ORIFICIO
“El jamón del sándwich”
Jolie Totò Ryzanek Voldan
A consecuencia de la situación
económica imperante a nivel mundial Guatemala padece las consecuencias de la
carestía de los precios del petróleo, ya que es uno de los muchos países
dependientes de los derivados de la citada materia prima energética, lo cual de
suyo es malo, por cuanto posee un potencial energético que es “la envidia” de
muchos otros países del globo.
Si a lo anterior le sumamos que esta
linda y rica zona del planeta que habitamos, está inmersa dentro del grupo de
“países en vías de desarrollo”, el panorama se vislumbra sumamente complicado,
por cuanto teniendo tanta riqueza, hemos sido incapaces de beneficiarnos de
ella. Por lo cual, el ser un país dependiente de los vaivenes económicos en los
costes del petróleo, nos ha sumido en el subdesarrollo endémico que padecemos,
desde que este terruño vio la luz como nación, ¡y aún desde antes!
Finalmente y a manera de “guinda del
pastel” dantesco planteado, sumémosle el tremendo índice de crecimiento
poblacional que poseemos, al cual con mucha razón han denominado expertos como
“explosión demográfica”, y tendremos “el caldo de cultivo” perfecto para la
situación en que nos encontramos.
Lo simpático del asunto planteado es
que el único que debe dar soluciones a toda esta problemática es: “papá
Gobierno” y nunca ninguno de los causantes de ella, por omisión o defecto.
Colocamos a nuestros gobernantes en la muy incómoda posición de ser “el jamón
del sándwich” al intentar revertir la situación aludida, con medidas tan
impopulares como: Adelantar la hora oficial para ahorrar energéticos producidos
con derivados del petróleo; poner en vigencia una ley que “intenta” controlar
el desorden poblacional al que estamos acostumbrados; recoger dinero circulante
para controlar la inflación acumulada y, últimamente, autorizar el incremento
en el valor del pasaje urbano en un 100%.
Es muy injusto colocar “siempre” al
Gobierno en esa situación, por cuanto si bien es cierto que son los
responsables jurídica e internacionalmente del país, ninguno de los gobernados
lo sea de manera solidaria con ellos, ya que al fin y al cabo, de lo que se
trata es de “desgastarles” políticamente, porque ¡ahí sí!, todos ven la
necesidad de una alternancia en el ejercicio del poder como la única variante
posible, antes que buscar en su interior –como integrantes de esa misma
sociedad– aquello que hemos hecho o dejado de hacer por la sociedad misma en la
cual estamos inmersos.
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