la situación en que nos
encontremos, para hallar soluciones y no las causas que nos han llevado a ella.
Por una vez en la vida, dejemos el
derrotismo y la apatía, para llenarnos de un positivismo que nos impela hacia
la búsqueda denodada de soluciones prácticas para nuestra mejoría, con lo cual
estaremos “contagiando entusiasmo” a cuantos nos rodean, y podamos sentirnos
orgullosos de cuanto somos y cuanto hacemos.
Algunas ideas tomadas de la
experiencia sugieren algunas actitudes que cualquiera puede llevar a la
práctica de manera sencilla, tal el caso de:
·
Saludar a las personas que conozcamos por
su propio nombre y no de otra manera, logrando con ello revivir normas
elementales de educación y respeto, que habíamos mantenido en el olvido, “al
creernos la basura de pensamiento y actuación individualista” impuesta por el
sistema. (¡pronto verá los resultados!)
·
NO GASTE NUNCA, en algo que no pueda pagar
y que no le sea absolutamente indispensable (en palabras de Abraham
Lincoln: “No se puede construir una sociedad económicamente sana,
fundamentada en el crédito.”), haga un verdadero y total esfuerzo para
bajar su crédito (si es que realmente lo necesita) para que el dinero que gasta
en beneficio de terceros (intereses bancarios, etc.) esté en función suya. (si
a usted le cuesta ganarlo, lo mínimo a que puede aspirar es a gastárselo en su
propio beneficio y no en el de otros)
·
Deshágase de cuanta cosa no le sea útil,
vendiéndola para reciclado en alguno de los casos, vendiéndola al costo, en
otro, ya que el espacio que ocupa puede serle de mayor rentabilidad, si lo
anterior no fuera posible, regálela a quien la desee, para poder darle un mejor
uso al espacio desocupado.
·
Optimice el uso del carro. (No realice
varios viajes para “encaminar” a la familia a sus diferentes destinos, realice
uno de manera tal, que beneficie a la mayoría y no perjudique su presupuesto
por displicencia. (recuerde que nadie ha muerto por llegar temprano a sus
labores)
·
Cambie su vehículo por el de menor
cilindrada que le sea posible pagar, con ello beneficiará sus finanzas y ayudará
al país en el pago de la factura petrolera, sobre todo ahora que se ha
elevado tanto.
·
Utilice el transporte público siempre que
sea posible, ya que si se maneja en su propio vehículo gastará más.
·
Ayude a otros a ahorrar, compartiendo sus
propios logros.
·
Dele un premio a cuantos le ayudan en sus
planes, con el dinero que haya logrado ahorrar, sin olvidar gastar solo lo
necesario.
·
Enseñe a cuantos lo tilden de “tacaño(a)”
el resultado de sus esfuerzos, para que ellos también empiecen a romper el
círculo “consumista” que nos impone el sistema.
·
Comparta todo cuanto pueda con los demás
para fomentar la solidaridad entre todos, ya que todos estamos inmersos dentro
de la misma situación.
·
Sea “un sembrador de esperanza” para todos,
para que todos mejoremos nuestro actuar.
Noveno ORIFICIO
Más terca que necia es mi voluntad
por llevar a cabo aquello que me propongo por la justa razón de buscar el bien
común; en ese sentido seguía (y sigo) viendo que la situación no mejora en la
realidad vivencial de mi muy querido país, toda vez que la mentalidad del
grueso de la población sigue “adormecida” o “deliberadamente desentendida” de
cuanto sucede en derredor propio.
Por lo cual tuve la idea de apelar a
ideas que fuesen “más hirientes” para la conciencia de aquel conglomerado que
me leyese… Surgiendo la siguiente entrega:
ORIFICIO
Buscando justicia
Cavilando en torno del actuar
inherente de la mayoría de la población, fui llamado a la reflexión…
Pese a que el sistema comunista
“desapareció”, ha dejado al mundo la concepción de: negar la existencia de
Dios; aunando lo anterior a
la corriente de pensamiento capitalista –en la cual lo preponderante son los
bienes de capital y las posesiones materiales– nos hemos situado en un actuar
colectivo, que con el paso los años, ha generado una serie de deformaciones
mentales colectivas.
Hoy en día la vida
se concibe en términos de una “carrera frenética por obtener bienes de capital”.
El caso es que, como quiera que se
analice el asunto, se ha perdido parcial o totalmente el original “espíritu
de sobrevivencia colectiva”, siendo sustituido por el “espíritu de
sobrevivencia individual”. Al estilo de la “ley del mejor dotado” que
impera en la jungla y, consecuentemente, los “animales civilizados” nos hemos
ido olvidando cada vez más de la sobrevivencia colectiva; porque lo que
se persigue es: adquirir la mayor cantidad de bienes de capital ¡sin importar a
costa de qué, ni de cuántos! (Con la consecuente lucha entre congéneres,
pomposamente denominada:
“competencia”). Obteniéndose como
producto algunas personas exitosas, que cegadas por su posición económica,
“pretenden comprar la voluntad” del Dios que se han formado para sí, y no la
del que realmente existe y que fuera enviado hacia los pobres y excluidos de la
“batalla por el capital” (recuerde la parábola en la que “el joven rico debía
vender toda su herencia y repartirla entre los pobres, tomar su cruz y seguir a
Cristo”)… ¡Todavía están esperando que regrese!
Fíjese detenidamente en la
aseveración que dice: “ninguna fortuna se ha construido sobre una base de
justicia y equidad, para todos”. Puesto que en caso contrario, ¡no
habrían pobres!…
Otros arguyen: “que Dios los ha
bendecido abundantemente porque son exitosos en términos propios”… Pero no
confiesan los medios injustos por los que adquirieron sus bienes de capital,
los cuales incluyen, más tarde o más temprano, el robo, explotación,
apropiación indebida, engaño, retorcimiento de leyes, prebendas recibidas del
poder de turno, etc. Todo lo cual obviamente, no es bendición de Dios.
En los años sesenta, los jóvenes
involucrados en el movimiento “hippie”, dimos una lección interesante al detectar
la descomposición del sistema y rebelarnos en su contra; por cuanto de
manera pacífica y pregonando “paz y amor”, simplemente “dispusimos no hacer
nada que obedeciera al mencionado orden de cosas”… Optando por vivir en
“comunidades” que se organizaron rudimentariamente –algo así como una especie
de “monacato moderno”–. Perversamente (ya que hubo más de un aprovechado), al
detectar que “no hacían nada”, buscó su propio beneficio, haciendo “negocios”
con drogas, amén de razonamientos materialistas y capitalistas en una
conjunción tal, que finalmente acabaron por destruir tan admirable movimiento, sociológicamente
hablando.
Fue aquella hermosa generación la
que heredó entre otras cosas: buscar la paz y no la guerra (por la que
existía en Vietnam); dar amor a nuestros semejantes; una expresión musical
inmortal, con un giro en la expresión de la “trova romántica”, hacia la “trova
protesta” y un gigantesco torrente de sangre derramado por el delito “de actuar
acorde a sus ideales”.
En suma, buscaban hacer “un mundo de paz y amor”, lo cual
necesariamente implica la preponderancia del amor, dado por la creación divina
al hombre y a la mujer. Ello acrecentó el sentimiento de solidaridad entre
la humanidad, constituyéndose en una auténtica “piedra en el zapato” para
el capitalismo individualista, concebido en términos de acumulación de bienes
de capital a cualquier precio… Poco a poco (con la implementación por la C.I.A.
de las sectas neo pentecostales) construyeron: “el dios dinero”. Un dios, que
podían tocar en su materialidad y en los bienes de capital que les proporcionan
la anhelada (y aberrada) sensación humana de “felicidad y éxito”, misma que
fácilmente se trastoca en sinónimo de lujo, placer y excentricidades (hay una
“persona” –si se puede llamar así a alguien tan aberrado– que posee hasta ¡un
inodoro de oro!), mientras otras personas –estas sí, por carecer de
aberraciones– ¡mueren por carecer de lo indispensable!
Al final, cada
cual ha construido un dios del que se puede servir a conveniencia (si es
que alberga una concepción divina) o simplemente “lo tiene muy sin cuidado” el
asunto de Dios, por cuanto “está muy ocupado” en sus propios asuntos,
obteniendo bienes de capital, que le garanticen un “mejor confort”, sin que
para ello intervenga en lo absoluto el verdadero Dios.
Concepción materialista, señalada ya
desde el inicio y que fuera desarrollada por Marx y Engels, aplicada así, a un
sistema económico descrito por ellos mismos como: injusto… Y por nosotros, que
hemos analizado el asunto como pecaminoso, toda vez que sabemos que hay que dar al César lo que es del César y a
Dios lo que es de Dios.
Décimo ORIFICIO
Posterior al artículo anterior, y no
contento con la realidad que me circundaba, continué buscando respuestas en
cuanto “a la terquedad” de los demás hacia el deseable cambio de pensamientos y
actitudes y quise “demostrarles”, que más allá de mi caso particular de
superación (que obviamente desconoce la mayoría) Dios no ha creado seres
inútiles y que los ejemplos abundan hasta en las cosas mínimas del mundo
que habitamos… me lancé a un nuevo esfuerzo de cambiar las mentalidades de mis
congéneres guatemaltecos con la siguiente ejemplificación narrativa que he
seleccionado de mis escritos.
ORIFICIO
Sueños utópicos
Hace algún tiempo en la programación
de la televisión por cable, tuve la oportunidad de observar la narración de una
autobiografía maravillosa, por cuanto describía una vida dedicada al trabajo y
a la felicidad propia y ajena.
Su autora narraba un sueño recurrente,
donde la mujer protagonista, se encontraba en un desierto asiático, cuando fue
avistada por un tigre de bengala (el mayor depredador de humanos conocido)… La
mujer pensó para sí, que lo mejor que podía hacer era echarse a correr, en un
desesperado intento por salvar su vida… Mientras la despiadada bestia “ya
corría” en pos de ella, para devorarla… La mujer en su desesperación, no reparó
en cuanto a la dirección de su alocada carrera… ¡Simplemente huía!… Hasta que
se encontró al borde de un precipicio… Pensó entonces que era mejor morir
estrellada en el fondo de la sima, que ser devorada viva… ¡Y se lanzó al vacío!
La suerte le acompañó, puesto que algunos
metros abajo del borde del abismo, se encontró con la rama de un árbol, de la
cual ¡se sujetó con todas sus fuerzas!…
Cuando se hubo calmado un poco,
reparó que en el fondo ¡había otro tigre de bengala, esperando que cayese!… Mientras
que su inicial perseguidor aguardaba en el borde superior, esperando que
intentara salir… Ante tal situación la mujer dispuso ver hacia otros lados y
reparó que el árbol del cual estaba sujeta, era suficientemente fuerte para
pasar un buen tiempo en él, y por si ello fuera poco, tenía frutos en forma de
fresas gigantes que se veían de lo más apetitoso y nutritivo, por lo cual se
acomodó en el árbol y comió de sus frutos.
La auto biografiada persona del
filme en cuestión, narró después en forma consciente que, como derivado del tal
sueño, aprendió a admirar la capacidad de adaptación del ser humano ante las
adversidades de la vida. Por lo cual ella, dedicó su vida a hacer pasar “un
buen rato a las personas por medio de la risa”; llegando a consolidarse como
una de las más famosas comediantes de su época…
Falleció a los 42 años víctima de
cáncer, logrando fundar varios centros de apoyo y ayuda, para cuantos lo
padecen, en los cuales lo primordial es la buena comunicación y el buen humor
que haga olvidar, momentáneamente al menos el padecimiento fatal, que a
cualquiera mantendría sumido en la depresión y el negativismo.
El asunto por el cual les he
compartido lo anterior; es porque creo que muchas de las situaciones narradas
nos quedan “como anillo al dedo” para la situación de nuestro país…
En esta Guatemala, donde “todo mundo
ve tempestades y oscuridades y nadie dimensiona que después de la tormenta
viene la calma” y… ¡luego de la oscuridad siempre habrá un pletórico amanecer!
Es hora que dejemos que la Policía y
los tribunales realicen su trabajo y encarcelen a los malvados; es hora que
dejemos de obsesionarnos para que nos devuelvan lo saqueado; es hora que
dejemos de buscar culpables de nuestras desgracias, porque en última instancia
si lograron hacerlo fue porque lo permitimos…
Dejemos ya de buscar rehacer el
pasado, es tiempo de hacer nuestro presente y principiar a construir un mejor
futuro… ¡El futuro que heredaremos a nuestro hijos!
Estamos tan
acostumbrados a vivir en la oscuridad (del pasado), que somos incapaces de
vislumbrar el pletórico amanecer que tenemos por delante, que debemos construir ¡aquí y ahora!
Problemas siempre habrán,
indistintamente del lugar donde nos situemos. ¿Acaso no es eso lo que nos
impele a superarlos?
En la medida que comprendamos que el
problema fundamental de todo ser humano consiste en adaptarse a las
adversidades, con una actitud mental diferente y por propio esfuerzo. Entonces,
entenderemos que la vida es bella y vale la pena vivirla a plenitud, teniendo
como parámetros tan solo el no abuso de la libertad con que fuimos dotados
desde nuestra propia concepción… Y la búsqueda denodada del bien común, antes
que el propio; de manera que siempre prepondere el humanismo ante lo económico…
Por ello es importante saber:
Que el sistema económico en que
crecimos nos enseña, que todo puede cuantificarse, y… ¡de manera automática
–cual máquinas– olvidamos el inmenso acervo que tenemos de todo lo demás!… “que
no tengo tiempo”; “que no tengo dinero”; “que a mí no me interesa”; “que a mí
eso no me beneficia”, etc. (¿Por qué cree usted que nadie responde: “que yo
no puedo pensar?).
Llevándonos a encontrar excusas para
todo y por todo y que sirven tan solo para justificar nuestra ¡invalidez
mental!…
Realmente no concibo un solo hombre
que no se haya percatado que nació libre y además, que nunca se le haya
ocurrido meditar en torno a las implicaciones que conlleva ello (el nacer
libre).
A manera de ejemplo cito:
·
Que desde muy niños, aprendemos a decir:
“no”, antes que: “si” (¿acaso me equivoco?).
·
Peor aún, se nos enseña que: “no
toquemos la plancha porque quema”… ¿habrá alguien que no se haya quemado
con la plancha?
·
Estamos “criados y educados” (por no decir
“domesticados”) dentro de una cultura de: “no”, a grado tal que cumplimos a
cabalidad la regla lógico-matemática que reza: “LA NEGACIÓN DE UNA NEGACIÓN, ES
UNA AFIRMACIÓN”… ¿Cuántas veces nos dijeron u ordenaron que no hiciésemos
aquello o lo otro?… Mientras que nosotros dijimos y eventualmente hasta
prometimos que “no” lo haríamos; sin embargo dijimos para nuestros adentros
“no” al anterior “no”, convirtiéndolo en un “si”…
Retomando entonces al asunto de la
“adaptabilidad humana ante situaciones adversas”, concluyo que es un asunto
meramente de condicionamiento mental el que preponderemos el “no” sobre el
“si”. Coligiendo que “la conducta de negación nos ha sido impuesta y no es
inherente al ser humano”…
¡Obtenemos así lo positivo de una
negación!, lo cual nos afirma é invita a vivir pletóricos; puesto que tenemos
el objetivo de cambiar nuestras vidas, ¡buscar nuevas metas!… Invitar a que se
busque al cambio hacia lo positivo ante cualquier circunstancia, adaptándonos a
cualquier situación adversa en que nos encontremos… A sonreírle a la vida… y a
hacer de esta patria, al menos, un lugar decente para nuestros hijos y nosotros
mismos.
Dicho
cambio es un asunto de virilidad (para los hombres) y de feminidad (para las
mujeres). Es un acto que cualquiera puede realizar para poner su muy personal
aporte en la construcción de la patria que todos inconscientemente soñamos
heredar a nuestros hijos.
Décimo primer ORIFICIO
El tiempo había transcurrido (tres
años después del terrible accidente que sufriera el 4 de abril de 1997) y mi
rehabilitación física también, al grado que mi personal movilización llegó a
ser eficiente, con ayuda de un par de muletas y un automóvil; por lo cual había
iniciado estudios formales de Teología en enero del año 2000, para “cimentar”
los pensamientos e ideas que “intentaba” transmitir a todos mediante mis
escritos (ahora colige el por qué la gran carga de enseñanza bíblica contenida
en ellos). Siéndome encomendada la tarea de hacer una “tesina” (pequeña tesis)
respecto de alguno de los grandes temas desarrollados durante tres años
completos de estudios teológicos, y ¿adivine qué tema escogí?…
Le dejo con el cuerpo (ya que omití
los detalles de presentación y la bibliografía consultada) del trabajo de
marras.
