ORIFICIO
¿Fuga
o preparación?
Jolie Totò Ryzanek Voldan
Ayer, salieron del país dos exfuncionarios que gozaron de
toda la confianza de Otto Pérez Molina durante sus años de gestión al frente de
dos carteras controversiales: el Ministerio de la Defensa Nacional y el
Ministerio de Gobernación.
Esto no debiera ser noticia y menos motivo de consideración
en los espacios de opinión, de no ser porque ambos fueron los responsables de
múltiples actos perpetrados contra la población guatemalteca y quien sabe cómo
no estaban arraigados en el país (pero en Guatemala todo es posible que
suceda).
Del primer exministro señalaremos que es un militar de
carrera, al igual que su obcecado compañero de armas quien se niega a dimitir
de la Presidencia, pero es el responsable institucional del actuar del Ejército
de Guatemala en la masacre del lugar totonicapense llamado “Alaska” y en varios
puntos de protesta ciudadana contra la actividad minera, como “La Puya”.
Desde luego, él alegará que solamente recibía órdenes y
las cumplía, pero olvidó que existe una legislación internacional (Pacto de
Ginebra) que le faculta para desobedecer las órdenes, si estas conllevan llevar
a cabo crímenes de guerra, el empleo de las armas contra civiles desarmados o
su propio exterminio. Es decir, él estaba obligado a desobedecer y no lo hizo,
y el personal a su cargo, que se supone no tiene conocimiento de tales
disposiciones, simplemente actuó. ¿Existe alguna querella en los tribunales
contra él hoy fugado?, realmente no lo sé, pero tengo completamente claro que
para haber sido quien manejaba las armas del Estado, debía ser una persona de
la más alta confianza del Presidente. ¿Quién quita que no haya sido él quien
giraba las órdenes, para que las unidades armadas custodiaran los convoyes de
drogas que todos sabemos transitan por el territorio nacional?, pero ya se fue…
El segundo de los fugados fue, sin duda alguna, la mano
derecha del actual gobernante, pues tenía a su cargo el control interno de la
seguridad, pues fue compañero del Presidente desde que ambos egresaron de la
Escuela Politécnica y fueron durante años compañeros en el temido Departamento
de Inteligencia del Ejército, más conocido como “La G-2”. Mientras era el
titular de la Cartera del Interior, fue el responsable del envío de las fuerzas
policiales que reprimieron las cada vez mayores protestas ciudadanas y su
nombre apareció involucrado en todo tipo de negocios ilícitos, como tumbes de
droga, contrabando, tráfico de influencias y muchas sindicaciones más y, contra
él, fueron promovidas varias acciones de antejuicio que quedaron dormidas en
alguna parte de todo el sistema judicial, al igual que la orden del juez que
conoció el caso contra el capitán recluso Byron Lima, quien lo acusó
directamente de ser el responsable de la mafia que operaba a lo interno del
Sistema Penitenciario de Guatemala. Y ¡se fue…!
Se me ocurre que ambos exministros que viajaron con el
mismo destino (Panamá), no solo se fueron huyendo de la persecución penal que
pesa contra ellos, sino llevaban la consigna de “preparar en el exterior la
llegada de su exjefe”, cuando este finalmente renuncie en un extremo de la
pista del aeropuerto, con el avión completamente cargado de combustible y todo
el dinero que haya logrado hacer efectivo y cuente con el permiso de vuelo correspondiente…
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