domingo, 30 de agosto de 2015

Prospectando nuestro voto (20150830)

ORIFICIO

Prospectando nuestro voto

Jolie Totò Ryzanek Voldan.

Sabemos que tenemos más que sobradas razones para estar inconformes con el gobierno y sus funcionarios, o para apoyar su actuar. Muchos son claros en cuanto a poner en la balanza lo hecho por este gobierno y su valor para el país, mientras que unos cuantos lo siguen valorando desde su personal punto de vista económico, porque les ha proveído de un salario para vivir (o para hacer “sus movidas”), pero el caso es que los inconformes somos muchísimos más que los conformes con el desempeño del actual gobierno.

Y es que en una sociedad pluralista y democrática, cada cual tiene el sagrado derecho de aprobar o reprobar lo actuado por sus autoridades; así que podemos decir que “es normal” que haya quienes censuren y quienes aplaudan a un gobierno. Por lo que el único asidero real que se tiene es la preservación del sistema democrático de elecciones que, con sus mil y un defectos e imperfecciones, es la manera más ecuánime que se conoce para saber certeramente la opinión de la mayoría poblacional, respecto a sus preferencias para ser gobernados.

Si hablamos de “defectos e imperfecciones” en el párrafo precedente, es porque reconocemos que pueden intervenir muchas variables, como ocurre en el actual proceso, entre las que contamos una excesiva oferta de candidatos que, aunque es calificada de grande por su número, también puede ser “la tabla de salvación” para canalizar el descontento ciudadano.

De lo anterior colegimos que con todos los defectos que todos los candidatos poseen, siempre habrá uno “menos peor” para votarlo, además de “los mismos de siempre”, con lo que caemos en la ya acostumbrada forma de votar de los guatemaltecos: que siempre terminamos votando al menos malo de los candidatos, ante la ausencia de personas completamente idóneas y capaces para el ejercicio del cargo a que se postulan.

Derivado de la “ausencia de la completa idoneidad para el ejercicio del cargo”, caemos en cuenta que es necesario, entonces, hacer una escogencia entre los candidatos, y ello nos lleva a la reflexión en cuanto a que en Guatemala todos los partidos son caciquistas o electoreros, de donde lo importante es conocer lo mejor posible la posición ideológica de cada uno de los candidatos (caciques), porque será esta visión la que a la postre orientará su manera de gobernar.

Así, entre más “derechista” sea el pensamiento del candidato, sabemos que favorecerá más la represión contra el pueblo en favor de los intereses de los grandes capitales, y, cuanto menos derechista sea su pensamiento, podremos esperar que perviva la esperanza de lograr un cambio social que favorezca un poco más al grueso de la población.

Desde luego, lo anterior no es ni por asomo una elección entre capitalistas y comunistas porque eso hace muchos años que terminó, sino antes bien, es la pérdida del miedo a que usted vote por quien mejor le parezca, porque al final, alguno resultará electo, y a ese ganador usted podrá exigir que ponga en práctica aquella razón que tuvo para que usted lo votara. Es decir, siempre habrá un ganador, porque la propia estructura del Estado así lo requiere, pero esta persona podrá ser más sensible a los problemas sociales, si está identificada con ellos en su pensamiento y no tiene que actuar contra su personal pensamiento y forma de ver las cosas.


Vote por quien desee, pero no vote nulo o en blanco, porque ello no hace ningún bien a nadie que no sea “el peor de todos”.

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