ORIFICIO
La
comunidad que reflexiona
(Tesina)
Introducción.
Una de las características que
diferencian al ser humano de los animales irracionales, es precisamente su
capacidad de pensar; misma que se manifiesta de diferentes maneras –y que a su
vez genera diferentes actitudes –a manera de ejemplo– citaremos algunas de
utilidad en el desarrollo del tema que nos ocupa:
-Memoria (es el único ser que
“recuerda lo sucedido a sí mismo y a los demás”).
-Racionaliza (es el único ser
que “sistematiza las experiencias vividas y/o aprendidas”).
-Proyecta (es el único ser
que “programa” el futuro, en base a necesidades, experiencias y deseos).
Haciendo acopio de las
características mencionadas pretendemos en el presente razonamiento, esbozar la
situación pasada al pueblo judío (porque habitaban en la región de
Judea; Palestina de hoy en día) y que sirve como parámetro para que surja la racionalización
colectiva de aquel pueblo que quiso dejar por escrito su acontecer para las
futuras generaciones; con la clara intención que las mismas pudieran ser un
recuento de la experiencia vivida… Mismas que al proyectarse en el
futuro, han determinado: “pensamientos similares ante situaciones similares”.
La anterior idea, es precisamente el
motor que impulsa a presentar a su consideración este razonamiento, para que
nuestra fe ilumine realmente nuestra vida. (Parafraseando a Juan Pablo II: “No
más divorcio entre fe y vida” ).
“La Comunidad Que Reflexiona”
Hacia el año 587 a .C. El rey:
Nabucodonosor, de Persia, conquista el reino judío, derrotando al ejército
defensor; destruyendo el templo construido en tiempos del rey Salomón,
(considerado por los judíos de la época como “el único lugar donde habitaba
Dios y el único lugar donde escuchaba los ruegos y recibía sus sacrificios”).
Para evitar que se organizasen
nuevamente, conduce a Babilonia (capital del reino Persa) a “los principales”,
dejando al pueblo judío “acéfalo e inútil” de tal manera que pudiesen ser
gobernados por los conquistadores persas.
A dicho período de tiempo se le
denominó “exilio” –puesto que como se dijo, los integrantes “pensantes y
actuantes” de la sociedad judía fueron conducidos como exiliados a Babilonia–.
A consecuencia de ese suceso, la
población judía monoteísta (que creía en un solo Dios) de la época se vio
influenciada por las creencias politeístas (creencia en muchos dioses) de los
persas y cananeos de la época, y muchos de ellos derivaron hacia cultos
politeístas, abandonando sus creencias monoteístas, por carecer de una
orientación; ya que la clase sacerdotal se encontraba en el exilio en
Babilonia.
Surgen acá una serie de “profetas de
la esperanza” que en esencia profetizaron “tiempos mejores” para la comunidad
conquistada, y aseveraron que la dominación y esclavitud que sufrían, llegaría
a su fin, por medio de un “Mesías” (enviado) de Dios… Esto sumado a la memoria
del “envío” de Moisés a Egipto, les hizo concebir y creer en un Mesías tal, que
sería una especie de “nuevo Moisés” o una especie de “súper-rey” que conduciría
a la conquista de Babilonia por los judíos…
Citamos como ejemplos de dichos
profetas a: Isaías, Miqueas, Sofonías, Jeremías Ezequiel, (en el reino del
sur); Elías, Eliseo y Oseas (en el reino del norte).
Concluimos así que “el plan de
salvación”, a los ojos de aquella cultura, consistía en una mera expresión
militar, muy alejada del dimensionamiento correcto que hoy en día tenemos. Y
como corolario consecuente de lo anterior, mencionamos que el sistema de
valores eminentemente teocrático –prevaleciente hasta antes del suceso en
mención– se había resquebrajado de manera ostensible.
Teniendo en cuenta lo anterior,
colegimos espontáneamente el “auge” que tomó la idea politeísta en aquella
sociedad inicialmente monoteísta.
En cuanto al cuestionamiento
constante que sufrían los judíos en el destierro cuando “les echaban en cara”
que ellos (los babilonios) veían a sus dioses todos los días, al padre durante
el día (el sol) y a la madre durante la noche (la luna) y aseveraban que de la
“unión” de ambos ellos eran los descendientes. Mientras que ellos (los judíos)
decían que eran hijos de un solo dios, al cual nunca veían, y que era imposible
que fuera hembra y macho a la vez, ya que para la reproducción es necesaria la
“unión” de ambos géneros.
Los cananeos (de Canaán) por su
parte tenían, a su vez más dioses, sobresaliendo entre ellos: “Baal” que era el
dios “macho” y la diosa: “Yah” que bendecía la fertilidad, y a la cual todas
las doncellas se consagraban, por cuanto la descendencia era muy bien vista en
aquellas sociedades, puesto que aseguraba la sucesión del linaje de la familia,
y ante la abundancia de posesiones, era deseable tener hijos varones para que
cuidasen el patrimonio familiar y que continuaran siendo ellos los propietarios,
ya que la sociedad estaba organizada de manera patriarcal, en una especie de
sociedad feudal (políticamente hablando).
La suma de los anteriores eventos,
no pasó desapercibida para la clase sacerdotal judía, y ante tales
cuestionamientos, (y puesto que tenían el tiempo suficiente para ello) PRINCIPIARON
A ESCRIBIR SU PROPIA HISTORIA –hacia el año 1850 a .C. según
historiadores bíblicos– “ANTES QUE LA OLVIDASEN”; y a partir de aquel presente
hacia el pasado; surgió entonces, el primer relato llamado: “Éxodo”. Como una
mera historia de lo vivido por el pueblo judío del entonces.
De tal manera que la suma de esas
experiencias fuese “una fuente esperanzadora” que les recordase un pasado no
muy lejano, por oprobioso que fuere, en el cual Dios cumplió al “liberarles” de
aquel cautiverio de los egipcios y les condujo a la tierra prometida, que ya
estaba habitada por los cananeos, jebuseos, Etc.
Posteriormente, y como resultado de
las consultas y quejas de aquel pueblo judío; la clase sacerdotal se da a la
tarea de “explicar sus orígenes” de mejor manera, y así surge el libro: GÉNESIS
(origen), en el cual, se explica mediante figuras y símbolos el hecho que: “Dios
es el creador de todo cuanto existe”. Con lo cual aquel pueblo judío tuvo
el “argumento idóneo” para decir que su dios “era el creador de todo cuanto
existe, ¡inclusive el sol y la luna de los babilónicos!”, “liberándoles”
nuevamente de las críticas hirientes a su fe, proferidas por los babilonios,
cananeos, etc., y de paso, brindarles una poderosa arma para emplearla en
contra de sus conquistadores babilónicos, al enterarles del hecho que sus
dioses, “eran producto de la creación del Dios único de ellos” (el de los
judíos).
Habría muchas cosas más que
argumentar y decir, sin embargo, y dada las limitaciones impuestas para el
presente trabajo, parece ser que las expuestas ya marcan “un caminar reflexivo”
de aquella comunidad, que pese a estar sometida a la condición de la época, supo PROYECTARSE, de
aquel momento en adelante… Que tuvieron parámetros para aferrarse y defenderse,
no como una mera defensa, sino con la proclamación sustentada de una incipiente
“Teología Liberadora”.
Ya que “más que defenderse de los
ataques verbales e ideológicos, supo enfrentarlos con una nueva visión real,
entendible y novedosa” para la época y, desde luego para la posteridad, puesto
que la misma no ha perdido vigencia con el devenir del tiempo.
Conclusiones
·
La historia de la humanidad no fue escrita
desde sus inicios, por cuanto la escritura, aparece muchos años después que la
especie humana sobre la faz de la tierra.
·
La historia del pueblo judío, relatada en
la Biblia, no es meramente estrictamente de orden histórico, es, antes bien, un
relato que nos deja una “enseñanza entrelineada” del “cómo aquel pueblo
descifró la existencia de Dios en aquella época y lo interculturizó” y lo más
importante es: la proyección que se ha realizado de ello, hacia las futuras
generaciones.
·
Aplicando criterios analíticos en los
relatos bíblicos y con “ubicación mental” en la época y cultura del entonces,
se pueden colegir situaciones y coyunturas existentes de utilidad para todo
tiempo y lugar.
·
De la anterior conclusión obtenemos la
mejor de ellas: que es la que ha motivado el presente “mini-estudio” en cuanto
a que el hombre (como especie) tiende a ser condicionado por el medio que le
rodea (lo cual también es demostrado por otras ramas del saber humano), y por
ello se puede decir que el hombre en general, hace uso inequívocamente de la
función que Dios designó al cerebro de cada cual: “reflexionar de manera
inevitable”. Que al
ser visto en su conjunto, nos lleva a concluir que el ser humano, reflexiona
comunitariamente.
Décimo
segundo ORIFICIO
El final del período de
“desgobierno” llegó, y con él una nueva esperanza para la patria, luego de
cuatro años de total y absoluto desastre. Ello me sugirió que era “la hora de
cambiar” en lo personal, ya que el ansia de cambio era evidente y que todo
mundo estaba literalmente “harto” de tanto descaro e impunidad. Precisamente
por ello tuve a bien escribir un artículo con el cual pretendía “cambiar”
aquellas formas obsoletas de pensamiento, que en mi personal punto de vista
únicamente nos sirven para mantenernos “atados” a pensamientos y situaciones
esclavizantes, que nos han sido heredadas de un pasado que es tan solo parte de
la historia y, de suyo, nos impide “mirar hacia delante”.
ORIFICIO
Razonamientos
cuaresmales
Con la asunción del nuevo Gobierno,
el primer acontecimiento nacional durante la gestión, es la llegada de la
cuaresma católica, durante la cual se renueva de manera insistente “el llamado
a la conversión; hacia el cambio de la situación de pecado y hacia el cambio de
actitud”; lo cual es loable de parte de la jerarquía de la Iglesia católica,
teniendo en cuenta el padecimiento crónico guatemalteco de “olvidar
fácilmente”… Olvidamos tan fácilmente, que a la salida de la prédica dominical,
la inmensa mayoría, dispone que va a cambiar, que va a mejorar aquello que le
impide ser cada día mejor, etcétera.
El grave problema del asunto es que
las prédicas son hechas en general, y la gran mayoría toma los conceptos y las
sugerencias “como mejor le conviene”, con lo cual “se retuerce” la mayoría de
las veces, el sentido que el expositor (sacerdote o pastor) enfocó.
Algunos ejemplos que todos hemos
visto de la anterior situación, se dan en el sentido de “mortificarse más”, sin
razonar que el pueblo guatemalteco ya tuvo 36 años de mortificación por la
guerra; que la inmensa mayoría de la población asalariada, apenas consigue lo
mínimo para sobrevivir cada día; que el índice de desempleo es tan alto, que
genera unos índices de pobreza y pobreza extrema, que son de lo más vergonzoso
a nivel mundial; aunado a un índice de violencia que es aún más vergonzoso,
también a nivel mundial… ¿Qué sentido tiene entonces, mortificarse más?…
Hay “católicos” (entre comillas,
porque realmente no lo son) que tienen la creencia, devoción ó tradición de
cargar las fastuosas andas procesionales que recorren las calles de nuestras
ciudades, con el fin de “expiar por mortificación” los pecados cometidos
durante el año, y… ¡Quedar listos para otro año de pecados!… ¿Cuántos no nos
han enseñado de manera orgullosa sus hombros amoratados como prueba fehaciente
de lo que sufrieron al llevar sobre sí tanto peso?…
Otra
inmensa mayoría de “católicos”, no come carne roja todos los viernes de
Cuaresma, porque aún conservan la “abstinencia ordenada” en una época de
abundancia, poca población y precios bajos; enterados o no, que ¡la abstinencia
cuaresmal ya fue abolida!
A los niños en medio de su
inocencia, se les ordena tajantemente que no hagan ruido, que no jueguen, que
no corran, ¡que se mantengan “quietecitos” y en silencio!… En suma, ¡que no
sean lo que son! Para que aprendan a “ser buenos católicos”…
Reconozco que los ejemplos descritos
son exagerados, pero reales y todos podemos dar fe de ellos, si no es que
estamos en ellos… Entonces, ¿en qué consiste el llamado al cambio?…
Inicialmente el llamado es a
actualizar nuestro conocimiento y nuestro entender de la enseñanza (Evangelio)
que aquel hombre-Dios nos heredara, en nuestro contexto íntimo y en el que nos
rodea. Ello implica “sacar tiempo” para estudiar de manera sistemática (no
antojadiza) nuestra religión católica, para poder dimensionar correctamente
todos y cada uno de nuestros actos futuros. ¡Ésta es la razón de estudiar
teología!
Seguidamente, y con una mejor
consciencia, llevar a la práctica lo aprendido. Cada cual en la tarea que le
corresponda y que tenga a su alcance realizar… ¡Así de sencillo y fácil!
Cierto es que las oraciones son un
bálsamo para el espíritu y están bien. El problema teológico de fondo surge,
cuando se reúnen sistemáticamente solo para rezar… Aquí cabe recordar
aquella famosa cita contenida en la Carta de Santiago que dice: “Muéstrame
tu fe y yo te mostraré mis obras”. Ciertamente rezar es una obra y reunirse
para ello otra, pero ¿acaso no sería mejor ir a visitar un enfermo(a) y
brindarle apoyo?… Recordemos que el cristianismo, ha prevalecido durante épocas
de persecución declarada y solapada; pero sigue vigente hasta la fecha, gracias
a que todos creemos que hay un mundo mejor allende la muerte, y esperamos
llegar a él, para seguir el camino que nos enseñara Jesucristo. ¿O estoy
equivocado?…
¿Cómo entonces es que la mayoría de
los “dizque” cristianos ven la muerte como una tragedia y se niegan a aceptar
que hubo quien se les adelantara en el camino?… Hay quienes llegan al extremo
de recriminar a Dios por el suceso y otros peores cuestionan el por qué a
ellos, y no a otros… Dogmáticamente, las anteriores situaciones dejan demasiado
que desear de quien las profiere… ¿Dónde está la fe que exhibía devotamente en
sus rezos y en la calle cuando cargaba procesiones?… ¿Dónde quedan los mandatos
de: “Amar y respetar a Dios sobre todas las cosas” y el de “Amaos los
unos a los otros como yo os he amado”?…
Ciertamente hay quienes “entienden
nuestra imperfección”, pero ello ¡no es excusa para ser blasfemo!, si fuimos
hechos “a imagen y semejanza” de Dios, significa que poseemos un alma que
siente (igual que siente Dios). Cosa diferente es “dejar de utilizar el
raciocinio” con que Dios nos dotó y los conocimientos adquiridos,
abandonándonos en la pasión y sentimiento, profiriendo incoherencias y
estupideces –esto es fuerte, pero cierto–.
Descubrimos así, “algo que
efectivamente debemos cambiar en nosotros mismos”. (Conforme aprenda más,
seguramente encontrará muchas cosas más que debe cambiar personalmente).
En cuanto
al contexto que nos rodea, simplemente debemos influir en él, para buscar
mejores oportunidades para quienes no las poseen en la actualidad. En este
sentido nuestros esfuerzos y luchas deberán ser llenas de paz, efectivas,
reales y sinceras, buscando el bien común y no el personal, desprendiéndonos de
situaciones y cosas en beneficio de otros, etc. En suma, siendo solidarios con
la paz, la verdad, la justicia y el amor… “Acordándonos de todo y no
olvidándolo todo”… No dejándolo para después, ni para que otro lo haga, menos
para “que sea otro el que arree” con aquello que yo puedo hacer aquí y ahora.
