ORIFICIO
Momento histórico
(Consideraciones)
Jolie
Totò Ryzanek Voldan
Ante
el anuncio del “nuevo” salario mínimo para el año 2010 hecho por el Presidente
(como instancia final ante la falta de acuerdo en la comisión paritaria del
salario mínimo), me parece obligada
la externalización de una opinión al respecto. Por cuanto es claro y manifiesto
el “descontento generalizado” en torno a tal decisión, llegándose a externar
comentarios (entre la población asalariada) tan irreflexivos como “que lo que hace
falta es la instauración de un sistema comunista en Guatemala”*, etc. Y por el
lado del sector empresarial, las consabidas “amenazas” de despidos masivos,
cierres y/o quiebras de empresas.
Realmente
es una confluencia de factores difícil de manejar, ya que a ningún empresario
le gusta que “le toquen la cartera”, puesto que el único fin de la creación de
una empresa es la obtención de ganancias, y si de éstas le “obligan” a dar una
parte a otro que no sea accionista y/o propietario, se “dispara” una reacción que
se refleja “automáticamente” en una escalada de precios y pérdida de
competitividad en el mercado; lo cual, a su vez, aumenta la ya “enorme” brecha
económica entre ricos y pobres (cabe mencionar que Guatemala ocupa ya el nada
orgulloso “primer lugar” en América, y es superada tan solo por Haití a nivel
mundial), lo cual genera, lógicamente, una descomposición social, donde los
únicos perjudicados son: en primer lugar, aquellos que ya de por sí no poseen
el mínimo vital para su subsistencia y, con ello son condenados a muerte
“automáticamente”. En segundo lugar, la población que sin ser de la clase
pudiente depende de la economía informal y/o está incluida en las clases
pasivas, ya que ellos NO PERCIBEN NINGÚN AUMENTO MÁS QUE EL DE PRECIOS. Y, en tercer
lugar, la propia población asalariada, que lejos de alcanzar una mejoría
económica con el susodicho “aumento”, tiene que ingeniárselas para reacomodar
sus ya exiguos ingresos (por increíble que parezca, el salario mínimo en
Guatemala, no alcanza a cubrir el valor de la canasta básica familiar), y deben
conformarse a “descender” en cuanto a su nivel de vida y, con ello, de clase
social.
La
muy somera descripción planteada es, precisamente, el origen de mi
“obligatoriedad” en cuanto a externar mi pensar, ya que año con año, la
situación se repite y el ÍNDICE DE NATALIDAD NO DISMINUYE (lo cual
económicamente es deseable, ya que “potencialmente” genera más consumidores de
bienes y servicios y mano de obra para proveer los satisfactores necesarios).
De
la interacción de estos dos factores y, la “incapacidad” del sector empresarial
para generar nuevos puestos de trabajo, se deduce, sin necesidad de mayores
estudios económicos, que la aludida descomposición social tiene en la interacción
de estos tres factores, su origen.
Ahora
bien, resulta que las conquistas laborales son “irrenunciables” (por ley) y que
no se puede “obligar” al sector empresarial a la creación de más puestos de
trabajo (muy por el contrario, siempre los reducen, para justificar la gestión
gerencial y garantizar el reparto de más utilidades y/o ganancias).
Por
lo tanto, el único camino que queda es CONTENER LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA, con
lo cual, a mediano y largo plazo, se pudiera garantizar la tan ansiada estabilidad
económica para todos, y los empresarios deberán “emplear su astucia” para: abrir
nuevos mercados, ser más competitivos, diversificarse, crear productos y
servicios nuevos y mejorar la calidad de sus bienes y servicios; todo lo cual
es más congruente con la razón de ser de la gestión gerencial y los fines para
los que fueron creadas las empresas.
En
cuanto a la función del Estado, podemos apuntar que la primera condición sine-quanon que debe de lograr es declarar
y actuar con TOTAL LAICIDAD, para que todo su accionar sea SECULAR y que no
haya: contradicciones, “desperdicio” de esfuerzos, lagunas legales, etc., y ese
accionar obedezca realmente al bien común de manera autónoma a cualquier ideología
o creencia personal de sus funcionarios.
El
segundo paso, será la concertación de “una tregua” con el movimiento sindical
organizado, para que el propio desarrollo del mercado sea lo que marque las
pautas a seguir en cuanto al otorgamiento de nuevos “aumentos” al salario
mínimo.
En
tercer lugar, teniendo como tarea principal y de fondo la contención de la tremenda
explosión demográfica que nos aqueja, deberá plantearse como principal objetivo
de Gobierno: la implementación por todos los medios a su alcance de una
consciencia nacional en cuanto a la “urgente necesidad colectiva y personal de
no procrear más hijos” (acá se deberá legislar con un criterio real de
laicidad, educar sexualmente de manera integral, proteger a l@s sexo-servidor@s
y tod@ integrante de la diversidad sexual guatemalteca, ya que en ese sentido, cumplen
la “función social” de ayudar directamente al control de la natalidad. También
podrá implementar “premios” o reconocimientos especiales para instituciones o
personas que colaboren en la consecución del ansiado fin social, etc.).
(*)
En
cuanto a “la instauración de un sistema comunista en Guatemala”, es más que
saludable apuntar, aunque sea de manera somera, que la misma dialéctica del
materialismo planteada por Marx y Engels apunta que deben coexistir varias
condiciones históricas y dialécticas para que tal sistema pueda instaurarse de
manera exitosa, mismas que en Guatemala NO HAN OCURRIDO.
Si
se desea conocer el por qué del fracaso del socialismo en la extinta Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), existe un documento casi
“desconocido” (por razones de represión) que recoge los principales razonamientos
dialécticos del pensador peruano José Carlos Mariategui, que fuera presentado
como ponencia de Gustavo Pérez Hinojosa en el I Seminario Socialista, en 2005,
y publicado por la revista Rebelión:
Analice que cuando la Revolución Bolchevique de 1917-1918 tomó el poder en
Rusia, NO EXISTÍA UNA BURGUESÍA (es decir pasaron directamente de un sistema
feudal –con pequeñas diferencias, igual al imperante en Guatemala– a uno
socialista)
En
cuanto al por qué pervive exitosamente en China Continental el sistema
socialista, vea solamente los resultados “económicos” de la política china de
un solo hijo y lo comprenderá (pese a cuanto digan y afirmen los
norteamericanos y sus lacayos): China es actualmente la principal potencia
económica mundial.
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