domingo, 17 de noviembre de 2013

Estado laico o ¿no? (20110727)

ORIFICIO

Estado laico o ¿no?


Jolie Totò Ryzanek Voldan


ENTRADILLA
¿Hasta cuándo entenderán las personas religiosas que el Estado es laico y su hacer está dirigido a ciudadanos y no a creyentes?

RECUADRO 1
Ciertamente las iglesias occidentales aglutinan a una mayoría de la población, pero como tales están total y absolutamente fuera de las funciones y pensamiento del Estado, por el mero hecho de la secularización inherente a este último.




Siempre me he preguntado el por qué del temor de los candidatos para hablar en torno a la sexualidad de sus futuros gobernados… cuando lo hacen, es cuando están en algún foro donde está representada alguna de las religiones mayoritarias de Guatemala, y para responder a alguna pregunta específica que se les plantea en ese momento; de ahí que deban plegarse a los criterios de ese momento y olvidarse que de salir electos, ejercerán un cargo civil y, por ende laico no religioso, para toda la nación y no para los creyentes que les espetan en ese momento.
¿Hasta cuándo entenderán las personas religiosas que el Estado es laico y su hacer está dirigido a ciudadanos y no a creyentes?
Pero el incidente más chusco de las elecciones 2011, es que TODOS los candidatos se pronunciaron contra los derechos ciudadanos de la diversidad sexual y se “comprometieron públicamente” a no hacer ninguna concesión a esta minoría poblacional, que cada día es más grande por razón propia de la teoría de “La Evolución de las Especies” planteada por Charles Darwin y su vigencia para la especie humana ha sido comprobada por connotados científicos y varios candidatos al premio Nobel. Mientras, el Tribunal Supremo Electoral niega la inscripción de uno de los candidatos arguyendo su vinculación religiosa… Entonces, ¿Es laico el Estado o no?
Ciertamente las iglesias occidentales aglutinan a una mayoría de la población, pero como tales, están total y absolutamente fuera de las funciones y pensamiento del Estado, por el mero hecho de la secularización inherente a este último. Caso contrario ocurriría si el Estado fuera religioso, como en algunos países del hemisferio Oriental.
Pero lo triste de este espinoso asunto fue que la mayoría poblacional que siguió el evento “olvidó” que son elecciones civiles, no religiosas y hubo quienes (aun desde sus casas –porque al evento se le brindó cobertura televisiva nacional-) ¡Aplaudieron tal postura violatoria de la Ley contra la Discriminación y El Racismo y varios de Acuerdos Internacionales ratificados por Guatemala!, lo cual es, aparte de ilegal, completamente inaudito en pleno siglo XXI… Peor aún, nadie (ni siquiera los entes encargados de hacer cumplir la ley) ha dicho o hecho nada respecto de la comisión de este delito, pese a la cobertura televisiva que se le brindó ni mucho menos ha procedido como corresponde a sus obligaciones, de acuerdo a la ley ni en reclamo del derecho humano al libre ejercicio de la propia sexualidad por los ciudadanos.
Señores(as) candidat@s: ¿Por qué no hablar de sexo en público? ¿Temen que alguna iglesia “manipule” el voto de sus creyentes? O ¿Qué?: ¿Temen que si lo hacen no obtendrían el voto de la mayoría?… Lo cierto del caso es que, según datos del único medio televisivo que otorgó un pequeño espacio de tiempo a la cobertura del desfile conmemorativo del Día del Orgullo Gay en Guatemala, el pasado 25 de junio, dijo que: (…) alrededor de 2,800 personas marcharon pidiendo la vigencia de sus derechos (…).
Otra persona entrevistada in situ dijo: (…) en el desfile solo marchan las personas que han ‘salido del clóset’ y expresan su sexualidad abiertamente; si pudiéramos contar a todos los que poseen o ejercen otra sexualidad, seguramente sería muchísimo más grande la cantidad, ¡No me atrevo ni a calcular cuántos!”

¡Ustedes tienen la palabra!

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