Debemos entender
que, ser católico es más que rezar; más que ir a misa los domingos; más que
cargar procesiones en Semana Santa… Es el conocimiento y cumplimiento
de lo que Dios, por medio de Jesucristo, nos ha encomendado al escribir las
palabras que dicen: “Yo he venido a este mundo para que tengan vida y la
tengan en abundancia” (Juan 10,10)…
Vemos que hay
algunos que teniendo sobreabundancia ¡quieren más!, mientras que hay otros que
no poseen lo necesario para vivir, generándose
una situación por demás injusta e impuesta por el mercantilismo individual que
nos rige… ¡Y todos lo vemos como si nada!…
Por ello muchos
temen expresar su fe y su criterio ya que “saben que tendrán que ir
contra de la corriente e inclusive poner en juego la vida misma” e inventan
todo tipo de pretextos o excusas para evadir su influencia en el medio que les
circunda ¡para seguir sin hacer nada!…
Como expuse inicialmente, no se
trata de “buscarle tres pies al gato”, ¡es aún más simple!… Haga obras por los
demás y busque el bienestar de ellos antes que el propio; si está en sus
posibilidades busque una mejoría general del grupo de su influencia y sobre
todo, piense ¿qué hubiera hecho Cristo ante una situación similar?… Solo así
podrá tener respuestas que sean valederas para situaciones verdaderas. No se
deje llevar por fanatismos ni pensamientos que le sean impuestos por sectas sin
otra teología más que el sometimiento del ser humano a los intereses económicos
de la metrópoli que pretende arrebatarnos el don divino de pensar, y descubrirá
que ellos solo buscan su beneficio personal y no el de los demás hijos de Dios.
Décimo tercer ORIFICIO
Cierto
día, como que “me remordió un tanto la conciencia”, ya que caí en la cuenta que
casi todos mis escritos llevaban mucha carga ideológica que, quise brindarles a
mis lectores un “pequeño respiro” y patentizarles mi fe en ellos y el mundo.
Para ello me senté a pensar de manera entusiasta en todos, a manera que pudiese
transmitirles todo aquello que yo pensaba de mí mismo.
De
esa manera surgió el siguiente:
ORIFICIO
Credo para ti
Hoy he querido apartarme de los
temas escritos en los espacios de opinión de los diferentes rotativos… He
pensado que ante tantos males, propios y heredados, ¡ya tenemos suficiente!,
que no hay razón para que sigamos horadando en un terreno que de suyo ya posee
demasiados agujeros y hasta barrancos… Hasta el más perdido en la realidad que
le circunde sabe o siente en carne propia, la tremenda vorágine que le rodea;
aquella que le aplasta de manera inmisericorde todos los días y que yo, ¡me
niego a aceptar de manera impávida!
Por lo anterior buscaré contigo,
salidas acordes a nuestra irreflexiva manera de vivir y compartiré contigo el
pensamiento que reza: “PERMITA DIOS
QUE SEA PARTE DE LA SOLUCIÓN, Y NO PARTE DEL PROBLEMA”.
Siempre he creído que la parte más
valiosa del ser humano es su capacidad de pensar; y como resultado tangible de
sus razonamientos observamos actitudes que, si el razonamiento es correcto, son
de beneficio individual y colectivo… Algo así como lo que aquella sabia
sentencia bíblica dice: “POR SUS
FRUTOS LOS CONOCERÉIS”.
Por ello quiero decirte que:
Creo en tu voluntad de cambio, para
encontrar un mejor futuro para todos…
Creo que empleas tu intelecto para
identificar las soluciones y olvidar los problemas que nos afligen.
Creo que el resultado de tus
pensamientos va encaminado hacia acciones de beneficio colectivo…
Creo que entiendes que el pasado
está muerto, y como tal es objeto de la historia, que tan solo ha
servido para que el actual presente, –que muere a cada segundo– se incorpore al
pasado muerto.
Creo que estás ante un futuro
incierto porque hoy mismo no has concretado tus pensamientos en acciones que
nos auguren “algo mejor”.
Creo en ti, porque en medio de
realidades desastrosas, eres capaz de luchar ¡sin darte por vencido!
Creo en ti, porque eres quien hoy definirá las pautas
de “aquel futuro mejor” para todos.
En secreto
y sinceramente, te confieso que te admiro por ello; por tu diaria lucha contigo
mismo… y ¡contra los demás!
Por esa
terquedad y ese amor fraterno del que siempre busca la superación colectiva… ¡También
te admiro!
Creo en ti, finalmente, porque
¡somos iguales!
Amén.
Décimo cuarto ORIFICIO
Luego de “repartir” algunas copias
del Credo para ti entre conocidos, los comentarios no se hicieron
esperar, todos se mostraron satisfechos ¡por su contenido!, brindándome aquel
“espaldarazo” que toda persona que escribe necesita. Por ello, dispuse “re-hacerlo
de forma condensada” y el resultado es incluido a continuación:
Credo para tí
Creo en tu voluntad de cambio, para
encontrar un mejor futuro para todos…
Creo que empleas tu intelecto
para identificar las soluciones y olvidar los problemas que nos afligen.
Creo que el resultado de tus
pensamientos va encaminado hacia acciones de beneficio colectivo…
Creo que entiendes que el
pasado está muerto y que como tal, es objeto de la historia, que tan solo
ha servido para que el actual presente, –-que muere a cada segundo– se
incorpore al pasado muerto.
Creo que estás ante un futuro
incierto porque hoy mismo no has concretado tus pensamientos en acciones
que nos auguren “algo mejor”.
Creo en ti, porque en medio de
realidades desastrosas, eres capaz de luchar ¡sin darte por vencido!
Creo en ti, porque eres quien hoy
definirá las pautas de “aquel futuro mejor” para todos.
En secreto
y sinceramente, te confieso que te admiro por ello; por tu diaria lucha
contigo mismo… y ¡contra los demás!
Por esa terquedad y ese amor
fraterno del que siempre busca la superación colectiva… ¡También te
admiro!…
Creo en ti, finalmente, porque ¡somos
iguales!
Amén.
Décimo
quinto ORIFICIO
A consecuencia del saqueo (porque es el calificativo
correcto) del erario nacional, realizado por el “desgobierno eferregista”, las
finanzas públicas recibieron “un tiro de gracia” cuando la Corte de
Constitucionalidad declaró improcedente la prórroga de la vigencia del IEMA, y
se encontró con un enorme programa de Gobierno por ejecutar ¡sin fondos
suficientes para llevarlo a cabo!, suscitándose así, una gran polémica nacional
en torno al futuro de Guatemala como país. En tal virtud, se dijo y se hablaba de
todo tipo de soluciones ante la gravedad de la situación y la apremiante
necesidad de “pagar los sueldos de los empleados de Gobierno, cuando menos”,
realmente la situación amenazaba con un estallido social de incalculables
consecuencias, incluso a nivel internacional.
Haciendo acopio de mis conocimientos
económicos y de mi facilidad para plantear con palabras sencillas, situaciones
de suyo “difíciles”, surge esta Décimo
quinta selección:
ORIFICIO
Hablemos de
impuestos
He querido compartir algunos criterios
“en lenguaje entendible para todos”, para que aunque no seamos profesionales en
economía, entendamos de mejor manera el entramado económico en que vivimos.
Entregando así, un pequeño aporte que pudiera darnos “algunas luces” en cuanto
al asunto de los impuestos; ya que se escuchan todo tipo de comentarios, que
van desde lo descabellado e irracional, hasta verdaderas propuestas de
vanguardia económica.
Inicialmente, debemos entender que LOS
GOBIERNOS NO PRODUCEN RIQUEZA, sino son quienes la administran, para que
puedan subsistir sus habitantes, y consecuentemente el Estado como tal. Es por
ello que el aumento de los impuestos, no es culpa del Gobierno, sino antes
bien, es de todos; ya que el Gobierno tendrá que tomar las medidas necesarias
para garantizar que sus habitantes gocen de un ambiente propicio para su propio
e individual desarrollo… Pero sucede que ¡NADIE HA DEJADO DE HACER HIJOS! y
ello hace que hayan más necesidades cada día, aumentando inexorablemente los
problemas de todos los estados, ya que cada vez habrá más bocas que alimentar,
más vivienda que proporcionar, más necesidad de agua entubada, y un larguísimo
etcétera.
El otro concepto que debemos
fijarnos en la mente es que LA RIQUEZA LA PRODUCEN LOS EMPRESARIOS,
buscando su propio beneficio. Es por ello que bien o mal habido el capital con
que inician sus negocios, toman el riesgo de “poner a trabajar el dinero”, para
que el mismo se vea incrementado por medio del trabajo personal y la inversión
en los negocios de otros, obteniéndose un beneficio económico mutuo.
Por simple lógica, quienes no somos
ni Gobierno ni empresarios, somos asalariados de cualquiera de los descritos o
estamos desempleados… ¡Pero vivimos dentro del Estado!
Ya que los empresarios velan por sus
personales intereses (económicos desde luego), queda claro que es el
Gobierno el que se obliga a velar por todos (empresarios o asalariados),
puesto que todos somos ciudadanos. Por lo cual debe hacer frente a problemas mayores
cada vez, y de ahí la necesidad de recursos económicos cada vez mayores… Lo
cual es una realidad dolorosa pero igualmente certera.
Por extensión se colige que si el
Gobierno necesita mayores ingresos, nosotros también los necesitamos para hacer
frente a mayores compromisos económicos. Acá es cuando saltan las soluciones
simplistas en las cuales los asalariados claman por un mejor salario o sueldo…
Pero nadie se pregunta de donde saldrá el dinero necesario, para cumplir la
demandada mejora (salarial). Creen que el empresario por el mero hecho de
serlo, “tiene para dar y repartir”… ¿hasta quedarse sin nada?
El asunto no es tan simple, puesto
que si el empresario tomó el riesgo de trabajar su dinero, fue precisamente
para tener más, ¡nunca menos!
En todo caso, ponderará el hecho de
cerrar la fuente de trabajo e invertir en otro negocio que le sea rentable,
antes que repartir sus bienes de capital; ¡con todas las secuelas que ello
conlleve!.. De las cuales, las que cualquiera entiende son: el desempleo y, en
el caso del Gobierno, la pérdida de los impuestos que el empresario aporta al
fisco.
Precisamente por lo anterior, es que
un Gobierno lucha por bajar el índice de desempleo, puesto que es un
indicador indirecto del hambre que pasan los ciudadanos del estado que gobierna
y, entiende que el Gobierno por sí mismo, no produce riqueza, sino que por el
contrario, gasta la riqueza que otros han producido. El Gobierno pues, deberá
controlar en primera instancia, la producción de riqueza de los empresarios, pues
en la medida que los empresarios produzcan más, ganarán más. Para tal efecto
existe un índice que se llama: PIB (iniciales de Producto Interno Bruto), en el
cual se encuentra la suma cuantificada en dinero de las ventas
realizadas por todos los empresarios del Estado; y se obtiene de las
respectivas declaraciones juradas de los contadores al final del año
fiscal, además mediante la contabilización de las licencias de exportación,
generándose así el parámetro por el cual los empresarios pagan sus impuestos.
Conocedores que las demandas crecen
cada año (porque crece la población mundial y los empresarios cada vez desean
ganar más), es que se proyecta un crecimiento del PIB cada año, con lo cual el
Gobierno presupuesta sus ingresos y desde luego sus gastos.
En cuanto al dinero, en una
situación ideal (que no es la nuestra), es emitido, tan solo por la cantidad
que haya reflejado el PIB más las reservas que el Estado posea, (es decir, los
billetes “representan” lo que vale la producción, más el oro que se tenga
depositado y las reservas –dólares, puesto que es la única moneda convertible a
oro– que se posean).
Pero sucede que en países como el
nuestro, tercermundistas o subdesarrollados, las necesidades de la población
son infinitamente mayores que el valor de su producción y reservas, y se
recurre al “endeudamiento” (interno y/o externo), con lo cual el Gobierno
completa su presupuesto, prestando dinero a interés a quienes sí lo poseen y
desean invertir con seguridad, ya que es improbable que un Estado deje de
pagar.
Paralelamente a los planteamientos
anteriores, en Guatemala está vigente una ley que data del tiempo del extinto
presidente Ramiro De León Carpio, donde se prohíbe la emisión de billetes sin
respaldo”, puesto que ello genera inflación, (porque aumenta la cantidad de
dinero circulante, lo cual conlleva que el valor –de la producción y la reserva
de oro depositada- representado por cada billete, sea menor), “obligando” al
Gobierno a cubrir sus necesidades financieras por medio de préstamos a la banca
privada (en caso de ser endeudamiento interno); con lo cual ¡el Gobierno estará
siempre a expensas de la banca privada y de los intereses que deseen devengar!
Para el caso del endeudamiento
externo, el Gobierno suple sus necesidades prestando dinero en fuentes (bancos)
fuera del país, con lo cual se “hipoteca” la soberanía del país, ya que en más
de una ocasión los mencionados entes financieros (Banco Mundial, Fondo
Monetario Internacional, Etc.) vienen a “fiscalizar” (a evaluar nuestra
economía, conforme sus intereses) y nosotros los guatemaltecos, deberemos
cumplir “las sugerencias” de sus representantes, lo cual obviamente es inmoral,
puesto que nos veda el derecho de decidir, en cuanto a nuestro futuro
económico.
Luego de la anterior (y muy escueta)
exposición, caemos en la cuenta que no es tan sencillo hablar de impuestos,
sobre todo cuando estamos inmersos en una economía tan maltrecha como la
nuestra. Hay otros factores no económicos para considerar, como los políticos,
sociales, internacionales, etcétera, los cuales no analizaremos, por razones de
espacio, pero que los conocemos de manera empírica o por experiencia… Baste
decir que “a ninguno nos agradan sus implicaciones”.
Lo que si queda claro para todos,
son tres puntos esenciales:
1. El Gobierno
subsiste con mayores ingresos, únicamente en la medida que los
empresarios que rige, son capaces de producir más riqueza.
2. Nuestra
economía ha estado y está completamente desequilibrada. Puesto que, las
necesidades son mayores que los ingresos.
3. Las únicas
fuentes de ingresos que posee el Gobierno son los impuestos y el endeudamiento.
Para el caso de los impuestos, los
paga el pueblo sacrificando su propio bienestar, para que otros menos
favorecidos, logren subsistir (en teoría, al menos).
En el caso de recurrir al
endeudamiento, éste también lo paga el pueblo, solo que a largo plazo más los
respectivos intereses; amén de “hipotecar” el futuro y la capacidad de decisión
de las futuras generaciones, al “heredarles” una deuda cada vez más difícil de
manejar. Consiguientemente, queda claro que la mejor manera de “salir”
de la crisis en que nos encontramos, radica precisamente en el estímulo de la
producción, lo cual no se logra aumentando los impuestos, puesto que ello posee
la grave complicación de desmotivar los esfuerzos empresariales y, producir
resultados a ¡un año plazo!, consiguientemente no resuelve nuestros problemas
económicos de hoy… Lo cual me lleva a pensar en una solución integral,
mediante la adopción de tres acciones concretas:
·
Que se plantee un impuesto único que
contemple el aporte de los guatemaltecos para el rescate de nuestra economía, y
con duración de un ejercicio fiscal (un año) solamente.
·
Que paralelamente a lo anterior se
“desgrave paulatinamente la producción” (que se vayan rebajando los impuestos a
la producción), y se establezca un plan de incentivación fiscal, basado en el
incremento de las ventas. (Es decir, a mayor crecimiento de ventas, menor tasa
de impuestos a pagar).
·
Invitar a la comunidad internacional a que invierta
en Guatemala a largo plazo y pueda participar en el plan de desgravación
fiscal, basándose en su propia competitividad; a condición que emplee mano de
obra guatemalteca en el 90% de sus plazas como mínimo.
Con la fe y esperanza puesta en
nuestro país, y aportando cada cual lo mejor de sí, estoy seguro que saldremos
adelante.
Décimo
sexto ORIFICIO
De la anterior exposición (“Hablemos
de impuestos”), una vez más hice circular algunas copias de ella entre mis allegados,
rogándoles las hicieran del conocimiento público, a fin que más personas
pudiesen “entender lo suficiente”, como para poder formarse un mejor criterio
de aquella coyuntura específica. Así que a manera de “compás de espera”, quise
comunicarme con mis lectores para compartirles “algo” de mi acervo personal;
para lo cual escribí la siguiente “Carta”:
ORIFICIO
Carta
A quien
me lea
Presente.
La sabiduría se adquiere de forma
teórica y vivencial y, con el devenir del tiempo, aumenta nuestro acervo.
Por ello he deseado compartir algo
del bagaje que he acumulado durante mi presencia consciente en el mundo teórico
y vivencial que me ha tocado coexistir con usted, que tan amablemente me
lee.
Hago pues, una pequeña entrega
teórica de vivencias aprendidas de mi padre, de pensadores varios y de mi
propia creación, esperando le sean útiles para vivir mejor.
Sinceramente, Eloy Herrera
Monteagudo.
