viernes, 14 de agosto de 2015

Buscando alternativas (20150814)

ORIFICIO

Buscando alternativas

Jolie Totò Ryzanek Voldan

Ante el justificado descontento popular con el gobierno, su accionar y su estructuración, además de la pusilanimidad del Congreso, el tráfico de influencias en el sector justicia y ahora, con el agravante de tener que asistir a unas elecciones de cuyo resultado no tendremos la certeza de su validez, es imperativo pensar en la forma de lograr si no revertir, cuando menos mejorar tal estado de cosas.
Hemos de pensar que indistintamente de quien gane las próximas elecciones, la presión ciudadana deberá continuar, hasta lograr que el nuevo gobierno acceda a refundar el Estado de Guatemala, logrando que convoque a una Asamblea Nacional Constituyente que escuche la voz del pueblo y no redacte una nueva Constitución a su sabor y antojo.
El respecto, cabe decir que aunque en Guatemala presumimos de saberlo todo y hacerlo a nuestra propia manera, es bueno que conozcamos la constitución de otras latitudes, para ir tomando ideas de ellas y lograr construir un Estado lo menos imperfecto posible, y de ahí que me ocupe de describir un sistema que, a mi parecer, parece ser el más viable y representativo para la elección de un nuevo Congreso, Parlamento o como se desee llamar.
El modelo inglés prescribe distritos electorales que eligen a sus representantes por sectores poco más o menos afines en cuanto a población y extensión.
Como que si la zonas 1, 2 y 3 o las zonas 6,18 y 25 o las zonas 5, 16 y 17, etc. eligieran un representante entre aquellas personas destacadas del sector, por su trabajo social, humanismo, etc. en favor de la comunidad.
Este esquema logra que las personas residentes en el sector puedan conocer la trayectoria de los candidatos a representarla y provee la ventaja que los candidatos no tienen que hacer propaganda por todo el territorio, sino solamente en el sector por el cual se postulan, y desde luego, las personas solamente podrán votar por los candidatos de su circunscripción electoral.
Quizá lo mejor de este sistema sea que “su representante” puede ser cuestionado por cualquier ciudadano de su circunscripción y obligatoriamente, deberá informar detalladamente de su gestión a la circunscripción que lo eligió. Igualmente, esta misma puede en determinado momento validarlo en su puesto o elegir su sustituto.
Desde luego, también tiene el inconveniente de la organización de votaciones con candidatos diferentes en muchas circunscripciones, pero posee la ventaja, igualmente, que no se depende de los tan odiados partidos políticos, sino se prevé la existencia de comités cívicos que no necesariamente obedecen a grandes intereses para su financiamiento y funcionamiento.
Quizá la mayor de las ventajas de este sistema de elección radique en que se evita en mucho, el tradicional “caciquismo” que ha caracterizado a los actuales partidos políticos, con lo que el candidato electo no tendrá que “obedecer” a directrices ajenas al bienestar de la circunscripción que lo eligió.

Casos similares o distintos en cuanto al grado de representatividad de los diputados, parlamentarios o senadores los hay por todas las democracias más o menos exitosas alrededor del mundo, pero lo que trato de señalar medularmente en esta entrega es que no es posible que sigamos eligiendo un listado completo de “supuestos” representantes nuestros, sino poseamos la alternativa de elegir a alguien que podamos cuando menos conocer, que le podamos exigir cuentas y podamos destituir si labor no fuera satisfactoria para las personas que lo eligieron. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario