ORIFICIO
¡Vaya
ambiente preelectoral!
Jolie Totò Ryzanek Voldan
Es innegable para todos cuantos hemos asistido a varios
eventos electorales previos, que el próximo evento electoral es de suyo único
en la historia democrática de Guatemala, porque hasta los indicadores más
confiables han saltado hacia arriba y hacia abajo, cual se tratara de pelotitas
de ping-pong.
Y es que no es para menos, pues se han sucedido muchos
acontecimientos en la vida política, social y jurídica de la nación, que hasta
se hace complicado llevar un orden cronológico de todos los sucesos, toda vez
que aunque no se había convocado a elecciones, hubo un partido que llevaba ya
casi cuatro años en campaña proselitista, mediante demostraciones de
solidaridad con los más necesitados, mediante una fundación social. Hubo
también otros que hicieron lo propio, mediante “jornadas de afiliación” y otros
como “reuniones de afianzamiento de sus bases” y no faltó uno más que llevara a
cabo “reuniones ideológicas para sus afiliados”…
La realidad de todo esto es que llevamos ya cerca de
cuatro años de estar bombardeados psicológicamente por propaganda
“preelectoral”, tendiente al afianzamiento de la imagen de quienes hoy figuran
como candidatos por las diferentes agrupaciones.
En cuanto a los estudios de intención de voto, estos han
saltado de máximos a mínimos como nunca había sucedido, tal el caso del llevado
a cabo por una prestigiosa firma internacional, que hace algunos pocos meses en
su resultado decía que un candidato poseía el 53% de la intención de ser votado
por la población, y ayer arrojó el dato que el mismo candidato y ya en plena
campaña, posee tan solo el 24% de la intención de voto entre la población apta
para hacerlo en septiembre próximo. Además, hay otro candidato que antes ni
aparecía en tales estudios de opinión y surge ahora en el segundo lugar en
cuanto a la intención de voto con el 18%, aventajando incluso, a quien estaba
en segundo lugar anteriormente, ya por 3 puntos porcentuales que pudieran
calificarse como “empate técnico”, pero lo importante que deseo señalar es el
vertiginoso crecimiento de la candidatura de alguien que posee como mérito para
ser presidente, ser un comediante reconocido en el ámbito nacional, mientras
que el descenso del 53 al 24% corresponde a un político…
Considero que este tipo de altibajos solamente tienen su origen
en un descontento social exacerbado por los recientes actos de corrupción gubernamental
desvelados, pues involucran a casi toda la clase política conocida.
Mientras que el pueblo que solicita su no reeleción
cuando menos, asiste como observador de “las
componendas” que hacen para perpetuarse en el poder mediante alianzas antes
inimaginables y haciendo uso de las más sucias artimañas a lo interno de los
organismos que integran, en una actitud a todas luces insultante a la
inteligencia de un pueblo que “ya no los quiere ver ni en pintura”.
Poco a poco hemos ido desembocando en una crisis de
ingobernabilidad, pues mientras el presidente es sindicado de la comisión de
varios delitos se aferra obcecadamente al poder amparado en la inmunidad que le
otorga el ejercicio del cargo, el pueblo se manifiesta en su contra,
desconociéndolo de viva voz y mediante todo tipo de pancartas que lo expresan
por escrito.
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