ORIFICIO
Un tema
que debemos abordar
Jolie Totò Ryzanek Voldan
En Guatemala somos en buena parte culpables de nuestro atraso a
todo nivel, precisamente, porque si no todo, casi todo “lo dejamos para
después” y si lo hacemos, es porque nos vemos apremiados a hacerlo y, tal es el
caso generado por nuestro incumplimiento reiterado del Convenio de Viena que
OBLIGA A LOS PAÍSES FIRMANTES a modificar su ordenamiento jurídico, para
hacerlo acorde a los convenios internacionales suscritos y ratificados,
verbigracia, ratifica internacionalmente la preponderancia del Derecho
Internacional ante el Derecho Ordinario.
En tal sentido, un aspecto que NO HEMOS CUMPLIDO COMO ESTADO es hacer
acorde nuestra legislación para que sean plenamente vigentes los llamados
Derechos Humanos de Tercer Orden, según la clasificación de las Naciones Unidas
(ONU), en cuanto a la igualdad de todas la personas sin distingo de etnia,
creencia religiosa, nacionalidad u orientación sexual.
El punto es que suena hasta contradictorio que en nuestra
Constitución se consagre tal igualdad, y haya una ley de menor jerarquía,
contenida en el Código Civil la disminuya, pero lo peor es que todo el mundo
haga valer la normativa contenida en el Código Civil y nadie, absolutamente
nadie haya recurrido a la Corte de Constitucionalidad, para que declare
inconstitucional la parte referente a la definición de matrimonio, porque
excluye a las personas del mismo sexo y a toda persona estéril o infértil, por incongruente
con la Igualdad en Derechos y Obligaciones de los ciudadanos ante la ley.
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