·
Solamente hay dos tipos de personas: las
que aman y construyen, y las que odian y destruyen. (José Martí)
·
Hay que apuntar a las estrellas, para
acertarle a la Luna. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Andando se hace el camino. (Otto René
Castillo)
·
Despacio, porque precisa. (Napoleón
Bonaparte)
·
No desees a nadie, lo que no desees para
ti. (Paráfrasis de la Biblia)
·
El haragán y mezquino, recorren dos veces
el mismo camino. (Anónimo)
·
Quiera Dios que sea parte de la solución, y
no parte del problema. (Anónimo)
·
No se puede construir una economía sana, si
está fundamentada en el crédito. (Abraham Lincoln)
·
Siembra vientos, y cosecharás tempestades.
(Anónimo)
·
Luego de la noche… siempre habrá ¡un
pletórico amanecer! (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Pienso, luego existo. (Renato Descartes)
·
Yo solo sé, que no sé nada. (Sócrates)
·
Los ojos son, las ventanas del alma. (Paul Nietzsche)
·
Aprendo más de mis errores, que de mis
propios aciertos. (Anónimo)
·
Quererse, no es “joderse”. (Josefina
Estrada)
·
El hombre no es lo que aparenta, sino lo
que demuestra. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Es fácil odiar, lo difícil es perdonar.
(Eloy Herrera Monteagudo)
·
Solo hay dos maneras de hacer las cosas:
“La correcta y la incorrecta”. (Eloy Amado Herrera López)
·
Es más lo que desconocemos, que todo
aquello cuanto conocemos. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Nacer es, empezar a morir. (Anónimo)
·
Dime lo que piensas, y te diré quién eres.
(Anónimo)
·
El camino al infierno está empedrado de
“buenas intenciones”. (Anónimo)
·
Podrás condenarte por muchas causas, mas no
por amar y perdonar. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Podrás engañar a todo el mundo, menos a
Dios y a tí mismo. (Anónimo)
·
La mentira luce, mientras la verdad no
aparece. (Anónimo)
·
Muéstrame tu fe, yo te mostraré mis obras.
(La Biblia)
·
La estatura de un hombre está dada,
solamente por lo que piensa. (Eloy Amado Herrera López)
·
Es más fácil que pase un camello por el ojo
de una aguja, que un rico entre al Reino de los Cielos. (La Biblia)
·
Los hombres fingen amor, por sexo; las
mujeres fingen sexo, por amor. (Anónimo)
·
Es más valiente quien perdona, que quien se
siente valiente cuando ataca. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Más allá de todo, estará siempre “el más
allá”. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
El hombre es la única especie animal que
tropieza, con la misma piedra, en el mismo camino y en el mismo lugar. (Eloy
Herrera Monteagudo)
·
La distancia más corta entre dos puntos del
plano, está determinada por la línea recta que los une. (axioma geométrico)
·
Es fácil ser popular, pero no es popular
ser “fácil”. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Es más difícil ser popular, que ser
popularmente “difícil”. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Amar es dar, antes que recibir. (Anónimo)
·
La carga de los años pesa, mas no el bagaje
que llevamos a cuestas. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Perderás la batalla, cuando “pierdas los
estribos”. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
Cuanto más demuestres tu fuerza física, más
fuerte demostrarás tu estupidez. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
La única medida de fuerza que existe es: la
voluntad de perseverar hasta el final. (Eloy Herrera Monteagudo)
·
La única expresión que no existe dentro de
mi léxico es: “no puedo”; la he sustituido por: “aprenderé”. (Eloy Herrera
Monteagudo)
·
¡Nunca! diga: “nunca”. (Abdón Rodríguez
Zea.)
Décimo séptimo ORIFICIO
El transcurrir del tiempo es inexorable y con él las
diversas coyunturas se van modificando de manera constante. En este contexto la
coyuntura internacional conocida como “globalización”, principió a tener sus
efectos en nuestro país. Que como siempre veía venir las situaciones,
solapadamente antes y de manera más “descarada” después y, ¡una vez más
confirmó su total falta de criticidad!, de manera increíble su falta de visión
ante la problemática que enfrentaba, por cuanto los medios noticiosos daban
cuenta de la situación envolvente a nivel mundial, realmente muy pocos
(posiblemente los dedos de una mano eran suficientes para contarnos) buscamos
la información que pudiésemos encontrar respecto al asunto, y como siempre me
surgió el impulso de escribir a mis coterráneos, para “tocarles un poco la
conciencia” en cuanto al “real motivo” de la globalización; surgiendo así “el
nuevo llamado a la moral” que adjunto.
ORIFICIO
¿Ya se dio cuenta?
Dada la escasez de información
“entendible” en cuanto a la cotidianidad, he dispuesto escribir algo que lo
lleve a reflexionar acerca de las gestiones del Gobierno norteamericano,
encabezado por el “republicano” George W. Bush.
Uno de mis sobrinos manifestaba que,
pese a su corta edad (comparada con la mía, por supuesto), se había “dado
cuenta” que los países que “prosperan” son aquellos con espíritu
guerrerista y que gustan conquistar a otros. Entendiendo por conquista la
exportación o imposición de su pensamiento hacia los conquistados.
Obviando por razones de espacio,
todas las consideraciones pertinentes deseo compartir con ustedes el contenido
esencial de aquella cálida conversación en cuanto a los “pros y contras” de la
aseveración… los tópicos surgían a torrentes de ambas partes. Y llegamos a “darnos
cuenta” que la reelección de George W. Bush, ha sido lo peor que le haya
podido pasar al mundo y a Latinoamérica en especial, toda vez que la conquista
económica y bélica de EE.UU. no se detendrá, al menos en el futuro cercano… Nos
“dimos cuenta” que la exportación del estilo de vida norteamericano
(American Way of Life, en inglés) seguirá impactándonos brutalmente y que si
nos atrevemos a presentar una lucha frontal (suponiendo que lográsemos
concienciar del problema a los países) en contra de la situación, lo más seguro
es que fuésemos invadidos (como cuando lo hicieron -o financiaron en casi
cualquier parte del mundo), desde que resultaron triunfantes en la primera
guerra mundial.
En aquella plática, resumimos muy
brevemente el acontecer histórico y recordamos la existencia de DOCUMENTOS
“DESCLASIFICADOS” prueban la certeza de nuestras aseveraciones y concluimos que
el tan aclamado Tratado de Libre Comercio (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés)
y el no menos famoso Plan Puebla Panamá (P.P.P.) son la más clara muestra de la
conquista frontal que pretenden hacer de nuestros pueblos, ¡eso sí disfrazada
de “progreso y oportunidades para todos”!… ¿Ya se dio cuenta que la
“punta de lanza” de la globalización (que no es otra cosa al final que la
“aceptación” de su estilo de vida –The American Way of Life-) es el Plan Puebla
Panamá?, ¿acaso no ha caído en la cuenta que el CAFTA-DR finalmente solo
logrará que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres en cantidad y
calidad?…
Vea
qué sucedió en el pasado reciente de Irak: Un país con un único recurso natural
exportable, llamado petróleo, que ¡tenían que vender por alimentos, al precio
que les imponía EE.UU!. Por si ello fuera poco, inventaron los estadounidenses
– porque no han demostrado lo contrario– que fabricaban armas bacteriológicas
¡destinadas a la destrucción del género humano!… los iraquíes de manera
humillante “aceptaron las inspecciones” ordenadas por una O.N.U. –títere de su
mayor deudor de cuotas, pero con el mayor ejército del mundo– dentro de su
territorio y palacios y… ¡no apareció nada!; luego siguieron los
estadounidenses con el argumento necio, que las armas estaban escondidas y
¡bajó el precio del petróleo!, ya que el pueblo iraquí ¡estaba muriendo de
hambre!, viéndose forzado a vender más de lo que el mercado era capaz de
consumir, con lo cual los “buenos samaritanos estadounidenses”, obtuvieron una
cifra récord en su historia de reservas petroleras ¡en tiempos de alta demanda
por prevención del invierno!… Ahora, saque usted sus propias conclusiones
respecto de los atentados “terroristas” de aquel fatídico once de septiembre, y
evalúe los daños causados –por querer imponer su “American Way of Life” – a
todo el mundo… en vidas humanas, precios del barril de petróleo, amén de la manipulación
o “ignorancia deliberada” y menos justificada de la soberanía de varios países.
Aclarando que no estoy en contra de los
norteamericanos y su libre determinación, sino censurando las consecuencias que
sufrimos en todo el mundo a causa de la pretenciosa afirmación
“republicana”, de incentivar el enriquecimiento basados en “dejar hacer” y el
privilegiar el enriquecimiento de los norteamericanos ante la vida… ¡no
estoy en contra de ellos!, ¡estoy en contra del pensamiento que sustenta su
proceder, a todas luces injusto, egoísta y si caben los vocablos para toda
la sociedad norteamericana, ególatras y narcisistas!
Veamos
lo que debe preocuparnos como guatemaltecos:
La mayoría de las fábricas de los
EE.UU. se encuentran cerca de la costa atlántica, y el principal mercado de
ellos (EE.UU.) está en Asia. Por lo tanto deben atravesar su propio territorio
para embarcar en la costa del Pacífico. Ello conlleva necesariamente, enfrentar
a “su” industria contra los poderosos sindicatos de pilotos del transporte
(recuerde cómo la mafia, por medio del recordado “Hoffa”, controló a EE.UU. en
el pasado) para llevar “sus” productos a los puertos situados al otro extremo
de “su” país; y embarcarlos hacia su destino asiático.
Precisamente en ese momento, aparece
una mente ultra-recalcitrante (republicana) y ¡nace la idea del P.P.P!,
presentada por un presidente mexicano “muy agradecido” por la firma de un TLC
con su país –cuyos primeros resultados empezamos a conocer, y van de desastre
social en adelante–.
El Plan Puebla Panamá contempla
entre otras cosas, la construcción de una súper-carretera (de propiedad y
usufructo norteamericano, ¡por supuesto!) que literalmente “partirá” Guatemala
(o al país “que se deje”) en dos partes: del océano Atlántico al océano Pacífico.
Ya que para los industriales norteamericanos es más barato embarcar en
Florida o Nueva York, con destino a Guatemala, para luego transportar vía
terrestre al océano Pacífico y de allí, a su destino final en Asia, sin “tener que lidiar” con los
poderosos sindicatos de transportistas norteamericanos y, de paso abastecer de
mejor manera al Estado de Hawai, que está ubicado a medio camino;
¡¡¡Verdaderamente genial!!!
Para sostener semejante
infraestructura, los guatemaltecos deberemos adicionalmente, construir una
hidroeléctrica que brinde energía a “sus” dos puertos e ilumine “su”
súper-carretera ya que todo funcionará día y noche… Ello implica que deberemos
inundar “adicionalmente”, parte de nuestro territorio con el embalse necesario
para que los norteamericanos conserven su “American Way of Life” y su progreso
(capítulo aparte merece esta palabra), fundamentado en “su” productividad
¡jamás la nuestra!, (aunque algunos, una minoría tan insignificante que en
términos estadísticos no representaría ni siquiera el 0.01%, se beneficiaría
con uno que otro uso de las obras en cuestión y ¡solo Dios sabe a qué precios y
en qué condiciones!).
¿Ya se dio cuenta? Que
adicionalmente se pretende que Guatemala ¿“acepte” que haya permanentemente una
porción de propiedad norteamericana sobre, debajo o dentro de nuestro país?;
que deberemos igualmente, ¿“aceptar” que se beneficien con la electricidad que
produzca la hipotética hidroeléctrica (que inundará una buena parte de nuestro
territorio y ¿sabrá Dios a que precios “nos venderán” el remanente de energía
que no utilicen?); y de premio “deberemos lidiar” con todos los emigrantes que
no retornen después de finalizada la faraónica (para nosotros, desde luego)
construcción, a sus países que vendrán desde Puebla, hasta Colombia por la “obra
norteamericana”?
Saque
ahora sus propias conclusiones en torno a lo que es éticamente valedero del
American Way of Life…
En
cuanto a las razones que tiene Osama Bin Laden para estar en contra del Estilo
Norteamericano de Vida; la razón que tiene el pueblo iraquí, al resistir la
invasión de su territorio; las implicaciones que tiene el “American Way of
Life” para el mundo; la posición “republicana” (guerrerista y conquistadora) de
su líder: George W. Bush; y nuestro futuro si nos negamos a ser parte de
semejante monstruosidad. ¿Ya se dio cuenta?
Décimo octavo ORIFICIO
Intentando tocar “el punto más
sensible de los guatemaltecos” (nuestra “cultura de maíz”), enfoqué mis
esfuerzos para cuestionar el punto más nefasto del Tratado de Libre Comercio
entre Centroamérica, Estados Unidos, y la República Dominicana (CAFTA-DR, por
sus siglas en inglés), buscando la tan ansiada toma de conciencia de ellos y,
eventualmente, algún tipo de reacción, por cuanto el Acuerdo de marras, tiende
a vulnerar de manera paulatina e inexorable la fuente de subsistencia de la
gran mayoría de guatemaltecos.
Surge así el décimo octavo ORIFICIO seleccionado:
ORIFICIO
R. I. P. “Hombres
de Maíz”
Acertadamente nuestro Premio Nobel
Miguel Ángel Asturias, nos definió con el título de la obra que le otorgara el
máximo galardón de las letras, puesto que somos dependientes del maíz;
con el agravante que cuanto mayor es la pobreza de las personas el fenómeno se
acentúa, hasta límites dramáticos; tal como lo demuestran los últimos
resultados publicados por el Banco Mundial (BM), que nos colocan en el último
lugar de Latinoamérica en cuanto a la brecha entre ricos y pobres; siendo las
cifras más vergonzosas que conozco y transcribo a continuación: “El 15% de
la población guatemalteca es ‘propietaria’ del 83% de la riqueza del país;
mientras que el 85% de la población es ‘propietaria’ del 17% de la riqueza del
país”, con lo cual
hemos aventajado a Brasil, que poseía el anterior récord (¡Bravo por Lula da
Silva!).
Ahora reflexionemos respecto de
nuestro futuro con el TLC, ya que en voces del empresariado y del Gobierno, es
algo así como “la tabla de salida” de la crisis, ya que podremos exportar más,
“si somos eficientes y productivos”. Lo cual nos lleva a otro cuestionamiento,
por cuanto las desigualdades para el caso del maíz son abismales, veamos
algunas dignas de consideración:
·
En Estados Unidos se siembra con tractor,
mientras que en Guatemala se siembra con “estaca”, en unos casos y con
“azadón”, en otros.
·
En Estados Unidos el agricultor es
propietario en la mayoría de los casos, mientras que en Guatemala la inmensa
mayoría arrenda (alquila) el terreno que siembra (puesto que se “abortó” la
Reforma Agraria de 1944, gracias a “la ayuda” de Estados Unidos en 1954).
·
En Estados Unidos, cada milpa produce
generalmente 3 mazorcas grandes y de grano regularmente distribuido, mientras
que en Guatemala cada milpa produce en el mejor de los casos (en un porcentaje ínfimo)
2 mazorcas pequeñas y con una distribución irregular de los granos, pese a los
esfuerzos de los agricultores y del ICTA.
·
En Estados Unidos, el Gobierno garantiza el
precio de venta de la cosecha y subsidia a los agricultores, al momento de la
siembra y otorga préstamos blandos cuando lo requieren para insumos de
producción, el caso de “baja en el precio del grano” NO EXISTE para los
agricultores, pues el Gobierno ¡compra la totalidad de la cosecha al precio
pactado al inicio de la siembra!, sin importar el déficit fiscal que ello
provoque. Mientras en Guatemala, cada cual (incluido el Gobierno) ve “de que
manera se las espanta”, y “ahí vea cómo le va”, ¡eso sí!, que el déficit fiscal
no sobrepase el límite que algunos “técnicos de Gobierno” fijaron respecto del
Producto Interno Bruto (PIB) que aquel 15% propietario del 83% de la riqueza
nacional haya declarado (porque nunca declaran todo) el año anterior, más un
leve incremento para que “los pobrecitos” burócratas que lo hicieron (además de
sus allegados), “no sufran en su peculio el impacto de la inflación generada”.
Pero lo que finalmente es hilarante
de todo el asunto son dos cosas:
1. Que tenemos
“TODO UN AÑO” para “prepararnos y competir”, luego que ¡no lo hemos hecho en
más de 500!
2. Que “ahora
ya podremos exportar” más arveja china, ejotes, bróculi y “berries” (cerezas,
frambuesas, etcétera) hacia “el mercado más grande del mundo”, y con ello
“compensaremos” la inundación de nuestro mercado con maíz transgénico (“Cruce”
vegetal y animal) norteamericano.
Veremos qué hacen nuestros
campesinos para “ser productivos y eficientes” sin ninguna tecnología, sin
subsidios ni créditos, con la fabulosa “productividad” de una mazorca por milpa
y sujetos “al valor de mercado” el día de la cosecha; que a su vez es: el medio
de pago del arrendamiento, subsistencia y semilla (puesto que la transgénica no
se reproduce y habrá que comprarla a “ya saben quienes”).
