viernes, 7 de agosto de 2015

Camino del golpe (20150807)

ORIFICIO

 











Camino del golpe

Jolie Totò Ryzanek Voldan

Los recientes acontecimientos del hacer (o deshacer, como le han llamado) político en el Organismo Legislativo han potenciado en mucho el descontento ciudadano, respecto del ya existente, por el actuar general de este gobierno.
Todo indica que es una serie de actuaciones “partidarias” muy alejadas de la función para que fueron nombrados (as) como diputados (as), y, sabiéndolo o no, estas actitudes encaminan hacia un clima que favorezca a la toma del poder por la fuerza.
Lo anterior suena fuerte visto a vuelo de pájaro, por lo que es sano hacer un pequeño repaso de los recientes acontecimientos que nos han traído a tan infortunada situación.
Durante los primeros tres años del actual gobierno, fueron manifiestos todos los equívocos, omisiones y crasos errores en accionar del Ejecutivo; lo que empezó a crear sospechas respecto del destino final de los fondos destinados al funcionamiento del aparato estatal y al mantenimiento de la infraestructura propia del Estado.
Conforme fueron avanzando las investigaciones y se fueron encontrando pistas de lo que todo el mundo sospechaba, se confirmó muy lentamente la existencia de toda una serie de mafias que controlaban prácticamente todo el aparato estatal, pero que "adicionalmente", involucraba a altos funcionarios del mismo en la comisión de todo tipo de actos reñidos con la ley y la moral, tendientes a mantener las cosas como estaban e ir acrecentando los fondos de los diferentes funcionarios(as) implicados(as).
Paralelamente, el vencimiento del mandato para la permanencia de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) estaba próximo a finalizar y el presidente hizo público su parecer en cuanto a no solicitar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) una ampliación del mandato de tal instancia en el país, obviamente temiendo el resultado del único ente capaz de llevar a cabo las investigaciones pertinentes, lo que aunado al escándalo generado por la propia vicepresidenta de entonces, Roxana Baldetti con el caso de su insistencia para la compra sobrevalorada en exceso de una "agua milagrosa" para el supuesto rescate del lago de Amatitlán, y que la CICIG desvelara que su propio Secretario Privado lideraba una poderosa banda denominada "La Línea", que se dedicaba a la defraudación aduanera por cantidades millonarias, lograron que el clamor nacional e internacional se encendiera y solicitara a una sola voz la prórroga del mandato de la instancia internacional investigadora instalada en nuestro país, lo que el mandatario tuvo que aceptar muy contra su voluntad, puesto que acorde a la evidencia encontrada en los archivos militares, está claramente implicado en la comisión de genocidio durante el enfrentamiento armado que desangró Guatemala en el pasado.
Una vez prorrogado el mandato de la CICIG en el país, ésta empezó a divulgar una serie de delitos que implicó a prácticamente toda la esfera gubernamental y el descontento general creció a pasos agigantados y la poca popularidad del gobierno quedó reducida a nada en el ámbito nacional, y a nivel internacional, los países cooperantes prácticamente dejaron de hacer lo propio con el gobierno, la economía se desplomó cual castillo de naipes en la cima de una montaña y el gobierno tuvo que recurrir a la emisión de Bonos del Tesoro para lograr sufragar cuando menos los gastos de su propio funcionamiento. Acción que llevó el nivel de endeudamiento de Guatemala a récords históricos e insospechados para cualquiera.
Finalmente, ante la proximidad de las elecciones, muchos de los legisladores optaron por “cambiarse de partido”, buscando su reelección, cuando su accionar legislativo se reduce a “nada”, puesto que en el presente año, la conformación de bancadas cambió drásticamente, y el Congreso ha sido incapaz de promulgar ley alguna en su actual período ordinario de sesiones.
Pero lo que ha sido la gota que ha derramado el vaso fue que a él han llegado dos cuestiones importantes por resolver: El antejuicio contra el actual presidente y la propuesta de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, medida que prácticamente deja fuera a todos ellos, al dar validez a los votos nulos y que prohíbe la reelección de los diputados…
Ante tal coyuntura que significa que se hagan un “harakiri” ellos mismos, la cosa ha tomado tintes casi cantinflescos, puesto que “dispusieron” hacer una serie de cambios para tratar de tener oportunidad de reelección y degeneró finalmente en que recurrieran al ausentismo de las plenarias, para que tales propuestas “durmieran el sueño de los santos” hasta el día de las elecciones, en que muchos serán reelectos “teóricamente…”
Me pregunto entonces: ¿Habrá alguna manera de lograr que se haga la voluntad del pueblo y no el capricho de los políticos que nos han traído donde estamos?... La respuesta es SÍ, pero hay que ejercer el poder ciudadano con firmeza.
Teniendo en cuenta que los y las diputados (as) al Congreso “son los representantes del pueblo” (y no de los partidos que los postularon), es fácil deducir que si en su lugar se hace presente el pueblo, ellos (as) ¡NO TIENEN OBJETIVO NI RAZÓN DE ESTAR ALLÍ!, con lo cual lo que se necesita es que el pueblo se apersone al Congreso, los desafore y nombre a alguien que los represente en sus reales intereses como pueblo y en beneficio de la patria y no en función de intereses partidarios o de sus bolsillos.
¿Qué puede pasar si lo anterior se diera?: Obvio, dos cosas: que todo discurriera en completa calma como se planteó o que “se atrincheren” y no cedan, con lo que se estaría generando un derramamiento de sangre innecesario, toda vez que ese mismo pueblo tenga la serenidad suficiente para no derribar las puertas del edificio y que la seguridad no reaccione desfavorablemente, puesto que matará o herirá a algunos, pero luego, seguro serán linchados por la turba enardecida.
Si se opta por retirarse a otro sitio a “elegir” un nuevo Congreso y un nuevo gobierno de transición (o como se le quiera llamar), se corre el gravísimo riesgo de convertir a Guatemala en la versión americana de Siria o Egipto, países que se desangran actualmente por la existencia de dos gobiernos.

La disyuntiva es complicada, pero sé que pronto respiraremos mejores aires.

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