viernes, 21 de agosto de 2015

El tiempo de la verdad (20150821)

ORIFICIO
El tiempo de la verdad
Jolie Totò Ryzanek Voldan

La dimensional tiempo es una invención humana que, cuando fue inventada, sirvió para establecer un orden cronológico de los acontecimientos pasados en un lenguaje que cualquiera pudiera entender; y, paralelamente, para empezar a ordenar en base a esa misma cronología los acontecimientos del diario vivir, para poder recordarlos más adelante.
Conforme avanzó ese mismo tiempo, se le fueron encontrando otra serie de aplicaciones, en función de la multiplicidad de actividades que el ser humano ejecuta en su diario vivir, entre las que resalta la aplicación de tal dimensional a la planificación de actividades futuras, para tener parámetros a que atenerse para el dasarrollo y conclusión de la actividad planificada.
La última aplicación descrita ha venido con el tiempo evolucionando y aplicándose a casi todas las actividades humanas, y de ahí que tuviera como reflejo visible, la fijación de plazos máximos para la conclusión de la tarea, para la entrega de informes, para dictar sentencias, y muchísimas aplicaciones más.
En tal orden de ideas, y como derivado del crecimiento de las ciudades y la poca asignación presupuestaria para la inversión en el mantenimiento, mejora y ampliación de las unidades de atención a la población, surge la llamada burocracia estatal que, al sentirse investida de discrecionalidad, incumple los plazos pactados y se pierde el sentido de responsabilidad, trocádolo por el sentido de conveniencia personal impuesto por el pensamiento individualista que nos rige hasta la fecha, y nace así la corrupción, como una manera de lograr que las cosas se hagan en los tiempos pactados, si media “un incentivo económico” en el acuerdo “tras bambalinas”…
En el ámbito no gubernamental, se desencadena una verdadera competencia por la consecución de dinero para tener cómo pagar los incentivos económicos ya descritos y como una forma de agenciarse más utilidades, en función de la velocidad de rotación del capital invertido. Porque, cuanto menor es el tiempo que demora un capital en retornar con las utilidades producidas, mejora la oportunidad de volverlo a invertir, para generar nuevas utilidades.
Esta última condición descrita ha logrado, finalmente, que las empresas sean medidas en función de la susodicha dimensional tiempo, y sus ejecutivos o responsables, medidos en base a la productividad que logren de todo el aparato productivo a su cargo, con lo cual muchas empresas han creado formas de lo más ingenioso y variado para lograr la rotación de sus inventarios en los menores plazos de tiempo posibles. Algunas, incluso, han llegado hasta “robotizar la producción en serie” de sus líneas de producción, merced de la necesidad de imprimir mayor productividad a su hacer laboral y, por ende, financiero, en detrimento, precisamente, del sector humano que dicen servir…
En este punto de estas consideraciones notamos que asistimos a un proceso de deshumanización en función de la obtención de dinero en el menor tiempo posible, lo que en criterio generalizado logra, que existan muchas personas que hayan perdido el horizonte humanista y vivan esclavizadas por una dimensional inexistente físicamente y creada por ellos mismos como especie, llamada: tiempo.

¡Esta sí es una auténtica verdad de nuestros tiempos! Y que ha llegado a nosotros antes del tiempo previsto para su llegada, si es que alguien alguna vez pensó que llegaría…

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