Igualmente veremos el paulatino
descendimiento del arancel, que ha logrado que nuestros pequeños productores de
maíz “no transgénico”, hayan subsistido hasta la fecha y, ¡bajarán los precios!
(mientras acá haya campesinos sembrando maíz), logrando que haya en Guatemala
un genocidio porque nuestros campesinos ¡morirán literalmente de hambre!
Finalmente viviremos felices en un
mundo “globalizado”, (si es que hay alguien que no pertenezca al actual
Gobierno y/o empresariado que avale otra estupidez).
¡Ojalá que en 10 o 20 años no se
descubra que el maíz transgénico produce alguna enfermedad terminal (cáncer por
ejemplo)!
¡Tiene hasta enero del 2007 para
saciar su antojo de maíz!, después puede “ser productivo y eficiente” solamente
si logra las dos condiciones siguientes:
·
No comiendo NADA que contenga maíz (para
asegurar quedar vivo).
·
“colarse” dentro del 15% propietario del
83% de la riqueza nacional siendo “propietario” de una parcela anteriormente
sembrada de maíz, para ¡convertirla en cementerio!
¡Descansen en paz “Hombres de
Maíz”!
Décimo noveno ORIFICIO
Luego
de tener a la vista que la población ¡una vez más!, no hizo nada y permaneció
tan impávida como siempre, esperando que fuesen otros quienes determinaran su
destino, quise hacer un correcto dimensionamiento de lo que ocurría por la
aprobación y posterior ratificación del mentado CAFTA-DR, por nuestro país y
Estados Unidos, ya que ante mis ojos, estaba ocurriendo una verdadera
“montuosidad económica” que incidiría en todo nuestro ámbito social.
Por ello, me sentí impelido a hacer
una nueva entrega a los guatemaltecos mediante un artículo, con la intención
clara de “abrirles los ojos” en cuanto a la gravedad de cuanto estaba
ocurriendo realmente, a consecuencia del mencionado acuerdo. Así surge el
siguiente artículo:
ORIFICIO
La apuesta
Escribo con la intención de aclarar
un poco de la incertidumbre que, como guatemaltecos, tenemos ante la inminencia
de la ratificación del Tratado de Libre Comercio (CAFTA- RD, por sus siglas en
inglés) entre nuestros países y EE.UU.
Inicialmente podemos decir que al
igual que todo cuanto ha hecho el hombre, no es perfecto (perfecto solo
Dios), consecuentemente, dicho TLC posee ventajas y desventajas para las partes
suscribientes (para el caso Guatemala y EE.UU.).
Igualmente, hemos de reconocer que
el TLC es el resultado de una serie de negociaciones entre las partes (países)
que, aunque hayan “cedido algo de sus respectivos intereses comerciales”,
también es cierto que “han recibido compensadores en otros reglones
económicos”, lo cual visto desde la perspectiva de la macroeconomía, es
aceptable.
Visto desde los intereses de los
micro, pequeños y medianos productores es muy, muy diferente, ya que quienes
participaron en las negociaciones han apostado con la producción del
grueso de la población que es considerada en términos económicos como
“productores de subsistencia”, misma que por su misma situación, no está
controlada en nuestro régimen fiscal y estadístico. De allí que su producción
no puede cuantificarse con una mediana certeza por la carencia de datos, puesto
que el problema real es que NINGUNO DE ELLOS TRIBUTA DIRECTAMENTE, y quienes lo
hacen, lo efectúan de manera indirecta, cuando eventualmente compran semillas
para la siembra (generalmente son ellos mismos quienes “guardan” semillas para
la nueva siembra) y, como todos son “consumidores finales”, quien les vende las
semillas podrá declarar “lo que le convenga y no la realidad de la venta”. Sin
embargo, esta práctica permite que un grueso de nuestra población sobreviva tan
solo, muchas veces en condiciones de pobreza y miseria, lo cual de suyo es deplorable,
como producto final del sistema económico.
Pero la parte medular de este
enfoque no está
dirigido hacia dicha cuestión en
particular, antes bien, quise traerla a colación, por cuanto “la producción no
cuantificable del grueso de la población” ha sido precisamente lo que se ha
apostado en el CAFTA- RD, a cambio que “haya más competencia” (y en teoría
mejores precios) en otros rubros de la macroeconomía guatemalteca…
Quizá lo mejor en este punto sea
citar el ejemplo de lo que pudiera darse para el caso de aquel parcelario que
actualmente se dedica a la siembra de maíz y frijol:
·
Siembra y cosecha sus granos.
·
Se “apera” de ellos para el tiempo que
necesite subsistir con su familia hasta que obtenga una nueva cosecha.
·
Guarda semilla para la próxima siembra.
·
Vende el resto para pagar el arrendamiento
de la parcela que sembró (ya que existe una pésima distribución de la tierra) y
satisface otro tipo de necesidades (ropa, si acaso), aunque generalmente lo
gasta en licor. ¡Esta es la cruda realidad guatemalteca!
Con la entrada en vigencia del TLC,
nuestro mercado (es decir donde el parcelario tiene que vender su cosecha) se
verá inundado de maíz norteamericano más barato y “de mejor calidad” y el
parcelario del ejemplo, con buena suerte recuperará sus costos de producción,
acaso el primer año, ya que la “desgravación arancelaria” del maíz
norteamericano será paulatinamente descendiente, año con año.
Ante tal situación, el parcelario
tiene dos alternativas a saber:
·
Diversificar (cambiar) su cultivo de
subsistencia hacia verduras y “berries” (cerezas, moras, fresas, etcétera), que
sí mejorarán sus precios en el mercado.
·
Dejar de ser parcelario “independiente”
para pasar a engrosar las filas de los “asalariados” (dependientes
económicamente de un empresario) que sí estará exportando hacia el mayor
mercado del mundo (EE.UU.) sus productos en mejores condiciones (azúcar, por
ejemplo).
Éste es el valor de
la apuesta:
¡todo cuanto conocemos, por todo aquello que aún desconocemos!, en
términos de todos los productores agrícolas menores, por supuesto.
Implica todo un proceso
“re-educativo” de nuestra población agrícola… algo como aquello que dijera
nuestro ex presidente Miguel Ydígoras Fuentes, cuando promulgó la Ley de
General de Amnistía de su época: “borrón y cuenta nueva”.
Hemos (porque seguramente, no habrá
vuelta atrás) apostado “hacia la esperanza de exportar muchísimo más”,
generando con ello la perspectiva de un cambio fuerte (el más fuerte del que
tengo conocimiento) en la economía de subsistencia de los guatemaltecos.
Implica también una inmensa
oportunidad de financiamiento para el sistema bancario nacional, hacia los
micro, pequeños y medianos productores que tomen el reto de “ser
independientes”.
En suma, el CAFTA- RD es tan solo el
nombre de un acuerdo comercial, que para los grandes empresarios es
beneficioso, pero es “temido” por la inmensa mayoría de guatemaltecos,
precisamente por su misma ignorancia (general y del acuerdo) y por su temor al
cambio.
La apuesta está hecha hacia el logro
del control fiscal de “toda la producción guatemalteca”. Hacia el logro de una
conciencia de trabajo como país y en beneficio individual, al arrancarnos toda
una cultura heredada de nuestros ancestros, en cuanto a la preponderancia de lo
conocido en agricultura, frente a todo aquello que la mayoría desconoce, como
es el mercado internacional y sus vericuetos, que finalmente es el que
determina la macroeconomía de los países.
Como dijera el recordado Abdón
Rodríguez Zea: “¡Ánimo!”
Vigésimo ORIFICIO
Luego de las dos anteriores
entregas, tuve que aceptar que nuestra sociedad es ininteligible, por cuanto
hace valedero el refrán popular que reza: “no se arrodillan ante la
tormenta, aunque el rancho les caiga encima” en toda la extensión de su contenido…
Razoné que está tan acostumbrada a
ser lo que es, que le es literalmente imposible cambiar, que está tan aberrada
y desorientada que, sin ánimo de compararme a Juan El Bautista, soy “una voz
que clama en el desierto”, y obviamente el desierto no solo lo es, sino que
¡está vacío!, por cuanto absolutamente nadie denota mínimamente la intención de
preocuparse por todo aquello que a mí sí (el devenir futuro de nuestra paria y
de nuestra población).
Lanzándome al análisis de la
conducta social guatemalteca y sus inquietudes. De la anterior inquietud surge
el siguiente análisis:
ORIFICIO
La incertidumbre
ENTRADILLA
Actualmente,
el problema de liderazgo mundial se ha tornado en una lucha desenfrenada,
parecida en mucho a la antigua guerra fría que creíamos extinta.
Para la mente suspicaz
de la mayoría, no pasa desapercibida “la sensación de incertidumbre” que nos
envuelve de manera vertiginosa por “los primeros síntomas inherentes al proceso
globalizador mundial”; lo cual es comprensible porque el pensamiento
relativista que impera en el ordenamiento actual se va trastocando hacia una
visión que la inmensa mayoría predice, pero que ninguno define con exactitud;
creándose de esta manera cierto temor “hacia lo desconocido”, que en términos
de lucha de razonamientos lógicos, no podemos “prevenir” en la manera que
estamos habituados a hacerlo…
Realmente entendemos que
habrá y sucederá “algo”, mas no así su dimensionamiento, ni sus consecuencias
futuras y menos aún, el impacto que deberemos aceptar en nuestras propias
vidas.
Muchos hacen
“previsiones dentro de lo posible”, ahorrando dinero, otros invirtiéndolo para
gozar de un mejor futuro, otros más pesimistas “anuncian el cumplimiento de
antiguas profecías”.
En suma, todo aquel que
escudriña el asunto proclama tener la verdad, cimentando su proceder en
razonamientos de todo tipo, que pretenden de una u otra forma, “hacer verdades
creíbles y demostrables a los ojos de los demás”.
Por la anterior
observación, y dadas las limitaciones de espacio imperantes, no pretendo ser
uno más que “proclame su propia verdad” respecto de los efectos que tendrá en
cada uno de los habitantes del planeta la ya
manoseada idea del proceso globalizador mundial, ni me atrevo a mencionar
criterio alguno, respecto a los frutos que se cosechen (valga la metáfora
empleada).
Consecuentemente escribo
este pequeño, realmente muy pequeño aporte, con la intención sincera de
“iluminar en algo” la incertidumbre reinante en sus mentes, en sus corazones,
en sus más íntimas esencias como seres pensantes…
Insisto de antemano que
no pretendo ni de broma, ser un “iluminado” más… de “esos” (sobre todo neo
pentecostales), ¡ya hay muchos!
Lo que primero debemos
razonar en cuanto a la mentada globalización, es que ella no es más que otra
“corriente de pensamiento mundial”, que derivada de las inmensas posibilidades
de comunicación de hoy en día, nos llega, nos envuelve y nos absorbe
inexorablemente. Algo como lo sucedido en su época con las corrientes: barroca,
renacentista, neoclásica, contemporánea, etcétera.
Las únicas diferencias
dignas de mencionarse son dos:
1. Hoy,
las comunicaciones hacen posible que: “todos lo sepamos todo” y gracias a la
tecnología (internet), ¡casi inmediatamente!
2. El
sistema económico imperante reduce todo a un valor monetario.
De la primera, hay que
comentar que la pretensión de “saberlo todo” está referida tan solo a la
información, mas no así al aspecto “formativo” de todos los seres humanos,
teniendo como principal logro el traslado de todo tipo de conocimientos entre
los humanos; pero, posee el gran defecto de “dar a conocer” a todos, cualquier
otro tipo de información deformativa, alienante o aberrada de la realidad.
Consecuentemente el
espíritu crítico-formativo, está sujeto al personal sistema de valoración, en
cuanto a la información obtenida.
Para que tenga una idea
centrada de lo que trato de explicar, me valdré del ejemplo del valor de la
información en cuanto a los beneficios de “la meditación” para un budista; el
que tenga usted, habitante “no delincuente” del mundo cristiano; y el que
pudiera (acaso) tener algún “degenerado mental y/o delincuente”. Aunque se
trate de la misma información, es más que obvio que de la misma información
tendremos tres diferentes conceptualizaciones y valoraciones, y… la misma
información podrá ser útil a estas tres personas, de tres maneras muy
diferentes.
En cuanto a la segunda
diferencia (que a mi criterio motiva la presente entrega), hemos de reconocer
que llegamos al tema aquel que se tocó en la película titulada “La propuesta
indecente”, en la cual se cuestiona muy seriamente la validez moral, (no
monetaria) de ese gran invento llamado “dinero” que rige y sustenta el sistema
capitalista en que estamos inmersos y que unos fanáticos llamados acertadamente
por muchos “los policías mundiales” intentan imponer en el mundo “a las buenas
o a las malas”, arguyendo todo tipo de argumentos deformados, basándose para
ello en verdades a medias y, para colmo, apoyados por el ejército más
formidable del que tenga conocimiento la historia humana.
Su líder (y muchos más)
de una manera obcecada defienden una muy aberrada definición de “democracia”,
que etimológicamente significa “gobierno del pueblo”, muy distante de: “imperio
del dinero”, que es lo que ellos (los obcecados) entienden…
El grave problema del
asunto radica en que ¡no hay más opciones!, o somos blancos o somos negros, no
caben los tonos grises dentro de esta conceptualización. Lo toman, como una
guerra: “si no eres amigo, entonces ¡eres el enemigo!”, peor aún ¡creen ser
los poseedores de la verdad absoluta!
Todo lo cual nos lleva a
polarizaciones que desde un punto de vista razonable son contradictorias, por
cuanto (y de acuerdo al pensamiento reinante en el Partido Republicano), la
única manera de lograr la prosperidad está en “dejar hacer a los individuos”,
pero luego ¡aparecen ellos mismos “imponiendo a sangre y fuego” su sistema
político y económico!, “porque es el mejor”, y en boca de ellos: el único
que garantiza “la superación del género humano…”, bueno, habrá que preguntarse
qué es la superación para ellos, porque la superación no está dada en
términos monetarios, sino en términos de sabiduría y calidad humana, aunque tan solo sobrevivan en
situaciones de pobreza y extrema pobreza, con sus muy contadas excepciones,
desde luego.
Vemos que
los razonamientos planteados en cuanto a las diferencias de la corriente de
pensamiento globalizadora con sus precedentes, ciertamente no resuelve la
situación de fondo en cuanto a la incertidumbre actual; pero sí nos sirve de
marco conceptual para visualizar con mejores criterios el acontecer, en
términos que nos conduzcan a realizar una valoración mucho más crítica de la
información con que “somos bombardeados diariamente” y, por ello caemos
finalmente en cuenta que en la actualidad, “la manipulación de la información”
nos ha ido alejando cada vez más de nuestra propia naturaleza pensante y
crítica, misma que es nuestra característica diferencial del resto de animales
irracionales de la creación.
Vemos que
el asunto va más allá de los términos económicos y cae en términos filosóficos,
lo cual trae como consecuencia un proceso de valoración moral que nos sitúa en
planos propios de la Ontología, que dicho sea de paso, no es precisamente del
dominio de las grandes mayorías involucradas en el proceso resultante de la
mencionada corriente de pensamiento… venimos a darnos cuenta de la manera burda
en que nos pretenden vender “un cambio en las relaciones económicas mundiales”,
cuando lo que nos venden es algo con implicaciones morales, filosóficas y hasta
espirituales.
Realmente entendemos que
todos estamos inmersos dentro del mundo y por lo tanto nos duele y hasta
insulta en la inteligencia, que seamos tratados como “objetos”, cuando realmente
somos “sujetos” del mismo devenir histórico.
Con palabras mucho más
simples y fuertes diremos que realmente “nos molesta que haya otros que
dispongan de nuestras vidas”, de nuestro ordenamiento social, económico y se
critique nuestra valoración moral de la vida, tan solo porque, para ellos, es
más importante el dinero que lo humano y, encima de todo, “pretendan” que
estamos contra ellos, únicamente porque estamos convencidos que el ser humano
es muchísimo más importante, que su aberrado concepto de superación y progreso
fundamentado en el dinero.
Entendemos que el dinero
es importante y hasta
necesario, pero que no
es el fin último que debemos perseguir; antes bien entendemos que el verdadero
último fin que se pretende es que, al menos la raza humana adquiera un nivel de
conocimientos tal, que le ponga en posición de poder disponer de su propio
destino, antes que “aceptar” que otros lo hagan por ellos.
