miércoles, 6 de noviembre de 2013

El pecado mayor (20060525)

------------------------2,897 caracteres-----------------


Orificio


El pecado mayor

Jolie Totò Ryzanek Voldan

Siempre que se escribe, salta la inquietud de “repensar” el título del producto aún no plasmado en papel, mas sí en la mente; de manera tal que cumpla las funciones de ser atractivo para que el contenido sea leído, “fuerte” para que sirva de “faro”, mientras se escribe, y más que todo lo anterior, que sea lo suficientemente “abarcador” del tema.
Precisamente por lo anterior es que a veces los escritos resultan prolijos de leer, y algunos (desafortunadamente) son “difíciles de digerir y asimilar” en cuanto a sus contenidos… Lamentablemente desde que se inicia la persona en el campo de las letras ya posee un acervo, un lenguaje y más que nada, una capacidad innata para llevar a cabo enfoques analíticos. Siendo esta última la que, en la mayoría de los casos, le que conduce a la adopción de una postura “inflexible” frente a la problemática enfocada, desde el parámetro meramente “conservador” de cuantos leen el resultado.
A ellos precisamente, mi felicitación, por cuanto con su actitud denotan que pretenden dejar de pertenecer al grupo de “seres racionales que viven de manera irracional”; evaluando para si, algún otro tipo de razonamiento que aporte “un punto de vista diferente” de cuantos hayan tenido hasta el momento.
Quizá la intención subliminal siempre haya sido la misma, por cuanto exaspera en grado sumo observar la posición de las personas, en cuanto a su negativa de razonar y ¡mantenerse en posiciones ostracistas! (que justifican con la puerilidad de un pensamiento conservador), lo cual sería propio de un animal irracional que ha sido domesticado, mas no así de un ser pensante.
Realmente no creo ser el primero en dedicar momentos de la vida a la observación y el análisis de las diferentes coyunturas que se viven, antes bién quizá sea el primero en plasmarlo de forma escrita, si acaso. Mas el punto que realmente se desea enfocar en ésta, es el desperdicio que hacemos de nuestras propias capacidades y por ende de nuestras vidas, al no utilizar el mejor recurso humano conocido: El cerebro y su infinita (hasta hoy no se conocen parámetros para medirla) capacidad de raciocinio y análisis.
Lo cual lleva al análisis de lo que “de manera entrelineada y con ojos de fe”, parece una falacia argumentativa, ya que cualquiera entiende nuestra falibilidad, y la aseveración de “capacidad infinita” de raciocinio y análisis que poseemos, lo cual Por Reducción al Absurdo (para utilizar el nombre de un método demostrativo de la matemática), nos equipararía con Dios; por lo cual deseo aclarar absolutamente que la aclaración en el paréntesis que le sigue, la define en cuanto a su “relatividad argumentativa”; y lejos de desmeritarla ¡la afianza!, ya que simultáneamente ratifica la carencia de parámetros para la medición (de la capacidad) y reconoce igualmente la incapacidad humana de haber inventado algún parámetro (¡menos el instrumento o aparato!) para llevar a cabo la medición.

Por lo cual se concluye que “no crecemos personalmente” y “estamos como estamos”, porque pese a nuestras capacidades de raciocinio y análisis nos hemos conformado con mantener un pensamiento inamovible y, de manera sistemática hemos cerrado los ojos a un pensamiento que tienda a “relativizar” el objeto de nuestro razonamiento o análisis. En palabras más llanas diremos que “nos negamos a considerar la posibilidad que haya otro punto de vista diferente al nuestro”, lo cual a entender de cualquiera define completamente nuestro “pecado mayor”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario