ORIFICIO
Jolie
Totò Ryzanek Voldan
Época
sin igual del año, todos andan de prisa… ¡a nadie le alcanza el tiempo!… Hay
tanto que hacer y tanto por terminar, que al final optamos por hacer todo de la manera más práctica posible, lo
cual nos lleva al engaño de los demás y de nosotros mismos.
¡El
dinero no nos alcanza para comprar todo aquello que deseamos y apretamos la correa hasta donde nos es
posible y… muchas veces imposible, todo es un “corre corre”, improvisación tras
improvisación, y al final ¡nadie recuerda el verdadero origen de tanto ajetreo!
El espíritu
consumista que nos mantiene inmersos nos lleva a hacer todo aquello que no debemos,
pensamos en nuestros seres queridos, en nuestros(as) compañeros(as) de trabajo,
en el(la) amigo(a) “buena onda”, en los ahijados, ¡y en todo aquel que se nos
viene a la mente!… ¡menos en el origen de la festividad!
¿Acaso
no es necesario hacer un alto en el
camino en este preciso momento?… detenernos a meditar mejor las cosas para organizar
nuestro pensar y actuar, para ver con mayor lucidez el verdadero meollo del
asunto… ¡que se trata de la conmemoración del nacimiento del único Dios y
hombre verdadero!… lo cual no es poca cosa, por cuanto su nacimiento tiene una
explicación que va muchísimo más allá de todo aquello que nos podamos imaginar
y pensar; ya que es el culmen de la solidaridad de Dios Padre, para con todos
nosotros sus hijos…
Muchos
tuvimos que esperar “que alguien nos tocara el corazón”, para entender que la Navidad ¡es una festividad
religiosa y no una festividad consumista!, es una festividad en la cual
“rememoramos” aquello de dar sin esperar
nada a cambio para patentizar nuestro amor hacia los demás; de manera que
emulemos (una vez al año) el amor que Dios tiene para con todos nosotros, sus
hijos.
¡¡¡Felices
pascuas de Navidad!!!
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