¡Entendamos bien que no
estamos en contra del dinero!, ¡estamos en contra de que por hacer dinero, se
deje hacer cualquier cosa a cualquiera! (hasta llenar de basura religiosa –si
cabe el término– las mentes y el corazón de “sus hermanos”).
Ciertamente no podemos
conocer el futuro, pero debemos construirlo en función de un mejor
conocimiento, de un mejor raciocinio y de un mejor beneficio para todos, lo
cual no se logrará si tan solo y de manera miope nos enfocamos en el dinero.
Concluimos pues, que la
incertidumbre que nos agobia respecto del proceso globalizador, no es más que
una imposición que para bien o para mal debemos aceptar (puesto que no es
posible revertirla), lo cual no es ni desgracia, ni bendición.
Debemos tomar el proceso
globalizador, consecuente de la corriente de pensamiento, como una inmensa
oportunidad para poner nuestros mejores esfuerzos y conocimientos en función de
la superación humana de la sociedad globalizada y no como la “oportunidad de
hacer dinero”.
Solamente pensando y
actuando de esta manera, podremos hacer valedero el pensamiento sabio que reza:
“El hombre es el arquitecto de su propio destino”.
Trocamos pues, la
incertidumbre actual ante el proceso globalizador por un ideal. Obteniendo así,
un quehacer que nos aparte de la pregunta personal en torno a ¿qué hacer?, que
nos mantiene en la actual incertidumbre.
Vigésimo primer ORIFICIO
Posteriormente insistí en el
fortalecimiento del conocimiento teológico de mis lectores, con la intención de
brindarles “algunas herramientas”, para que entendieran mejor sus “temores” y
su cotidiano vivir, pudiendo entender desde la perspectiva de la fe católica
que profesamos la mayoría no aberrada (aunque hay algunos a quienes denomino:
“católicos recalcitrantes”).
ORIFICIO
Nacer es empezar a
morir
(29-01-05)
Conforme avanza el tiempo y nuestra
vida, vamos dimensionando de diferentes maneras la aseveración que titula el
presente, y nos surgen inquietudes existenciales en cuanto a que la hora del
fin de nuestra existencia, se acerca inexorablemente.
Lo anterior desata muchas posiciones
y los más disímiles puntos de vista que, para efectos del presente, dividiremos
en dos grandes grupos para describir su contenido esencial, y nos adentremos
“un poco” en su conocimiento y en las consecuencias existenciales que generan,
pretendiendo con lo anterior, ayudar de mejor manera –en el mejor de los casos–
a otros o sostener y fomentar un crítico y sano razonamiento de altura.
Inicialmente pensaremos en aquellos
que afirman –con bases o sin ellas– (los ateos y los seguidores de algunas
religiones orientales) que no existe algo o nada más allá de la existencia
terrena.
Estas personas –al igual que todos
en el mundo– poseen con su manera de pensar: ventajas y desventajas, que
describiremos a continuación:
Puesto que poseen la concepción que
no hay nada o algo después de la muerte, se ocupan solamente de las cosas de
este mundo, consecuentemente se dan dos maneras de enfrentar la vida, –aunque
generalmente una mezcla de ambas–.
Hay quienes toman la vida que poseen
para “hacer el bien a su mejor entender”, y hay otros que toman la vida para
hacer “cuanto les venga en gana”, ya que después de ella no hay nada…
generándose así, un inmenso vacío existencial.
Pero también hay otros que creemos
que hay “algo y/o alguien” después de la muerte, que nos censurará y/o nos
premiará por nuestro actuar en esta vida.
Derivando en “un temor de Dios” (por
decirlo de alguna manera) que intento compartir, siempre con la premisa que
debe ser visto como resultado de profundas deliberaciones existenciales y que,
finalmente, sirven para moldear pensamientos y acciones de la vida terrena.
Ciertamente los americanos que
heredamos de los conquistadores españoles una herencia católica y, por
desinformación, negligencia o una mezcla de ambas, no nos hemos actualizado en
cuanto a nuestras creencias, tomamos una posición displicente en cuanto a que “ya
ha sido dicho todo y no hay nada que cambiar”. Lo cual es una verdad a medias, por cuanto si todo en
este mundo –creado por Dios– evoluciona, la religión no es la excepción,
por situarse dentro del mismo contexto evolutivo en que Dios nos situó.
“Los conservadores religiosos”
afirman que, deberíamos “conservar la fe y las costumbres”, tal y como nos
fueron transmitidas por nuestros ancestros de siglos pasados… ¿en qué época nos
desean situar?, para que de esa forma, nos conduzcamos como individuos y como
sociedad, ¿acaso no es cierto que la mayoría de las sectas protestantes nos
desearían situar en el contexto de la sociedad judía descrita en el Antiguo
Testamento de la Biblia?… ¿Acaso no es cierto también, que para la mayoría de
creyentes católicos “conservadores”, deberíamos retornar a la época del
monacato y vivir en monasterios “alejados de las tentaciones del mundo y de ‘la
carne’”, saliendo tan solo a “mezclarnos con la muchedumbre” cuando saquemos
alguna imagen en procesión como “penitencia”, “para demostrar nuestra fe” y que
somos más numerosos que los “infieles”?… ¡vaya, vaya, como que las creencias
aprendidas tienen algo malo!, ¿o no?
Lo que es real, es que la mayoría de
americanos, nos confesamos “cristianos” y por ende “decimos” creer en Cristo y
su Evangelio (Buena Nueva)… y ¿qué Buena Nueva es esa de vivir en otro tipo de
época y sociedad que nos impide acercarnos cada vez más a Dios? ¿Cómo es
posible que haya quienes deseen vivir torturados o alejados de sus congéneres y
las necesidades de ellos, para “demostrarle” a Dios que son pecadores e
imperfectos?… ¿Se equivocaría Dios al habernos hecho pecadores e imperfectos?,
o ¿seremos nosotros quienes no hemos terminado de “entender” el significado
correcto de “Creación, misericordia y Resurrección”?
Por lo anterior, hemos de concluir
que ciertamente Dios “no se equivocó” al hacernos imperfectos, antes bien, nos
hizo de esa manera con el objetivo claro de otorgarnos la libertad de que
gozamos y en beneficio de nuestra propia superación, ¡como grupo y no solamente
como individuos aislados los unos de los otros!
Por ello nos dotó de un cerebro
con la capacidad de pensar en los demás antes que en nosotros mismos, por
cuanto en caso contrario, es más que seguro que la creación de Dios ya no
existiría, precisamente cuando hubiese muerto el último que hubiese
sobrevivido, individualmente, ¡por anteponerse a los demás!
Adicionalmente, “el temor de Dios”
no consiste en “tenerle miedo”, antes bien es respeto amoroso –porque Él nos ha
amado siempre–, tanto así que “envió a su hijo unigénito a nosotros para
nuestra salvación”; porque ese mismo Hijo unigénito “no vino a abolir la
ley, sino a perfeccionarla y llevarla a su plenitud”, porque nos enseñó que
“vino a este mundo para que tuviésemos vida y vida en abundancia”,
porque prometió “estar con nosotros hasta la consumación de los tiempos”,
porque “no es a nosotros quienes nos corresponde conocer los tiempos del
Padre” y porque finalmente, seremos juzgados “por nuestras obras y no
por nuestra fe”.
Todo lo cual nos brinda una cátedra
de amor y esperanza para esta vida y para cuando estemos en el siguiente
eslabón de la cadena que Él concibió para todos y cada uno de nosotros.
Consecuentemente, NO DEBEMOS temerle a la muerte, ya que sabemos que estaremos
en ese instante, “un poco más cerca” de Dios, que donde estamos ahora.
Lo único que debemos hacer mientras
tanto es ser sembradores de esa esperanza, mediante el amor, hecho obras, “a
nuestros prójimos como a nosotros mismos”… Después estaremos en la
eternidad, ¡Cerca de Dios!
Vigésimo segundo ORIFICIO (Tesina)
El pecado
Presentación
El presente trabajo fue escogido,
luego de reflexionar acerca de “la pregunta más frecuente” que me han hecho las
personas pertenecientes a la escuela de teología y por parte de todos aquellos
que conocen mi condición de “estudiante de teología”.
Todos(as) ellos(as), me han
manifestado en algún momento su inquietud acerca de la conceptualización del
pecado -propio y ajeno- habiéndome expresando diferentes criterios, unos
cercanos a la verdad y otros alejados totalmente de ella.
Por ello, “de manera audaz de mi
parte”, y creyendo firmemente en los conocimientos adquiridos y de forma
autodidacta, he decidido abordar el tema del “pecado”, para hacer en un
espacio reducido, una seria reflexión sobre su origen, concepción y
consecuencias dentro de la creación. Con la finalidad única, de legar un
material, que pudiera brindar “algunas luces” para los cristianos que lo lean.
En el entendido que serán ellos mismos quienes con “su testimonio de vida”
cualifiquen de manera práctica el valor del presente esfuerzo.
A todos, mi agradecimiento por tomar
en cuenta este trabajo… Y mis oraciones, para que el Espíritu Santo les guíe en
su andar, brindándoles la fortaleza que seguramente necesitarán para enfrentar
las diferentes coyunturas que enfrentarán en sus vidas.
Con amor filial:
Jolie Totò Ryzanek Voldan.
ORIGEN:
Previamente, deberemos concordar en
uno de los tres dogmas de nuestra iglesia, en el cual aceptamos que Dios
existe, que es creador de todo cuanto existe y que es todopoderoso.
Lo anterior, para ubicarnos en un
contexto y, a pesar que lo repetimos en el Credo, derivaremos nuestros
razonamientos desde ese punto; en función de las limitaciones de extensión
autoimpuestas, en la presente tesina.
En cuanto a la primera parte del
dogma (Dios existe), no entraremos en mayores detalles, por cuanto no es
el objeto de la presente debatir la existencia de Dios mismo. Y
consecuentemente, lo aceptamos sin ninguna restricción.
En cuanto a la segunda parte (creador
de todo cuanto existe), debemos aclarar de manera categórica que LA IGLESIA
ACEPTA LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES, por cuanto es el resultado de
minuciosas observaciones científicas, que NO CONTRADICEN EN NADA, EL MENSAJE
QUE LEEMOS “ENTRELINEADO” EN EL LIBRO DEL GÉNESIS, ya que el nombre “Adán”,
deriva de la palabra hebrea “Adama”, que significa: origen, (primero),
aunque ello implique que fuera un “mono humanoide”. Lo que sí es importante, de
la “lectura entrelineada” del Génesis es que: Dios es el creador de todo;
no que sea: anestesista, cirujano, reconstructor, escultor de costillas,
alfarero, inflador (porque “sopló” el Espíritu de Vida), o como se le quiera
denominar. Simplemente es todo… ¡Y mucho más! para no entrar en detalles que
nos desviarían del tema que se pretende abordar.
En cuanto a la tercera parte (es
todopoderoso), posee intrínsecamente, la aseveración que “lo tiene y lo
puede todo”, lo cual nos lleva a colegir que:
·
La creación completa es un gigantesco acto
de amor, por cuanto Él se compartió con toda la creación concebida (entendiendo
por concebida lo relativo a: “razonamiento”, en tiempo pasado hipotético). Todo
cuanto sucedió, sucede o sucederá, es porque Dios lo permite; en palabras
bíblicas: “No se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios”.
Los dos razonamientos nos llevan, a
escudriñar un poco más allá nuestras concepciones y conocimientos anteriores,
llegando a buscar “otras maneras” de conceptualizarnos a nosotros mismos como
especie creada por Dios.
De allí, y por difícil que sea de
aceptar, la única respuesta valedera que logramos obtener, ante las
implicaciones de los razonamientos anteriores, es que “así nos creó Dios”;
entendiendo ahora, aquellas palabras bíblicas que rezan: “Y creó Dios al
hombre a su imagen. A imagen de Dios los creó. Macho y hembra los creó.” (Génesis
1, 27) en su verdadera dimensión.
Acá es pertinente el señalar que una
“imagen” es una reproducción tangible o visible de algo, que quien la hace, la
crea en su interior y lo expresa de manera tal, que los demás y él mismo pueden
visualizar y palpar dicha creación.
En otras palabras, las imágenes que
vemos en templos, son solo eso: “imágenes”, no son dios, ni la virgen, ni
ningún santo; son tan solo REPRODUCCIONES VISIBLES Y TANGIBLES de ellos; al
igual que nosotros lo somos de Dios; lo único realmente diferente, es quien las
crea y las hace realidad; para nuestro caso fuimos creados por Dios porque Él
así lo quiso (para decirlo de una manera “entendible” para todos).
Entonces, el pecado
¿cómo surge?
Para no equivocarnos, razonaremos
con lo que ya expusimos de la siguiente manera: Inicialmente, cuando Dios nos
creó, nos creó a su imagen y semejanza, esto es que somos “parecidos” a
Dios, pero NO somos Dios. Ya que lo sabemos y creemos: Dios único,
desde todos los tiempos. Y “ser semejante” es diferente que “ser igual”.
Dicho “parecimiento” (de parecerse),
es entender claramente que somos iguales a Dios, “menos algo” que nos
hace imperfectos (si fuésemos perfectos, seríamos iguales). Dicha
“imperfección” pues, nos fue otorgada desde la concepción (razonamiento) que
tuvo Dios, acerca de compartirse, y realizar la creación entera. Acá es donde
queda claro que la imperfección a que hemos estado aludiendo, es parte de
nuestra propia naturaleza, porque de esa manera nos concibió Dios, y nos creó
así: “imperfectos”
–teniendo como parámetro de
perfección a Dios, y que seamos un todo “perfecto” (en términos humanos)-.
El porqué de dicha imperfección, lo
entendemos como un “don y no como una desgracia”, o error de la
creación, ya que Dios es perfecto… Si nos hizo de esta manera, fue
precisamente, para otorgarnos el bien precioso de la libertad… Libertad (libre
albedrío llamado por algunos) para que pudiésemos escoger entre el bien y el
mal. Entendiendo por bien todo aquello que coadyuva a la consecución del
Reino de Dios; y por mal todo aquello que se opone al mismo, que es lo que
realmente debe llamarse: “pecado”.
El pecado:
Hemos concluido por oposición, que
el pecado es todo aquello que se opone al Reino de Dios y ello nos hace
caer en la cuenta que dicho razonamiento va muchísimo más allá de cuanto
entendíamos por pecado. Que es infinitamente más que cumplir el puñado de
reglas y preceptos contenidos en los mandamientos, sacramentos y disposiciones
de la Iglesia Católica.
Vislumbramos claramente que hay
muchas situaciones en la actualidad, que son pecado y no son vistas como tales;
como la injusticia, la miseria, la explotación, la corrupción, el odio, la
represión, el pago de salarios injustos, la evasión de impuestos, la imposición
de impuestos injustos, el consumismo, el despilfarro, el latifundio, la
pasividad ante el sufrimiento, el “hacerse el tonto” ante situaciones que
demandan nuestra acción, la pornografía, las drogas y “un larguísimo etcétera”,
que por limitaciones de espacio se omiten.
Afortunadamente, nuestros pastores,
obispos, –incluido el Papa- nos han señalado el camino con voz fuerte, en las
Cartas Pastorales y en los Documentos del Concilio Vaticano II, Documentos de:
Medellín, Puebla y Santo Domingo.
Nosotros sin embargo, ¡nos hemos
tornado súbitamente sordos ante dichos mensajes! hemos buscado excusas y todo
tipo de pretextos… algunos peor, ni siquiera se han dado por enterados de la
existencia de tales documentos y llamamientos de nuestros pastores, y hemos
establecido un divorcio total y absoluto entre nuestra vida y nuestra fe
(Juan Pablo II).
-Reconozco
que son palabras muy duras de manejar y más de asimilar, pero igualmente sé que
con la iluminación del Espíritu Santo y una fe inquebrantable, ¡lo hará!-
Clasificación del
Pecado:
En función de preparar un material
útil y práctico para las futuras generaciones de estudiantes de teología, y de
todo aquel que lea esta tesina, haré uso de una expresión empleada por nuestras
abuelitas para educarnos de niños, que reza: “PECADO ES PECADO”, con
ella denotaban que no hay pecados pequeños y grandes, lo mismo es un pecado
“venial” que un pecado “mortal” (acorde a la instrucción del siglo XVII que
recibieron).
Desde luego que en aquella época de
sojuzgamiento y algunas formas de vida que rayaban en la esclavitud, se les
impedía hacer razonamientos públicos como el presente, pero gracias a Dios, sus
consejos y sabiduría siguen “iluminándonos” hasta a la fecha. Por ello tomaré
algunos párrafos iluminadores y concisos que serán de gran valor para todo
aquel que desee conocer “lo novedoso dentro de nuestra religión”.
·
PECADO ORIGINAL: “Es
aquella tendencia inherente al hombre que le inclina a hacer el mal.
Posee una doctrina de cuatro enunciados que son: 1) El corazón del ser
humano está moralmente enfermo. Se trata de una enfermedad, sobre todo, de la
voluntad (como núcleo de la persona) y solo por eso la voluntad enferma alista
la sensualidad en el egoísmo. 2) Esta enfermedad es obra del ser humano
mismo. 3) Y comienza en el origen de la historia humana. 4)
Esta enfermedad contradice la voluntad de Dios sobre el ser humano”. (Cartilla
de Antropología teológica “Mujer nueva, hombre nuevo”. Escuela de Teología
Pastoral, Centro Monseñor Romero, UCA 1999. página 23). Si observa lo anterior,
no existe ni la menor alusión a la existencia de situación pecaminosa respecto
de la relación sexo-genital entre Adán y Eva, que es la razón por la cual se
creía que todo aquello que tuviese algo que ver, aunque sea remotamente con
sexo, es pecado.
Es
por ello que en la Biblia dice: “Dios los bendijo, diciéndoles: “sean
fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre
los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se
mueve sobre la tierra.” (Génesis 1, 28)”.
·
PECADO SOCIAL O ESTRUCTURAL:
“Es el pecado que
está arraigado en las estructuras de la sociedad. Es el “pecado del mundo” que
nos describe el evangelista en Juan 1,29 y que lo define por oposición al Reino
de Dios. Es la humanidad organizada en un orden social y religioso enemigo
de Dios, un sistema opresor basado en el dinero y en el poder de unos
pocos. Dicho pecado del mundo, imposibilita que el ser humano conozca la verdad
que Dios es Padre y Justo y, que por lo tanto, todos somos hijas e hijos de
Dios, hermanos y hermanas… El pecado es como lanzar una piedra al estanque. La
piedra cae en un punto, pero esa caída inmediatamente causa ondas que agitan
todo el estanque. El pecado se origina en el corazón humano (pecado personal)
pero tiene consecuencias sociales, crea unas “ondas” que afectan a todas las
demás personas y se enquista y “entroniza” en la red de relaciones económicas,
políticas, sociales, culturales y religiosas de tal forma que el pecado
“contamina” toda la sociedad (pecado estructural).” (Cartilla de
Antropología teológica “Mujer nueva, hombre nuevo”. Escuela de Teología
Pastoral, Centro Monseñor Romero, UCA 1999. Páginas 18 y 19).
Si a la exposición anterior le
agregamos las exposiciones de los obispos contenidas en los acuerdos del
Concilio Vaticano II, las conclusiones de los obispos en Medellín, en Puebla,
en Santo Domingo y las Cartas Pastorales de la Conferencia Episcopal Guatemalteca,
tendremos una panorámica del pecado social o estructural; que nos obligará a
entender la interdependencia que existe entre nuestros “pecados personales”,
que unidos a los pecados de todos, generan una situación social o estructural
de pecado.
En aras de una mejor comprensión de
lo expuesto, retomaré el ejemplo de la situación de pecado con que se tilda de
manera injustificada todo aquello que tenga que ver, aunque sea remotamente con
sexo.
Hubo alguien, que ante su carencia
de formación teológica y de la manera más irreflexiva explicó a su hijo(a): que
todos nos “originamos” de una relación sexo-genital de nuestros padres, y que
ello constituye el pecado original, de allí que todos nacemos pecadores porque
somos el fruto del pecado cometido por nuestros padres. Conforme pasa el
tiempo, se le “educa” con este criterio errado, y finalmente resulta que todos
hacen lo mismo (porque todos los seres humanos nos comunicamos e imitamos), teniendo
como consecuencia final la condena de pecado generalizada que todos
sabemos hacia el sexo y todo cuanto tenga “algo que ver” con ello… Ahora
reflexione respecto de algunas preguntas, porque hay muchas más, que conlleva
la unión entre un hombre y una mujer:
¿Acaso Dios se equivocó al dotarnos
de un “aparato continuador de su creación”?, ¿Dónde encaja entonces la
bendición de Dios para que nos multiplicáramos y llenásemos toda la tierra?,
¿Por qué el ministro de la Iglesia bendice, en nombre de Dios, la unión de un
hombre y una mujer que van a pecar?, ¿Por qué nos alegramos cuando una pareja
se une en matrimonio, si sabemos que van a pecar?, etcétera… Es claro que el
resultado nos marcará el error desde su propio origen (cuando alguno “explicó”
a su hijo(a) lo que era el “Pecado Original”) , toda vez que como está escrito
en la Biblia, la unión de un hombre y una mujer, es bendita de Dios y su
resultado (los hijos) se bautizan para que sean parte del Pueblo de Dios
(Iglesia). Para que reciban como tales el Espíritu Santo y puedan luchar por
sí mismos, contra todos los males de este mundo “injusto”.
El Pecado Social o Estructural, es
la consecuencia de los pecados personales del ser humano, pero lo que es
verdaderamente grave de tal situación, es que todos estamos inmersos en una
estructura de pecado y ¡no nos damos cuenta de ello!, peor aún, ¡hay quienes
continúan fomentándola! Debido a su falta de formación teológica o
empecinamiento en no cambiar su pensamiento y permitir “que entren vientos
nuevos a la Iglesia, abriendo puertas y ventanas”. (Juan XXIII).
Epílogo:
Deseo dejar en todo aquel que haya
perseverado en el estudio de estas consideraciones hasta acá, la inquietud de
estudiar teología, por cualquier medio calificado a su alcance, ya que es la
única manera en que obtendrá una visión clara del mundo en que habita, para
entenderlo de una forma integral. Consiguiendo con ello un mejor nivel de vida
consigo mismo y con cuantos le rodeen, de manera que, la tan ansiada armonía
social, pueda tener un futuro más cercano del que ahora posee, gracias a la
“liberación personal” de tantas cosas y situaciones que hoy nos estorban y
esclavizan.
Finalizo esta tesina con una oración
inspirativa acerca de mi mismo:
Quiera Dios que sea este el carisma de
profeta que adquirí cuando fui bautizado.
Quiera Dios que
escribir esto sea mi destino, vocación y el plan que trazó para mí.
Quiera Dios que sea útil a mis prójimos,
para que descubran el plan que Dios tiene para ellos.
Amén.
Vigésimo tercer ORIFICIO
Prolijocidades
El español es un “lenguaje vivo”,
consecuentemente cambiante y evolutivo, según la Real Academia de la Lengua
Española.
Debido a ello el título del presente
le sonará “rebuscado” o como un “retorcimiento forzado” del idioma, sin embargo
mi exposición no girará en torno a situaciones lingüísticas, sino a las
situaciones “enredadas” (prolijas) del acontecer coyuntural guatemalteco.
Y es que creo que ningún
guatemalteco logra “desenredar” la situación económico-político-social del
país, puesto que cuando se adopta una medida económica, se debe basar en
decisiones políticas, las cuales a su vez están condicionadas o presionadas por
aspectos sociales…
Sin ánimo de ser prolijos y “en buen
chapín”, todos vemos que en Guatemala “se viste un santo, desnudando a otro”.
Veamos nuestro pasado reciente como
ejemplo vivencial y recordemos que: La tasa de natalidad en nuestro país es una
de las más altas del mundo, y lejos de bajar ostensiblemente, como se deseara,
se mantiene y ¡eventualmente aumenta!, con lo cual cada día hay más
guatemaltecos que demandan cuando menos, alimentos, cobijo y servicios básicos.
El Gobierno anterior (FRG), de corte
populista, “hizo cuanto quiso”, ya que fue el primero en la historia electoral
guatemalteca en contabilizar más de un millón de sufragios a su favor, y por
ello se sintieron “con derecho y mandato” para hacer cuanto desearan…
Como no poseían un Plan de Gobierno
definido, asumieron el poder, no porque fuesen populares, sino porque los
votaron con la creencia errada que “acabarían” con la espiral delincuencial del
entonces, ya que el precedente sentado por su dirigente máximo en el pasado,
hacía creer en una “esperanza” por parte de la gente que los votó, en el
sentido que se creía que “terminaría con la delincuencia”, cosa que lejos de
suceder, encontró en ellos (con muy contadas excepciones) a sus mejores aliados
y como dice la sabiduría popular, “el alumno siempre supera al maestro”.
Logrando con la anterior situación,
la peor de las gestiones gubernamentales guatemaltecas de nuestra incipiente
historia democrática.
Los votantes haciendo uso de su
verdadero poder y hastiados hasta el hartazgo de ellos, los cambiaron en su
tiempo (dando toda una cátedra de estoicismo), por otros que habían sido consuetudinariamente
su oposición política, cual niño que se le pone a escoger entre blanco y negro
únicamente, lo cual acarrea ipso-facto, la exclusión de todos los demás colores
y todas las tonalidades de grises posibles…
El resultado de la anterior decisión
popular, ha sido “irse al otro extremo”, votando a la oposición ¡olvidándose de
todo lo demás!, como cuando el niño del ejemplo si posee blanco lo cambia por
negro o viceversa… ¿y el resto de tonalidades y colores?, ¡bien, muchas
gracias!
En fin, el Gobierno electo NO
es de corte populista como el anterior, es un Gobierno (GANA) conformado por
empresarios que, como tales, están “habituados a ver tan solo el derecho propio
y de ‘sus’ inversiones”… ¿cómo es posible que el guatemalteco los votara?, ¿en
qué estaban pensando?, ¿qué esperaban que hicieran?
Los resultados están a la vista: La
delincuencia y violencia lejos de disminuir, ha aumentado. Como no son “ellos”
los encargados de “impartir justicia”, ¡que sean “los expertos”!; como hay en
la cárcel algunos sentenciados que se les han comprobado sus delitos hasta la
saciedad, resultando siempre culpables, invocan religiosamente el postulado que
“el derecho de vida o de muerte es solo de Dios” y peor aún, “recortan” el
presupuesto de los encargados de impartir justicia, arguyendo que deben invertir
más en la obligación (olvidada) de brindar educación al pueblo,
contenida en la Constitución… y, ¡sorpresa! Se dan cuenta que para realizarlo
deben mejorar los pensum de estudios de las materias, porque luego de décadas
de atraso están completamente obsoletos; nuevamente ¡sorpresa!, se dan cuenta
que no cuentan con personas idóneas y menos las capacitadas para llevar a feliz
término la “reestructuración” aludida y, como colofón hilarante del asunto, ¡no
poseen los fondos para realizarlo!, por lo cual recurren al endeudamiento
interno y externo, “manteniendo una macroeconomía sana”, endeudándonos a todos
y, ¡son felicitados por ello!
Realmente la situación
tercermundista es sumamente prolija, ya que para el caso no se puede hacer uso
de lo dicho por aquel ex presidente guatemalteco (Miguel Ydígoras Fuentes): “Borrón
y cuenta nueva”, y debemos realizar los cambios necesarios para cosechar
una vida más digna para todos, lo cual es casi
imposible de lograr con una
población generadora de una gigantesca explosión demográfica, donde la
situación de atraso e incultura, ha sido igualmente generada por la exclusión y
los prejuicios ¡desde la época de la conquista española!; dentro de una
sociedad gobernada por personas “educadas” (condicionadas) para velar tan solo
por “sus” derechos; donde cada cual es víctima del individualismo e igualmente
vela tan solo por su muy miope visión del entorno que le conviene,
económicamente hablando; en una Latinoamérica sin sentimiento de pertenencia,
como conglomerado, a nada, pero que se confiesa “hija de Dios”, permitiéndose
el lujo de “aceptar” otros credos foráneos “que aseguren su individual
salvación y de acuerdo a su personal ‘libre albedrío’”, ¿los demás?, ¡bien,
muchas gracias!, ya que excluyentemente proclaman de ellos ¡que son los
condenados de Dios!
Si les preguntamos a unos y a otros
¿qué hacemos? Nos contestan alguna puerilidad, si no una estupidez utópica,
aunque lo normal es que respondan con una evasiva en la cual se “ensalcen”
(porque realmente se untan) de sus propios y personales logros y conquistas,
mismas que al analizarlas han sido de beneficio individual y no para la
colectividad social, ¡menos para el país o la región, ya no digamos el
continente o el mundo!
En tanto, avanza “la globalización”
y nadie puede detenerla, por cuanto es un fenómeno de carácter mundial con un
bello disfraz de “cambio económico”, mientras que todo mundo dice entender la
íntima correlación existente entre lo político, lo económico y lo social, como
ya se ha ejemplificado anteriormente y concluido en su prolijocidad, ¡nadie
dice, ni hace nada!, mientras que el reto real estriba precisamente en entender
este tipo de prolijocidades que, no por ser prolijas, deban ser desechadas de
nuestro pensar y de nuestro quehacer cotidiano.
Es más que deseable que las personas
despertemos del “letargo inactivo pensante” para el que fuimos condicionados y
en el que crecimos… que dimensionemos (como me enseñó sabiamente mi padre) que “la
estatura de una persona está dada, no por su tamaño, sino tan solo por lo que
piensa”, por ello pensemos y realicemos acciones que se encaminen hacia “lo
prolijo”, hacia aquello que “normalmente” dejamos resolver a “los expertos y
técnicos”.
Jamás tendremos la mínima noción de
pertenencia con nada, si desde ya no nos culturizamos y principiamos a ver y
analizar las situaciones en su conjunto, desechando el pensamiento
individualista con que fuimos “educados” (por no decir domesticados).
No podemos ver tan solo una flor,
¡debemos ver el campo!; dejemos de vernos a nosotros mismos y veamos nuestras
familias; dejemos de ver tan solo nuestras familias y veamos nuestras
sociedades; dejemos de ver finalmente a las sociedades y veamos cuando menos la
interdependencia propia del planeta y lo prolijo de las relaciones interplanetarias,
entonces y solo entonces, estaremos en la búsqueda real de las soluciones
integrales que necesitamos.
Vigésimo cuarto ORIFICIO
¿Existe Satanás o
no?
Introducción
Inicialmente, manifiesto mi personal
y ferviente deseo de no ser soberbia al exponer de esta manera mi pensamiento y
deliberaciones en torno a la pregunta formulada, por cuanto entiendo y acepto
no ser la poseedora de la verdad absoluta, como producto último de mi propia e
intrínseca condición humana.
Antes bien deseo de manera humilde,
pero firme, exponer una posición en torno a la interrogante planteada, en el
entendido que su fin no es convencer a ninguno de cambiar su fe, ni sus
creencias particulares y, como prueba de lo dicho, me sujeto a las personales
observaciones, sugerencias, descalificaciones o correcciones que esta entrega
pudiese suscitar.
Pretendo tan solo y de manera
escrita (ya que es la manera en que me expreso mejor), dejar constancia de mis
personales observaciones y razonamientos, para que ellos no sean tergiversados
o mal entendidos, pretendiendo eso sí, “aportar alguna luz” en cuanto al tema
que nos ocupa.
La
autora.
Consideraciones
teológicas iniciales:
·
La Biblia NO es un libro histórico
ni científico, sino un libro de fe, en el cual se narra lo acontecido al pueblo
judío (porque habitaban la región de Judea –región conocida como Palestina
actualmente-)
·
La escritura de la Biblia se inició hacia
el año 1850 a .C.
(según los historiadores bíblicos más reconocidos y aceptados por TODOS
los cristianos), es decir cuando la historia de aquel pueblo judío se situaba
en el destierro en Babilonia, luego de ser conquistados por Babilonia (Persia).
Quienes por orden del rey Nabucodonosor, capturaron y condujeron a “los
principales” al destierro en Babilonia, para que el resto del “vulgo judío” no
tuviera líderes que organizaran su propia liberación, siendo sometidos a la
esclavitud.
·
La Biblia ciertamente fue escrita por
hombres inspirados por Dios, por lo cual es denominada (por los hombres)
“Palabra de Dios”.
·
El pueblo judío de aquel entonces –en
rasgos generales- no era muy diferente a cualquiera de los pueblos de hoy en
día, en su ordenamiento social, ya que poseía clases sociales (clase
sacerdotal, clase real y el vulgo –constituido por artesanos, pastores y
agricultores-), un ordenamiento social teocrático y patriarcal (en el cual la
clase sacerdotal se concebía generalmente como “La voz de Dios” y todos los
miembros de una familia estaban sometidos a las decisiones de su patriarca),
siendo el único pueblo de la antigüedad monoteísta (que creían en un solo
Dios).
·
Aquellos judíos DESCONOCÍAN la
escritura (la aprendieron en Babilonia), y guardaban celosamente sus
creencias y conocimientos mediante la tradición oral, de generación en
generación.
·
Al ser esclavizados, fueron objeto de toda
clase de burlas (sobre todo en su creencia monoteísta) por parte de sus
conquistadores babilónicos. Por lo cual y ante la separación forzada, de
líderes y pueblo, APRENDIERON a escribir su propio lenguaje, de manera
tal que sus conocimientos, creencias e historia no se perdieran, ya que poseían
la experiencia de cerca de 500 años de esclavitud en Egipto. Iniciándose así la
escritura del libro: Éxodo (como núcleo de su fe -y de la Biblia-) por
parte de la clase sacerdotal en el exilio babilónico. El siguiente libro
escrito por la clase sacerdotal en el exilio fue: Génesis, para
transmitir de manera organizada el origen de todo (ellos incluidos), para
desvirtuar los “ataques burlescos” de los babilónicos hacia los judíos, aseverándose
en su contenido el mensaje central que perdura hasta la fecha: “DIOS ES EL
CREADOR DE TODO CUANTO EXISTE”, (ello incluye al sol y la luna –dioses supremos
de los babilónicos-).
·
Aceptamos axiomáticamente que Dios es
perfecto,
consecuentemente “no se equivocó” al dotarnos de un cerebro con la capacidad de
aprender y razonar, sino que ordenó que lo empleáramos para dicho fin (Gen. 1,
26-28).
Argumentación
Filosófica y Teológica de la existencia o inexistencia de Satanás:
Como consecuencia lógica de las “Consideraciones
iniciales” de la presente entrega, nos entendemos –al igual que todo- como
creaciones de Dios (Gen. 1,1-ss); reconociendo y entendiendo la creación en su
totalidad como el mayor “acto de amor” del que se tenga conocimiento, ya que el
mismo Dios se “compartió”, y creó para ello el universo entero y cuanto existe;
habiendo escogido al pueblo judío (Ex. 3, 6) para manifestar toda su grandeza,
puesto que conociendo la imperfección humana (Gen. 1, 27) y las limitaciones
(desconocimiento de la lectura y escritura por parte del “pueblo elegido”) que
condicionaban el conocimiento –tal como lo concebimos hoy-, concluimos que la
clase sacerdotal del entonces recibió la “iluminación divina” de escribir
los relatos, transmitidos anteriormente en forma oral, EMPLEANDO
SÍMBOLOS (puesto que estaban esclavizados) que representasen o
ejemplificaran el conocimiento que ellos transmitían, ya no meramente como
historia –tal cual es definida hoy en día-, sino pretendiendo TRANSMITIR LA
SABIDURÍA ADQUIRIDA A POSTERIORI, EN FORMA DE CONOCIMIENTO A PRIORI, PARA LAS
FUTURAS GENERACIONES, en cuanto a los conceptos que manejamos en nuestros
días, del “bien” y del “mal”.
La anterior exposición es
corroborada –siglos más tarde- por Jesucristo -verdadero Dios y verdadero hombre
(Jn. 10, 30-33)- al emplear parábolas (ejemplos simbólicos expresados con
palabras) para trasladar sus enseñanzas a la humanidad del entonces, de nuestro
presente y del futuro.
Todo lo expuesto anteriormente nos
sirve de base para pensar de una manera más amplia en cuanto a la lectura de
la Biblia, por cuanto si ciertamente “es palabra de Dios”, también es cierto
que su “intencionalidad es la de transmitir sabiduría”, lo cual no se cumple si
la leemos de manera literal, es decir, si no hacemos un serio intento de
descubrir en qué marco histórico de aquel entonces se desarrollaban los hechos;
bajo qué circunstancias los diversos autores tuvieron que profetizar al pueblo;
pero más importante aún es que descubramos qué quisieron “enseñar para la
posteridad” sus autores mientras estaban siendo “iluminados por Dios”; de otra
manera o forma de pensar y analizar los acontecimientos narrados en la Biblia,
no nos servían más que cualquier escrito motivador en el mejor de los casos.
Precisamente por lo anterior es que la Biblia es un libro de fe, una fe que nos
lleva a ser cada día más próximos a Dios, a ser más hijos suyos, mediante la práctica
de las tres virtudes cristianas que conocemos: “Fe, Esperanza y Amor
(Caridad)”.
Así pues, con visión de Fe,
Esperanza y Amor, no podemos creer en un Dios “castigador”. Antes bien
debemos de creer en un Dios “liberador” (el mismo que liberó a los judíos
de la esclavitud de Egipto y todos los acontecimientos narrados en la Biblia), porque
nos libera Amorosamente, mediante la Fe y de manera Esperanzadora siempre.
Lo anterior nos conduce entonces a
planos éticos que de suyo ya fueron conocidos desde siempre por la humanidad… a
la visión intangible resultante de la libertad (libre albedrío, llamado por
algunos) inherente e intrínseco de la humanidad misma, es decir al
enfrentamiento ético entre el bien y el mal, por una especie de “ley de
contrarios”.
Dicho asunto (la ley de contrarios)
ciertamente es aplicable a muchas cosas y situaciones, pero lo que vale la pena
señalar acá es que los mismos autores de la Biblia, “iluminados por Dios”,
HICIERON USO DE DICHA HERRAMIENTA SIMBÓLICA PARA DAR A CONOCER LA VISIÓN DEL
BIEN Y DEL MAL a aquel iletrado pueblo judío que se debían y generalmente en
situaciones o condicionantes propias de profetas (Los(as) profetas(profetizas), son quienes
“anuncian
y denuncian”).
A esta altura del razonamiento, cabe
plantearnos las preguntas éticas grandes: ¿somos hijos de Dios o hijos de
Satanás?, ¿quién es el creador de todo cuanto existe?…
De sus respuestas le surgirán las
preguntas más grandes de todas: ¿Satanás es también creación de Dios?, ¿cómo
explicamos entonces dicha creación?
Realmente el dilema se torna prolijo
y poco manejable si no se posee una verdadera “visión liberadora” y por ello a
continuación expondré la visión liberadora resultante de estudios,
meditaciones, investigaciones y esfuerzos efectuados para “racionalizar” esta
situación que nos (cuando menos a algunos) cuestiona de manera existencial:
Cuando Dios llevó a cabo la creación
(Gen. 1,
1- 31), y nos creó a su imagen y semejanza
(Gen. 1, 27) nos otorgó “la imperfección” (teniendo como parámetro de
perfección a Dios) de ser semejantes a Él (no iguales, para conservar la
concepción monoteísta); en el versículo siguiente (Gen. 1, 28) nos otorgó “la
Libertad”; en los siguientes dos versículos (Gen. 1, 29-30) dónde ejercerla y
finalmente vio que “todo cuanto había hecho era muy bueno” (Gen. 1, 31).
Todo lo cual viene a confirmar nuestros propios sentimientos de pertenencia,
origen y destino (o que creemos tuvo Dios).
Consideremos pues y de manera rápida
y somera algunos aspectos e implicaciones de estos 5 versículos tan importantes
y poco dimensionados por la generalidad:
-
Axiomáticamente somos imperfectos, porque
si fuésemos perfectos ya no sería uno nuestro Dios, sino que por reducción al
absurdo todos poseeríamos dicha condición y no existiría la condición humana,
sino solo la de dioses.
-
Axiomáticamente somos libres, porque al no
ser perfectos DEBEREMOS ESCOGER SIEMPRE ENTRE EL BIEN Y EL MAL (lo cual está
demostrado, no es tan sencillo como llevar a la práctica -en cualquier época
y/o contexto- lo escrito en la Biblia de manera textual)
-
Axiomáticamente ejercemos la libertad
doquiera que nos encontremos, ya que siempre estaremos inmersos dentro de la
realidad en que nos encontremos.
-
Igualmente somos axiomáticamente “buenos”
tan solo en la medida que ejercitamos “ordenadamente” la libertad determinada,
para compensar nuestra imperfección. Acá descubrimos el origen el resabio
popular que reza: “ORDEN ES LA PRIMERA LEY DEL UNIVERSO” y
deducimos que pueda tener su origen el concepto del mal, concebido como el
“desorden para hacer las cosas” (es decir, mal es todo aquello que atenta
contra la creación divina –en términos teológicos-).
Fue entonces
necesario que el mismo Dios mantuviese un “orden” para la creación
misma, para que ella tuviese cuando menos, la oportunidad de ser calificada
como “buena”, ya que de otra manera no existiría tal como la conocemos y,
consecuentemente no podríamos calificarla. Tal vez y con ojos de fe no
tendríamos las cualidades físicas que poseemos, por cuanto en un principio
posiblemente hubiésemos tenido que “esperar” que Dios creara el sistema Solar o
la Tierra, por ejemplo, etcétera.
Un ejemplo real y conocido por todos
de lo anterior lo constituye la “Misión Apolo”, en la cual tres astronautas
norteamericanos (de apellidos: Armstrong, Collins y Aldrin) viajaron a la Luna
y retornaron exitosamente, acorde a lo planeado y ordenado… ¿ya se
pusieron a pensar en el tipo de “tentaciones” que pudieron haber experimentado
en su momento cada uno de ellos?, ¿qué tal si Collins hubiese sido “tentado”
(¡y quién sabe si no fue así!) a bajar él también a la luna?; ¿qué tal si
Aldrin hubiese querido ser el primero en pisar el suelo lunar (para ser él, el
“Cristóbal Colón Lunar”)?; ¿qué hubiera pasado si Armstrong hubiese plantado la
bandera de Estados Unidos de cabeza? (el movimiento hippie del entonces lo
hubiera justificado); ¿qué tal si Aldrin o Armstrong se hubiesen disgustado por
cualquier causa mientras estaban en la Luna?, ¿qué tal si como resultado de
dicha situación y a falta de armas se hubiesen apedreado?… Suena hasta
hilarante mencionarlo, pero sirve para ejemplificar y dimensionar lo que
significa el orden en todo cuanto se realiza.
La exposición anterior nos lleva
así, a un conocimiento a priori de los conceptos contrapuestos de bien y de
mal. De los cuales y en vista de lo escrito en la Biblia (Gen. 1, 31)
automáticamente “asociamos” el concepto del bien con Dios (Dios es todo cuanto
podamos imaginar, no simplemente el bien)
¿Acaso la opción por el mal no es
también el resultado de la “libertad inherente” a la creación?, entonces ¿qué
razón de ser tienen “los malos” en la creación divina?… Respuesta simple por
contraposición, ¿conoceríamos el bien, si no conociéramos el mal?… Analice la
situación del mismo Dios al entregar las Tablas de la Ley a Moisés (Éxodo 20)
¿para qué incluir un mandamiento de “no matarás” si nadie hubiese matado antes?
(se contradiría lo descrito anteriormente cuando Caín mató a Abel) y así
sucesivamente con lo demás… ¡El mal y el bien, existen desde la mismísima
creación!; “contraponiéndole sin mayor razonamiento” el concepto del mal por
simple antonomasia (simplemente porque sí).
Pero el asunto no finaliza allí, por
cuanto reconocemos que Dios existe y dentro del mismo relato del Génesis más
adelante, se nos presenta al mal simbolizado por “la serpiente”
(Gen. 3, 1) y, a lo largo de la Biblia recibe muchos nombres como: Satanás,
Belcebú, Diablo, Maligno, Tentador, etcétera, todos los cuales sirven solo
para referirse a “aquello” conceptualizado como el mal, tal el caso de malas
decisiones, tentaciones impropias, preferencia por las cosas superfluas
(mundanas), espíritu de rebelión contra Dios (Job. 2, 1) y muchas más
que sería largo enumerar.
Pero observemos que es aquí cuando,
¡NOS DAMOS CUENTA QUE EL MAL ES UN CONCEPTO, NO UNA PERSONA! Y por
ello es denominado con nombre(s), pero ello no significa que posea una
presencia existencial y personal como la de los demás protagonistas de la
Biblia, tal el caso de
Moisés, Abraham, Jesucristo,
etcétera.
Conclusiones:
1. La libertad
de nuestra existencialidad, obedece a nuestra “imperfección”. (teniendo como
parámetro de perfección a Dios)
2. Existen
como concepto el bien y el mal de manera contrapuesta por el hombre, no por
Dios.
3. El valor
existencial y personal es otorgado únicamente a personas tangibles y a Dios
(Yahvé), no a conceptos.
4. El valor
simbólico es empleado para referirse a todo lo intangible de manera
existencial, consecuentemente para Satanás en cualquiera de sus denominaciones.
Aseveración confirmada con la manifestación existencial del mismo Dios,
mediante Jesucristo.
5. El lenguaje
de parábolas empleado en la Biblia tuvo en su tiempo el sentido de “decir cosas
censurables”, situación que logró que “La Voz de Dios” siguiera transmitiendo
sabiduría a la posteridad.
6. La Biblia
fue escrita para enviar un mensaje de “sabiduría divina”, no para narrar de
manera histórica lo acontecido a un pueblo de la antigüedad y los personajes
que lo conformaban. Consecuentemente nunca debe ser leída y tomada de
manera literal, si es que se desea “absorber” la sabiduría que transmite y
teniendo en cuenta el contexto coyuntural del pueblo protagonista.
7. Consecuencia
de las conclusiones 2,3 & 4, Satanás (o cualquiera de sus nombres) existe
como símbolo (representación parabólica –de parábola-) del concepto filosófico
del mal, nunca como persona, por cuanto NUNCA se ha manifestado de manera
personal y existencial, como sí lo ha hecho Dios y las personas, en su misma
existencialidad física.
Apéndice para la
lectura del libro de Job: (COPIA TEXTUAL)
“El poema de Job
encabeza los libros de la sabiduría de la Biblia. Es mucho más que una
“historia”, pues ahí se ponderan los grandes interrogantes de la condición
humana. Las desventuras de Job, que, después de colmado por la existencia, se
ve reducido a la más extrema miseria, no son más que un pretexto para llevarnos
a reflexionar sobre lo insatisfactoria que es la vida del hombre en la tierra.
El sufrimiento y la muerte no serían tan escandalosos si no hubiera el
escándalo de la ausencia de Dios: él huye de nuestra mirada, y también se niega
a hacer justicia en nuestro mundo.
No por casualidad
Job es presentado como un hombre del país de Us, que no pertenece al pueblo de
Dios. Job no conoce a Moisés ni a los profetas, así que puede hablar a nombre
de la humanidad entera, y no solamente de los creyentes.
Job no necesita más
que contemplar la creación para creer en Dios y su providencia, pero no ha
visto a Dios, el que tampoco le ha hablado. Y por más que se reconozca a sí
mismo como la obra de Dios, sus percances le dan para pensar. Se da cuenta que
solamente una explicación con su Creador le permitiría ubicarse en el lugar que
le corresponde y, por más que busque esa apertura, no la encuentra.
Las denuncias de
Job son una manera de clamar a Dios con toda la fuerza de una esperanza
insatisfecha y, al final, Dios tendrá que manifestarse.
El libro de Job
El punto de partida
del libro de Job es un relato popular que encontramos en las primeras páginas y
en las últimas (1, 1-2,13 y 42, 10-17): la historia del santo hombre Job. Yahvé
lo había puesto a prueba, quitándole todo, y a pesar de eso se había mantenido
fiel. Al final, Dios le devolvía todos los bienes con creces.
Esta moraleja podía
parecer demasiado simple. Entonces el autor del que no conocemos el nombre
volvió sobre el tema en los diálogos que ocupan los capítulos 3-41. Allí otro
Job muy diferente al primero denuncia la condición humana, y sus tres amigos le
oponen las respuestas de la sabiduría tradicional.” (FIN DE LA COPIA
TEXTUAL)
Consideración
específica:
En (Job. 2,1) leemos: “Otro día
en que vinieron los hijos de Dios a presentarse ante Yahvé, se presentó con
ellos Satán.”
Con la luz de lo expuesto con
anterioridad, interpreto que se presentaron ante Dios sus hijos, tal cual son
de imperfectos por su misma condición humana, es decir, con todo lo bueno y
todo lo malo que son (como lo que sucederá “al final de los tiempos”).
Personalmente creo que el texto es
un anuncio que el ciclo de la creación divina es “Cíclico” y se anuncia la
llegada de los hijos al Reino de Dios proclamado posteriormente (en la Biblia)
por Jesucristo. Lo cual obviamente será motivo de otra consideración y con una
óptica esperanzadora (nunca “castigadora”) y en términos de una auténtica
Teología Liberadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario